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He cambiado por Reiga

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Notas del fanfic:

Hola, primero que nada es primera vez que escribo de esta pareja y creo que jamás lo habría hecho de no ser porque cierta personita así lo quiso.

Dedicado a Ellie-chan, el motivo era por Halloween >.< tarde… pero llego, y aunque no se centra mucho en la fecha al menos el Halloween sale mencionado, lo se soy un desastre gomen u.u, espero te guste bonita.  Como a cada quien que lo lea.

 

Advertencias

Esto posiblemente este OOC, me quedo románticoso  así que si esperan un Hanamiya golpea traseros, lo siento.

Espero les guste lindas y disfruten la lectura.

Notas del capitulo:

Declaimer :Los personajes no me pertenecen </3

 


~~~*~~~


 


Una ventana pequeña le daba la vista de un glorioso cielo pintado por un celeste  matizado en ocasiones con un blanco angelical. Ciertos ojos  pasaban por su mente sin poder evitarlo, las misma combinación que el paisaje le mostraba la conocía en cierta persona que antaño le habia robado el corazón sin darse cuenta. Cabello y ojos celestiales combinados con una piel  blanca de la más fina porcelana.


“¿Que abra sido de él?” se preguntaba cada vez que lo recordaba.


Hanamiya Makoto habia conocido al peli celeste a su tiernos tres años. Después de que se cambiara de casa a lado de donde conocería al pequeño regordete llorón que de primera instancia detesto.


Oh si~ de solo recordar esos tiempo una sonrisa se instalaba en sus labios, a kuroko lo habia odiado desde el primer momento, cuando se dio cuenta de que aparte de ser vecinos además serian compañeros lo detesto aún más. Y sinceramente habia querido matarlo cuando su dulce madre le habia pedido que cuidara del menor.


La pelota llorona como le llamo infinidad de veces se pegó a él como lapa, no lo dejaba ni a sol ni a sombra a pesar de todos sus insultos y empujones que lo dejaban sentado en el suelo.


Tal parecía que todos sus malos tratos no le hacían efecto al pequeño. Pero ay si otro niño era el que lo molestaba, kuroko lloraba amargamente en su pecho preguntándose “porque eran así con él”. Fueron en esos momentos que se dio cuenta de cuanto le afectaba la tristeza del menor. Nadie tenía el derecho de molestarlo y siquiera tocarlo. De eso se enteraron a la mala muchos niños. Pasaban los años y comenzaba a sentirse a gusto. Kuroko no lo dejaba nunca solo y eso le gustaba, sentir que tenía toda la atención de ese pequeño con ya doce años no tan gordito le gustaba.


El peinado de biblia, esos lentes horribles mas esos dientes chuecos cubiertos de frenillos ya no le molestaban, es más ya a esa edad comprendía que nunca le molestaron en sí. Su trato cambio un poco, ya no lo empujaba ni pegaba si hacía algo que le molestara. Pero sí, los sobrenombres nunca le faltaron, si habia algo divertido para el en esos tiempos era molestarlo por cualquier cosa, le gustaba ver su ceño fruncido y mordiendo su rabia por no saber cómo contestarle.


 Pero todo eso se acabó al cumplir los trece, Sus padres se separaron y de la peor manera, su padre le quito la custodia a su madre, tuvo el poder para hacerlo y se lo llevo a América, no tuvo tiempo de ni  despedirse de su madre ni de su único amigo. Una época dura para él. Si antes era frio y cruel como le decían muchos de sus compañeros, en América se habia puesto peor. Lo único cálido que guardaba en su interior era el sentimiento hacia su madre y a kuroko, los mismos que ahora con veintiún años  lo llevaba de regreso a Japón.


 


~*~


 


—¿Segura que quiere que este aquí?, lo más seguro es que ni se acuerde de mi — decía el joven peli celeste un poco nervioso a una señora de cabellera larga  y negra.


—Claro que si cariño, siempre que voy a verle me pregunta como estas, si no te ha hablado es porque es un cobarde, ya sabes como es.


Claro que sabía cómo era, y ahora  que veía las cosas con más claridad, no le sorprendería enterarse que al pelinegro él nunca le cayó bien. Después de todo nunca hiso nada para comunicarse con él. De todas las cartas que le envió nunca recibió respuesta. Solo excusas amables pero vacías de la dulce señora.


Suspiraba mientras arreglaba las cosas de la mesa, estaba un tanto preocupado, la verdad es que el mismo habia cambiado mucho, no le molestaría mucho si amigo de infancia no le recordaba o le importaba un rábano si él estaba ahí o no, pero si le decía algo mordaz como aquellos tiempos o lo echaba de su casa a patadas…  Quizás no se lo aguantaría. Pensaba con el ceño fruncido o quizás si por respeto a la señora, pensó luego de suspirar por enésima vez.


El momento llego, habia escuchado desde la cocina el gritito agudo de la señora anunciándole que Hanamiya habia llegado. Escucho desde lejos un “Tanto tiempo madre” que le helo la sangre, aquella vos era gruesa y sumamente varonil acompañado de ese gesto gentil común con que se le hablaba a una madre.


Con un vil espía se acercó por la puerta solo asomando sus ojos para ver al dueño de aquella vos, sus ojos quedaron como  plato al ver al chico mucho más alto que él, su cabello estaba largo y laceo, negro como lo recordaba, su mirada seguía severa pero aun así habia algo diferente, al mismo tiempo la encontró cálida.


Sonrió, a quien quería engañar, realmente esperaba que Hanamiya lo recordara, lo habia estado esperando por mucho tiempo.


Suspiro  hondamente y salió de la cocina.


—Que gusto verte Makoto-kun


Hanamiya quedo de una pieza al ver a su sueño personal de infancia parado enfrente suyo con una sonrisa amplia y bella, Esperaba verlo pues sabia que aun vivía al lado de su casa, pero jamás se esperó que fuera tan pronto. Ahora realmente no sabía qué hacer  ni cómo reaccionar.


Del kuroko rechoncho,  feo y nerd no quedaba ni el polvo. Habia crecido, no tanto como el pero estaba bien, su cuerpo era delgado, fino, delicado, su piel seguía como siempre. Puramente blanca y sus cabellos aún más celestiales sin partidura, cero frenillos, los lentes seguían ahí pero estos eran más pequeños a como los recordaba, lejos de hacerlo ver un cerebrito sin vida, ahora era un sexy chico, su ropa solo mejoraba lo presente, Sudadera negra con un chaleco azul delgado que caía por uno de sus hombros. Y unos jens holgados.


¿Dónde rayos habia quedado su bola de grasa que esperaba y aún lo siguiera hasta el fin del mundo?


—Cariño ¿no le vas a contestar?


—Ahh… si Hola kuroko


Kuroko sonrió al ver que algo habia provocado en él, ese nerviosismo no habia pasado desapercibido para el chico más sexy de la universidad y por qué el hombres y mujeres botaban la baba, bien se lo habia enseñado su amigo Kise. Muchas veces le habia dicho que tenía que sacar partido a ese aspecto andrógeno que poseía.  Nunca pensó en ello pero ahora. Ahora quizás y si podía agradecer los grandes cambios que habia tenido su cuerpo.


La comida transcurrió con normalidad, entre preguntas de la señora, respuestas de Hanamiya y miradas fugases entre los dos.


—Disculpen — dijo el peli celeste al sentir vibrar su celular, se levantó de la mesa y contestó —Si… ¿Ahora kagami-kun? Pero… Esta bien, voy para allá — Miró a los presentes — Lo lamento pero tengo que irme, muchas gracias señora espero podamos hablar luego mako-chan — dijo guiñándole un ojo, así le decía cuando eran pequeños.


Iba por la puerta cuando se detuvo.


—¿No quieres venir conmigo?


—¿Eh?


—Hoy es la fiesta de Halloween en la universidad, ¿no te gustaría ir? — el pelinegro iba a negarse pero se le adelanto su madre.


—Sí, hijo anda, así a provechas a conocer la U y desde ya  empiezas a integrarte — El pelinegro iba a decir algo  pero…


—Mako-kun será entretenido, entonces me lo rapto hasta la noche —dijo alegre


—No hay problema mi niño, ¡Makoto cuídalo! — le grito a su hijo que ya era arrastrado por el peli celeste


Makoto habia alegado que habia salido sin nada, pero kuroko simplemente lo habia ignorado, a empujones lo subió a una locomoción y pago por ambos. Suspiro hondamente y se resignó.


—En eso no has cambiado, sigues haciendo lo que te da la gana — “con respecto a mi” pensó, ya que desde pequeño el peli celeste siempre imponía que hacer. Más bien no imponía era él, el que nunca podía negarle nada.


—¿Tu crees? — Rio alegre kuroko —anda no te enojes la pasaremos bien, hoy todas las facultades se juntan para la fiesta de Halloween, será genial, tendremos que buscarte un disfraz, de seguro Kise vendrá con el closet completo así que no creo que haya problema.


—Olvídalo, no me voy a disfrazar — ahí estaba, esa cara de perro aplastado Made in kuroko


—Ohh vamos Ma-ko-chan —kuroko se acercó y paso su brazo por los hombros del más alto — este lobito necesita que lo protejan esta noche — el pelinegro estaba petrificado, eso no fue un tono sugerente, no claro que no, mucho  menos una especie de coquetería a su persona, no eso sí que no. El que le haya guiñado el ojo debió haber sido algo casual, un tic el cual no habia notado podía ser.


“¿Qué tanto has cambiado kuroko?” se preguntó cuándo el menor en tamaño lo soltó y siguió caminando.


—Buscaremos un traje lindo, despreocúpate — ahí estaba de nuevo ese guiño que le paraba el corazón y por ahora solo el corazón.


    


Cuando llegaron a la universidad se sorprendió de lo bien que estaba decorado, se veía a algunos chicos decorando, apresurados otros dando órdenes a diestra y siniestra.


—Así que por fin tenemos a nuestro rey — se acercó uno que se veía un tanto molesto — ¿porque la demora kuroko?


—Avise que llegaría más tarde Midorima-kun — dijo riéndose y rascándose la cabeza.


—No lo regañes Midocchin, no ves que viene con el novio — kuroko solo sonrió y Makoto muto al segundo.


—¡Y A MI QUE!  ¡AUN ASÍ VINIERA CON EL MISMO PAPA! — le grito al peli morado que se tapada los oídos con cara de no importarle — ¡Ve a probarte el traje kagami te está esperando!


Kuroko tomo de la mano al pelinegro y se lo llevo corriendo.


—¿Quién era ese? — pregunto molesto


—Ahh es midorima, el representante de todos los estudiantes de esta universidad, el peso de estas celebraciones cae toda sobre el así que está un poquito estresado — decía el menor riéndose —como representantes de facultad tratamos de ayudarlo en los mas que podamos, es tranquilo, pero por alguna razón siempre se termina desquitando con su novio. Creemos que es porque mura-kun no lo deja dormir bien — rio cómplice


Mientras nuevamente Makoto quedaba descolocado, no, kuroko no podía haberle hablado con doble sentido ¿verdad?


—¿Y tú que eres?


—¿ah?... ah vicepresidente de la facultad de artes, kagami es el presidente y Kise el secretario


—Hasta que llegaste Tetsu — mencionó un pelirrojo cuando entraron a una de las aulas. Pelinegro y pelirrojo se miraron sacando chispas, no se conocían…. Nada de nada pero se podía decir que eran el tipo de persona que nacen  justamente para ser amigos.


—Dije que vendría tarde kagami-kun ¿porque la prisa?


—Kise le hiso arreglos a tu traje así que quería que te lo probaras.


—¿Más arreglos? Si le saco más piel no me lo pondré — alego kuroko viendo como entraba un alegre rubio


—Tranquilo kuroko solo fue algo pequeño ven aquí


Hanamiya vio irse a un aula continua al peli celeste y su mirada volvió a posarse el pelirrojo por desgracia centímetros más altos. Estaba vestido de cazador.


—¿Y tú eres?


—Hanamiya Makoto ¿y tú? — se presentó de mala gana tendiéndole su mano, se golpeó mentalmente por el gesto, en Japón no se saludaba así, sorprendido quedo cuando el pelirrojo tomo su mano moviéndola despacio.


—Kagami Taiga, ¿Qué eres de kuroko? —preguntó soltando su mano.


—¿Te interesa? — le miro retante


—Por eso pregunto.


—Pues no te respondo


~*~


En la otra aula Kise le probaba el traje de lobo a su mejor amigo.


—¿Él es el chico del que nos hablaste?


—Si


—Es lindo aunque un poco serio, parece que Quiere matar a Taiga — decía el rubio que estaba mirado por una pequeña ventana. —¿crees que será buena idea?


—Sí, pensaba hacerlo mas adelante pero ya que se dio la oportunidad ahora no me daré por vencido.


—Ese es mi chico — dijo el rubio cambiando hasta el para acomodarles las orejitas.


~*~


Seguían en una batalla visual y es que parecía que con la sola mirada se habia declarado la guerra, el primero en pestañear perdía.


—y bien… ¿qué tal? —pregunto el rubio apartándose para mostrar el nuevo ejemplar,


Hanamiya abrió sus ojos a más no poder y es que “cuantas veces pretendía kuroko descomponer completamente su cara y emociones”


Cuando kuroko le habia mencionado que se disfrazaría de lobo,  en su mente habia imaginado un traje completo. Esto era… no, kuroko no podía permitirse andar así.


Kuroko lucía un adorable y sexy traje de lobo, la piel de lobo le daba un aspecto real,  llevaba un short aglobado y entallado a la mitad de sus muslos, dejando  lucir algo sus blanquecinos muslos hasta la rodilla, de ahí hacia abajo eran cubiertas por mas piel dando una aspecto de pata elefante. Para arriba solo su pecho era cubierto por una especie de peto con un escote matador solo amarrado por unas finas tiras, su fina cintura quedaba a la vista dejando lucir ese ombligo que incitaba al pecado. Sus brazos también quedaban al descubierto hasta su ante brazos donde una tiernas patitas le tapaban sus manos.  La cola grande y peluda parecía moverse a voluntad propia. Y por último estaban esa orejitas arrolladoras sobre su cabeza.


—Te quedo genial kuroko — dijo kagami a su amigo


Hanamiya se dio cuenta de que los tres presentes le miraban por alguna reacción.


—Te queda bien


—Bien Hanamiya-cchi, kuroko ya me ha hablado de ti ven para que veamos de que te puedes vestir. — y como era bien sabido el rubio tampoco espero respuesta.


Paso un rato y el pelinegro estaba un poco hartado, por el viaje estaba cansado y no pensó que tendría tanto movimiento el primer día.


Cuando volvió al aula su humor solo empeoro, encontró al pelirrojo muy cerca de kuroko, al parecer estaba poniéndole un collar y seguido le ato una correa al mismo.


—ahhh esta genial — salto el rubio. — kuroko es el chico más lindo de la universidad así como kagami el más atractivo, es el  tercer año consecutivo que salen elegidos para ser los reyes de la fiesta ¿no crees que se ven geniales? — dijo inocentemente Kise a Hanamiya, este asintió mirando estructuradoramente a kagami — Siempre he pensado que hacen una pareja muy bonita ¿no lo crees?


“Lo que le faltaba” pensó. Sinceramente no se habia detenido a pensar que kuroko pudiera tener novia o peor aún novio. Kuroko se notaba bástate cómodo con el pelirrojo.


Luego de aquello le siguieron una infinidad de sucesos que solo lograban molestarlo más. Kuroko habia cambiado. No era ni la pisca del niño que habia esperado encontrar. Era querido por sus compañeros se notaba que le apreciaban, era tan sexy como adorable y llamaba bastante la atención. Bien se habia podido dar cuenta.


Si aún no se iba para su casa, era porque kuroko con cara de perro degollado le había pedido que se quedara con él y se fueran juntos a casa. Había accedido a esa petición. Y horas después se habia arrepentido un montón.


De haber sabido que montarían un numerito como el que  kuroko y kagami habían hecho hace un momento sobre el escenario se habría ido, de ello estaba seguro.   


Ahora ya estaba agotado tanto mentalmente como físicamente. Lo único que quería era encontrar al kuroko e irse a su casa, su mente necesitaba un respiro. El menor le habia dicho que lo esperara mientras se iba a cambiar pero ya habia pasado un buen rato y cada vez quedaba menos gente y esa cabellera celeste no daba señales.


 Chuteó un pobre piedrita y con las manos en los bolsillo se adentró en el establecimiento para buscar a  su chico.


Era bastante tenebroso, pero a él poco le importo. Fue directo al cuarto piso donde se suponía se encontraban sus cosas. Petrificado y con escalofrió de pies a cabeza quedo al escuchar la vos ronca que reconocía como la del pelirrojo.


—¿Ahora te arrepientes? — Risa — ¿no que querías que te pagara ese beso? — a Hanamiya le temblaba la mano en la puerta y eldolor en su pecho amenazaba con matarlo


—Mng —escucho un gemino ahogado


—Dime ¿quieres que me mueva?, sé que te gusta


—Ngh —otro gemido que parecía de inconformidad, y Hanamiya realmente estaba asustado, incapaz de moverse ni para correr de ahí mucho menos para entrar y ver lo que ya se estaba maquinando en su mente


—Vamos… pídemelo y arremeteré tan fuerte contra ti que no podrás ni moverte mañana —una vos tan cargada de sensualismo y la ves que una frase tan grotesca que el pelinegro sintió rabia de solo pensar que le hablara así a ese pequeño al que en algún momento sintió como suyo.


—¡Jodete! , más te vale que te muevas ahora o olvídate del sexo por el reto de tu… ¡AHH! —


Hanamiya quedo con los ojos como platos y no como los normales si no como bandeja de torta extra grande, esa no era la vos de kuroko, no, no, no claro que no, el alma le volvía al cuerpo y quería carcajearse de la risa. Esa vos estaba seguro que era del tipo rubio, el mismo bestia que le habia estado metiendo cosas raras durante toda la tarde.


—Tú lo pediste Kise


—Mng… Eres un bruto —más gemido y sonidos raros, Hanamiya pensó en que mejor irse, algo le dijo que si seguía ahí terminaría traumado.


Una pequeña y delicada mano tomo la suya y vio a kuroko aun de lobo enfrente haciéndole señas para que guardara silencio y le siguiera.


El silencio le siguió notando que lo llevaba al tejado. Una vez abrió la puerta y respiro el aire libre el peli celeste soltó una carcajada  que le provoco un rico calorcito en el pecho al pelinegro.


—Lamento que hayas escuchado eso Makoto, esos dos no se controlan — decía caminado con su manos tomadas en la espalda mientras caminada hasta las rejas, viendo lo espectacular que estaba la noche.


—¿Son novios? — pregunta idiota pensó ya escuchando en las circunstancias en la que los habia pillado, pero necesitaba una confirmación.


—Sí, desde hace mucho tiempo.


—Ya veo — quedaba más tranquilo pero aún así las cosas eran un poco confusas, el rubio en toda la tarde habia parecido un fanboy de kagami y kuroko, sus comentarios hacia el no cesaban hasta hacerlo creer que ambos tenían algo. “¿acaso se habia dado cuenta de sus sentimientos por kuroko?” imposible, pensó.


—¿y tú? —preguntó kuroko sin dejar de ver la hermosa luna que iluminaba su rostro.


—¿Yo que? — contesto caminando a su lado


—¿Tienes pareja?


—ahh no… ¿y tú?


—Tampoco — contesto rápidamente riéndose y causando una paz en Makoto —pero espero tenerla pronto — adiós paz y hola depresión.


—¿Así?


—Si — suspiro dando un paso más delante — los conozco desde que tengo memoria. En un principio no le caía bien, es más creo que nunca le caí bien aunque… yo diría que no se… realmente  aun ahora  no se  si le caigo bien — decía confundido, causando que Hanamiya frunciera el ceño — cuando cumplí dieciséis más o menos me di cuenta de que me gustaba. El tuvo que irse por razones mayores a otro país mucho antes,  aún era un niño así que no sabía que las ganas por estar a su lado fuera porque  me gustaba más que solo un amigo.


Hanamiya estaba haciendo todo uso de razón para poder entenderle. Aunque por dentro le estuviera doliendo el que kuroko ya tuviera a alguien en su corazón.


—Le escribí… durante  mucho tiempo y nunca me llego una respuesta, solo recibía la sonrisa apenada de su madre, dándome escusas del porque no lo hacia


Recién ahora caían en cuenta de que kuroko le habia enviado cartas que nunca se molestó en responder. Y no por falta de ganas si no porque cada vez que lo intentaba nada salía, su mano no se movía y su cerebro  quedaba en blanco


—¿Que me puedes decir sobre eso? — preguntó inocentemente kuroko


—Yo… realmente lo siento, hice lo mismo… nunca te conteste


Kuroko casi se cae de trasero al caérsele semejante roca sobre su cabeza.


—¿Acaso eres idiota? ¡¡Estoy hablando de ti baka!! —gritó molesto.


Makoto abrió grandes sus ojos nuevamente ante la revelación, no podía estar hablándole enserio.  


—No soy el mismo que conociste de pequeño — dijo kuroko acercándose se manera sensual, habia notado en la mirada de Hanamiya que algo en él le chocaba y no era tonto, sabía perfectamente el cambio que habia sufrido gracias a Kise, su amigo rubio solo habia sacado a flote lo que él solo no habia sido capaz  — he cambiado.


Hanamiya parecía que pudiera ver a través de esas pupilas celestes que estaban transportándolo a otra dimisión. Los brazos de kuroko pasaron por los costados de su cabeza en un sutil abrazo guiando su cabeza


—Grábatelo, no te dejare en paz hasta conseguir lo que quiero — susurro sobre sus labios antes de besarlo, con ternura inicial para pasar a algo pasional y experto por parte del menor en tamaño, muy diferente a su receptor que respondía con torpeza más no por inexperiencia, sino porque aún no se creía nada de lo que estaba pasando. 


 


~~~*~~~


 


El pelinegro estaba ido mirando la foto que reposaba en un mueble  de una habitación familiar pero no suya. Sonrió al recordar el día que fue tomada.


—Buu —lo asusto un chico pasando sus brazos por su cintura — ¿qué haces?


—Estaba recordando la fiesta del año pasado — contesto sin más dándose vuelta y rodeando al pequeño con sus brazos.


—¿Algo interesante?


—Si, recordaba a un pequeño descarado que me asalto esa noche


—¡Yo no te asalte! Solo te bese fuiste tú el que se entusiasmó demás— dijo sonrojado recordando aquella noche de valor.


—¿Sí? —Preguntó haciéndose el desentendido — quien fue el que abrió su boca para luego meter su lengua y obligar…


—¡Ahh ya cállate! —grito tapándole la boca, con una sonrojo en su rostro, sí, el habia comenzado a besarlo lo recordaba claramente, pero Hanamiya luego de shock inicial habia tomado las riendas del asunto. Oh si claro que lo recordaba tambien.


Recordaba como esas manos abrazaban su desnuda cintura haciendo que gimiera despacio a causa de las frías manos, como cuando una de aquellas manos lo tomo fuerte de su nuca para impedir que rompiera el beso que luego se hiso lujurioso y sofocante. También cuando luego de separarse se miraron ambos como  si estuvieran despertando de un letargo que no alcanzaron a disuadir antes de volver a besarse como si la vida dependiera de ello. 


—Ya, ya, no te molestes, ¿cómo van los preparativos? — dijo entretenido dejando un beso en su mejilla


—Bien, este año es el último para nosotros así que tiraremos la universidad por la ventana — decía el peli celeste yéndose a sentar a su cama seguido de Hanamiya que se recostó a su lado.


—¿Y que harás este año con kagami? — dijo un poco molesto, de solo recordar el beso del año pasado.


—Mmmm El tema será el fantasma de la ópera, estamos preparando un baile, supongo que si nuestras compañeras locas lo piden… — dijo kuroko con una vos cada vez más bajita


Hanamiya suspiro, era todo parte del show y lo sabía, en ese año habia tenido tiempo de sobra para confiar tanto en kagami como en Kise. Ambos eran bien abiertos en cuanto a su relación ohh si ya lo podía decir, varias veces habia tendió la oportunidad de pillarlos en plena faena. Y el par de sinvergüenza ni se inmutaba. Es más kagami habia tenido el descaro de preguntarle si quería unirse. Una broma en toda la regla pues con el tiempo habia entendido que kagami era igual de posesivo con Kise como lo era el con su niño.


También  confiaba plenamente en kuroko. Pero no dejaba de molestarle el hecho de que a su novio lo besara otro chico.


—Te lo pagare — dijo rápidamente  subiéndose sobre el peligro  mientras una mano se deslizaba desde su torso hasta su ombligo por encima de la ropa.


—Te recuerdo tetsuya — decía riéndose mientras sus manos acariciaban las  piernas  de su novio a sus lados  —que tus padres estarán aquí en quince minutos no alcanzarías ni a darme propina — dijo molestándolo.


—Puedo darte un adelanto —dijo en tono juguetón


Kuroko se agacho encontrándose con los labios de su novio, un beso tan lento pero exquisito a la vez. Kuroko se estaba tomando su tiempo. Mientras sus labios se movían y sus lenguas jugaban, comenzó a mover su pelvis de manera lenta y sugerente despertando a ambos   miembros que se alzaban buscando más atención


Makoto se separó del beso y vio una sonrisa familiar en el rostro blanquecino que le hizo fruncir el ceño. Kuroko se estaba tomando un tiempo… TIEMPO QUE NO TENIAN.


—Ah no tetsuya no me dejaras con las ganas otra vez — dijo agarrándolo fuerte de la cintura  al comprender sus intenciones.


En un rápido movimiento cambio las posiciones, dejando a kuroko sobre la cama y él entre sus piernas. En un santiamén tenía al menor con solo la polera subida hasta el pecho dejando a la vista esa par de  botones rosados y erectos al igual que su miembro.


—Acaso te volviste loco! no hay tiempo — dijo preocupado el peli celeste con las manos en los hombros de Hanamiya.


—Por lo mismo no abra preparación — sonrió macabramente ante la mirada asustada de kuroko.


—No… no, tengo una  clase ahora en la tarde y tú, tu examen, además desde la semana pasada que no lo hacemos —dijo más preocupado por que llegaran sus padres  a las consecuencias en sí. Su pene respigaba expectante ante la sola idea de hacerlo sin preparación.


Hanamiya no contesto y se dedicó a besar cada parte expuesta de kuroko. Se posiciono desabrochando su pantalón y dejando su pene entre los pliegues de ese esquicito trasero moviéndose lentamente causando estremecimientos por parte del menor. Mientras él seguía con la tarea de besar a kuroko por donde le diera la gana. Con una mano torturaba una de sus tetillas mientras con su boca lamia y  succionaba la otra.


Su otra mano acariciaba ese redondito trasero tanteando el terreno y jugando con la punta de su miembro.


Su boca subió y beso con pasión salvaje al chico que respiraba agitadamente. Kuroko lo deseaba, deseaba que lo hiciera rápido, bien lo dejaba saber al abrir más sus piernas y con su cadera  buscaba el miembro que parecía burlarse de el al no darle lo que quería.


De pronto escucharon la puerta de su casa abrirse seguido de ruidos de bolsas. Hanamiya  se detuvo y retrocedió un poco.


Pero kuroko se lo impidió rodeándolo de la cintura.


—No  — con desespero que trato de ignorar — mételo — le susurró  al oído alzándose un poco. Makoto sonrió y con su mano guio su pene nuevamente a esa apretada entrada, humedeció un poco con la punta dejando salir algo de fluido. Y de apoco fue hundiéndose, viendo cada pequeña reacción en el rostro de kuroko.


Hanamiya tapo su boca con la suya al tiempo que metía todo su miembro dentro. sintiendo esas paredes internar arder apresando con fuerza su miembro.


—Relájate — le susurro tiernamente en su oído, daleo la cabeza de kuroko y con su lengua comenzó juguetear con su oído. Sintiendo como kuroko se relajaba —agárrate —   le dijo al tiempo que se levantaba con kuroko en brazos apegándolo a la pared más cercana. No podían arriesgarse a que el sonido chirriante de la acama los delatara.


 Hanamiya comenzó lentamente a salir y volver en entrar en aquella entrada, kuroko se mordía el labio extasiando al momento de no poder creer lo que estaba haciendo sabiendo que sus padres habían llegado.


 Hanamiya a cada momento apresuraba las envestidas, controlándose por golpear lo más fuerte que podía sin tener que chocar su ingle con las nalgas de kuroko. Un trabajo costoso sin duda.


Kuroko abrió los ojos asustado y se tapó la boca con una mano al sentir pasos cerca de su habitación. Hanamiya también se preocupó pero así la excitación fue más grande, se mordió el labio y sus manos se aferraron  a esas caderas para darle mayor velocidad a las embestidas.


“Tetsu” pregunto la dulce vos de su madre, al no recibir respuesta volvió a llamarle pero nada, llevo la mano a la perilla dándose cuenta de que estaba cerrada.


Kuroko quiso gemir fuertemente cuando Makoto dio con su punto dulce y más encima comenzaba a masturbarlo. Su cuerpo subía y bajaba, como amaba esa diferencia en tamaño y fuerza, se moldeaban a la perfección. Quito su mano de su boca  y cegado por el placer beso a Hanamiya. En un acto completamente lujurioso, sus lenguas flameaban en el aire, mientras ese pene le hacía subir y bajar.


“Déjalo mujer seguro está durmiendo” dijo esta vez una voz varonil conocida como la de su padre.


Cuando los escucharon alejarse de nuevo Hanamiya acelero el movimiento, soltando esa boca para poder deleitarse con esos suaves jadeos, gemidos y suspiros tratando de ser retenidos. 


Kuroko sonrió con malicia ante eso bien sabía que a Hanamiya le gustaba escucharlo, nuevamente le abrazaba dejando su boca cerca de su oído y comenzó a jadear y gemir lo suficientemente prudente para que Hanamiya lo escuchara, sonrió complacido al sentir las embestidas más duras y rápidas, como también la atención en su miembro. Ya no aguataría mucho más, así que fue por esos labios enredándose por completo con Hanamiya.


Ambos se corrieron. Sus respiraciones eran aceleradas pero poco a poco trataban de regularizarlas.


—Te dije… que era solo un adelanto — le reprocho el peli celeste, causando una risita en el peli negro


—Quien fue el que dijo — se acercó a su oído —mételo


Hanamiya adoraba esa habilidad de sonrojarse cual semáforo. A veces podía ser un pequeño descarado, pero era su pequeño niño descarado.


—¿No piensas Salirte? —  ambos hablaban despacio


—Está calentito ahí —. Decía  Mientras caminaba con el hasta al baño en la habitación de kuroko. No quería arriesgarse a ensuciar la alfombra con algo difícil de quitar.


Una vez llegando al baño quito su flácido amigo viendo como lentamente caían las consecuencias de sus actos.


—Te ayudo


—No te preocupes será mejor que te vayas, yo me bañare y dormiré  un rato antes de las seis. — dijo el peli celeste dando el agua caliente para llenar la tina.


—Está bien, ¿no te duele? — pregunto un poco preocupado, no habia sido bruto, pero sabía que preparándolo o no su niño siempre quedaba resentido.


Kuroko enternecido le sonrió.


—No, de hecho creo quiero más, si no fuera porque tienes examen en unas horas no te dejaría salir de aquí.


Nuevamente una risita de Hanamiya ante el comentario osado. Se acercó abrazarlo.


—Ya tendremos el fin de semana, recuerda… cuarenta y ocho horas solo para nosotros— dijo dejando un beso en su mejilla.


Claro que lo recordaba este fin de semana se irían las dos parejas un poco lejos para pasarla como lo que eran sin ocultarse. Ambos creían que sus padres no Tomarían tan mal la noticia, pero por el momento solo querían estar tranquilos. Terminar la universidad, titularse y tener trabajo estable. Luego de eso lo más importante que ya tenía en mente Hanamiya, era irse a vivir juntos.


—Descansa te pasare a buscar luego.


—ok ten cuidado.


Al salir del baño como un vil ladrón se acomodó un poco las ropas y abrió la ventana mirando hacia todos lados., se subió al barandal del balcón y de un salto llego a su habitación


—Esto es peligroso  — dijo luego de que se sintió seguro… Luego miro con una sonrisa aquel cuarto que ya varias veces habia visitado de manera ilegal.


 Fue por una ducha bastante larga para relajarse, y cuando salió se topó con el peli celeste durmiendo en su cama.


—Oye kuroko


—¿Mng?


—No me gusta que saltes ya te lo he dicho — le regaño, no porque le molestara si no por el peligro de caerse.


—No te preocupes no me caí —le dijo molestándolo


—¿Está bien que estés aquí?


—Si ya baje a avisarles a mi padres que me habia quedado dormido y que seguiría durmiendo para que no me molestaran, tu solo estudia no te molestare.


Hanamiya suspiro y sonrió, yéndose a poner una camisa holgada acompañada de unos short. Luego fue a la puerta para cerrarla, su mamá trabajaba a esa hora pero por si acaso.


—¿No vas estudiar?


—Contigo aquí, no puedo —kuroko iba a levantarse —quédate aquí ya estudie lo suficiente, ahora solo quiero dormir contigo


Kuroko sonrió abrasándolo con delicadeza, estaba cansado también. De manera pausada kuroko empezó a acariciar el estómago ajeno dando círculos pequeños y otras figuras amorfas.


Hanamiya sonrió al sentirlo. Después de todo kuroko no habia cambiado del todo. Su mente  divago a aquellos tiempos de niñez en los que kuroko se invitaba a su casa. Y a veces  se auto imponía a quedarse. La primera vez que hiso aquello lo habia tirado de la cama y lo habia regañado por abrasarlo. Kuroko simplemente no entendió y lo ignoro subiéndose de nuevo a la cama solo diciéndole un “ten más cuidado”.


Con el tiempo habia comprendido que kuroko lo hacía de manera inconsciente y hasta llego hacerse una costumbre para él. Jamás se lo habia mencionado y no tenían intenciones de hacerlo.


No quería que aquello cambiara o que el menor tratara de evitarlo. Después de todo y aunque el mismo kuroko lo dijera, para él su ahora novio seguía siendo el mismo, con otras cualidades pero el mismo niño del que se habia enamorado.


 


Fin.

Notas finales:

Fiusss ¿que tal? ¿Les gusto? ¿Muy ñoño? ¿Raro?

En fin espero les gustara y me digan que tal.

!Que tengan buena tarde!

bye bye 

Reiga.


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