“En esta ciudad…”
Debí haberte detenido. Estirar mi mano un poco más… Solo, un poco más.
Hoy, la luz en esta ciudad solitaria ya no es igual, porque quien para mí la hacía brillar ya no está…
No hay nada que pueda hacer, solo seguir el camino que entre tu último aliento me dijiste, como la razón de vida que tanto perseguí.
El mundo no recuerda tu nombre, pero yo jamás te olvidaré, ni a esa tarde de colores estivales donde te perdí.
¿Sabes? No me puedo perdonar que no te detuviera… A veces me pregunto, ¿cuánto más habríamos seguido vivos si ese día hubiese impedido que te marcharas? O, ¿qué hubiera cambiado?; ¿qué te habría dicho? ¿Qué habríamos vivido?
Hoy, es tarde, en esta ciudad donde el viento sopla llevándose los sueños y no regresando la esperanza, tu nombre es todo lo que me queda…
Tu sonrisa, tus palabras, tu determinación; tu todo, lo que en mi murió.
Entre noches de insomnio donde recuerdo tu sonrisa y pienso en ti, en todos esos “no”
No dejarte ir… No poder protegerte… No decirte lo que tanto quería…
En una ciudad sin nombre, donde a nadie le importa el pasado, más que solo seguir; no como a mí…
El sueño de escribir con tu pluma una vida, se esfumó, y con el, mi sueño de ser parte de ello yo.
Parece que fuera ayer cuando aún podía escuchar tu voz fuerte pero suave, decirme cosas sin sentido para los demás, y de gran significado para mí.
Pertenecer a algo que nos hacía solo pertenecer a nuestro lazo, sin ninguna dirección, aunque al final, solo termino llevándonos a la oscuridad y a este final.
En esta ciudad donde el tiempo pasa y nadie es igual; que con recuerdos tuyos me deja y no vivir.
En el viento que no me permite abrazarte, pero que no me deja morir, aun sigo esperando tu regreso.
Eras más de lo que podía aspirar, pero aun así no te separaste de mi lado, y me regalaste razones para vivir, pese a que el resto le diga que ya no quiera seguir.
La razón de creer que entre algunas palabras podré volver a escuchar tu voz, como si me las leyeras, en una vida que esta dicha solo buscamos poder sobrevivir.
En el interior de una ciudad donde nadie recuerda lo que pasó, o tu voz…
Tus palabras, tu toque, la promesa que se cumplirá; las cosas importantes que existen en realidad.
En la vida que se negó a darme una oportunidad contigo, donde no podré expiar el pecado de aquel día, “donde”
Donde te solté… Donde no te alcancé… Donde no te volví a ver sonreír…
En esta ciudad donde te encontré y me perdí yo…
Donde no hubo nosotros…
No pude decirte que te amaba…
Ni que eras mi persona más importante…
Tú, Oda Sakunosuke…
Tú…
En esta ciudad donde sopla el viento… sin ti…
FIN