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Recuerdame por btalkrajo

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Notas del capitulo:

Basado en Sherlock de la BBC

Quien lo recordaría hoy en día, un viejo Blog donde yo narraba nuestras aventuras, las mismas que iban sucediendo mientras vivimos juntos, cuando miro hacia atrás, la época de nuestra juventud regresa a ser un sueño cálido que nos envuelve, no éramos tan jóvenes realmente, pero no pensábamos que llegaríamos a ser los viejos que somos.

Sherlock Holmes, no es ni más ni menos que el mayor detective de la historia, el hombre más espectacular y enigmático en la faz de la tierra, con un rostro más allá que agraciado y los talentos a flor de piel y porque no decirlo hoy en día… el gran amor de mi vida. No el único amor es cierto, pero si el más profundo que jamás llegue a desterrar de mi ser.

Cuando miro al pasado, el peso de los años me hace mirar ahora a menudo, recuerdo el dolor… haberle creído muerto siempre será lo más cruel que pudo hacerme, lo más hiriente y en todo, lo que más nos separó, aun no me arrepiento de ello, vivíamos en una época donde el amor, un amor como el nuestro aún vivía bajo un tabú, él mismo era un tabú entre los intelectuales, la gente le admiraba y le temía y entre ello le odiaba, le vi caer… yo le vi caer… yo le vi morir y con su muerte morí también, los meses siguientes fueron los más horrorosos que alguien pudiera experimentar, le veía en cada persona, en cada gesto, en cada estúpida gorra de cazador… entonces Mary entro en mi vida, dulce Mary que me rescato, antes de él, la respuesta siempre será no y después tampoco, pese a que mi hermana Harry era Lesbiana no me pensé como un Homosexual… aun ahora dudo de serlo pero le amo. Fue amor a primera vista y no ha cambiado…

Pero si regreso a su fingida muerte, diré que Mary me rescato del suicidio, de nos ir por ella hubiera partido a buscarle, lo cual suena absurdo ahora, jamás le encontraría ahí al otro lado del silencio. Me case y en mi boda fue mi padrino, Mary lo sabía, sabía que yo le amaba a él, pero también la amaba a ella y a él aun no le perdonaba su mentira y él tampoco me pidió que no me casara, debí descubrirlo en sus silencio cuando le propuse ser mi padrino, mi último intento porque por una sola vez me hablara de amor… yo era un estúpido, un ingenuo que deseaba palabras y no veía sus actos, el acto de entregarme para que fuera feliz aun sin el… no sucedió, pese a Mary y al hijo que tuvimos, Sherlock siguió siendo la parte fundamental de mi vida, aun cuando me mirase al espejo y me repitiera mil veces que esas tardes bailando o escuchándole tocar el violín pertenecían al pasado… La mujer, tal vez me case para vengar esa traición, una traición absurda, no éramos nada y lo éramos todo y yo salía con toda mujer que podía por no pensar en él y él pensó en una sola mujer por no pensar en mí. Las horas de té, las tardes de caminata, las tardes de frio donde Sherlock me pedía comprarle galletas…

Y yo escribía… en mi laptop nuestras historias, como un alarde de que era yo, si, era yo quien estaba a su lado, era yo quien le comprendía e incluso quien le soportaba, era yo… soy yo…

Hoy sin embargo evoco el día hace veinticinco años, habían pasado seis meses sin tener una sola carta de él, llevaba viudo nueve meses y su única carta llego para darme el pésame, mi hijo y yo veíamos la lluvia caer, habíamos ido a vivir de regreso a 221B de Baker Street, yo necesitaba reconectarme con él aunque él no estuviera conmigo. No tenía idea de donde estaba entonces, no sabía si aún sentía algo por mí y me sentía traicionado, abandonado, consciente de que mi amor ya no era nada para él. Me dirás estimado lector que soy un egoísta y es verdad, no pensé que yo tenía un hijo, que había enviudado de mi mujer y que tenía un perro… pero quería su atención y su consuelo, deseaba oírle tocar el violín, deseaba ser joven de nuevo, vivir en el pasado solos los dos sin nada de ese dolor, comiendo en los restaurantes donde no le cobraban, comprándole bufandas que después el luciría con elegancia y se me olvidaba muy a menudo que no tenía derecho a eso.

- Cuando has… (regresado) – recuerdo verle de piel mirando la lluvia caer desde nuestro viejo salón…

- Será una visita breve… - respondió sin sonreírme – he querido verte para preguntarte algo que…

- No… - no estoy seguro de si lloraba o no, él siempre dice que lo hacía, pero tal vez es parte de su exageración, pero es verdad que le grite – si es una visita breve no debiste regresar… yo te he estado esperando, te he esperado durante meses y todo lo que he recibido ha sido una carta con cuatro palabras en ella, te he necesitado más que nunca en mi vida y no estabas aquí, si es una visita breve que se acorte ahora y vete…

- Yo te he esperado durante años sin hacerte ningún reproche – dijo frio – sabes perfectamente que la quería, ella me importaba y por eso mismo me fui a Italia, sabía que no podíamos perpetuar más esto hiriéndola

- ¿esto? De que hablas, que hay que perpetuar

- Lo nuestro

- Lo nuestro lo terminaste cuando saltaste de esa azotea y dios que nunca te perdonare por ello… tú nos separaste…

- Ella te salvo, lo supe cuando la conocí, ella lo sabía, y por eso me fui

- Si, tres años te fuiste sin decir adiós, sin dejarme verte, sin decirme dónde estabas…

- No sabes lo que se siente John, no lo imaginas

- Crees que no? Que no sé lo que es sufrir por perder a mi mujer y la madre de mi hijo, y al mismo tiempo ser feliz de ser libre para ir a buscarte… crees que no se eso,

Por primera vez había dicho exactamente las palabras que el retenía en sus labios y nos miramos, nuestros ojos se fijaron uno en el otro y no recuerdo más o es que no quiero dar detalles de mi intimidad.

Pero cuando la noche cayo comprendí que habíamos esperado durante años para volver a reunirnos, nunca más nos separamos, Sherlock seguía siendo la misma criatura indescifrable y perfecta.

Su reputación como el mayor detective le precedía a donde fuera, casos insólitos y absurdos sucedían de la misma manera, pero el tiempo pasa siempre marcando a cada persona y con nosotros fue sucediendo lo mismo. Gracias a él mi hijo se convirtió en un muchacho mejor de lo que hubiera sido conmigo, Sherlock despertó su mente e influyo en sus retos personales de modo profundo y cuando se fue para vivir sus propias aventuras y nos dejó mirando la lluvia sabíamos que le iría bien… siempre lo supimos. No podía ser de otra manera, nos amábamos con la misma intensidad que al… tal vez no lo comprendan pero Sherlock y yo tuvimos un hijo juntos.

Cada día ha sido como aquel primero, y aunque más de una vez he deseado asesinarle con mis propias manos, jamás dude en matar por el o por morir por él, él se ríe cuando le hablo de que lo amo, porque aún cree que decir esas cosas no es necesario, pero para mí si lo es… te amo Sherlock Holmes.


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El hombre deja de leer las páginas que le han traído, mientras observa al sujeto delante suyo, cree reconocerle pero no está seguro, tal vez alguna vez le conoció se dice a si mismo mientras le mira… pero no está seguro.

- Tu historia es linda – dice dejando las hojas sobre su regazo – Los dos eran hombres y pese al tiempo se amaban… ¿aún le amas?

- Si, igual que hace veinticinco años

- Cuarto siglo… es mucho tiempo…

- Lo es, quieres brindar conmigo por favor

- ¿Porque Brindamos?

- Por nosotros…

- Nosotros…

- Si

- Entonces brindemos… sabes… yo…

No dice nada y vuelve a tomar las hojas, las deja en la mesa y alza su copa, brindan los dos por tiempos mejores, por tiempos donde las cosas fueron perfectas, sin mancha alguna en su recipiente de cristal.

Fueron ellos los que cambiaron las reglas, fue su amor el que espero por décadas y siguió viviendo aun en la distancia y el silencio, John jamás imagino un amor como ese y jamás vivió otro igual, ellos dos paseando por Londres, por el Londres que conocieron y que hoy uno de ellos no logra recordar con nitidez, pero el otro permanece a su lado, aunque ya no lo recuerde ni lo escuche, aunque ya muchas veces le ignore por completo y se pierda en su mundo en el pasado, los dos lamentan haber desperdiciado el tiempo, los dos desean regresar al momento en que todo estaba bien y no equivocarse…

- Sabes… - dice el hombre dejando la copa sobre la mesa – yo ame una vez…

- En serio… a quien…

- Era… magnifico… yo… no puedo verlo…

- Seguro te amo del mismo modo, todos los días desde que te conoció, los dos fueron felices

- El salto – dice el hombre rompiendo en lágrimas que atraviesan al otro – Fue Moriarty… él lo obligo a saltar… yo lo vía saltar

Con sus brazos le rodea y besa su piel avejentada.

- Por favor perdóname John… era necesario para salvarlos… estoy aquí, contigo, como hace veinticinco años, tardamos mucho en encontrarnos… lo recuerdas… ¿me recuerdas?

- Yo… mi nombre…

- Eres John Watson… y yo soy Sherlock Holmes y te amo John, siempre te he amado…

Y sus ojos brillan, le recuerda, un reflejo de lucidez en su demencia senil y lo puede ver, sus ojos, los mismos ojos llenos de inteligencia que brillaron en el tiempo de ayer.

- Sherlock… hiciste el milagro… estas vivo….

- Estoy contigo John

- Escribí algo, ahora ya no recuerdo muchas cosas, lo escribí para ti… esta… ah, mira está aquí… no lo leas ahora, léelo después Sherlock, léelo cuando yo ya no pueda recordarte…pero no te olvidare, te llevo dentro Sherry, te llevo dentro

- Brindemos entonces John

- Porque?

- Son nuestras bodas de plata John, hoy son veinticinco años desde que regrese….

- Brindemos por llegar a los cien

Y los dos brindaron de nuevo, los años siempre dejaban su huella, pero el amor también.




Para Alex… aunque no me ames, ya te amo yo por los dos.


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