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La petite pantoufle de verre. por Diario de un chico Bisexual

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Notas del fanfic:

-Mi propia versión homosexual de "La cenicienta" Escrita originalmente por Charles Perrault y readaptada por Los Hermanos Grimm-

---THREE SHOT---

Notas del capitulo:

Hola gente de AmorYaoi ¿Qué tal?

Bueno decir que estoy actualizando historias desde el 1ro hasta el día 16 de este mes, así que si quieren saber cuando actualicé algo síganme en facebook (spam)

Como lo habrán leído (supongo) es un Two Shot por lo que ésto es la mitad de la historia, espero y les guste ^^

Sin más que decir, comencemos...

Dos doncellas que se pueden describir simplemente como nefastas se encontraban en sus respectivas habitaciones, cada una liando con sus propios asuntos. Una de ellas era delgada y con gran nariz, su cabello era marrón y tenía pecas en las mejillas, vestía un elegante aunque viejo vestido azul y zapatillas del mismo color. La doncella devoraba un frasco de galletas de mantequilla sin considerar que una enorme cantidad de migas estaban cayendo al piso.
La otra mujer era obesa, como si intentara compensar la ausencia de masa corporal de su hermana. Se encontraba enfurecida al no poder arreglar su cabello alborotado, a punto incluso de soltar un grito, aunque la primera en romper el silencio fue su hermana de nombre Anastasia.
-¡Cinderello! ¡Tráeme más galletas y té!-Ordenó, iracunda.
-¡Cinderello! ¡No consigo peinarme así que ayúdame con mi cabello! ¡Ahora mismo!
Ambas continuaron gritando, pero a pesar que sus histéricas voces que se escuchaban por toda la enorme mansión el chico de sobre nombre "Cinderello" no las podía escuchar, ya que se encontraba en el jardín lavando la ropa con agua de un pozo.
Sólo vestía un viejo pantalón repleto de agujeros que le perteneció en algún momento a su padre, se había quitado una camisa igualmente vieja y un poco sucia puesto que el trabajo duro de estar llevando y trayendo dos cubetas de agua helada le producía calor. Sus hermanastras y su madrastra lo llamaban "Cinderello" ya que, aun cuando su padre vivía, le gustaba limpiar la chimenea por lo que siempre terminaba cubierto de cenizas. El cuerpo del joven estaba, relativamente, en forma y hasta había desarrollado pequeña musculatura.
En realidad su apariencia era la de un chico delgado con un hermoso rostro un tanto afeminado digno de un doncel, en ambos sentidos de la palabra, un poco bronceado, de cabellos de una tonalidad entra marrón claro y dorado, por último sus ojos eran de un hermoso azul verdoso que se parecía al mar.
Rellenó una pequeña regadera con agua y comenzó a regar las flores que también habían sido plantadas por él.
-"Veamos aún me queda limpiar las habitaciones, remendar los vestidos y las medias de mi madrastra y hermanastras, luego preparar la cena, lavar los platos, planchar la ropa y sacar brillo a toda la plata."-Suspiró con sufrimiento-"Quedarme pensando en esto no me ayudará a terminar más rápido"
Con resignación continuó con su trabajo encontrándose en el camino con una pequeña lagartija que tomaba el Sol sobre una rama.
-¿Qué tal lagartija? Eres muy linda...-Dijo con felicidad y entre risas al percatarse de la existencia del animalito.
Sin embargo su felicidad se vio interrumpida por la voz de su madrastra, quien estaba en cólera.
-¡Cinderello! ¡Tus hermanas están gritando desde hace más de una hora y tu aquí perdiendo el tiempo!
-Claro que no Señora, estoy trabajando...-
-¡No me contradigas mocoso infeliz!-Dijo al mismo tiempo que plantaba en la cara del joven una bofetada.-Ahora ve a atender a tus hermanas y rápido.
Cinderello sólo asintió y fue corriendo.
En la habitación de Griselda, Anastasia se encontraba a punto de matar a una rata con una escoba.
-¡Este será tu último día animal del demonio!-Dijo con tono y rostro de psicópata.
-¡Mátala de una buena vez Anastasia!-Ordeno Griselda mientras se ocultaba detrás de su cama.
En eso entro Cinderello quien al ver que estaban a punto de asesinar a un ser inocente, tirando la bandeja con las galletas y el té y precipitándose justo frente del ratón.
-¡Por favor Anastasia, no lo hagas, sólo está hambriento, déjalo ir! ¡Perdónale la vida!
-¡Muévete Cinderello! o le diré a mamá que te deje una semana sin comida.
-¡Hazlo! ¡Ve y dile! siempre y cuando lo dejes vivir.
-¡Tu no me das ordenes! ¡Así que muévete ahora!
El muchacho desobedeció la orden y Anastasia dejó caer la escoba en el rostro del joven doncel con toda la fuerza que sus brazos le permitieron, provocando que el chico derramara sangre proveniente de su boca, nariz y oído, pero la ratita logro escapar.
-¡Miserable! Dejaste que esa plaga escapara le diré a mamá para que te dé unos buenos azotes ¡Mamá!-Grito Anastasia mientras se dirigía a buscar a su madre.
-¡Eres un estúpido!-Exclamó Griselda antes de salir de la habitación justo detrás de su hermana.
El chico se intentó reincorporar, pero se sentía mareado y con su ojo izquierdo comenzaba a ver las cosas en tonalidad rojiza, dando señal que sus vasos oculares también habían sufrido daños; posteriormente cayó inconsciente breves minutos, cuando sintió un golpe por parte de una fusta, las mismas que se usan para hacer que los caballos avancen más rápido.
-¡Inútil!-Insultó la madrastra de Cinderello-¿Ves el desastre que hiciste en el piso?; té derramado, galletas, las tazas de porcelana rotas y para colmo estás manchando la alfombra con tu sangre. ¡Levántate y limpia este desorden, Inútil!
A pesar que deseaba obedecer y levantarse, no estaba en condiciones para levantarse. Al ver la desobediencia de su hijastro, la mujer comenzó a soltar una lluvia de golpes con la fusta en la espalda del maltrecho muchacho. Tras unos minutos, dejó de hacerlo; no porque sintiera piedad por Cinderello, sino porque ella había quedado exhausta.
Simplemente repitió la orden mientras se retiraba de la habitación.
-Eres un inútil-sentenció Anastasia que salió justo detrás de su madre.
-Chico estúpido-Insultó Griselda antes de retirarse.
Tras un tiempo en el piso, se arrastró hasta el lugar donde estaban los fragmentos de porcelana que alguna vez fueron tazas finas para té.
En ese instante salió de su agujero la pequeña Rata que le debía la vida a Cinderello, quien se acercó al muchacho para mirarlo detenidamente. El doncel tomó una galleta que estaba casi completa y se la dio a comer al roedor.
-Vamos, come así por lo menos esta tortura habrá valido la pena.-Dijo en tono casi silencioso, puesto que el dolor en su rostro se lo impedía.
La rata tomó entre sus dientes el trozo de galleta y se marchó de nuevo, dejando nuevamente en soledad a Cinderello, quien únicamente sonrió.
Tras terminar sus deberes extras, por fin pudo descansar por lo que se dirigió adolorido a su habitación en lo más alto de la mansión; una pequeña habitación sucia con únicamente un pequeño mueble donde guardaba su poca ropa y una cama, que en realidad eran un montón de harapos viejos apilados en forma de una cama. Cinderello se desprendió de su vieja y sudada camisa y se recostó boca abajo para no herir más a su lesionada y agotada espalda, sentía como la espalda le ardía sin saber exactamente si era por el cansancio o la golpiza se su madrasta, o ambas opciones.
Estaba a punto de conciliar el sueño cuando escuchó una carrosa llegar y detenerse en la puerta de la mansión para posteriormente escuchar el sonido de la campanilla en señal de que habían llegado visitas. Se volvió a vestir al mismo tiempo que escuchaba los gritos de su madrastra ordenándole que abriera la puerta.
Bajó desde el 3er piso de la mansión y abrió la puerta para recibir a un hombre vestido como si fuera un burgués, acompañado de 2 soldados.
-Buena noche buen mozo, ¿están los señores de la casa?-Cuestionó el elegante sujeto.
-Buenas noches señor, la señora está indispuesta pero yo recibiré el mensaje por ella.-Respondió con dificultad ya que sus heridas del rostro seguían molestándole.
-Esté bien, entonces escuche bien. El Rey envió una solicitud a todas las casas relacionadas con la Realeza para invitar a la festividad del baile de "Luna Reale di Fuoco" de éste año que es particularmente importante.
-¿Ah si? ¿Cuál es la razón que el Baile de "Luna Reale di Fuoco" de éste año sea más importante que los anteriores?-Preguntó Cinderello mientras intentaba leer el decreto real.
-Bueno, principalmente por que este Baile de "Luna Reale di Fuoco" está dedicado exclusivamente para el principe.
-¿El Príncipe?
-Así es. Cumplirá dentro de unos días su 18avo cumpleaños, por lo que el rey desea unirlo en Santo Matrimonio con una buena jovencita.
-¿El Príncipe busca alguien que lo despose?-Preguntaron al unísono Anastasia y Griselda quienes estaban escuchando desde hace un buen rato.
-Así es señoritas, si alguna de ustedes enamora al Rey y lo convence a bailar el "Luna Reale di Fuoco" podrán casarse con él, así dicta la tradición después de todo.
-Suena bien, buen hombre, asistiremos sin duda al Baile del príncipe.-Dijo la madre de las doncellas, la misma señora de la casa.
-Bueno, será mañana a las 8:00 p.m. y terminará hasta que el príncipe tome una decisión. Si no hay más dudas...-El representante del rey fue interrumpido.
-¿Irán también chicos?-Interrogó Cinderello con cierta emoción.
-Lo siento pero este Baile de "Luna Reale di Fuoco" está dedicado sólo para el príncipe y la realeza, pero el Baile de "Luna di Fuoco" para los plebeyos será dentro de unos días por si su señora le permite ir a buscar un amor.
-Lo pensaré, después de todo es un buen chico.-Dijo la madrastra del joven con tono de burla e hipocresía.
-Bien, antes de irme ¿puedo preguntar qué le sucedió en la cara a su criado señora?
-Sí, el pequeño incompetente se cayó de un caballo mientras lo aseaba. Eso fue justo hoy en la mañana.
-Ya veo, lo siento mucho buen mozo.
-No se preocupe señor, gracias, aunque yo lo siento más.-Exclamó Cinderello con tristeza y rabia, aunque se esforzó en disimular ambas emociones.
-Me retiro entonces, señora, señoritas; las veremos mañana.
Y así se marchó mientras las hermanastras del doncel estaban emocionadas de la idea de tener una probabilidad de cautivar al Príncipe y convertirse en su esposa.
-Hijas mías, deben ir a dormir mañana será un día largo y muy importante para todas nosotras.-La mujer dirigió la mirada a Cinderello quien veía la nota con cierta tristeza.-No te preocupes Cinderello, cuando alguna de tus hermanas se vuelva la nueva reina te llevaremos con nosotras, así cumplirás tu sueño de ver nuevamente el castillo. Ahora largo, a dormir que mañana quiero el desayuno 2 horas antes de lo habitual.
El joven doncel obedeció llevándose en sus manos el decreto firmado por el mismo rey.

Notas finales:

Espero les haya gustado, mañana la última parte ^^


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