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UN CRUEL ENGAÑO por nurikosan

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Un joven de largo cabello negro como la noche pasea distraídamente por uno de tantos parques que hay en la ciudad. Es invierno y lleva las manos ocultas en los bolsillos de su largo y suntuoso abrigo de piel haciendo juego con un gorro que cubre su cabeza hasta prácticamente las cejas. El gesto de su rostro denota aburrimiento y desidia hasta que de pronto se detiene mirando a alguien que le ha llamado la atención. Observa durante largos minutos a un hermoso rubio de ojos azules que esta al borde del congelado estanque dando de comer a los patos y cisnes del mismo.
- Hola – le dice cuando se anima a acercarse a él para entablar conversación- ¿No tienes frío?
- ¿Frío? – pregunta el muchacho sorprendido por semejante pregunta.
- Estamos en invierno con temperaturas bajo cero y tú solo vas con una simple cazadora de cuero y unos calentadores en tus pies.
- Jajajaja, entiendo tu sorpresa pero tiene una explicación lógica: soy ruso. Allí estas temperaturas son las típicas de otoño. En invierno llegamos a 30 grados bajo cero.
- Comprendo, para ti es como si estuviéramos en un templado otoño.
- Así es. Mi nombre es Yhoga – le tiende la mano al tiempo que se presenta con una sincera sonrisa.
- Yo soy Shiryu. ¿Tienes algo que hacer aparte de dar de comer a estos divertidos animalitos?
- ¿Te parecen divertidos los patos y cisnes?
- Si, son torpes cuando están sobre tierra, siempre tropiezan con todo y se dejan arrebatar la comida por las palomas y demás aves.
- Eso es cierto, pero sin embargo cuando están en el agua no hay quien los aventaje y son muy resistente en el aire, son capaces de hacer extenuantes jornadas de vuelo sin descansar.
- Interesantes animales, ¿cómo sabes tanto de ellos?
- Simplemente me gustan – le dice encogiéndose de hombros- Y en respuesta a tu pregunta no tengo nada que hacer, lamentablemente estoy en paro y este es el máximo lujo que me puedo permitir por el momento, si sigo así mucho tiempo tendré que comerme yo estas migas.
- ¿Aceptarías una invitación a comer?
- Solo si me permites devolvértela cuando ande mejor de dinero.
- Claro, por mí ningún problema. Además acabas de proporcionarme la excusa perfecta para pedirte tu número de teléfono.
- No tengo teléfono. No puedo pagar la factura, así que me di de baja.
- ¿Y tu dirección?
- Eso si, de momento vivo en una pequeña pensión. Una habitación minúscula con un baño comunitario.
- Alguien tan lindo como tú merece algo mejor. Déjame ayudarte.
- ¿Y cómo podrías hacerlo?
- Tengo muchos contactos, si me dices que sabes hacer quizás pueda encontrarte un trabajo.
- ¿Y a cambio que tendría que hacer?
- Solo comer conmigo, al menos hoy.
- De acuerdo, soy tu invitado.
Ambos salen del parque charlando animadamente hasta llegar a un lujoso BMW equipado con los últimos adelantos en seguridad y accesorios. Yhoga no puede resistir la tentación de tocar todos los botones que están en su lado del copiloto encendiendo la radio o los cds así como descubriendo una pequeña nevera perfectamente acoplada en el salpicadero y llena de diminutas botellitas de todos los licores.
- ¡Esto es una pasada! – exclama asombrado- ¡Nunca imagine que un coche pudiera llevar tantas cosas!
- Y eso que no has pasado a la parte trasera. En los reposacabezas lleva pantallas de plasma conectadas a un lector de dvd y a una PS2.
El rubio se vuelve y estirando el cuello comprueba que efectivamente allí están las pantallas y en las puertas el lector y la consola.
- ¿En que trabajas? – le pregunta totalmente asombrado.
- Soy actor.
- ¿Actor? No me suena tu rostro...
- Eso es porque aún no soy famoso, solo hago películas de bajo presupuesto... pero muy bien pagadas.
- Ya lo creo que tienen que estar bien pagadas... si tú ganas esto ¿qué ganaran los actores consagrados?
Shiryu solo ríe en respuesta a ese ingenuo comentario y al cabo de media hora se detiene a las puertas de un conocido restaurante de moda. Un aparcacoches se acerca a ellos para abrirles las puertas y hacerse cargo del coche. En la entrada el maitre le trae a Yhoga una chaqueta y una corbata, pues no se puede entrar sin esas prendas, y les conduce a continuación a una de las mejores mesas frente a un gran ventanal en la planta alta desde el cual se divisa prácticamente toda la ciudad.
- Parece que te conocen – dice el rubio algo cohibido.
- Si, vengo aquí con mucha frecuencia. Me encanta la comida que hacen. ¿Tienes alguna preferencia por algún plato en concreto?
- Todo me gusta – responde mirando con curiosidad la gran carta.
- Muy bien, en ese caso elegiré yo – llama al camarero alzando la mano y chasqueando los dedos- Como entrante una ensalada de pollo con manzana junto con una tabla de pates, de primero revuelto de espárragos con setas y de segundo dorada a la sal... para beber el mejor vino blanco que tenga. El postre lo elegiremos una vez hayamos acabado.
- Un excelente menú – comenta Yhoga con una gran sonrisa.
La comida transcurre con una animada y agradable charla entre ambos. Yhoga le cuenta que es licenciado en filología inglesa, una carrera que apenas tiene salida en el mercado laboral actual, pero que también posee un master en administración de empresas y que no tiene ningún prejuicio en trabajar como chico de los recados o de mantenimiento de edificios. Por su parte, Shiryu le escucha atentamente devorándole con la mirada, disfrutando de su belleza y pensando en lo que disfrutaría teniéndole de pareja en sus películas.
- Bien Yhoga, veré lo que puedo hacer. Moveré todos mis hilos y algo te encontrare, aunque no prometo que sea como filólogo inglés.
- No lo espero, ya desistí de ejercer como tal. Pero cualquier cosa que me procures será maravillosamente bienvenida por mi parte.
Una vez terminada la comida Shiryu le lleva hasta la pensión en la que se aloja apuntando en el reverso de una de sus tarjetas la dirección para poder localizarle y dándole otra a él para que pueda llamarle siempre que quiera.
Los días transcurren y de pronto una tarde Shiryu se presenta en su pensión para darle una buena noticia: le ha encontrado trabajo como administrativo en una empresa de un amigo suyo. Se trata de una publicación de moda femenina y su labor será llevar la contabilidad de la misma. Yhoga le abraza instintivamente lleno de felicidad al recibir la noticia, pues no ha podido ser más oportuna, ya que su cuenta corriente esta prácticamente en números rojos. Se queda colgado de su cuello unos instantes en los que aspira el aroma del cabello y la piel del moreno profundamente y siente la suavidad de esta contra su mejilla. De pronto dándose cuenta de la situación se separa totalmente ruborizado disculpándose por su infantil reacción.
- Me encanta que me abracen de ese modo – le dice Shiryu sonriendo al tiempo que rodea la cintura del rubio con sus fuertes y delicadas manos.
- ¿En serio?
- En serio y para celebrarlo he reservado mesa en el mejor restaurante francés de la ciudad y por supuesto... – mete la mano en el bolsillo de su pantalón y saca unas llaves- me he tomado la libertad de alquilarte un pequeño apartamento. Nada lujoso, una habitación, salón, baño completo, cocina y un espléndido mirador. El primer mes y la fianza están pagados, el segundo ya corre de tu cuenta.
- Muchas gracias, seguro que es precioso. Te devolveré hasta el último centavo...
- Prefiero que lo hagas en especie. ¿Quieres venir conmigo a pasar el fin de semana a mi casa de campo?
Yhoga se queda pensativo unos minutos para terminar asintiendo alegremente con una gran sonrisa en su rostro.
- Muy bien, y ahora cámbiate de ropa para la cena. Te espero abajo, en el coche. No tardes mucho.
Shiryu sale cerrando la puerta tras si no sin antes dedicarle un pícaro guiño de ojos y un beso que lanza al aire divertido al ver la expresión de sorpresa y timidez en el rostro del rubio. Mientras espera hace una llamada con su móvil que dura escasamente unos minutos. Cuando Yhoga aparece ante él con su mejor traje el moreno sonríe asintiendo satisfactoriamente con la cabeza y le abre la puerta del copiloto para al instante acceder a su lado y dirigirse a la cena. Esta transcurre placidamente y al finalizar Shiryu se ofrece a llevarle de nuevo a la pensión, cosa que rápidamente acepta el rubio.
- ¿A dónde vamos por aquí? – pregunta Yhoga al cabo de media hora en la que repara que van por la autopista- Hemos salido de la ciudad, pensaba que estabas dando un rodeo para evitar semáforos pero...
- Tranquilo, solo vamos a mi casa. Mañana es viernes y yo no tengo rodaje, así que he pensado que porque esperar hasta mañana cuando podemos irnos hoy mismo.
- ¿Y mi trabajo?
- No tienes que presentarte hasta el lunes, por lo que no hay ningún problema.
- Si que lo hay, no llevo ropa de recambio, ni siquiera un cepillo de dientes.
- En casa hay de todo, vamos Yhoga relájate, te prometo que lo pasaremos muy bien.
El rubio le mira en silencio pero al cabo de un rato sonríe acomodándose en el asiento para disfrutar del nocturno paisaje que desfila ante su ventanilla. Al cabo de un par de horas observa como una imponente casa de dos plantas con un gran jardín alrededor de la misma se acerca hacia ellos hasta que se detienen en un lateral para terminar en el interior del garaje.
- ¿Te gusta? – pregunta Shiryu una vez fuera mientras abre la puerta.
- Es enorme – murmura asombrado- ¿Y todo esto lo dan las películas de baja calidad?
- Baja calidad no, bajo presupuesto. Una cosa no esta reñida con la otra.
- Perdona si te he ofendido.
- No pasa nada Yhoga, estoy acostumbrado a esa reacción en los demás. Vamos, entra y ponte cómodo.
Yhoga entra a un pasillo en el que hay puertas a los lados y al fondo. La primera de la derecha es una cocina más grande que su habitación de la pensión en la que vive amueblada con todo tipo de electrodomésticos, con una puerta que da al jardín. La siguiente puerta esta a la izquierda y se trata de una habitación cubierta de estanterías llenas de películas de todos los géneros.
- Vaya, se nota que te dedicas al cine. Tienes una excelente colección.
- Si, siempre se aprende algo de cada película por muy mala que sea.
La siguiente puerta es de nuevo a la derecha y es una habitación igual a la anterior pero en vez de películas tiene un completo equipo de música en una esquina, un cómodo diván en el centro y las estanterías están llenas de discos de vinilo, casettes y cds de música. Hay de todos los estilos pero predomina el blues y el jazz. La próxima puerta se encuentra a la izquierda y también llena de estanterías pero esta vez de libros y un enorme sillón de relax en el centro. En el lateral derecho hay un pequeño baño equipado con un cuco lavabo con su correspondiente espejo y una taza. Por último al fondo esta el enorme salón, con un mueble que ocupa toda una pared, una enorme televisión de plasma empotrada en el mismo y cómodos sofás, así como una espectacular mesa de cristal con seis sillas de pesada madera totalmente tallada.
- Nunca había visto nada igual. ¿Crees que yo también podría ser actor?
- Hmmmm, supongo que si, desde luego físico tienes y estoy seguro que esos ojazos enamorarían la cámara al primer instante. Pero vamos arriba.
Ambos suben por una escalera que sale de una esquina del salón hasta la planta superior en la que están las habitaciones. Son tres espaciosos dormitorios, con enormes camas y grandes armarios, uno de ellos lleno de ropa.  En el dormitorio mayor hay un cuarto de baño equipado con una gran bañera redonda de hidromasaje, un lavabo de mármol, un gran espejo y una taza igualmente de mármol.
- Esto es impresionante. Debes ser realmente rico. ¿Tienes alguna película tuya? Me gustaría ver que es lo que te hace ganar tanto dinero.
- Lo siento, pero no tengo ninguna. Una vez que están acabadas y estrenadas no me gusta volver a verlas. Siempre me saco defectos y termino por enfadarme conmigo mismo por haber hecho tal o cual cosa o por todo lo contrario, así que decidí que se acabaron mis películas en casa.
- Entiendo, pero te prometo que lo primero que haré cuando me instale en mi nueva casa y pueda comprar un reproductor de dvd será alquilar todas tus películas.
- Muy bien, ya me dirás que te parecen. Y ahora ¿quieres una habitación para ti solo o prefieres compartir la mía?
- ¿Compartir la tuya? ¿Con todo lo que eso conlleva?
- Te mentiría si dijera que no quiero hacerte el amor, pero prometo no hacer nada que tú no quieras. Me parare cuando lo desees.
Yhoga se queda pensativo mordiéndose el labio inferior. Por un lado Shiryu le gusta mucho físicamente, y le ha hecho un gran favor al conseguirle el trabajo y la nueva casa, pero por otro él nunca ha estado con nadie. Siempre ha pensado que se reservaría para el hombre con quien eligiera compartir su vida... claro que ¿quién le dice que ese hombre no sea Shiryu? Después de todo se siente muy a gusto junto a él, y más de una vez se ha sorprendido a si mismo pensando en él y deseando verle. Alza la mirada hacia su rostro y se queda hipnotizado por sus verdes ojos por lo que asiente nerviosamente.
- De acuerdo, pero has de saber que yo nunca... bueno ya sabes... nunca he estado con nadie.
- En ese caso precioso, será un honor ser tu maestro.
Shiryu se acerca a él y le besa muy despacio, saboreando sus labios y traspasándolos poco a poco hasta adueñarse con avidez de su boca entera. Sus manos desabrochan ágilmente los botones de su camisa y se la quitan para llevarle hasta la cama donde le tumba con un ligero y delicado empujón. Desliza sus labios por todo su cuerpo hasta llegar a la cintura donde le desabrocha con los dientes el pantalón para quitársele hundiendo el rostro en el delicado vello rubio aspirando su aroma. Sus labios continúan su recorrido por el palpitante miembro de Yhoga que responde rápidamente a sus delicadas atenciones.
- ¡Oh dioses! – murmura el rubio entre gemidos- Nunca imagine que esto fuera así...
- Aún no has experimentando nada precioso...
Vuelve a agachar la cabeza para comenzar a lamer lentamente ese precioso e inmaculado objeto de sus deseos. Los jadeos del rubio y sus dedos crispados entre su negro cabello le excitan cada vez más y termina por engullirlo totalmente y devorarlo hasta conseguir su blanco néctar. Se incorpora y le besa dándoselo a probar y contempla divertido los primeros gestos que hace al tragarlo.
- ¿No te gusta?
- Es extraño la primera vez... pero me gusta... me gustaría probar el tuyo... – le dice sonrojándose hasta la raíz del rubio cabello.
Shiryu ríe feliz y se desnuda en un abrir y cerrar de ojos para tumbarse en la cama boca arriba ofreciéndose sin pudor a su ángel rubio.
- Adelante, es todo tuyo.
Yhoga le mira con el temor a no hacerlo bien reflejado en su rostro mezclado con la admiración que despierta el perfecto cuerpo del moreno en él. Se inclina lentamente sobre Shiryu y después de unos temerosos toques con sus dedos y sus labios se decide a devorarlo. Sus primeros movimientos son algo torpes, incluso le roza levemente con los dientes, pero las caricias que recibe en su rubia cabeza por parte del moreno así como sus gemidos y movimientos de caderas le dan confianza para llevar a excelente termino para ambos su primera felación.
- ¿Y bien? ¿Te gusta?
- Si... me gusta – responde totalmente arrebolado- me gusta mucho...
- Yhoga estas precioso cuando te sonrojas así...
Sin decir nada más le voltea poniéndose sobre él para dilatarle cuidadosamente con sus dedos previamente anegados de saliva. Cuando considera que esta listo comienza a penetrarle parando en cada estocada, pendiente siempre de su reacción, de los gestos de dolor y sus quejidos. Besa sus mejillas y sus párpados cerrados con mucha ternura, mimándole tiernamente. Poco a poco llega al final y se detiene unos segundos para comenzar a moverse muy despacio. Yhoga se tensa con el dolor producido pero al cabo de unos minutos su cuerpo comienza a relajarse, sus caderas a sincronizarse con los movimientos de su amante, sus manos aflojan su fuerte presión en la espada de este, y sus quejidos de dolor se transforman en gemidos de placer. Un placer que crece a cada segundo que pasa. Shiryu desliza una mano por la cadera del muchacho hasta alcanzar su sexo y estimularle al mismo ritmo de sus embestidas. Cuando obtiene de nuevo su leche sobre el abdomen de ambos acelera sus movimientos y con un grito de placer estalla en el interior de Yhoga, abrasándole deliciosamente las entrañas con su fuego, provocando que el rubio grite su nombre con la espalda totalmente arqueada y una expresión de delirante placer en su bello rostro. El moreno cae sobre él para recobrar su respiración y ritmo cardiaco en los siguientes minutos. Cuando lo consigue sale de su interior y le abraza estrecha y cariñosamente contra si, para besar su frente y acariciarle dulcemente con sus manos.
- Descansa ahora – le susurra débilmente- Te lo has ganado precioso mío... ha sido maravilloso... eres especial Yhoga, muy especial.
Yhoga no responde nada, solo se acomoda junto a él con un suspiro de satisfacción y alegría por esas palabras para quedarse profundamente dormido al cabo de unos instantes.
Shiryu se queda quieto mirando por la ventana de la habitación la copa de los árboles de su jardín para una vez estar totalmente seguro del sueño de su compañero levantarse de la cama con mucho cuidado y echándose una bata por encima bajar a la planta inferior y abrir una disimulada puerta que hay tras un enorme tapiz colgado en la pared del salón. Desciende las escaleras hasta llegar al sótano donde se encuentra un hombre moreno de complexión fuerte manipulando unos aparatos de grabación.
- ¿Ha salido todo bien? – pregunta apoyándose en la pared.
- Estupendamente – responde Krysna- Ese chico es un filón. Vamos a sacar mucho dinero con él. Échale unos cuantos polvos más y tendremos una excelente película montada.
- Sabía que te gustaría, es hermoso. La gente pagará por verle en acción.
- Si, aunque también desayuna o cena con él en la habitación, alguna escena más que podamos intercalar en la película para darle algo de sentido, no solo sexo por sexo.
- Tranquilo, mañana tendremos un perfecto desayuno.
- Eres el mejor Shiryu. Cuando te vi sabía que me harías rico con tus pocos escrúpulos y tu belleza.
Shiryu sube de nuevo a la habitación para meterse en la cama junto a su inocente invitado que no sospecha que esta siendo grabado para ser exhibido en los cines x o en los ocultos estantes de cine pornográfico en las tiendas de alquiler y venta de películas.
Al día siguiente y durante el resto del fin de semana todo es perfecto e idílico para el muchacho. Shiryu se encarga de despertarle con espléndidos desayunos, se bañan juntos en la enorme bañera redonda terminando siempre el baño haciendo el amor lujuriosamente. Explora atentamente la colección de películas y música que posee, viendo y escuchando algunas junto a él. También pasean abrazados por el jardín, disfrutando de la débil nieve que cae y tratando de hacer un pequeño muñeco que solo dura una noche.
Por fin llega el lunes por la mañana y amablemente Shiryu le lleva a su nuevo lugar de trabajo. Le acompaña para presentarle al que será su jefe y se despide de él con un leve beso en los labios y un pícaro guiño de ojos hasta la hora de salir en que le llevara a su nueva casa tras pasar por la pensión a recoger sus pocas pertenencias.
Yhoga no puede creer que todo sea realidad, más de una vez se ha pellizcado así mismo para convencerse de que no sueña. En unas horas su vida ha pasado de ser un completo desastre a ser perfecta. Tiene todo lo que puede desear: un buen trabajo, un apartamento para él solo y lo mejor de todo, un maravilloso compañero del que se esta enamorando según pasan los minutos.
La ansiada hora de salida llega y como le prometió su moreno amante le esta esperando recostado en su coche con una irresistible sonrisa para recogerle. Primero se encaminan a su pensión y no tardan más de diez minutos en recoger su escasa ropa y algún que otro libro. Después se dirigen a un gran edificio de apartamentos para subir en el ascensor a la decimoquinta planta y acceder a su nuevo hogar. Efectivamente no es muy grande pero en contraste el mirador ofrece una maravillosa vista de toda la ciudad. Cuando va a colocar la ropa en el armario se encuentra con que esta lleno de trajes tanto de sport como de vestir. También tiene varios pares de zapatos para todas las temporadas junto con gran variedad de camisas, jerseys y corbatas.
- ¿Y esto? – le pregunta volviéndose totalmente sorprendido hacia Shiryu.
- Un pequeño regalo de mi parte – le contesta acercándose y abrazándole- No puedes ir a trabajar así. Ahora estas en una empresa de moda y  debes vestir de acuerdo a ella.
- Pero... yo... es demasiado... no...
- Nada es demasiado para mi niño amado.
- ¿Niño amado? – pregunta con la voz temblorosa.
- Si, así es. Eres mi ángel, mi niño amado, aquel por el cual no dudaría en dar mi vida si fuera necesario, aquel por el que iría hasta el mismísimo infierno...
Yhoga le cierra los labios con un beso lleno de ilusión por el futuro, de amor, de felicidad, de incredulidad, de placer... Pasan la noche juntos y al día siguiente Shiryu se despide de él en la puerta de su trabajo prometiéndole llamarle todos los días e ir a buscarle para el fin de semana.
Las semanas se suceden rápidamente para Yhoga como si fueran un sueño maravilloso del que no quiere despertar nunca. Se siente plenamente feliz por primera vez en mucho tiempo y todo gracias a su precioso y amado moreno de ojos verdes.
Mientras Shiryu empieza a tener remordimientos de conciencia. Cada vez más a menudo se sorprende pensando en decirle a su socio que se acabó, no solo las grabaciones con Yhoga si no todo el negocio que tienen montado entre los dos. No entiende muy bien a que se deben semejantes pensamientos hasta que un día de primavera en el que le esta observando con los rayos del sol iluminando su brillante cabellera y su blanca piel se da cuenta por primera vez que sin darse cuenta se ha enamorado profundamente de ese inocente muchacho.  Después de despedirse de él hasta la noche, se dirige al estudio de grabación que Krysna tiene en la ciudad y da por terminado todo.
- No puedes hacer eso – le dice airadamente el productor- Tenemos un contrato.
- ¿Contrato? Yo nunca he firmado nada contigo, así que no me vengas con esas. Estoy asqueado de acostarme con diferentes tipos cada día. No quiero que sigas grabando a mi niño, voy a cambiar de vida... todo esto se acabo para mí. Búscate a otro, seguro que no te faltan candidatos.
- Tienes razón en una cosa, no me faltan candidatos a ocupar tu puesto, pero ninguno es tan bueno como tú, especialmente con ese rubio. Destiláis magia por los cuatro costados, la gente esta encantada con vuestras escenas... no voy a permitir que la gallina de los huevos de oro se escape fácilmente.
- No puedes evitarlo – le lanza las llaves de la casa de campo sobre la mesa- No volveré a esa casa. Te la devuelvo, haz con ella lo que te apetezca... no nos volverás a ver por ella.
- No lo hagas Shiryu, o te juro que te arrepentirás de ello.
- ¿Y que vas a hacer? ¿Mandarme tus matones para que me den una paliza? Te recuerdo que cuando me encontraste era un luchador callejero. ¿Decirle a que me dedico? Yo mismo le confesaré todo, aún a riesgo de que me odie, pero le demostrare mi arrepentimiento y que mi amor por él es verdadero, puede que no sea fácil, pero se que me ama y terminará por perdonarme. No puedes hacernos nada Krysna, absolutamente nada.
Sin decir una sola palabra más sale del estudio para dirigirse a casa de Yhoga y recibirle con una perfecta cena sorpresa. Piensa confesarle todo esa noche y no esperar más.  Mientras él se ocupa de comprar los ingredientes y las flores Krysna manda una nota a Yhoga a su trabajo imitando la letra de Shiryu para decirle que vaya inmediatamente a la casa de campo en cuanto acabe su jornada laboral. A continuación cierra el estudio y se encamina a toda velocidad a la casa para preparar las cámaras y grabar todo lo que ocurrirá en la habitación.
Yhoga recibe la nota de manos del recepcionista de la empresa y sin dudar un solo instante, pensando que le quiere dar una sorpresa al salir coge un autobús que pasa bastante cerca de la casa. Cuando llega la encuentra oscura y silenciosa, solo la luz de la habitación esta encendida. Sube sin temer nada a la misma para encontrarse con la cama deshecha de cualquier manera. De pronto la puerta se cierra con un fuerte golpe a su espalda y al volverse recibe un fuerte golpe en el rostro que le tira al suelo dejándole aturdido.
- Bien niño – le dice Krysna mientras le coge y le lanza a la cama- ya que será tu última actuación haremos que sea algo memorable.
- Déjame, ¿quién eres? – pregunta asustado y tratando de defenderse sin éxito de las fuertes manos que le están desnudando rápidamente.
- Un viejo conocido de tu amorcito... ya te lo explicará él, no te preocupes.
Krysna le arrebata toda la ropa y con el cinturón de los pantalones le ata fuertemente las manos por las muñecas al cabecero de la cama para que no pueda escapar. Yhoga trata de defenderse lanzando patadas al aire buscando el cuerpo de ese desconocido para él sin lograr acertar ninguna de lleno. A cambio de sus inútiles esfuerzos recibe una lluvia de golpes que le fracturan un par de costillas haciéndole gritar de dolor y obligándole a permanecer quieto.
- Mucho mejor así – murmura el otro colocándose entre sus piernas y violándolo sin compasión alguna de forma brutal.
Shiryu en el apartamento se pregunta mirando nerviosamente por quinta vez el reloj que le habrá retenido tanto tiempo. Por fin se decide a llamar a la empresa donde le dicen que salió un poco antes de la hora para ir a resolver un asunto urgente en las afueras de la ciudad. Colgando sin escuchar nada más se lanza escaleras abajo para arrancar a máxima potencia hacia la casa de campo. Cuando llega se encuentra la puerta abierta, al igual que la que da al sótano. Con mucho temor asciende las escaleras para encontrar a Yhoga inconsciente atado a la cama, sangrando por varias heridas de su amoratado cuerpo y con signos de haber sido violado repetidas veces.  Sin perder tiempo le desata y le envuelve en la colcha para llevarle al hospital. Una vez allí los equipos de urgencia se hacen cargo del maltrecho muchacho dejándole a él en la sala de espera. Al cabo de un par de horas el médico le comunica que puede pasar a verle. Su estado no es muy grave, solo tiene que permanecer levemente incorporado por las costillas rotas y algunos calmantes para el dolor que le producen las diversas contusiones que tiene. Los desgarros producidos por la violación no son muy profundos ni graves, por lo que no ha necesitado puntos. Lo que no pueden indicarle es su reacción psicológica cuando despierte ante lo ocurrido.
Shiryu entra en la habitación y se sienta con el rostro anegado en lágrimas junto a la cama de su niño cogiendo su blanca mano entre las suyas. Las horas pasan y por fin al amanecer Yhoga abre sus azules ojos parpadeando dolorosamente por la luz eléctrica que invade la habitación para finalmente enfocarlos sobre su cuidador.
- Hola – le dice débilmente- ¿Cómo me has encontrado?
- Yhoga yo... lo siento tanto... nunca quise que esto pasará... debí imaginar que te haría daño... eres lo que más amo en la vida... ¿como decirte lo ocurrido sin que me odies?
- Es fácil, cuéntamelo desde el principio... aunque algo imagino por lo que ese hombre me dijo mientras me... me usaba...
Shiryu suspira profundamente y sin soltar su mano le relata todo desde el momento en que le vio en el parque. Como pensó en él para pareja en sus películas, como al principio todo fue un engaño que terminó convirtiéndose en realidad al enamorarse locamente de él. Le relata como decidió abandonar todo por él, plantarle cara a Krysna, y devolver la casa. Cuando termina ambos guardan silencio, sin mirarse uno al otro. Por fin es él mismo quien se atreve a romper ese doloroso silencio.
- Supongo que ya no querrás volverme a ver. Contaba con que podría demostrarte a pesar de todo mi amor cuando te lo contará todo esta noche, pero después de lo que ha ocurrido dudo poder conseguirlo...
- Shiryu, mírame a los ojos.
El moreno obedece su petición y clava sus verdes ojos llenos de lágrimas y reflejando en ellos todo el arrepentimiento, la vergüenza, el dolor, el profundo amor que siente por él.
- Te quiero – continúa Yhoga una vez que ha examinado atentamente su mirada- no se si para bien o para mal, pero te quiero locamente. Pero también se que ahora no puedo soportar la idea de que me pongas la mano encima, el pensar en una simple caricia proveniente de ti me llena de asco. Tendrás que darme tiempo, mucho tiempo para perdonarte y también tendrás que esforzarte en demostrarme que efectivamente tu amor es sincero.
- Esperare todo el tiempo necesario, tendré toda la paciencia del mundo. Y en cuanto a demostrarte mi amor, dime que quieres que haga y lo haré sin dudarlo.
- Así no vale Shiryu. Yo no puedo decirte como has de hacerlo. Si en verdad me amas, tú mismo encontrarás el modo de lograr nuevamente mi confianza ciega en ti.
El muchacho moreno se queda mirándole tristemente en silencio y asiente con la cabeza para lanzarle un dulce beso con la mano y salir de la habitación pensando en el futuro. Lo primero que hará será vender el coche y su lujosa casa, buscar un trabajo de cualquier cosa que le sirva para mantenerse sin grandes pretensiones y poco a poco visitar a Yhoga, acompañarle a dar de comer a los patos, invitarle a cenar y al cine, ir a buscarle al trabajo siempre que pueda hacerlo... demostrarle con pequeñas muestras de amor y respeto que es lo más importante para él.
Durante los dos largos años que invierte en ganarse de nuevo a su niño amado, nunca ha buscado sus labios a pesar de desearlos ardientemente, nunca ha buscado una caricia más atrevida de un leve y casual roce de manos, nunca le ha pedido hacer el amor con él por mucho que en la soledad de su nueva casa sueña con su cuerpo, con su piel, con su aroma.
Yhoga por su parte poco a poco ha ido recuperando la confianza en él. De vez en cuando mantenía su mano más tiempo junto a la suya o le daba una dulce mirada llena de amor. Hasta que por fin, una fría noche de invierno, atravesando el parque en el que se conocieron se detiene junto al estanque y volviéndose a él le besa apasionadamente. Shiryu no reacciona al principio por la sorpresa pero después de un primer beso le abraza estrechamente y le devuelve el beso mezclado con la sal de sus lágrimas de felicidad que descienden por sus mejillas.
- No llores – le dice limpiándoselas con los dedos- solo es el principio, aún tienes que ganarme por completo. Pero lo estas haciendo muy bien, me atrevería a decir que en unos meses más me tendrás nuevamente a tus pies.
Con un fuerte abrazo lleno de felicidad reanudan su camino para dejarle en su apartamento y encaminarse a su casa con el corazón lleno de esperanza por el futuro que se cierne sobre ellos. Un futuro que dedicara en cuerpo y alma a su ángel rubio, un futuro en el que él será el eje de su vida, en el que solo vivirá para cuidarle, protegerle y sobre todo compensarle por haberle dañado tanto.

 


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