“Te fuiste los primeros días de octubre... el aire aún era tibio y las hojas de los árboles se negaban a caer. Te fuiste con la mirada altiva, con el paso seguro, con la firme convicción de que estás haciendo lo correcto... Es bastante complejo intentar definir lo que siento en estos momentos… cuando todavía tengo grabada en la mente tu silueta alejándose de esta pequeña casa a la que hemos llamado hogar...
Después de esa tarde, el frío llegó... no solo a la ciudad, sino también a mi corazón. Junto con la lluvia más mustia, gris y triste que he visto caer en mi vida, cada gota resbalando sobre el cristal de la ventana acompañaba las lágrimas que parecen interminables en mis ojos… no quiero llorar… pero no puedo evitarlo…
Al menos, mi tristeza la ahogo en la soledad, en las mañanas desoladas de amaneceres vacíos, en una cama que me queda cada día más grande... en una habitación que no logra hacerme olvidar porque todavía está impregnada de ti, de tus besos, de tu aroma… creo que el eco todavía repite el sonido de tu voz… pero no tengo tiempo para estar así, no puedo...
Cada mañana debo levantarme, vestirme, prepararme con la mejor de mis sonrisas, tengo un motivo que me impulsa a seguir viviendo y solo por eso es que aún respiro, solo por la bella ilusión de ojos azules como los zafiros, de cabellos largos y solares… de interminable energía que no me da tregua y no me permite decaer hasta secarme como una rosa decapitada al sol…”
-¡Papá Loki!
El antiguo Dios del Caos, el que una vez fuera un poderoso hechicero, el embaucador por excelencia, parpadeó repetidamente al escuchar la voz tintineante de su hijo de cuatro años, salió de sus pensamientos para sonreír y asomar rápidamente por la ventana.
El niño… rubio, dinámico y ruidoso, saltó de la motocicleta, luchando para quitarse de encima la mochila escolar y el casco protector y correr directo a los brazos del pelinegro.
-Bienvenido, querido...- le dijo, ayudándolo a liberar el artefacto de seguridad y alisando los dorados mechones, que por capricho suyo, al no querer recortarlos, ya llegaban debajo de sus hombros- ¿Cómo estuvo hoy el jardín de infantes?
-Muy aburrido… no me gustan los adultos que hay, no nos dejan jugar… siempre dicen cosas como: “Siéntate, Raynor” “Silencio, Raynor” “No puedes salir, Raynor”
-Es que deberías obedecerles un poco, de esa forma te dejarán en paz y si pones atención... aprenderás un montón de cosas nuevas...
Loki alzó la mirada de esmeralda para sonreír al muchacho que acompañaba a su hijo. Un esbelto adolescente, no muy alto, de tez blanca y ojos de avellana, que acomodaba la castaña cabellera para volver a colocarse el caso de protección.
-Gracias por traerlo, Peter... ¿Quieres pasar y comer con nosotros?
-No esta vez, muchas gracias. Mi padre me espera para comer juntos... –respondió el joven, negando con la cabeza- Es una rara oportunidad que no puedo dejar pasar, usted me entiende...
-Por supuesto… Dale a Tony mis saludos y dile de parte mía que me alegra que esté en la ciudad, dile también esto: “Necesito ese trago” él entenderá...
Peter se despidió, chocando la mano con el hijo del Dios, montó en su vehículo y se perdió con rumbo al otro extremo de la exclusiva unidad habitacional. Desde hacía un par de años, Loki y Tony Stark eran casi vecinos. Aunque no se veían demasiado y por eso, su vástago, el joven Peter, pasaba la mayor parte de su tiempo libre en la casa de los Odinson, empleándose como cuidador del pequeño Raynor.
-¿Dónde está padre Thor?
Las palabras inocentes del niño destrozaron al de ojos verdes, quien cerró los ojos un instante para tomar valor y responder.
-Fue a casa de tu abuelo… -mintió, sintiendo un nudo en la garganta- Ya sabes como son esas cosas… Tu abuelo Odín le pide que realice algunas encomiendas y debe pasar algún tiempo lejos, pero ya volverá y entonces podrás verlo.
-Quería contarle todo lo que hice hoy...- murmuró Raynor apagando la alegría de su vocesita- No me gusta que se vaya con el abuelo… no me gusta que no esté con nosotros...
-Cuéntame a mí… Sé que te agrada estar con tu padre Thor, pero ya que él está ocupado, pasemos el día lo mejor posible. Qué te parece si subimos a tu habitación, te quitas ese uniforme y me dices todo lo que hiciste esta mañana en el Colegio... ¿De acuerdo?
***
La inteligencia de Raynor era absolutamente superior a la de cualquier niño mortal... Loki estaba en desacuerdo con su asistencia a un Jardín de Infantes, pero Thor insistió en que además de las clases con sus tutores, su hijo necesitaba convivir con otros niños y aprender a comportarse según las costumbres del mundo en que habían decidido vivir.
Era por eso que el niño había comenzado a asistir dos días por semana, los lunes y miércoles. Los martes y los jueves, recibía de sus tutores asgardianos, las mejores clases matutinas. Loki era estricto con sus horarios, a las siete de la mañana Raynor estaba de pié, bañado, cambiado y tomando su desayuno. De las ocho hasta las tres estudiaba, con dos lapsos de descanso de media hora, los viernes, eran tutores mortales los que accedían a su casa para continuar las clases y asegurarse de que también recibía instrucción ordinaria a la manera midgardiana. Los sábados, Raynor practicaba equitación, esgrima y leía libros de magia con sus poderosos padres.
Un itinerario muy ocupado para un niño tan pequeño…
Pero Raynor Thorson era el lógico nuevo heredero de Asgard, toda vez que el primogénito de Odín había renunciado al trono, dispuesto a vivir su vida en libertad. Era por eso que su educación resultaba tan exigente, tan esmerada… y definitivamente sus padres deseaban prepararlo lo mejor que pudieran aún cuando no viviesen más en Asgard. Quizá un día no muy lejano, el Padre de Todo lo llamaría para coronarlo como su heredero y debía estar a la altura.
Todo el resto de esa tarde lo disfrutaron juntos, comieron, jugaron, leyeron y cenaron… Loki en persona se encargó de dar un baño a su vástago y prepararlo para ir a dormir. Y mientras destendía su cama, esponjaba su almohada y lo arropaba con todo su infinito amor, le contaba fragmentos de la historia nórdica… orgulloso de sus raíces Jötnar y su unión Asgardiana.
-¿Y entonces qué sucedió, papá?- preguntó el vástago del trueno, mientras sus ojos de zafiro se abrían enormes y curiosos, para no perder un solo detalle de la ilusión que Loki desplegaba frente a él...
-Entonces- dijo el Dios, haciendo un ademán para que las imágenes cobraran movimiento y su explicación resultara más clara- Ymir, también llamado Aurgelmir entre los gigantes, fue el fundador de la raza de los gigantes de hielo. Ginnungagap existió antes que el cielo o la tierra. La región norte de Ginnungagap se llenó de hielo y de esta dura tierra surgió Niflheim. Opuesto al Niflheim estaba la región conocida como Muspelheim, con brillantes chispas y ardientes brasas. Ymir fue concebido en el Ginnungagap cuando el hielo del Niflheim se encontró con el calor del Muspelheim y se derritió. Con gotas de eitr se formó el gigante primigenio entre los dos mundos, y las chispas de Muspelheim le dieron vida
Mientras Ymir dormía, comenzó a sudar y así concibió la raza de los gigantes. Bajo su axila izquierda crecieron un hombre y una mujer, y sus piernas crearon a su hijo de seis cabezas, Þrúðgelmir.
Ymir se alimentó de los cuatro ríos de leche de la vaca primigenia Auðumbla la cual se alimentaba lamiendo bloques de hielo salados. De lamer el hielo surgió el cuerpo de un hombre llamado Buri. Este fue el padre de Bor, y este y su mujer Bestla tuvieron tres hijos, Odín, Vili y Ve
Los hijos de Bor mataron a Ymir, y cuando cayó, la sangre derramada por sus heridas ahogó la raza de los gigantes de la escarcha. Solo dos gigantes sobrevivieron a la inundación provocada por la sangre de Ymir, estos fueron el nieto de Ymir, Bergelmir (hijo de Þrúðgelmir) y su esposa. Ambos fundaron una nueva raza de gigantes, los Jötnar… a la cual yo pertenezco.
Odín y sus hermanos usaron el cuerpo de Ymir para crear Midgard en el centro de Ginnungagap. Con su carne se hizo la tierra. Con su sangre se formaron los mares y los lagos. Con sus huesos se erigieron las montañas. Con sus dientes y fragmentos de huesos se hicieron las piedras. De su pelo crecieron árboles y los gusanos de su carne formaron la raza de los enanos. Los dioses pusieron su cráneo sobre el Ginnungagap y crearon el cielo sostenido por cuatro enanos llamados Norðri, Suðri, Austri y Vestri. Odín luego creó los vientos colocando a uno de los hijos de Bergelmir bajo la forma de un águila, al final de la tierra. Luego arrojó el cerebro de Ymir al viento y este se convirtió en las nubes.
Luego los hijos de Bor tomaron chispas del Muspelheim y las dispersaron a través del Ginnungagap, creando así las estrellas y la luz. Con trozos de madera devueltos por el mar, los hijos de Bor hicieron a los hombres. Crearon un hombre llamado Ask y una mujer llamada Embla. Con las cejas de Ymir, crearon una fortaleza para proteger la raza de los hombres de los gigantes...
¿Quieres saber también la historia del nacimiento de Thor y el mío?
Loki hizo una pausa para observar el interés que su relato causaba en Raynor, pero el pequeño ya estaba profundamente dormido... con una sonrisa tan plena en su hermosa carita, que el orgulloso padre estaba seguro que soñaba con ser uno de los grandes Dioses creadores del árbol de la vida...
-Descansa… querido de mi corazón- concluyó, desapareciendo la ilusión y besando tiernamente la frente de su hijo… luego apagó las luces y salió rumbo a su alcoba.
Esta era sin duda, la hora del día en que más sentía su soledad… los sirvientes aún se escuchaban en el piso de abajo, terminando de cenar en la cocina y dispuestos a retirarse a descansar… el inconveniente de vivir en Midgard era que la casa le parecía diminuta, comparada con los palacios en los que estaba acostumbrado a vivir… pero su casa era en realidad, una hermosa mansión en un área exclusiva de Nueva York… aún así, tenía que soportar la cercanía de los criados, el ruido exterior y vecinos que lo saludaban cuando llegaba a aventurarse a salir.
Todo eso era menos inconveniente al lado de Thor, porque era hasta divertido jugar a ser una pareja común y no divinidades… pero ahora él ya no estaba…
Entró en su habitación y se sentó frente al escritorio… Comenzó a revisar sus cuentas y los fondos con los que contaba… Cuando Thor vivía todavía a su lado, simplemente el dinero no era asunto de interés. Contando con recursos prácticamente ilimitados en Asgard, vivir era sencillo, cualquier capricho terrenal estaba a su alcance, así como los alimentos, el sostenimiento de su hogar, el pago a los sirvientes, el Colegio, la ropa, las diversiones… una larga lista de etcéteras que ahora parecían un pozo sin fondo en el que Loki veía como el dinero era arrojado a puños… según el estado de cuenta del banco (ese extraño lugar donde se guardaba el dinero, en lugar de tenerlo en una bóveda en casa) le alertaba de la forma en que sus ahorros se estaban terminando…
Casi la mitad de acabó en un mes. Administrando lo que restaba, alcanzaría para vivir unos cinco o seis más… eso si entendía lo que era ahorrar y economizar, palabras inexistentes en su vocabulario.
-Lo primero sería buscar un departamento económico... sin sirvientes... pero lo suficientemente amplio y seguro para Raynor, donde pueda jugar y estudiar… lo sacaré del Colegio mortal, un gasto inútil para un chico que no se divierte con niños patéticos...- murmuró, tachando de su lista los gastos que consideraba superfluos.
Suspiró… jamás en la vida se imaginó en la necesidad de obtener dinero para vivir… ¿Sería el tiempo oportuno para buscar trabajo? ¿En qué empleo podría él encajar? ¿Quién le daría ese trabajo? Quizá si vendía sus joyas podía evitarse esa humillación… pero le dolía desprenderse de ellas… todavía...
El teléfono celular, guardado en el cajón comenzó a vibrar… había olvidado ese aparato hacía días, ya que en realidad no tenía comunicación con nadie. Era sorprendente que aún tuviese algo de carga la batería. Pero el único que le llamaba era precisamente Thor… ¿Era entonces Él marcando? El corazón le dio un vuelco mientras lo buscaba para responder… ¿Era Thor? ¿Llamaba para intentar hablar, explicar algo, solucionar las cosas?
-Habla…- dijo Loki, con tono de decepción.
-Te he marcado toda la tarde- respondió una voz varonil al otro extremo de la línea… una voz que no era la del rubio Dios del Trueno- ¿Exactamente qué clase de diva te crees para hacerte tanto del rogar?
-¿Llamaste tan solo para molestarme?- respondió el pelinegro, sin alterarse en lo más mínimo.
-Acabo de enviar el auto por ti… esa copa no debe demorarse ni un instante.
-Un momento Stark, ¿Por qué decides las cosas sin mí? Simplemente no puedo esta noche, yo...
-Peter me lo dijo, me dijo que necesitabas esa copa AHORA… y él va en el auto, cuidará del mini Dios mientras tú y yo hablamos de cosas de hombres y bebemos hasta vomitar… ¡Te espero!
***
Tony Stark sonrió con amargura… lejanos estaban los días en que él y su invitado eran enemigos mortales, difuso en un pasado reciente el sentimiento de odio de Loki hacia los Vengadores y su ambición por conquistar el planeta entero y gobernarlo “como un Dios benevolente” Ciertamente el que estaba ahora frente a él era alguien enteramente diferente al supervillano de antes.
-Bebamos como hombres, he dicho…- exclamó, haciendo a un lado la segunda botella de vino, ya casi vacía y abriendo una botella de exquisito coñac. Sirvió en dos vasos con hielo y acercó las bebidas hasta la sala, en donde ambos conversaban al abrigo de un fuego tibio en la elegante chimenea.
-No es bueno mezclar la pena con el alcohol…- sentenció Loki, observando el líquido ambarino con un gesto ya algo encendido, pues las mejillas de durazno lucían un tinte sonrosado y la límpida mirada de esmeralda brillaba inusualmente.
-Si mi memoria no me falla, solo tú me tuviste la suficiente paciencia para escucharme y hacerme reaccionar cuando Steve me abandonó… Esperé el apoyo de muchos, de mis amigos principalmente… y nadie acudió… excepto el Dios del Caos… Permíteme devolverte el favor, a ver si te sientes mejor echando fuera unos cuantos gritos e insultos contra quien te dé la gana.
-No soy más un Dios, no soy el que era antes, no tengo nada… apenas unos trucos estúpidos que a nadie asustan...- exclamó Loki, comenzando a dejar salir todo lo que callaba en su corazón- ¿No es estúpido lo que haces por amor? ¡Renuncié a todo! ¡A mi divinidad, a mi magia… a mi fuerza! Entregué mi poder como un tonto para darle paz a Padre de Todo… para que no tuviera miedo de que podía ahogar a su primogénito mientras dormíamos juntos… para asegurarle que mi hijo no recibiría magia oscura… me convertí en lo que más aborrezco… en un mortal patético e inservible... ¿Y para qué?
-Es cierto que sacrificaste mucho por el amor de Thor…- asintió Tony, llenando nuevamente los vasos- Fue una prueba de máxima entrega y fidelidad...
-¿Y sirvió de algo? ¿Sirve de algo amar hasta que cada célula de tu cuerpo arde y duele por aquel que tarde o temprano me iba a abandonar?- la voz de Loki se tornaba torpe y vacilante, a medida que el coñac se le trepaba por la sangre.
-No puedo creer lo que ricitos ha hecho… en serio... Aunque después de todo, la vida se encarga de cobrarse lo que uno hace de una forma u otra...
-¿Quieres decir que Thor me dejó como un castigo por mis acciones del pasado? ¿Es decir que me lo merezco? ¿Es la soledad y el desamor el destino final de alguien que entregó todo por amor? ¿Me merezco lo que me está sucediendo, Tony?
-Quiero decir que no tengo una explicación lógica para que él se fuera como se fue… y que es un verdadero imbécil por dejar atrás una familia por la que tanto luchó y a la que parecía amar intensamente...
-Pues ya ves que no nos amaba tanto...
Loki vació el vaso y se negó a seguir bebiendo… le faltaba muy poco para perder la conciencia y prefería continuar en control de sus emociones. El alcohol, sin embargo, le había aflojado la lengua lo suficiente para desahogarse con el millonario, a quien tenía en gran estima por considerarlo uno de los pocos mortales con la suficiente capacidad intelectual para sostener una conversación a su altura.
-Calma, mi querido embaucador… posees los encantos suficientes para que Thor te extrañe… dudo mucho que encuentre en brazos de cualquiera lo que tú le has dado- dijo Tony, consolándolo con las palabras y acercándose para colocar su mano amistosamente sobre el hombro del ojiverde.
-¡Lo extraño, Tony… lo extraño terriblemente!- exclamó Loki de pronto, llevando su mano hasta la alianza de oro y de uru que simbolizaba su unión con el Asgardiano. Y en un arrebato de rabia, la sacó de su dedo anular para apretarla contra su corazón y después lanzarla contra la pared y gritarle su frustración a su pareja ausente - ¡Thor, no mereces mi amor, no mereces este dolor que me está matando!
Se abrazó al excéntrico filántropo, científico y millonario, sollozando a viva voz por primera vez desde que Thor lo abandonara. Dejó que las lágrimas salieran y que por fin, el dolor contenido explotara y comenzara a estremecerlo... Sentía coraje, sentía una infinita tristeza y decepción… pero no sentía rencor, no podía… todavía amaba demasiado al rubio y eso era lo más desesperante…
-Cuéntame, Loki… cuéntame que tragedia pudo suceder entre ustedes para que su relación terminara...
***
FLASHBACK…
Loki jamás abría el correo de Thor… jamás hurgaba entre sus pertenencias y jamás revisaba los mensajes de su celular… de hecho, Thor usaba el aparato telefónico solo a instancias de sus amigos mortales, porque no se acostumbraba a esa clase de tecnología midgardiana y constantemente debía cambiar el aparato pues si no los rompía de un martillazo, al no recordar como responder una llamada, lo sumergía en agua, lo dejaba caer o lo aplastaba con la fuerza de sus enormes manos… pero aquel móvil había escapado vivo por obra de los Dioses y estaba sonando con tanta insistencia que decidió tomar la llamada.
-Diga…- fue la única palabra que salió de sus labios antes de que, sin responder, la persona al otro lado cortara la comunicación.
Podía suceder que no escucharon cuando respondió, quizá pensaron que se habían equivocado de número, cualquier cosa… pero Loki tuvo un presentimiento que no lo abandonó en todo el día. Y ya que Thor había olvidado llevarse su móvil, varias horas después, fue y lo revisó nuevamente… tenía no solo el registro de varias llamadas perdidas de distintos números, sino algunos mensajes de texto y dos correos de voz…
“Llámame, es importante” “Responde mi llamada, por favor” “¿Pues dónde te has metido que no llegaste a tiempo?” “Thor, si no vas a responderme entonces tendremos problemas”
Eran decididamente… mensajes muy comprometedores… ¿Se atrevería a escuchar los mensajes de voz?
La respuesta era obvia.
-“Thor... no te atrevas a dejarme sin responderme” “Thor, estoy a punto de ir a tu casa y armar un escándalo si no vienes de inmediato!”
FIN DEL FLASHBACK
-¿Y le armaste un escándalo?
-Casi provoqué el Ragnarök… Thor durmió en la alcoba de invitados por casi un mes, no me puso un dedo encima por al menos cuatro meses… aunque eso en realidad era un castigo para los dos… pero podrás imaginarte que tuvo que rogarme y bastante para que yo pudiera perdonarlo...
-No comprendo como lo perdonaste… una infidelidad no es como olvidar una cita o un aniversario, esas cosas se perdonan…
-Me perdonó antes a mí ¿No? Por esas “pequeñas travesuras” que hice en Asgard mientras ustedes peleaban contra ese Ultrón...
-Si, de acuerdo… Thor también ha dejado pasar cosas no muy amistosas por parte tuya… pero… ¿Engañarte de esa manera y precisamente con…?
-¡No repitas ese nombre, por favor! ¿Crees que no lo pensé? ¿Crees que no estaba absolutamente convencido de ir y sacarle el corazón o lo que sea que tenga dentro de ese pecho inmoral?
-Hey, tranquilo… solo desahógate… creo que Thor está más confundido que enamorado. Simplemente no creo que tenga las razones suficientes para cambiarte así como así… seguro se trata de un desliz sin importancia, de una calentura de sus tiempos de conquistador disipado, ya sabes, creo que no ignoras sobre sus salidas con la Doctora Choo…
-Sé que salió con ella y sé que también salió con uno de los nuevos Vengadores, ese que por cierto, se quedó con la gema escondida en mi antiguo cetro...
-¿Te refieres a Vision? Eso no fue nada, Vision está perdidamente enamorado de Wanda, con Thor no pasó de un bobeo inocente y si ya lo perdonaste una vez…
-No lo voy a perdonar, Tony… no lo haré… Con ese robot-androide-con-conciencia... tú sabes que fue algo más que un coqueteo inocente. En su favor… Thor creía que yo estaba muerto… Pero, ¿Cuántas veces más lo hará si acaso yo llegara a perdonarlo? Lo hizo una vez, lo hizo dos veces… ¿Por qué no hacerlo una tercera, cuarta, milésima vez?
-¿Hablas de Vision? ¿O de la Doctora Choo?
-Hablo de abandonarme para irse a vivir al lado de otra persona. Yo no lo eché, ni estoy muerto o desaparecido… ¡Hicimos votos de matrimonio! ¡Estamos casados, tenemos un hijo! Ningún bobeo se justifica cuando faltas a la santidad y al honor de tu hogar… Tony, tú mismo lo viviste… tú sabes lo que se siente porque también estabas casado con Steve y tienen un hijo… ¿Acaso lo has perdonado ya?
-Es diferente…- carraspeó Stark, ruborizándose y desviando un poco la mirada- Steve tenía lazos muy fuertes con su actual pareja… y por eso su amor por mí se tambaleó...
-¿Ves? ¡Lo justificas! Aunque te abandonó… te dejó por esa especie de mapache con brazo mecánico que hizo no pocas “travesuras” también… ¿Nos lo merecemos, Tony? Tú eres el bueno aquí, no el villano… y también fuiste abandonado.
-Vamos Loki… ni Thor ni Steve son malos, no hay buenos ni malos aquí, nadie lo es… y no me des golpes bajos que me haces arrepentirme de estar aquí, intentando hacer que te sientas mejor y no dejando que me hagas sentir peor de lo que ya me siento…
-Bien. Te concedo la razón… ¿Qué hago de ahora en adelante?
***
Peter estaba profundamente dormido en el enorme diván de la alcoba de Raynor… y como el día siguiente debía acudir a la escuela, optó por no despertarlo. Arropó al adolescente y revisó el sueño de su vástago, al ver que todo estaba en orden, se retiró a descansar también… esta vez, con el tambaleo provocado por el coñac y el vino, apenas si pudo quitarse las botas para dejarse caer sobre su cama… mientras canturreaba una canción… una de tantas que Thor solía cantarle al oído mientras comenzaba a hacerle el amor… sabía que eso le gustaba, pero ahora… las dulces palabras le provocaban dolor...
-“Venga mi amor… guárdese esto mío… cuídemelo y verá… “- un hipo de llanto y embriaguez lo interrumpió, volviéndose boca arriba para intentar conjurar la imagen del que tanto amaba, y hacerse las ilusiones de que estaba aún a su lado. Al menos, esa poca magia restante le daba la facilidad de evocar sus pensamientos con esa vividez. El Thor convocado le sonrió, le miró enamorado y le extendió los brazos. Loki continuó cantando- “Cabe en su amor… que cabe así y en frío… deme licencia…”
Al tocarlo, la ilusión se desvaneció y Loki regresó a su realidad… al silencio, al eco de su bobo acento de borracho que resonaba en la soledad… a sus lágrimas y a extrañar a su esposo, a su amante, a su compañero...
Tony prometió ayudarlo y por lo pronto, le dijo que lo buscara temprano por la mañana, seguro encontraría un trabajo que pudiera desempeñar en sus empresas.
-Yo… el hijo de Laufey, Príncipe caído en desgracia por dos veces… rebajándome a trabajar para percibir un salario y poder darle una vida digna a mi hijo… que es descendiente de Dioses, heredero de Asgard…”
Cerró los ojos de esmeralda y se quedó profundamente dormido...