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Olvidando un amor por FruttiKouki

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Notas del fanfic:

Buenos días, tardes o noches, según el momento en el que ustedes me divisen (LOL) Este Fanfic es de Kuroko no Basuke, pero los personajes (lastimamente) no me pertencen, sino que su autor es Tadatoshi Fujimaki. 

Notas del capitulo:

Deseo que sea de su gusto. 

Una pequeña advertencia: el primer capítulo es un poco confuso ya que hay cosas que no se explican, tales como la aparición de Nash o el lugar donde se halla Kouki. Pero estos serán explicados con el paso de los capítulos.

El olor a cigarrillo llenaba el lugar y el humo de la mota le nublaba la vista. Kuroko le había dicho estrictamente que no fuera, que no se juntará con ese tipo de gente.  - ¿porque? – preguntó en voz alta Furihata Kouki a nadie en particular pues todos los que estaban a su alrededor, al igual que él, estaban perdidos en su mundo. El humo lo ahogaba, pero podía sentir su cuerpo tan relajado que era lo que más necesitaba en ese momento. – Si ya no soy útil para satisfacerlo, ¿Qué puedo hacer ahora? – se preguntó a si mismo sintiendo como sus labios se torcían en una sonrisa que realmente no quería hacer.

Un rubio, alto y de aspecto rudo se le acerco sentándose a su lado. – ¿y porque no mejor me satisfaces a mí? – pregunto cerca del oído del castaño con una mirada lujuriosa. Kouki giró su mirada a este, no era japonés, definitivamente no lo era sin contar que era muy diferente a su ex novio, el cual lo había botado hacia unas horas.

¿Razón? ni siquiera él la sabía. Puede que lo haya aburrido, simplemente le dijo en esa misma tarde que ya no quería estar con él, que las cosas ya no eran lo mismo que al inicio. A lo que solo trago saliva pesadamente tragándose con ello sus sentimientos fingiendo una sonrisa lo miró – está bien Akashi, lo comprendo. Gracias por haber salido conmigo – hizo una reverencia, demasiado pronunciada, a decir verdad, pero solo era una excusa para que así cuando el pelirrojo se fuera no viera sus lágrimas recorrer sus mejillas. Para que no lograra escuchar el sollozo que, una vez que se retiró con su equipo de Rakuzan, salió de sus labios mientras pronunciaba una y otra vez su nombre.

Sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas de nuevo, subió una de sus manos a estos sintiendo la humedad y sonrió tristemente provocando que el rubio de a un lado se sorprendiera al mirarlo llorar – ¿Por qué lloras? – pregunto aquel chico que, por muchos centímetros, era más grande que Furihata – mi nombre es Nash, ¿prefieres que subamos para que olvides todo? verás que te haré sentir bien – le insistió al castaño, de alguna manera verlo con los ojos llenos de lágrimas le había excitado. - Disculpe, pero no creo que eso sea correcto – se escuchó una voz varonil detrás del sofá donde se encontraban. Ambas miradas, tanto de Kouki como de Nash se voltearon en dirección a esta. Un pelinegro alto con un, porque negarlo, sensual lunar cerca de su ojo izquierdo estaba frente a ellos, Furihata lo reconoció de inmediato – ¿Himuro-san? – pregunto sorprendido de verlo en un ambiente como ese, este solo le sonrío. El rubio se levantó poniéndose frente a Himuro como si lo retará – ¿cuál es tu problema? esto no tiene nada que ver contigo-.

El pelinegro sonrío ladino mientras una mano la recargaba sobre la cabeza del castaño, el cual se sentía aun confundido de haberlo encontrado en ese tipo de lugar. – Pues lamento decirte que él viene conmigo – dijo sin duda alguna Himuro mirando al rubio a los ojos. – pero yo fui quien lo vio primero – respondió el otro, en definitiva, no solía pelear por alguien, pero por alguna razón ese castaño con rostro lloroso le atraía, y de la manera más indecente que él conocía. Sin inmutarse en ningún momento, Himuro tomo del brazo a Kouki para jalar de este y pegarlo a su cuerpo – creo que no lo entiendes – dijo en un suspiro de reproche al rubio que tenía delante mientras con su mano libre se tocaba la frente como si estuviera decepcionado de su ineptitud – no se trata de quien lo miro primero – dijo tras hacer una pausa para después mirarlo a los ojos con rostro y voz amenazantes – este chico es mío, así que mantén tus manos alejadas de él – el tono frío que utilizo le helo la sangre al pobre Furihata quien, hasta el momento, se encontraba completamente confundido solo mirando a los dos chicos desde abajo, puesto que ambos eran mucho más altos que él.

A Nash no le gustaba perder y mucho menos a un chico como aquel castaño. Había pocos como él y estaba tal y como a él le gustaban pequeño, de grandes ojos y, ¿Por qué no decirlo?, bastante favorecido de atrás que es donde más le prestaba atención; eso sin contar su rostro lloroso con el que desearía tenerlo debajo de él pidiendo que lo embistiera fuertemente.

Cuando Tatsuya notó la mirada que echaba el rubio hacia el trasero del más bajo una sonrisa ladina se formó en sus labios y bajo la mano que tenía sobre la cintura de Furihata para acariciar su trasero dándole un ligero apretón provocando que este se sobresaltará y sus mejillas enrojecieran ante el atrevido tacto. Se escuchó un chasqueo de lengua por parte del rubio el cual le lanzó una mirada de odio a Himuro quien no quitaba su sonrisa, segundos después se retiró del lugar ya que, aunque no le gustaba perder, solo por esta ocasión lo dejaría pasar pensando que en un momento cercano se encargaría de volver a encontrar a aquel castaño que deseaba tener debajo suyo.

El pelinegro soltó un suspiro pesadamente como si le restará importancia a lo que apenas había pasado. – amm… ¿te… te encuentras bien?... – preguntó el castaño menor con preocupación en su rostro, pero aún un poco perdido a causa del olor que inundaba el lugar. El americano se limitó a soltar una suave risita la cual confundió más aun a Kouki - ¿no crees que… esa debería ser mi pregunta? – dijo en tono divertido para después, con delicadeza, y así no asustar al otro, tomo su mano comenzando a abrirse paso hacia la puerta entre los jóvenes que bailaban o tomaban – será mejor sacarte de aquí, no sería bueno que te volvieras a encontrar con ese tipo – comentó con la voz lo suficientemente alta para que Furihata lo escuchará.

Salieron del lugar sin aún soltarse de la mano. El pelinegro miró a ambos lados como si buscará algo, a lo cual el castaño menor atinó a seguir la mirada de este. Segundos después lo jalo, sin demasiada fuerza, llevándolo por la banqueta en dirección derecha – no creo que tus padres estén felices si te ven de esta manera ahora – comento Himuro sin dejar de caminar. Furihata se sentía más confundido por las acciones del otro sin siquiera preguntarle – eso no … importa – respondió como quien no quiere la cosa – sinceramente ellos piensan que me quedaré en casa de alguno de los del club – termino de decir tratando de seguirle el paso. Una risita salió de los labios cerrados del pelinegro y sin mirarlo lo llevó hasta un hotel cercano.

Una vez que pidieron una habitación de una sola cama, Kouki cayó en la cuenta de que había seguido al otro como si nada, sin antes pensar en las consecuencias, pero realmente llegado a este punto ya no le importaba. Dándose una idea de lo que pasaría esa noche, se comenzó a desvestir; se despojó de su camisa dejándola caer al suelo mientras se acercaba a la cama, cuando se quitaba el cinturón sintió como un cuerpo mayor que él le apresaba las manos evitando que continuase - ¿qué… qué sucede? – pregunto extrañado el menor, pues si bien conocía el sexo entre hombres aunque nunca lo haya practicado puesto que con Akashi no había pasado a más del sexo oral que soló el castaño le brindaba de vez en cuando al pelirrojo.

Tatsuya se recargo en la espalda del otro sin dejar caer su peso por completo y posó su barbilla sobre la cabeza de esté – ¿acaso piensas hacerlo conmigo? No me malentiendas, no es que no se me antoje alguien como tú, pero no creo que estés en condiciones para hacerlo y menos con alguien a quien casi no conoces - Furihata tragó saliva y bajo la mirada hacia donde sus manos eran sostenidas cuidadosamente, en ese momento deseó con todo su corazón que las manos que lo tocaban fueran de Seijuro y sin poder evitarlo sus ojos se llenaron de lágrimas.

Preocupado de que haya dañado al más bajo, rápidamente se paró frente a este inclinándose un poco hacia adelante para estar cerca del rostro gacho del castaño – oye, oye, oye… ¿qué sucede? ¿Por qué lloras? – dijo con voz suave retirando con una de sus manos los cabellos cafés que, rebeldemente, se posaban en la frente de Furihata. El aludido se limitó a negar sin poder evitar que más lágrimas resbalarán por sus mejillas y de sus labios salieran sollozos bajos como si cada uno estuviera quitándole la poca felicidad y esperanza de volver con Akashi que aún contenía. Himuro lo tomo de la mano de manera casi delicada para evitar alterar aún más al otro y camino lentamente hacia la cama para sentarse mientras con este se llevaba también a Kouki parándolo delante de él y así evitar el dolor de columna que resentiría si estaba en su antigua posición.

Soltó la mano del chico que tenía parado delante de él para, con ambas manos, tomar su rostro y hacer que lo mirará, el castaño obedientemente lo miró a los ojos mostrando lo llorosos que estaban estos, sus mejillas rojas a causa del llanto le hacían lucir como un niño pequeño llorando después de una caída mientras jugaba y sus manos temblaban por causa de los sollozos que daba. Usando sus pulgares, Himuro limpió cuidadosamente los rastros de lágrimas que tenía Kouki en los cachetes, aprovechó también para secar aquellas que amenazaban con seguir saliendo de sus ojos cafés. “Parece un pequeño cachorro que extraña a su amo” fue lo que pensó mientras observaba como el menor se limitaba a dejarse hacer por él y solo cerraba los ojos cuando los limpiaba.

Con una ligera sonrisa para brindarle confianza al contrario, bajo sus manos para tomar las morenas de Furihata, lo miró a los ojos con sincera preocupación por unos segundos y soltó un ligero suspiro como dando a entender que había llegado la hora – bueno… ahora me gustaría que me comentarás porque has estado llorando – el otro chico respingo al escucharlo y en su mirada se notó un poco de miedo – claro, si es que tú quieres, ya que no puedo obligarte – el pelinegro le hablaba como si de un niño pequeño se tratará – pero creo que he hecho lo suficiente como para que me tengas un poco de confianza, ¿no crees? – cuestionó con un deje de entusiasmo. El moreno asintió sin quitar esa mirada de miedo hacia Tatsuya, con sus manos dio un ligero apretón a las que le sostenían como dándose un poco de confianza, tragó saliva nerviosamente y de manera tan sigilosa que si el pelinegro no lo hubiera tenido a esa distancia seguramente no lo notaría. Apretó los labios arrugándolos y se preparó para hablar – lamento primeramente el que se haya visto envuelto en esto, Himuro-san – se disculpó sinceramente el menor, soltó el aire que, parecía, estaba conteniendo y prosiguió – v…verá mi… pareja – dijo no muy seguro y aun pensando en cómo debería llamar a Akashi, pero para mayor rapidez optó por referirse a él de esa manera – mi pareja me dejó-.

Himuro abrió los ojos un tanto sorprendido ante la idea de que Kouki tuviera una pareja, por alguna razón no le parecía del tipo de chicos que solo pensará en las mujeres, pero aun así decidió acallar sus inquietudes para permitir al otro seguir. – No esperaba que terminará conmigo… pero así fue – dijo esto último en un tono de resignación, además de que una sonrisa torcida que gritaba tristeza en todos sus aspectos se dibujaba en sus labios, como si todo el caso de Seijuro y su noviazgo hubiera sido una broma de mal gusto y que al día siguiente todo seguiría normal. – ¿hace cuánto fue que terminaron? – se atrevió a preguntar el más alto, pero se sorprendió cuando notó que la sonrisa casi nostálgica de Kouki no se borraba -hace aproximadamente… - miró su reloj unos segundos – unas 7 horas – terminó de responder mientras aquella expresión abandonaba su rostro cambiándolo a un gesto serio. “Vaya y al parecer no ha sabido cómo olvidar a alguien de manera correcta” fue lo que inquirió Tatsuya. En ese momento Kouki dio un bostezo mientras giraba el rostro para que el otro no lo viese, cuando regreso la mirada a Himuro, esté notó que las lágrimas amenazaban con volver a salir, aunque lo más seguro era que Furihata dijera que era a causa del bostezo.

Levantándose de la cama y soltando las manos que sujetaba cariñosamente como si de un hermano menor se tratase, desacomodo las sábanas y se quitó los zapatos bajo la atenta mirada de Kouki, se retiró la camisa dejándola caer al suelo para después recostarse en una orilla de la cama. – Deberías de venir a recostarte, ya que no tengo el suficiente dinero para pagar lo de dos personas – comentó a la vez que lo miraba recostado de lado. Una pequeña y casi imperceptible sonrisa adorno los labios del castaño y se acercó a la vez que retiraba su cinturón, se recostó en la cama mirando al pelinegro con aquellos ojos tristes aún por la pérdida amorosa que había tenido hacía poco tiempo.

Sintiendo un impulso que no supo interpretar tomó a el ojo marrón entre sus brazos para acercarlo un poco, quería consolarlo y ayudarlo a que se repusiera. Sin alejarse del menor y sin quitar la mirada de adelante al mismo tiempo que recargaba su mentón, de nueva cuenta, en la cabeza de Kouki le dijo – me gustaría que… me contarás como es tu… - busco las palabras adecuadas para evitar dañar aún más al contrario – tu expareja – finalizó dando bofetadas mentales por no haber podido encontrar un sinónimo más delicado que ese.

Con sus ojos cerrados y, de alguna manera, sintiéndose protegido momentáneamente en los brazos del pelinegro respondió – claro – se disponía a comenzar la descripción, pero se vio interrumpido por Tatsuya – y … sé que es mucho pedir y que quizás pienses que no tiene nada que ver conmigo, pero… quisiera saber cómo comenzó todo – pidió sintiendo como las palabras le dejaban un mal sabor de boca. Furihata asintió ligeramente y se dispuso a hablar.

 

Notas finales:

Espero haya sido de su gusto. Si desean dejar sus Reviews me encantaría leerlo. Muchas gracias por tomarse el tiempo y pronto subiré el proximo capítulo. 

¡Nos leemos pronto! OwO)/"


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