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The Deadly Elegant Dark Cabaret por Isaku Uchiha

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Notas del capitulo:

La historia de este one shot está inspirada en la canción The Night de Aurelio Voltaire que, a pesar de no pertenecer a la compilación que mencioné, sí es del género Dark Cabaret y me encanta en verdad. También me agradó el fanvideo de Daria Cohen al respecto, se los recomiendo mucho por si aún no le echan un vistazo.

 

Enjoy!!!

The Night

UchihaXNaru

 

 

The day is the wife whom I elude
the one to whom I should be right
Although forewarned by peers and kin
I always get into the Night

 

- ¿Otra noche fuera?

- Sólo será un poco de aire fresco.- Esbozó una amplia sonrisa a la chica de cabello oscuro mientras le mentía.- Lo prometo. Volveré antes de que vayas a la cama, Hinata-chan.

- Siempre dices eso, Naruto. Y siempre vuelves al amanecer...

- Bueno...

- Al menos promete que tendrás cuidado... por favor...

 

Casi sin prestarle atención y con un simple ademán de la mano, terminó la despedida a su novia. Mientras bajaba por las escaleras del edificio, aquella sensación en sus entrañas se acrecentaba, erizándole los cabellos de la nuca. Sin duda sería otra noche fuera hasta que saliera el sol, era verdad, pero no lo podía evitar; había algo en las luces nocturnas, en el aire fresco y el tenue aroma a rocío que le encantaba. Un placer secreto que el día no podía proveer.

 

Mother always warned me such
being a nocturnal soul
Besides just being simply strange
spawns from some illness of the mind

 

Caminando entre las calles de la ciudad, las sombras proyectadas por la luna se alargaban al avanzar en su andar, adentrándose en ellas a través de callejuelas estrechas y solitarias sin titubear, sin ningún rumbo fijo. Ansioso sin razón, el interior de su pecho retumbaba como tambores de guerra; seducido por las frivolidades de la noche, hipnotizado por una fuerza tan poderosa como irresistible, cada paso que daba era un trozo de su vida que se desprendía de su mente. Para cuando cruzó la última calle, sólo el imperioso precepto oscuro permanecía en él.

 

But the Night, She calls me
She calls me, She calls me
She calls me, She calls me

She sways in Her velvet dress
and pulls me towards Her in the dark
While the others rest

 

Una vieja puerta de madera empotrada en un muro de ladrillo gris resultó ser el final de su largo caminar. Sus ojos azules se clavaron fijamente a los pasadores del portón, sin embargo, su mirada se hallaba perdida en algún punto incierto. Permaneció inmóvil ahí durante varios minutos, sin dar la menor señal de querer llamar a la puerta. Un escozor en su cuello se manifestó súbitamente dándole un brillo especial a sus opacas orbes, después, la pesada puerta cedió por sí misma, dejando que la cálida luz al otro lado iluminara el rostro moreno de Naruto, en una clara invitación a entrar. Sin ser consciente de ello, sus piernas avanzaron como se les indicó a la vez que el viejo portón se cerraba tras de sí. Una sutil caricia revolvió sus dorados cabellos mientras se adentraba, ciegamente y por millonésima vez, en aquél lugar.

 

La garra fría y pálida de una antigua, sangrienta criatura.

 

Heed the call, the time has come
for all you, children of the Night
Gather 'round like suckling dogs
Mother’s come, She is the Night

 

Risas espeluznantes y sonrisas imposibles a la luz de un millar de velas. Aroma a hierbas húmedas, incienso y almizcle. Música extraña, de notas clásicas e inmortales. Vinos más tintos y espesos de lo usual. Danzantes animosos brillaban lo mismo en el escenario que en la pista de baile y entre las mesas, acariciando apenas el frío suelo bajo sus pálidos pies. Aquella algarabía se detuvo de a poco, posando todos los presentes la mirada en el recién llegado, echándole buen ojo gracias al brillo rojizo en sus pupilas, más ninguno se atrevió a tocarle.

 

Come with me to the other side
Make the girl in black your bride

 

El sonido de un calmo andar proveniente desde las sombras se hizo presente, apartando a los presentes conforme se acercaban al centro de la pista, y llegando a topar con el hipnotizado humano que ahí permanecía. Elegante y sin prisa, aquél andar retomó su marcha alrededor del impávido Naruto, lo mismo que un lobo inspeccionando el botín del día. La fastuosa presencia se detuvo a pocos centímetros de su presa, delineando el rostro moreno con su pálida garra y haciéndola bajar por la espalda, hasta la cintura; con un feroz agarre acercó el tibio cuerpo al suyo, aprisionando la mano con su otra garra y deleitándose con el aroma que aquél manjar a su merced emanaba.

 

Una nota chirriante de violín inició el baile que presa y predador abrieron. El funesto vampiro marcaba los pasos, rápidos, violentos, divirtiéndose con el muñeco de trapo entre sus brazos. La música se tornaba rauda y feroz a cada segundo, mientras el resto de los vampiros se les unían.

 

‘Cause the Night, She calls me
She calls me, She calls me
She calls me, She calls me

She sways in Her velvet dress
and pulls me towards Her in the dark
While the others rest

 

Aun a pesar de aquél espectáculo, el suave palpitar de Naruto se escuchaba cual delicioso estruendo a los oídos del vampiro. Desafortunadamente para él, era el único pulso vivo en varias manzanas a la redonda. Cada paso de baile, cada giro, cada movimiento que el nosferatu marcaba a sus miembros sólo aumentaba el deseo de éste por consumirle. Las ansias del apuesto vampiro llegaron a su máximo en aquella pista. Era hora de traer de vuelta al invitado de honor para el espectáculo principal.

 

Una caricia de su pálida mano sobre la mejilla del humano, y los ojos azulados volvieron en sí. Al principio, aturdido y desconcertado, no supo qué ocurría; cuando pudo enfocar la mirada, se encontró con los centellantes fogones del mayor, reconociendo la perversa sonrisa que éste esbozaba.

 

Terror puro e insoportable le invadió el cuerpo, haciéndolo estremecer. Lo recordaba. Aquél demonio infernal le había atrapado de nuevo para su diversión.

 

- No…

- Sí.

 

Respondió con regocijo el vampiro al leer el miedo en su dulce víctima.

 

Antes de recibir protesta, las funestas garras se abalanzaron contra el menor invocando una pesada niebla tras de sí; al siguiente instante, Naruto se vio transportado a aquél mullido reposar de sedas y plumas de ganso, custodiado por los característicos doseles a cada esquina. Intentó levantarse de la cama, pero la elegante figura lo arrojó de vuelta tan pronto se puso de pie. Las garras comenzaban a hacer jirones su ropa mientras la nariz de la criatura se mantenía enterrada en su cuello, percibiendo la carótida acelerada en él; los golpes y patadas que le propinaba para liberarse eran menos que caricias para el vampiro, quien sólo veía su deseo aumentado con aquella muestra de desesperación.

 

Sonrió.

 

Cuando consiguió desnudar por completo al menor, lo giró violentamente contra la cama de espaldas hacia él. Naruto le miró de reojo, sin desistir en su lucha; el vampiro aprisionó sus muñecas sobre la cabeza usando una sola mano, y con la otra le tomó del rostro para obligarlo a mirarle. Su mirada lasciva brilló en tonos escarlatas y bermellones.

 

- Lo disfrutarás, como cada noche.- Le habló con una voz grave e imperiosa que resonó en ecos en la mente de Naruto.- Porque así lo quieres.- Los asustados ojos azules se reflejaron en el fuego de los ajenos, mientras escuchaban el final de la sentencia.- No necesito ordenártelo. Tú ya me deseas.

 

Satisfecho, el vampiro liberó el rostro de Naruto sobre las sábanas de seda. En un instante, los miembros del menor flaquearon, esfumándose sus ganas de pelear a muerte contra aquél monstruo vil, sin embargo, el miedo aún permanecía en él. Las garras blancas se arrastraron por la curva de su espalda y hasta llegar a los glúteos, pero una volvió a subir para tomarle del rostro, esta vez con delicadeza, dejando expuesto su cuello y las marcas inconfundibles de un nosferatu.

 

- Para…

 

Hizo un último intento, sin obtener otro resultado más que el sentir a la perversa criatura adentrándose en él. Habían pasado muchas veces después de la primera, por ello el dolor fue mínimo en esta ocasión, pero eso no reducía la humillación y la culpa que sentía. Sus piernas se estremecieron y su boca quedó entreabierta cuando el vampiro entró por completo, provocando contracciones involuntarias en su entrada debido a la enorme intromisión. La criatura de largos cabellos azabaches esperó paciente, casi piadoso. Se aproximó al cuello de su víctima, justo donde le había marcado, y los colmillos le crecieron palpitantes y ansiosos.

 

Una mordida bastó para liberar el primer gemido del rubio, deleitando a la ominosa figura e incitándolo a comenzar un vaivén lento pero profundo conforme bebía de su sangre.

 

It just seems very strange to me
Not Her quiet lonely streets
and draped in all Her mystery
‘could be so sweet and comforting

 

El carnaval vampirezco continuaba afuera de la habitación, regocijándose las bestias por la alegría de su amo al haber vuelto el más delicioso de sus aperitivos. La música resonaba en sus notas más altas como vítores a la conquista de su príncipe oscuro, quien aceleraba los movimientos de su propio festín en un éxtasis sinigual. Ya sea por el control que ejercía el vampiro sobre su cordura, lo inusual de la situación, o simplemente por el placer carnal, el rubio sentía sus mejillas arder y su propio miembro palpitar contra la cama, amenazando con correrse con cada poderosa arremetida que recibía.

 

La pálida criatura, embriagada de sangre y placer, temblaba al recibir el delicioso calor del cuerpo mortal en contacto con su piel, y eso lo excitaba. Su respiración marcada se aceleraba, unas embestidas más y se liberó al interior de su presa en un estremecimiento, luchando porque su propia fuerza no le desmembrara por error. Naruto, apenas sentir aquella calidez inundar su interior, soltó el sonoro gemido que había estado tratando de ahogar en su garganta durante todo el encuentro, acompañándolo además de su propia semilla tras el orgasmo. Después de eso, el rubio cayó rendido sobre la mullida cama, con la respiración agitada y el cuerpo bañado en sudor.

 

Afuera, la música había cesado al mismo instante que ellos. Un, dos, tres golpes continuos se escucharon, y una nueva melodía llegó hasta sus oídos. Tratando de reponerse, el vampiro le levantó de la cama con facilidad y le sentó en su regazo, sintiendo cómo el miembro en su interior volvía a endurecerse sin siquiera haber salido de su entrada. Los fuertes y níveos brazos le rodearon el pecho, y la boca del nosferatu se acercó a su oído, permitiéndole escuchar su agitado respirar.

 

- Maravilloso baile, como siempre.- Le susurró con evidente lujuria en su voz.- Permíteme el resto de la noche.

 

- ¡Itachi...!

 

Sus súplicas fueron silenciadas por los labios del mayor en un demandante beso, quien ya había vuelto a retomar su entrada caliente y goteante. El vampiro dejó sus labios para volver a su oído y jugar ahí con su lengua, deleitándose con los gemidos del menor que ahora cantaba sin control.

 

Delicioso.

 

El resto de la noche se consumió en caricias salvajes y movimientos bestiales, deseo puro transmitido a la carne que no cesó hasta que el espíritu maldito así lo quiso. Al terminar el último "baile", el nosferatu de fino porte se tomó su tiempo contemplando a la presa que yacía en la cama, inmóvil y agotada, casi drenada de sangre; entonces aquél pensamiento recurrente volvió a transitar por su oscura mente, provocándole una inquietud en las entrañas.

 

¿Qué tal si su pequeño postre pasaba a ser el manjar principal de cada noche?

 

Un exquisito esclavo inmortal, fiel a su sombra para cada ocasión, inmune al tiempo igual que él…

 

Con elegancia, se incorporó de la silla antigua y finamente ornamentada desde la que meditaba profundamente su dilema, se aproximó a la cama y reparó en el cuerpo herido y marcado por sus zarpas, producto de su arrebato de placer; entonces tomó la barbilla de Naruto, delineando sus facciones con los ojos mientras éste le dirigía una mirada expectante. A través de sus dedos sintió el ligero temblor de aquél joven, quien permanecía invadido por el miedo y la incertidumbre. Esa visión fue la respuesta a la disyuntiva.

 

Le gustaba débil, frágil, aterrado, obediente y, por más que lo intentara negar, por mucho que no lo pudiera explicar, adicto a su existencia inmortal.

 

Sí, humano era como le gustaba.

 

But the Night, She calls me
She calls me, She calls me
She calls me, She calls me

She sways in Her velvet dress
and pulls me towards Her in the dark
While the others rest

 

El horizonte comenzaba a iluminarse con los tonos del amanecer, indicando a todas las criaturas y demonios de la noche la hora para resguardarse. La pesada puerta de tablones viejos se accionó, dejando el paso libre al aturdido rubio que caminaba con lentitud hacia la calle. Antes de avanzar, la voz del galante vampiro le hizo girar y atender a sus ojos incandescentes.

“Vuelve a casa, y guarda esta noche en el rincón más oscuro de tu mente, con las demás.” – Se le ordenó.- “Y no me busques de nuevo…”- Los ojos azules grabaron aquellas órdenes y las abrazaron con fuerza, esperando.- “No regreses… a menos que me desees.”- Le ordenaron.

El rostro moreno esbozó una ligera sonrisa antes de responder.

-Sí, amo.

Notas finales:

Una disculpa por desaparecerme, ahora estoy trabajando y me queda aún menos tiempo libre del que quisiera, pero poco a poco me voy acomodando y creo que podré seguir actualizando Mercy.

 

A todas las personas que siguen aquél fic mis más sinceras disculpas, espero pronto tener una nueva actualización pero como dije, lo voy a terminar lml


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