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El Laberinto de la Luna Llena por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Pues creo que el fic no gustó y ahora me siento un poco avergonzada... sin embargo no puedo dejar de publicar ya que el fic ya lo tengo publicado y ya ni para borrarlo... Mil gracias CristineC por tomarte la molestia de mandar rr! Te lo agradezco mucho <3

 

UNIVERSO: canon divergente

 

RESUMEN: El señor tenebroso no pudo ser derrotado. Como castigo, los integrantes del bando perdedor tienen que correr por sus vidas en un laberinto custodiado por trampas mortales, muros impenetrables y un letal Remus Lupin cazándolos a la luz de la luna llena.

 

DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a J. K. Rowling yo solo los tomo prestados con fines recreativos.

 

ADVERTENCIA: acción, angustia, un poco de lenguaje soez (solo un poquito) y otro poco de escenas fuertes (con tintes gore) Están advertidos~

 

CAPÍTULOS: 2/5

SEGUNDA LUNA LLENA: Corre Ernie, Corre

Su cuerpo adolorido se encontraba inmovilizado contra la pared. Gruesos grilletes cerniéndose sobre sus muñecas y tobillos, cada que hacia el más mínimo intento de movimiento, se justaban aún más con magia, provocando que de su boca salieran gruñidos lastimeros.

Ser marginado era algo a lo que estaba acostumbrado. Toda su infancia fue así pese a los pobres intentos de sus padres por darle una vida digna y alejada de la maldad humana. Solo era apresado en el sótano de su morada cada luna llena ceremonialmente, al igual que en su estancia en Hogwarts en la casa de los gritos. Sin embargo, nunca fue tratado de tan mala manera cuando poseía su forma humana… nunca de la forma en la que era ahora su realidad; ser tratado como un animal era denigrante, hiriente y le hacían consumir sus entrañas con una rabia asesina.

Siempre se congratuló al pensarse un hombre racional, pero a como estaba su situación y la bestia cada vez más fuerte ganando terreno en su interior, ardía en la necesidad de desgarrar las gargantas de los Mortifagos que se atrevieron a enterrarlo y más aún ponerlo a cazar a sus preciados alumnos sin falta por seis meses. Cuanto le gustaría despedazar con sus propias manos al señor tenebroso para acabar de una vez por todas con ese mal.

"Algún día así será…" se dijo abrazando ese chispazo de esperanza que se rehusaba a morir en su interior "algún día…"

¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨

Al abrir los ojos, estaban nuevamente en la pútrida celda guardia de su cruel encierro, como siempre, al fin de cada luna llena. Parpadeó un poco para acostumbrarse a la escasa luz y observó que sus compañeros aún estaban dormidos y suspiró. Cada vez eran menos y la presencia de Malfoy no ayudaba a despejar la desazón.

"Perfecto..." se dijo Harry tratando de ponerse en pie, pero sus piernas aun entumecidas se negaron a obedecerle devolviéndolo penosamente al suelo. Con congoja sobó sus extremidades, esperando de algún modo encontrar algo nuevo.

Esas cuatro paredes grisáceas no cambiaban; todo seguía con su usual mugre, sangre seca y escombro que se apilaba en borlas de polvo. Lo único tranquilizante de esa escenografía claustrofóbica era la pequeña ventana fuera de la celda; era lo único que sin falta les daba un indicio de cuando salía y se ponía el sol.

Escuchó que Malfoy fue el siguiente en despertar. Un quejido escapó de su boca y prosiguió a desperezarse. Se veía aturdido y asustado. Harry pensó en reconfortarlo, pero comprendía que no había palabra alguna para realizar esa tarea. Todo sonaría falso y amargo porque probablemente así era en realidad y dejó que por sí mismo hiciera los cuestionamientos necesarios o represalias.

La siguiente fue Luna quien le lanzó una sonrisa aliviada porque todos estaban dentro de lo que cabía sanos y salvos. Ceremoniosa prosiguió a sacar pasto seco de sus bolcillos y todo lo comestible que traía. Posteriormente se colocó en cuclillas para despegar una loza suelta del suelo de dónde sacó un par de pequeños frascos. Neville sin importarle el agarrotamiento de su propio cuerpo, se arrastró hacia su lugar para cerciorarse que estuviera bien.

-Presos como bestias salvajes…-

-Bienvenido a la realidad Malfoy- dijo Neville sarcástico poniéndose en pie con mucho esfuerzo. Luna le dio una mirada reprobatoria pero se limitó a acercarse al aristocrático chico y con cuidado aplicó un poco de ungüento en su pómulo, quien comiéndose el dolor resisto hasta que terminó.

-No entiendo porque gastas nuestro medicamento en hurones inservibles- rebatió Ron luchando contra la somnolencia, con una mueca apenas mostrándose en su rostro.

-Porque es lo correcto- dijo Harry secamente rogando que Ron hiciera lo sensato y dejara ir la pelea. Comprendía perfectamente a su amigo del alma y su comportamiento, pero a esas alturas del partido, nada sacaba con esa actitud.

-Aparte Ron, él ya es uno de nosotros ¿a qué si Draco?- Luna sonrió y el chico poniendo los ojos en blanco asintió. Todo era mejor que morir sin verse vengado de quien lo colocó en esa penosa y lamentable situación -Lamento si te duele... Pero es todo lo que tenemos... Estoy segura que la saliva de duende sería más beneficiosa… pero olvidé traerla en mi bolcillo antes de llegar aquí- soltó una risita y guardó como si fuera un tesoro el ungüento bajo la loza desprendida.

Draco quería hacer muchas preguntas, sin embargo, el lúgubre ambiente hablaba entre dientes sobre las desdichas de los habitantes de ese cuarto abarrotado. Sus palabras eran burdas y frías, casi como si se burlase. "no tiene caso preguntar…" se dijo "aparte dudo que quieran contestar…"

Poco a poco la animosidad del grupo se apagaba con la llegada de la noche. Luna parecía ser la más optimista con la situación porque nunca perdía su sonrisa y comentarios esperanzadores, pero para Draco solo se le figuraba una niña pequeña saliendo con una vela en la tempestad. Su lucha estaba pérdida pero no desistía del intentarlo. "Es en cierta forma admirable… aunque muy tonto…" se dijo apartándose lo más que podía del grupo. No se consideraba uno de ellos realmente y dudaba que lo fuera en un futuro. Solo eran conocidos unidos al mismo destino: La muerte.

En lo que restaba del día ningún Mortifago apareció. Solo su desdicha y el silencio siendo roto de vez en cuando era todo lo que había. Draco creía enloquecer a solo un día de estar ahí… ¿Cómo habían sobrevivido ya 6 meses? Era un misterio para él.

Hermione y Ernie conversaban entre ellos agitando un pergamino raído y ennegrecido, formando parte de la conversación Harry a ratos antes de que se quedara ido pensando en sus propios demonios que turbaban su calma y con una que otra idea Ron hablaba.

"¿Que tonterías dirán?" se dijo con mala cara.

Al terminar la reunión de estado, todos volvieron a sus respectivos lados. Luna había apilado el pasto seco en el centro y el ex –Elegido hincándose frente a esa clase de hoguera, colocó sus palmas en él y pronunció unas palabras pausadamente. La sorpresa y el brillo del fuego mágico fue algo reconfortante que pudo apreciar como si hubieran pasado años desde que vio la tan vital magia en acción.

-¿Puedes usar magia sin varita?- sintió todas las miradas llegar a él y procuró no mostrarse cohibido.

-Un poco…- dijo el moreno viendo las llamas pequeñas danzar lentas sobre la hierba seca, sin sobrepasar el límite que había establecido.

-¿Entonces porque demonios no la has ocupado para algo útil?-

-¿Que parte de que la varita es un catalizador Malfoy?- dijo como si fuera lo más obvio y el rubio se ofuscó por el despreció de su tono. El moreno con un bufido se frotó el puente de la nariz -No puedo hacer magia cuando me plazca. Puedo hacer agua y prender una pequeña llama en algo, pero nada más. Ni un estúpido wingardium leviosa puedo hacer sin desmayarme. Mucho menos una bombarda…- dijo con aprehensión. Pero más que ser dirigida a él, parecía como un reproche a sí mismo.

-Lo que hace Harry es más que suficiente Malfoy- dijo Hermione con el ceño fruncido –gracias a él no morimos de frío en la noche y pese a que duremos días sin comer, siempre tenemos agua. Así que deja de tratar de menospreciar esa fuerza vital que nos da pese a que eso fatigue su cuerpo con mayor rapidez-

-No es nada especial Hermione…- rebatió el moreno antes de que siguiera su amiga tratando de hacerle sentir mejor, logrando tristemente todo lo contrario. Mas se lamentaba, más se aborrecía por no haber podido hacer algo cuando tenía todas sus fuerzas, si tan solo hubiera derrotado a Lord Voldemort hacia un año tras… -solo hago lo que puedo… y si eso nos mantiene con vida, lo seguiré haciendo-

¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨

Todo volvió a sumergirse en ese agobiante silencio. La luz de la luna se colaba en esa estrecha ventana y todos por acuerdo se pusieron alrededor del fuego para poder dormir. Lavander a su lado no le dejaba conciliar el sueño. Se movía entre respiraciones entre cortadas y murmuraba sobre el cruel futuro que les deparaba.

"Esta más loca que la Lunática…" se dijo tratando de volver a sentarse. Sus heridas ya casi no dolían gracias al ungüento. Su dactilar trazó la pronunciada línea que marcaba su pómulo y al instante los recuerdos saltaban como destellos.

Trató de apartarlos para no desesperarse. "tengo que pensar en otra cosa" se dijo mirando a Weasley roncar a pierna tendida como si no tuviera nada que deberle al mundo. "Qué envidia…" se dijo con un suspiro.

Su vista periférica llegó a Potter quien pese a la escasa luz, le parecía más vivo que en el octavo sueño. Definitivamente si en alguien podía confiar parcialmente era él, ya que una confianza total era algo impensable.

-Potter ¿estás despierto?- preguntó entre murmullos al chico con la cabeza recargada contra la pared.

-Tal vez...- murmuró con voz cansina. No es que lo haya despertado, sino que su voz le recordaba que realmente estaba ahí el que fue su mayor contrincante en la escuela y que haberle visto en el laberinto no fue solo cosa de su imaginación.

-Vamos, como si pudieras dormir con los ojos abiertos- rebatió y el león solo gruñó acomodándose en su dura almohada.

-¿Qué quieres? Si quieres ir al baño, allá esta la letrina; no es necesario que avises. No tienes nada que no se allá visto por aquí y ni estas tan bueno como para que pienses que te van a brincar encima- el rubio rechistó.

-¡Imbécil cuatro ojos! No quiero usar esa porquería...- dijo algo sonrojado arrugando su nariz. ¿Cómo podía preguntar eso?

-¿Entonces?- preguntó dando un sonoro bostezo. Usar y mantener la magia era cansado, pero el peso de cada muerte, de cada grito de dolor era suficiente para robarle el sueño.

-Solo que... Tengo muchas dudas...-

-Y no eres el único; pero yo no lo ando pregonándolo-

-Ay muérete cara rajada... Uno que quiere una conversación civilizada con el menos peor del grupo y sales con estupideces… Buenas noches...- si no estuviese tan cansado hubiese reído, pero lo único que salió fue una especie de mofa grave que prefirió dejar de lado.

-Vale Malfoy. Déjate de delicadito. Ha sido un muy largo y cansado día, aparte tú y yo jamás hemos tenido una conversación como tal si no una ida y venida de palabras crueles, golpes, hechizos o una sala llena de fuego maldito- ahora fue el turno de Draco de bufar. Los dos guardaron silencio y Harry pensó que ya que estaba tan cooperador, no pedía nada con satisfacer la curiosidad de ambos -¿Qué te parecer una confesión por otra?-

-¿Que tenemos 5 años y trenzaremos nuestro cabello?-

-No. A menos que quieras que te trence el cabello y te comience a llamar Draquita- el chico torció el gesto y le hizo una señal obscena –vamos, contesta rápido que la noche avanza y no llegamos a nada-

-¿Cómo un juramento inquebrantable?- arqueó una ceja.

-El hecho de que pueda hacer un poco de magia sin varita no quiere decir que pueda hacer milagros Malfoy. Pero si tantas ansias la idea de morir si hay alguna mentira o fraude por parte de uno de nosotros, te aseguro que Ron gustoso te asesina-

-Ya me siento más tranquilo- dijo sarcástico el rubio viendo las llamas encendidas –está bien, pero yo pregunto primero-

-Vale-

-¿Cómo es que la comadreja tiene esa daga, el tal Hufflepuff McMillan tiene ese pergamino y todo lo demás?- Harry esbozó media sonrisa que más bien parecía una mueca. Había presentido que por ahí iban sus cuestionamientos.

-Quienes nos metieron aquí solo nos quitaron las varitas pero, dejaron cualquier pertenencia que tuviéramos como nuestros abrigos… Hermione traía un par de pociones sanadoras, Ron la daga que le regaló su hermano y así… incluso Zacharias Smith traía bastantes ranas de chocolate entre sus cosas… y no, no nos la hemos acabado por si te lo preguntas, están ahí guardadas junto con todas las demás cosas de valor-

-Mi padre siempre decía que hay tres valores fundamentales con lo que siempre debes de salir de casa: unas galletas por si te da hambre después, prenda interior limpia que es un bien indispensable y pergamino con tinta por si tienes que mandar algún mensaje- dijo Luna con ensoñación. Los dos chicos la regresaron a ver –vamos, sigan hablando que sus voces son relajantes- dijo alegremente recargando su cabeza sobre la pierna de Harry.

-Vale, es mi turno…- dijo el moreno ignorando la sorpresa que le provocaba que Luna y probablemente los demás lo estuvieran escuchando -cuéntame porque estás aquí- el rubio exhaló todo el aire contenido en sus pulmones y regresó a ver la horrible palabra marcada con magia oscura en su piel.

-Ya lo dije allá atrás en el laberinto… soy un traidor… mi familia era una traidora para las líneas oscuras… pese a que nos tratamos de esconder en diferentes lugares, con diferentes nombres, él nos encontró… ¿Qué gracioso no? Uno creería que tendría mejores cosas que hacer antes de atrapar a traidores, pero tal parece que ansiaba el momento de pescarnos y hacernos pagar…-

-¿Qué le pasó a tus padres?-

-Es mi turno de preguntar Potter- el Gryffindor con un "vale, vale" le dejó proseguir -¿a qué se dedica ese debilucho Huffle que todos lo tratan como la jodida reencarnación de Merlín? Porque mira que parece que defecara galeones- Harry rodó los ojos por la finura con la que preguntaba.

-Ese debilucho se llama Ernie y es la persona que nos ayudará a escapar. Él ha estado trazando el mapa del laberinto desde que llegamos aquí. Tiene una memoria fotográfica que sabe exactamente el punto en donde nos encontramos cuando nos dejan allá cada luna llena- Draco arqueó una ceja –y antes de que digas todos tus prejuicios contra él o los Hufflepuff o algo así, déjame decirte que sin él, seguro que ya estaríamos todos muertos…- hizo una pausa -ahora mi pregunta-

-¿Cuál?- dijo fingiendo demencia.

-La que te había hecho-

-No se… no recuerdo ninguna de relevancia Potter…-

-Eres de lo peor-

-Vale… preguntaste sobre mis padres… pues…- apretó sus piernas contra su pecho. No quería hablar de ello, pero había prometido que hablaría. Tomó suficiente aire para darse valor –cuando nos encontraron en nuestra casa secreta en Rusia, mi padre fue torturado hasta quedar tan loco como tu amiga Brown que esta por allá y cuando ya no pudo más se arrojó de la ventana del cuarto piso… al menos mi madre no sufrió mucho antes de morir, ya que el bastardo de Fenrir le rompió el cuello… por mi parte mi querida tía jugó un poco conmigo y escribió eso en mi brazo… Yaxley muy tiernamente me hizo este corte en el lado izquierdo de mi cara y me partió un par de costillas…- guardó silencio al sentir las lágrimas ácidas que no dejaría que salieran. Recordarlo hacia que doliera como si lo estuviese volviendo a vivir –Y eso es todo lo que se antes de que quedara inconsciente y apareciera en el laberinto… más te vale que no repitas lo que te dije, porque si se lo cuentas a alguien te asesino Potter- lo amenazó.

-Tu secreto está a salvo conmigo- dijo sin saber que más decir. Nunca pensó que le contaría eso, pensó que le daría una evasiva, pero no… y dudaba seriamente que eso fuera una mentira.

-Bueno como sea... es mi turno- dijo desviando su atención de ese tema y se quedó meditabundo -¿Para qué sirven esos cochinos brazaletes? digo como accesorio son pésimos...-

-Para control. Con ellos nos reconocen y sirve para inyectarnos una poderosa poción somnífera cada 24 horas antes y después del laberinto…- dijo ensombreciendo su semblante. Draco se quedó con la palabra en la boca porque el moreno se adelantó a hablar -¿Y cómo es allá afuera?- preguntó sintiéndose tan viejo y cansado. Hacia tanto que no era libre. Jamás pensó que esos 6 años en Hogwarts serían los únicos que vivirían sin limitaciones y encierros. Pero se equivocó.

-Terrible... Pese a que el Lord tiene el poder supremo, no es suficiente. Arrasa con todo lo que toca y el más mínimo fallo que ve en sus aliados los pulveriza con sus huesudas manos... Ya no hay nada que lo detenga... creo que hasta destruyó Hogwarts en una de sus oleadas… por tanto en conclusión; es un asco todo…- se alzó de hombros. Pese a que la escuela era un lugar donde había pasado parte de su vida con recuerdos agridulces y desprecios hacia sus peculiares políticas, no podía evitar pensar que la echaría de menos –Bueno, volviendo a mi pregunta que muy alegre habías interrumpido ¿Por qué están intentando salir por el laberinto? Digo, es demencial por el hombre lobo y las trampas mortales… creo que es más sencillo intentarlo por aquí y…-

-No- contestó al instante. El rubio le había dado una confesión importante y él también lo haría pese a que había querido evitarlo –créeme que lo hemos intentado, más de lo que te imaginas…- recordó esa primera noche que pasaron en celda. Eran demasiados ahí encerrados, demasiada presión y ansiedad… -los brazaletes como dije, sirven de control… Padma Patil sintió claustrofobia al tercer día de esta encerrados y forcejeó con los barrotes de la celda… solo eso bastó para que cayera al suelo electrocutada. Michael Corner trató de trepar la celda sin tocarla y !bum!, fue partido por la mitad antes de poder sostenerse del otro lado… Lee Jordan intentó forcejear con los Mortífagos de guardia cuando nos trajeron comida, como si hubiera sido víctima de una bombarda, simplemente voló en pedazos… fue él que más lejos llegó…-

Los dos se quedaron callados siendo solo el crepitar el único ruido que había en el lugar. Demasiado por asimilar.

-¿Realmente estabas dispuesto a darte la media vuelta en el laberinto?- preguntó Harry finalmente disipando un poco la tensión que se apoderó del lugar.

-Lo pensé… convivir con ustedes siempre pensé que sería lo último que quisiera hacer, pero por cómo han sido las cosas, morir sigue siento lo peor que podría pasarme…-

-Vaya, que detalle- dijo con sarcasmo. Pero bueno, no esperaba que fuera de otra forma.

-¿Qué esperabas? Es la pura verdad- se alzó de hombros y mirándolo directamente a los ojos le preguntó -¿Porque confías en mí Potter? ¿Por qué me salvaste? Creí que me odiabas-

-Esa es más de una pregunta Malfoy…-

-Pero tienen que ver entre sí, así que contesta-

-Hum… porque simplemente no te odio, no lo hago ni nunca lo hice. Eso requiere mucha energía Malfoy, y créeme que pese a que eres peor que un grano en el culo y me caías tan mal por tus constantes burlas y palabras hirientes, nunca te deseé verdadero mal- el rubio alzó la ceja escéptico –nunca- repitió –aparte, te salvé porque se lo debo a tu madre… y a ti mismo por lo que tú ya sabes…- dijo en voz baja y automáticamente el rubio tocó en su pecho la cicatriz cual estela débil aun permanecía inamovible por la magia oscura.

-Bueno… creo que son suficientes confesiones por un día o noche…- dijo dándole la espalda. Era demasiado para una sola noche. Harry asintió y ambos se quedaron sumergidos en sus propios pensamientos lo que duró la noche.

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Los días transcurrían lentamente entre forzadas marchas, pobres comidas cada cuatro o cinco días, peleas verbales más que nada entre Draco y Ron, Luna de mediadora, Neville de ancla para los desvaríos histéricos de Lavander y análisis de Hermione, Ernie y Harry para poder salir del laberinto.

-¿Cuánto ha pasado Luna?- preguntó Hermione preocupada. Ella tenía sus propios cálculos mentales, pero quería estar segura principalmente porque no quería creer lo cerca que estaba la luna llena.

-Han pasado 28 días Hermione…. mañana es luna llena…- dijo en voz baja mientras acariciaba la frente de Lavander que dormía por el momento sobre su regazo –como me gustaría tener mis espectrogafas para ver los torposoplos de tu cabeza… seguro podría ayudarte-

-Pero esos bastardos te las rompieron- exclamó Neville inquieto. Estaba nervioso por la cercanía de la tortura que les deparaba.

-Ya no importa Neville… si algún día salimos, podré comprarme otras- sonrió tomando su mano –y seguro podemos ir por un poco de pudin con Madame Rosmerta- Neville adoraba su sentido de verdadera esperanza que con nada temblaba, siempre se mantenía firme pese a lo delicada que se veía. Por la misma razón se pedía el doble de esfuerzo para protegerla a toda costa.

-Por supuesto Luna, por supuesto…-

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La llegada al laberinto fue como siempre dolorosa. Hermione más de una vez pensó que solo eran arrojados como costales de papa sin importarles siquiera donde aterrizaban. Los quejidos por el golpe y las piedras incrustadas no se hicieron esperar.

-¿Están bien chicos?- preguntó poniéndose en pie midiendo mentalmente cuanto tiempo tendrían para alejarse lo suficiente del que una vez fue su profesor.

-Esos bastardos infelices ¿porque no cuidan más de sus objetos de entretenimiento?-

-Porque tal y como lo dijiste Ron, son unos bastardos infelices- Neville ayudó a las chicas que aún estaban en el suelo.

-¿Dónde estamos Ernie?- pidió Harry comenzando a llenarse de adrenalina.

-A diferencia de hace un mes, esta vez nos encontramos más en la zona norte, por aquí- dijo señalando una específica región en el mapa. Hermione asintió –entonces yo sugeriría que tomemos el camino de la izquierda para ir al suroeste, ahí hay un menor número de trampas…-

-Buena idea Ernie- dijo Harry dándole una palmada en el hombro –andando mientras tengamos el sol de nuestro lado… entre lo más lejos estemos de aquí mejor…-

-Toma Hermione- dijo el Hufflepuff dándole el pergamino.

-Pero…- la chica mordió su labio nerviosa. Ernie le dirigió unas palabras en su oído y le dedicó una sonrisa triste antes de motivarla a tomar el mando.

-Sé que puedes hacerlo. Guíanos- Hermione podía leer mapas y comprendía la iconografía que había plasmado Ernie, pero aun dudaba de su habilidad para tomar el liderazgo sin llevarlos directamente a una trampa.

-Confío en ti Hermi- le dijo Ron en tono cariñoso. Armándose de valor así lo hizo y comenzó a avanzar.

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Había escuchado a sus alumnos tan cerca. Demasiado que no podía soportarlo. No quería creerlo. Quería gritarles que huyeran lo más rápido que pudieran, pero su voz ya no le pertenecía. No salía sonido alguno de palabras concisas, solo jadeos dolorosos y gruñidos. La transformación llegaba nuevamente a rasgar su piel y torcer sus huesos. La luna brillaba en lo alto y el hambre acrecentaba.

"No, no, no…" decía queriendo golpear su cabeza contra la pared. Acabar de una vez con su sufrimiento, pero ya nada reaccionaba a su parte racional. El instinto llamaba y su ser animal sediento de sangre, tomaba el control.

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Se habían dividido en grupos para hacer vigilancia. Pese a que el peligro número 1 del laberinto era Remus Lupin, había demasías criaturas mágicas y trampas que era difícil no estar alerta.

Los primeros en hacer guardia fueron Neville, Lavander y Luna. Hermione por su parte aun planeaba seguir con el estudio del laberinto. Ernie no le había dicho el motivo por el cual le estaba dando su tarea, pero quería hacerlo lo mejor posible.

Harry preparó el fuego para pasar la noche. La temperatura descendía rápidamente que el vaho de sus respiraciones se densificaba. Esperaba que esta vez no hubiera ningún percance.

-¿Miedo Malfoy? ¿Quieres que tome tu mano?- le preguntó al rubio que tiritaba de vez en cuando. Su mirada gris se perdía entre las largas paredes escabrosas de malezas y enredaderas, como si esperaba que de un momento a otro, algo saltara sobre ellos.

-Quisieras Potter…- dijo con un mohín.

-Pues deberías temer… este sitio es horrible…- "más de uno ha muerto por los peligros que albergan estas paredes…" se dijo meditabundo.

Un aullido los tensó al instante.

-Está cerca… vamos a morir… va a desgarrarnos y disfrutará con el sabor de nuestra carne…- dijo Lavander corriendo a esconderse tras de Harry.

"Pues muy loca no está…" pensó Draco al ver esa acción que estaba segura que sería capaz de arrojar a Potter con tal de salvar su propio pellejo. "Tal vez en otro tiempo podríamos habernos llevado bien…" pensó apretando sus manos.

-Está lo suficientemente lejos para saltarnos de sorpresa… pero será mejor continuar moviéndonos- dijo Neville tratando de ubicar de dónde provenía el aullido a la luna llena.

-Vale… vamos al este- dijo Ernie condescendiente.

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Caminaron un rato. Harry como siempre iba hasta delante siendo dirigido por Hermione y Ernie a solo un paso tras de ellos. Neville y Ron cubrían la retaguardia por cualquier criatura que apareciera. Sabían que había desde pequeños doxies y duendecillos de Cornualles, hasta peligrosos gorros rojos y nagas…

-Shh… silencio…- pidió Harry comenzando a retroceder. Hermione miró a las criaturas que estaban frente a ellos y como detestaba no tener siquiera una varita para combatirlos. Tan sencillo que era, pero desarmados era una tarea titánica.

Los demás lo imitaron. Los Hinkypunks podrían no se letales, pero Harry quería evadir a toda costa más percances.

Un grito desgarrador les heló la sangre y más aun lo que sus ojos captaban.

-¡RONN!- gritó Hermione El lobo lo tenía apresado por el hombro. El chico golpeaba con sus extremidades pero las fauces permanecían cerradas. Intentó usar su navaja pero un zarpazo la tiró de su mano. Ron gritaba histérico y los borbotones de sangre manaban manchando su ropa.

La chica se echó a correr por inercia, tratando de socorrerlo, pero Neville se lo impidió. Ernie entre dudando que hacer, reaccionó más rápido que Harry y con todas sus fuerzas se abalanzó contra el licántropo.

Ron salió desprendido mientras que el Huffle luchaba por su vida con la cruel bestia. Draco pese al miedo que sentía, reaccionó primero – ¡Logbottom llévate a las chicas!- le gritó para que saliera de su estupor. Hermione seguía chillando desalmada y Lavander corría sin dirección alguna.

Harry quería salvar a Ernie, pero Ron aún estaba vivo; muy mal herido pero vivo al fin y al cabo. "Maldición…" tembló ante su impotencia. Sabía que si se quedaba a tratar de ayudarle morirán todos.

-¡REACCIONA POTTER! ¡Tenemos que salir de aquí!- ordenó Draco tratando de levantar el peso muerto de un Weasley inconsciente por la sangre perdida –estúpida comadreja pesada…- murmuró haciendo todo el esfuerzo por avanzar, pero sus propias heridas aun dolían.

Harry cerró los ojos ante los gritos de su amigo que iba perdiendo y solo era cuestión de tiempo para que pasara lo peor. "Perdóname Ernie…" se dijo con pesar, echándose al hombro el brazo de su amigo. No podía contener sus propias lágrimas de coraje y resignación que empañaban su visión; vaya valiente héroe que había resultado y no había prevenido que otra muerte se efectuara.

Ron respiraba copiosamente y aun no perdía del todo el conocimiento. No dejaría que el sacrificio de Ernie fuera en vano y continuarían; debían de continuar.

-Vamos camarada resiste… tienes que sobrevivir esta noche…-

 

Notas finales:

Es todo por el momento y para ya dejar de dar lata con este fic chafa actualizaré mañana~ Solo aguanten 4 días más! Besos <3


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