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Luz de Luna por kina_chan

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Notas del fanfic:

Atención: Antes de leer el fic, recomiendo que lean los primeros dos fics de la serie "Estrellas", esos fics son: "Unidos por las estrellas" y "Mi rayo de sol" ambas historias están publicadas en mi perfil, la primera esta finalizada, la segunda esta en curso.

Notas del capitulo:

Hola a todos! Gracias por decidir leer esta historia, estoy muy emocionada. Y es que, no sé, amo al personaje de Ángel y su historia es bastante interesante a mi parecer, nuevamente es algo que nunca antes he escrito. ^w^ Me guardare mis demás comentarios para el final. (Por favor, lean mis notas de autor! Estan para algo, no son de adorno!)


Sin más que decir, pueden comenzar a leer.

No todo era tan fácil como todo creen. Los filósofos consideraban al hombre como un ser libre, que tiene la habilidad de pensar y elegir, pero no es fácil elegir entre hacer lo correcto o lo incorrecto cuando estas en una situación complicada. Ante todas las demás cosas, un hombre debe ser egoísta y elegir la opción que te beneficie. Eso es lo que Ángel siempre pensó.

 

Todo empezó antes de que naciera, conocía la historia gracias a que su padre se la contó. Era una historia de amor verdadero, que tuvo que pasar por situaciones muy complicadas para ser felices, aunque al final, esa felicidad no duro tanto como ellos hubiesen querido.

 

Empezó como cualquier historia de amantes, los padres de la joven enamorada le negaban salir con aquel hombre que venía de una familia complicada. Sin embargo, eso nunca los detuvo. El hombre con él que salía, comenzó a trabajar para la policía, y él siempre le decía a su amada que la protegería de todo y la amaría para siempre. Ella creyó en él, y en cada una de sus palabras, mientras este la abrazaba y acariciaba sus cabellos con delicadeza.

 

El problema comenzó cuando aquella chica quedo embarazada. Obviamente, sus padres no se lo tomaron muy bien, la rechazaron a ella y al “engendro” que llevaba en su interior. Definitivamente, ellos no querían que su familia quedara marcada porque su hija daría a luz a un niño que también seria parte de una familia de delincuentes.

 

Si, sonaba irónico, pero era cierto. Aquel hombre que era policía, venia de una familia que tenía un historial bastante grande, en lo que se refiere a delitos. Muy a pesar de saber eso, la mujer seguía enamorada de él, y siempre vio en él a alguien diferente a lo que todos pensaban sobre él.

 

Ella tuvo que elegir entre, abortarlo, decirle adiós a su novio y quedarse con su familia, o irse de la casa para siempre y quedarse con las dos personas que ama. Fue difícil para ella, decirles adiós a sus padres, pero ella jamás se atrevería a hacer algo tan atroz como destruir el fruto de su amor.

 

Ambos amantes fueron a vivir juntos en una pequeña casa que era alquilada. El hombre se sentía terrible, terrible por no poder darle todos los lujos que se merecía ella y su futuro hijo. El trabajo de policía no era tan satisfactorio como pensó en un principio, era mucho peor.

 

Para empezar a criticarlo, todo empezaba por la poca paga que recibían, las condiciones eran malísimas y había meses en que no recibían su sueldo. Debido a esos factores, los policías encontraron una solución muy poco convencional. Y si, esa solución, no era otra más que la corrupción. Empezaba desde mirar para otro lado cuando había chicos vendiendo droga, hasta liberar delincuentes de la comisaria para hacerlos robar y que estos recibieran gran parte de la ganancia que ellos conseguían.

 

Él sabía que todo aquello estaba mal, pero por la situación en la que se encontraba, donde debía mantener a su familia, su hogar, y pagar los estudios que debía hacerse su mujer, supuso que en cualquier momento caería en la maldad, en esa maldad que desde un principio había decido alejarse. Salvo que, a diferencia de sus demás compañeros, él renuncio a ser policía antes de comenzar a ensuciarse las manos.

 

Su trabajo era simple, consistía en vender droga, tan solo eso. Su mujer era consciente del trabajo que había optado. Sin embargo, a pesar de que ella lloro y se entristeció al principio, entendió perfectamente porque opto por eso, ambos eran conscientes de la situación en la que se encontraban.

 

Y tal y como lo supuso, le iba mejor vendiendo drogas que trabajando de policía. Se mudaron a una casa propia que no era alquilada, aunque era en un barrio muy bajo. No era seguro para nadie que viniera de afuera, pero como él era conocido por todos, nadie se atrevería a hacerle daño a él o a su familia.

 

Al poco tiempo, un conocido de su familia llego a su vida para proponerle un mejor trabajo, seguía siendo un trabajo no digno, pero era mucho mejor que vender droga. La mafia le estaba proponiendo trabajar de matón y de guardaespaldas de uno de los grandes jefes. Al principio dudo en aceptar, trabajar para la mafia era un tema muy complicado, pero el trato se cumpliría al pie de la letra, no lo obligarían a matar a nadie, ni tampoco él o su familia se vería afectada por eso siempre y cuando nunca abriese la boca.

 

Poco después de eso, nació su tan esperado y ansiado hijo, era tan hermoso y se parecía tanto a su madre, que sintió que se enamoró otra vez de su mujer y su hijo. Ella lo llamo Ángel Alain Luna. Ella decía que su hijo se parecía a un hermoso ángel, que llego a ellos para iluminar sus días más oscuros.

 

Sin embargo, no todo era color de rosa, ni tampoco lo seria mientras siguieran viviendo en ese mundo.

 

*-*-*-*

 

Los años pasaban, y Ángel creció en ese ambiente lleno de amor, pero que era peligroso a la vez. Cada vez que su padre volvía del trabajo, él volvía con heridas, golpes y cortaduras en su piel. Su madre casi siempre gritaba espantada al verlo llegar así, pero con el tiempo, ella se acostumbró a eso, por lo que siempre lo esperaba con un botiquín de primeros auxilios cuando llegaba.

 

Ángel al principio le asustaba un poco ver a su padre en ese estado, pero luego de eso, comenzó a acostumbrarse. Muchas veces lo vio llegar a casa con un arma en la mano y guardarla rápidamente en su bolsillo cuando notaba su presencia. Al ver que su padre no lloraba por ninguna de las heridas que tenía, comenzó a sentir admiración por él.

 

Muy a pesar de su corta edad, sabía exactamente de que trabajaba su padre. Si, era un matón, ese tipo de personas que llegaba a la puerta de uno para dejarle una advertencia a los golpes. A Ángel le parecía un trabajo genial, tanta fue su admiración por su padre, que deseo convertirse en él cuando fuese grande.

 

Empezó por cosa pequeñas, tales como, golpear los peluches que tenía como si fueran los sacos de boxeo que tenía su padre, y avanzando a peores, comenzando a golpear a sus compañeros de la escuela. Sus padres nunca se enteraban de la verdad, tanto los padres de los chicos como las autoridades de la escuela, le tenían bastante terror al padre de Ángel y es porque la mayoría ya sabía en qué tipo de asuntos trabajaba.

 

No fue hasta ese accidental día, en que todo eso cambio para siempre. Ese día que su padre guardo una de sus armas en el cajón de su mesita de noche, y Ángel fue hasta allí, curioseando y la encontró. Tomo esa arma entre sus manos, se la llevo a su cuarto, y comenzó a jugar con ella, inocentemente, apuntándole a sus juguetes y tirando del gatillo.

 

Cuando su madre llego a su habitación, para llamarlo a que fuese a tomar su merienda, fue cuando lo vio, a su propio hijo, jugando con una de las armas de su padre.

 

- ¡Ángel! ¡Suelta eso! – Ella corrió hasta su hijo y le sacó el arma de sus manos rápidamente. – ¡No quiero que vuelvas a agarrar las armas de papá! ¿entendiste? – Le grito desesperado, se veía nerviosa y con ganas de llorar.

 

- ¿Por qué no? –

 

- ¡Porque no está bien! – Fue lo último que le dijo, antes de irse de la habitación con esa arma en manos, esa arma que destruyo a su familia.

 

Esa misma noche, su madre lo recostó en su cama y le beso en la frente para desearle buenas noches. Ángel noto que sus ojos estaban hinchados y rojos por tanto llorar, pero él no entendía porque su madre había llorado. Su padre siempre volvía a casa lastimado y con un arma en su mano ¿Por qué se molestó con él solo por jugar con el arma de su padre? Era algo que a su corta edad de diez años no llegaba a comprender del todo. Era tan solo un niño inocente, pero incluso esa inocencia era bastante peligrosa.

 

Esa noche no se durmió, tan solo fingió estarlo. Él siempre se quedaba despierto a recibir a su padre y luego irse a dormir. Escucho el ruido de la puerta principal abrirse, por lo cual se levantó de la cama y salió de su habitación. Sin embargo, cuando escucho como su madre comenzó a gritar, se asustó tanto que se ocultó de la vista de sus padres. Ellos empezaron a discutir, y Ángel apenas si entendía que estaba pasando.

 

- ¡No puedo creer que la hayas dejado a la vista! Ángel es solo un niño, él aun no entiende que lo que haces está mal. Por dios Juan, imagínate que hubiese pasado si tu arma hubiese tenido balas. ¡Esto nunca antes ha pasado! ¿En dónde crees que nuestro hijo hubiese terminado? Sé que usas balas de goma, pero… pero… - Su madre estaba hasta los nervios, estaba histérica, gritaba y comenzó a llorar otra vez. Su padre se encontraba sentado en una de las sillas del comedor, observándola atentamente, y cuando ella no pudo continuar de hablar, se levantó de su silla y se acercó hacia ella.

 

- Analía, mi amor… -

 

- Ya no lo soporto Juan, lo he aguantado todo porque te amo a ti y a Ángel, pero… no lo soporto más. – Ella tapo su rostro con ambas manos. - No me importo que todo el mundo me dejara de lado, no me importo lo que dijeran de nosotros, no me importo dejar a mis padres por ustedes, pero… Yo no quiero esto para Ángel, él es mi bebe, yo quiero que sea un hombre de bien, que estudie, que tenga un buen trabajo cuando sea grande y que crezca con buenos valores. – Tomo un momento de silencio y continuo. - Eso no es algo que pueda aprender en un hogar como este. – Su padre tomo de sus dos manos y la miro fijamente.

 

- Quieres abandonarme ¿No es así? –

 

- No quiero hacerlo, pero a veces pienso que es la única forma de evitar que Ángel termine… -

 

- Lo sé, no tienes por qué seguir llorando o explicarme nada. – Su padre acaricio las mejillas de ella y beso sus lágrimas. - Si quieres dejarme e irte de aquí con Ángel, puedes hacerlo, no los detendré. Si es lo mejor para ustedes, yo no voy a retenerlos, pero quiero que sepas, que siempre los amare y cuidare de ustedes. Si te vas, recuerda que siempre puedes llamarme para lo que necesites, amor. – Después de eso, él la beso en los labios, por última vez.

 

A los pocos días después de esa noche, Ángel y su madre se mudaron de allí. En aquel entonces, Ángel no entendía porque su madre tomo esa decisión de abandonar a su padre si aún lo ama tanto. Eran pocas las veces que su madre le permitía ver a su padre, lo habían cambiado de escuela y su madre le advirtió que, si volvía a pelearse con alguien más, no lo volvería a ver jamás.

 

Pocos meses después, su madre conoció a otro hombre llamado Samuel Fernández, uno que, a comparación con su padre, no tenía nada sorprendente. El hombre era ingeniero civil y un muy buen amigo de su madre al parecer. A Ángel no le caía bien, peor todavía cuando se enteró que ese amigo, se convirtió en el novio de su madre. Para él, su madre solo era de su padre, y solo él podía amarla, y de igual modo pensaba en su caso, él solo tenía un padre, y su padre era el más genial del universo a comparación del novio de su madre.

 

Pasaron dos años, y en ese tiempo, ellos se habían casado y tenido una pequeña beba, a la cual llamaron Alegría Beatriz Fernández. Las personas normales se pondrían feliz por tener un nuevo hermano o hermanita, pero en el caso de Ángel, eso era algo imposible.

 

No era como si odiara a su hermana o estuviera celoso de una beba, el problema era lo que ella trajo consigo. Dos personas completamente desconocidas para Ángel, pero que su madre conocía bastante bien, y esos eran, sus queridísimos abuelos de lado materno.

 

Los desconocía por completo, durante todos esos años nunca los conoció, y cuando los conoció, ellos lo miraron con asco o simplemente lo ignoraban, dedicándole una mirada de amor y cariño solo a Alegría. Tan solo bastaba con ver eso para saber que detestaría a sus abuelos tanto como ellos lo detestaban a él.

 

Ese mismo día, le pregunto a su madre por que aparecieron en su vida después de casi doce años. Ella le contesto con la verdad, toda la verdad, porque Ángel era muy astuto y noto que su madre iba a omitir cosas en su respuesta, pero que al final logro sacárselas de la lengua. Ángel al principio no la juzgo, pero al ver como pasaba el tiempo y notar como su madre comenzaba a llevarse bien con ellos, hasta tal punto de perdonarlos, fue la gota que rebalso el vaso. Su madre había perdido todo el poco respeto que Ángel le tenía.

 

*-*-*-*

 

- ¡Ángel Alain Luna! ¿A dónde crees que vas? – Grito su madre molesta, mientras se acercaba a la puerta principal de la casa. Su madre tenía el cabello largo, liso y rubio, sus ojos eran grandes y verdes, media como mucho 1.60, su piel era blanca. Estaba vestida con una camiseta azul ajustada al cuerpo, una calza blanca y unos zapatos de igual color. Tenía su ceño fruncido y su mirada fija en su rebelde hijo.

 

- ¿Qué mierda te importa? – Le respondió Ángel, un poco irritando soltando su mano del picaporte de la puerta principal. Ángel tenía el cabello corto y rubio, sus ojos eran de color azul, su piel era igual de blanca que la de su madre y media 1.66. Vestía con una camiseta blanca, un saco negro, un jean azul y unas zapatillas blancas.

 

- ¡¿Cómo se te ocurre contestarme así?! Claro que me importa a donde se va mi hijo, aun no eres mayor de edad, por si no lo sabias, sigo siendo tu tutor a cargo, así que tenme más respeto. – Le respondió su madre ofendida y se puso más histérica. Ángel chasqueo su lengua, detestaba que su madre le recordase cada tanto que aun tenia diecisiete años.

 

- ¿Respeto? ¿A ti? ¡Por dios! Perdiste todo el respeto que te tenía él día que decidiste perdonar a esos viejos de mierda, o acaso tengo que recordarte que fueron ellos los que casi te obligaron a abortarme y te dieron la espalda. – Respondió señalando la sala de estar, donde estaba sus “queridísimos” abuelos.

 

- Ángel… -

 

- ¿Crees que no escuche como esos estúpidos te recomendaron mandarme a la escuela militar? Si quieres deshacerte de mi tan solo dímelo en la cara, Analía. – Llamo a su madre por su nombre, tan solo para fastidiarla un poco más. En ese momento, sin pensarlo dos veces, ella se acercó hasta su hijo y le abofeteo en la cara. Segundos después de eso, Analía se dio cuenta de su error, y quiso disculparse.

 

- Oh, por dios ¿Que hice? Ángel, lo siento… - Ella intento tocar la mejilla de su hijo, pero este aparto su mano y abrió la puerta principal de la casa para irse, no sin antes dedicarle unas últimas palabras a su madre. Esa fue la primera vez que ella le levanto la mano.

 

- No eres para nada diferente a ellos. – Tras decir eso último, cerró la puerta de la casa y se fue de allí.

 

 “Ni de broma pensaba quedarme otro segundo más en esa casa llena de hipocresía.” Pensó mientras caminaba a la parada de autobús de su barrio. Cada tanto sus abuelos iban a casa a visitar a su madre y su hermanita Alegría. Quizás, su madre era bastante inocente para entenderlo, pero Ángel sabia las verdaderas intenciones de sus abuelos. Ellos solo querían a Alegría, a Analía y a Samuel, para ellos esa era su familia, Ángel era solo una mugre de la cual debían deshacerse para tener la familia perfecta.

 

“Si quieren que me vaya de la casa, pues ya lo consiguieron.” Ni bien escucho la propuesta de enviarlo a una escuela militar, Ángel tomo su bolso más grande y metió todas sus cosas más importantes allí adentro para irse. Tenía el lugar refugio perfecto para situaciones como esas.

 

- Vaya, tu sí que tienes huevos para hablarle así a tu madre. – Escucho la voz de su amiga hablarle, luego de eso, observo como ella se metía un porro en la boca y luego lo encendía con su encendedor.

 

- ¿Tienes derecho a opinar? Tú llamas a tu madre prostituta todo el tiempo. –

 

- Es diferente, tu madre a ti te ama, lo mío con mi madre es odio mutuo. – Ella metió su mano en su bolso y saco otro porro de allí. - ¿Quieres uno? – Se lo ofreció, a lo que Ángel simplemente le sonrió y lo tomo.

 

- ¿Te he dicho alguna vez que eres mi prostituta favorita, Adriana? – Tras decir eso, hizo la misma acción que su amiga con aquel porro que le dio. Ella tan solo se rio por su extraña forma de agradecerle.

 

Adriana Ortiz, su mejor amiga de toda la vida. Ella tenía el cabello largo y rubio, sus ojos eran azules, su piel era blanca y media 1.58. Llevaba puesta una camiseta rosa tan corta que se le veía todo el ombligo, dejando notar el pirsin que tenía allí, tenía un short blanco y unas ojotas negras con flores grises.

 

En ese momento, ambos estaban sentados en las sillas del patio trasero de la casa del padre de Ángel, observando las nubes mientras fumaban sus porros. Adriana era prácticamente su hermana gemela, y es que muchos los compararon varias veces diciendo que eran la versión masculina y femenina del otro por sus apariencias.

 

- ¿Tu madre sigue pensando que soy tu novia? – Le pregunto entre risas.

 

- Si, y no pienso decirle la verdad por un buen tiempo. – Si había algo que ponía de nervios a su madre, era creer que su hijo era novio de Adriana, y es que, en algún tiempo lo fueron, pero eso no había durado más de dos semanas, no podían cambiar su relación de hermanos del alma tan fácilmente. Pero, hasta la fecha, Ángel no le había dicho la verdad a su madre, manteniéndole preocupada creyendo que su hijo sale con una chica muy libre, como ella decía para no decir la palabra prostituta.

 

- Sigo pensando que deberías hablar mejor con tu madre, sé que estas molesto con ella, pero deberías tratar de entenderla un poco. –

 

- No voy a seguir consejos de alguien que vive en constante discusiones con su madre. –

 

- Mi situación es muy distinta a la tuya y lo sabes. – Si, la relación que tenía Adriana con su madre era terrible. Para empezar, Adriana era hija producto de una violación, y eso era algo que su madre se lo recalcaba casi todos los días con su desprecio y odio. Vivian en la misma casa, pero ninguna dependía de la otra, si tan solo cruzaban miradas, ya empezaba una discusión que terminaba con marcas y moretones en la piel de Adriana. Era por esas razones que Adriana se la pasaba más en casa del padre de Ángel que su propia casa, hasta tenía su propia llave del hogar. - Entonces ¿Piensas quedarte aquí de por vida? Sabes que, si tu madre llora y llama a tu sexy padre, él te devolverá a casa de una patada ¿cierto? – Ángel rodo sus ojos cuando escucho como Adriana llamaba a su padre “sexy”.

 

- Espero que eso pase cuando esos viejos de mierda se hayan ido de mi casa. – Respondió en un suspiro. Segundos después, escucharon el ruido de la puerta principal abrirse de golpe, por lo que al instante apagaron sus porros y los guardaron en una cajita que Adriana tenía en su bolso.

 

- ¡Ángel! ¡Ven aquí ahora mismo! – Escucharon la voz del padre de Ángel.

 

- Parece que alguien volvió muy temprano a casa esta vez… - Hablo Adriana levantándose de la silla.

 

- Mierda… - Ángel suspiro y se levantó de su asiento, preparado para enfrentarse al regaño de su padre.

 

Continuara…

Notas finales:

Okey, ya es el prologo y nos encontramos con temas como: Aborto, Policías corruptos, Vendedor de drogas, Mafia, Armas, Violación, Más drogas otra vez... Si... estoy mal de la cabeza, lo sé. 

No se preocupen, que no voy a entrar más a fondo en eso temas. Sé que a simple vista da una impresión de que esto sera "Drama y temas fuertes que desesperan", pero no es tan así, créanme, no me considero tan buena como para tocar esos temas más a fondo.

Como pudieron notar, esta historia empieza con un Ángel de 17 años, rebelde y con varios problemas de conducta. El Ángel de este fic es muy distinto al Ángel de "Mi rayo de sol" que ese tiene ya 20 años.  Esta historia comienza por contar la situación en la que se solía encontrar en un principio y luego llegara al tiempo actual en donde se encuentran todas las historias de esta serie. 

La actitud de Ángel al principio quizás haga que lo detesten, como dije en mi otro fic. Si no les cayo bien en "Mi rayo de sol" Aquí lo van a odiar, incluso ya con sus 20 años y más tranquilo... lo van a odiar xD! (Y eso que en la portada del fic da una impresión totalmente distinta del protagonista) --->CwnIEFsXgAQ4nmm.jpg (927×1200) Yo con mi amiga amamos al personaje, no podemos culparlo del todo por como es. Quizas este fic sera fuertemente criticado por los protagonistas de la historia, pero bueno, mi fic, mis ideas retorcidas. 

Quizas parezca un poco exagerada la situación de Ángel, pero... en la parte oscura de Argentina... es así ._. Este fic esta medio basado en las cosas que me contaron unos conocidos que saben más sobre algunos temas similares. (No daré detalles de eso)

En fin, si después de leer el prologo están dispuestos de seguir leyendo la historia... Nuevamente gracias por darle una oportunidad a esta retorcida historia! Déjenme un comentario con su opinión del prologo y nos leemos en el próximo capitulo! Bay neee, besos y abrazos! Kina-chan los/as amo/a.


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