Casi todos los vengadores se encontraban sentados en los cómodos sillones de la Torre Stark conversando de un tema bastante serio, y justamente el dueño de la torre y único integrante que faltaba en la improvisada reunión era el tema principal.
-Estoy preocupado por Tony- comenzaba diciendo Steve, un alfa de alto rango y líder del grupo de héroes -Desde que escondí sus pastillas se ha estado comportando muy extraño ¡Y solo han pasado dos días!- la duda se reflejó en su semblante antes de preguntar -¿Están seguros que fue lo correcto quitárselas?
-Tranquilo Steve- le intentó consolar Nath, otra alfa muy fuerte e inteligente, además de hermosa, considerada una de las mejores espías -Se conoce como síndrome de abstinencia, es normal cuando un adicto deja las drogas.
-Técnicamente no son drogas, o no unas conocidas por lo menos- agregó Bruce, un científico beta que cuando se enojaba podía superar a muchos alfas, por lejos -Ya he analizado las pastillas y no contienen ningún tipo de alucinógeno o placebo.
-¿Y entonces que es?- Preguntó Clint, un beta con una de las mejores punterías a nivel mundial, y pareja de Bruce.
-Para ser sincero, no tengo ni idea- contestó el doctor –Es obvio que estas pastillas no se venden en ningún lugar, y los laboratorios Stark tampoco la producen, así que lo más probable es que Tony las fabrique para su consumo propio, aunque aún hay algo que me molesta de todo esto- mencionó pensativo.
-¿Qué pasa? ¿Contienen algo malo?- preguntó el capitán asustado por el bienestar de su compañero.
-No es algo malo como tal- todos escuchaban atentamente lo que Bruce decía –Simplemente no entiendo la razón de que las pastillas estén conformadas mayoritariamente por Anastrozol* y Letrozol*, además de Serotonina*- La verdad ninguno entendía a que se refería Banner exactamente, pero cuando alguien estaba a punto de preguntar que significaban todas esas palabras que parecían estar en chino, lograron escuchar perfectamente como alguien corría a la sala del piso principal de la torre, justo donde ellos estaba.
-Hey chicos, n-no han vi-visto, ahm, no han visto un tarrito no muy grande con unas, unas pastillas azules dentro, son parte de un, ehhh, experimento, si eso, son parte de un experimento que estoy haciendo y es de vital importancia que las encuentre- Todos miraban sorprendidos al gran Anthony Stark, claramente sonrojado con sudor escurriendo de su frente y completamente nervioso, algo extraño en uno de los Alfas más codiciados del momento, que siempre intentaba mantener el control de la situación, no importara cual fuera.
Todos se miraban entre ellos y nadie sabía que decir o hacer, hasta que Steve decidido se paró para enfrentar esta situación que tenía preocupados a todos hace semanas.
-Yo las tengo Stark- dijo firme mirando a Tony a los ojos, lo que provocó que este último sintiera la necesidad de bajar la mirada, aunque no lo hizo.
-Gracias a Dios. Rogers me salvaste la vida. ¿Dónde están?- respondió ansioso y remarcando notoriamente su última pregunta.
-No te lo diré- Stark se mostró sorprendido para luego mirarlo con enojo– No hasta que nos digas que son esas pastillas que ni siquiera el doctor Banner pudo identificar.
Tony comprendió la situación al instante y busco con la mirada a su hermano de ciencias para mirarlo con reproche por también participar en la confabulación contra su persona.
-Primero que todo, - dijo mirándolos a todos -tomar propiedad ajena sin consentimiento del dueño puede ser considerado como hurto, segundo, crear planes y estrategias en contra de una persona de confianza puede considerarse conspiración y traición, tercer- ahh- no pudo continuar su discurso al comenzar a sentir un abrazado calor que lo consumía por completo, a lo que solo pudo reaccionar gritando.
-¡Tony!- gritaron todos al escuchar el desgarrador grito y ver como su amigo se desvanecía, por suerte el capitán reacciono lo suficientemente rápido para atraparlo y este no se diera de cara contra el piso.
Después de eso, solo pudieron sentir como el aire se impregnaba de una fuerte feromona.