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Warmness on the soul por David_tank

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Notas del fanfic:

¡Por un mundo con mas Michafer!

Notas del capitulo:

Los personajes no son míos bla bla.

Comenzó siendo algo de un solo Cap, pero serán dos. (?) <3

El silencio reinaba de manera latente, haciendo parecer el pequeño lugar más inquietante entre las tinieblas, mas roto, como si todo fuese una pesadilla en su punto culmine, la falta de calor, frío, ruido, era intensa, apenas pequeños murmullos de un lugar lejano, apenas leves llamas de las antorchas que le rodeaba, todo parecía aun más frágil cuando el tiempo parecía no tener efecto dentro de ese lugar.

Michael se mantenía en un lugar obscuro, en un rincón como si aquel sitio fuese su nuevo hogar, mientras Lucifer hacía lo mismo en la esquina mas lejana de la jaula, el tiempo parecía tan lejano y brevemente sabían o intuían cuanto había pasado. Era una tortura agónica donde no se podía morir, salir, escapar de la realidad o cualquier otro.

Michael se levantó con su  cuerpo tenso, su contenedor no estaba hecho para no moverse durante largos días, los músculos tensos de su espalda y piernas le hacían percibir muy lejanamente el dolor casi como una caricia. Los ojos de Lucifer parecían agujas sobre su hermano, volteó la mirada, ese era el único contacto que tenían durante…Días.

Extendió su brazo al caminar, mirando el techo de la jaula, sintiendo pena por el alma de su hermano a quien había cuidado y amado tanto tiempo, un sentimiento, después de milenios sin sentir, había aparecido ese “sentimiento” inexplicable cada vez que se levantaba y miraba a Lucifer tener la misma reacción, ensimismado, corriendo su mirada, quebrado, aislado. El castigo era efecto y hacía sonreír los tensos labios de “Adam”, pero por dentro, dolía, ver a su hermano mas amado tan quebrado… Dolía. Ese ser tan carismático a quien no podías ignorar ahora era una sombra oculta del mundo, Michael se lo repetía mientras caminaba – Lucifer merecía esto, merecía estar castigado.

Los días pasaban eternos, sin nada que decir, sin donde escapar, algunas veces uno de ellos caminaba, se apoyaba en las rejas, anhelado salir, deseando el mundo exterior, dejándose llenar por un  ligero pánico indesifrable en sus ojos.

–Yo te admiraba, Michael, creía en ti, te adoraba. –La voz resonó como si un cristal se hubiese roto en la inmensidad del universo mientras el nombrado se levantaba. El rencor reflejado en las palabras. –Pero resulta que siempre fuiste el “Soldadito de papá”, te arrodillaste ante esos hijos de puta como es la humanidad actual, tú lo has visto ¿No? ¡Mezquinos! Creen que lo tienen todo y me has arrastrado de regreso a este basurero. –Gruñó con voz herida.

El mayor en cierta forma se sorprendió, Lucifer haciendo un berrinche era algo que se esperaba desde que fue creado pero había algo en su tono de voz, algo como un reproche oculto.

            –¡No pertenezco a este lugar! –Dijo golpeando con fuerza la barra de la jaula, ladeando su vista hacía su hermano con rencor recorriendo sus pupilas, caminó por la jaula dejando ver sus alas.

Un escalofrío demasiado humano atravesó la espalda de Michael, recordando el primer día en la jaula, ambos tendidos en el suelo, agonizando de un dolor real ante la caída, alas rotas, plumas tiradas por todos lados, rasguños, moretones que tardaron en sanar bastante mas tiempo gracias al lugar, pero su dolor se hizo casi nulo al ver a su hermanito, había caído antes, la mayor parte de la caída había sido envolverte para él.

La semana siguiente había sido peleas, sin decirse nada se atacaban entre sí, sin morir, sin resistir, se golpeaban hasta que no se podían levantar hasta que un día Michael dejó de defenderse y al día siguiente, Lucifer solo dejo de atacar, caminando inquieto por el lugar, como una fiera.

            –Tú solo forjaste esto. –Michael comenzó a caminar en leves círculos, al igual que Lucifer, como si se siguieran, intentando de algún modo distraer la tensa conversación.

            –¿Para qué nos dio libre albedrio, si al decir que creemos nos mete a un puta jaula?  No. Merezco. Esto. –El mayor simplemente lo miró, una voz dentro de su cabeza le daba la razón a Lucifer, su pequeño hermano había sufrido tanto por algo que no merecía.

            –Fue su voluntad…–Las palabras quedaron por un largo rato en el aire hasta que el menor dio una risa estridente, se dejó caer sentado justo en la mitad de la jaula, riendo abiertamente.

            –Sigues siendo un soldado sin razón propia, sigues siendo quien eras en el cielo, eres un idiota, besando los pasos de un padre que cree que es lo mejor...Siempre fuiste un pésimo hermano.

Michael se detuvo, por primera vez en su vida la ira rondó sus ojos con fervor, caminó unos pasos, ambos quedaron de frente y Lucifer apretó los puños, sintió miedo ante la mirada súbita que estaba fija en sus ojos.

            –Dilo de nuevo. –Exigió el mayor mirando hacía abajo. –Dilo otra vez si realmente crees eso.

            –Eres. Un. Pésimo. Hermano. –La sonrisa leve, casi temblorosa se incrusto en sus labios al igual que la duda y la mentira, claramente aquello era mentira, recordaba cada vez que se sentía inestable los brazos fuertes de Michael atraerle, contenerlo, besar su frente, aquellos años nunca volverían, cuando la marca le consumió, cuando intentó negarse a esta; Michael lo cuido, lo amó. El primer tiempo.

            –Pequeña mierda arrogante. –Soltó Michael apuñando su mano con fuerza, el deseo de romperle la cara a su hermano crecía y crecía. –Egoísta, pensando solo en ti. –El primer golpe cayó con fuerza contra la mandíbula de quien alguna vez fue el rey del infierno y cayó de espaldas, escupiendo un poco de sangre mientras el mayor se sentaba sobre su cadera. –¿Crees que no me dolió cuando hice esas cosas? –Otro golpe cayó sobre la mejilla contraria. Sentimientos. Aquellas cosas que eran creadas exclusivamente para humanos ahora inundaban la jaula, a montones, una explosión de ellos. Otro golpe cayó sobre el rostro. –Encerré a quien amaba ¿Eso no duele? –Preguntó agitado, sosteniendo a Lucifer por la camiseta de su cuello.

            –Ahí están…–Susurró con voz quebrada, sosteniendo las manos de su hermano. –Yo no veía nada en tus ojos por tantos años… Recuerdo la última vez que vi un ápice de emoción en ti, antes de que yo me fuera al jardín del Edén, un ultimo beso tibio en mi mejilla…Ahí habían sentimientos aún; Luego estaba ese Michael recto, copia de papá.
Pero ahora ahí esta mi Mike…Tanto años sin vernos, tantos años y ahora encerrados juntos. –Una risa casi aguda salió de sus labios los cuales fueron tapados por los de Michael.

            Fue un beso fuerte, sin preguntar, castigador, los labios del mayor se movían demandantes sin soltar la camiseta amuñada entre sus nudillos, tirando mas fuerte hacía él. Lucifer ser removió inquieto, negándose al beso la primera parte, intentando separar a su hermano y luego derritiéndose entre sus labios, dejándole pasar, sus lenguas chocando sin control alguno, mordidas pequeñas entre los labios, podrían besarse la eternidad en ese segundo mientras el tiempo en la tierra seguía, para ellos estaba quieto una vez mas, lento, al igual que el beso, bajando el ritmo gradualmente, hasta ser un tierno roce de sus bocas, se separaban y se volvían a juntar en pequeñas caricias, acompasados, lejanos de todo.


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