Worldwide por Sun16

Nuestra pequeña historia comienza con una pareja. Una pareja que vivía feliz en Tokio.
Esta pareja estaba conformada por Vegeta, el más serio y tranquilo de los dos. Y por Goku, el más revoltoso y amigable. A pesar de que fueran cómo fuego y hielo, los opuestos se atraen, ¿No?
El único problema de esta pareja, era que ambos casi nunca podían verse, corriendo así muchos riesgos, estos riesgos a Goku le preocupaban mucho. ¿Y si Vegeta conocía a alguien más?
Mientras que en la cabeza del más bajo, este sólo quería que sus estudios terminarán para irse a vivir con su novio.

A pesar de verse tan poco tiempo, ambos se divertían mucho cuando estaban juntos.
Pero para desgracia de Vegeta, Goku siempre tenía un tiempo limitado para estar junto al chico.
Su trabajo no le permitía quedarse mucho tiempo en el mismo lugar, por ende siempre viajaba.

Flash Back

Un chico de cabello azabache esperaba pacientemente en el Aeropuerto Internacional de Haneda.
Se movía de un lado a otro mientras esperaba la llegada de su pareja. Pasaban los minutos y las personas que salían del último vuelo eran recibidos por sus familiares. Vegeta se levantó de su asiento, pero justo en ese momento su vista fue tapada por un par de manos.
- Adivina quién soy… - Aquella voz. Aquella voz que tanto quería oír, por fin podía escucharla.
Sin dudarlo se dio vuelta para abrazar con todas sus fuerzas a aquel chico. Este último sólo sonrío y correspondió el abrazo muy feliz.
- Te extrañe mucho, Goku. – Decía sonriente el menor mientras una lágrima descendía por su rostro. Goku se separó un poco y limpió esa lágrima dulcemente.
- Yo también, y no tienes idea de cuánto. –

Fin Flash Back

Recordó ese momento que había pasado hace tan sólo 3 días. Sonrío al recordarlo.
Se acercó al balcón y observó las pequeñas estrellas que se acentuaban en el cielo. Una brisa desparramó su cabello, justo cuando su celular comenzaba a sonar.

- ¿Hola? –
- Buenas noches, joven Vegeta. –
- Buenas noches, señor Director. ¿A qué se debe su llamada?
- No me trates de señor, no estoy tan viejo Vegeta. – Ambos rieron ante el comentario
- Lo sé, papá. Pero tú comenzaste. –
- No me provoques jovencito. Si no te quedarás sin cenar. – Amenazó tras la línea, el castaño sonrío.
- ¿Estás amenazándome? – El mayor sonrío de lado.
- Claro que no, niño. –
- Bien, ¿Para qué querías llamarme? – Su padre hizo un silencio antes de contestar.
- Escucha Vegeta, me llamaron de la Universidad Brunel, en Londres. – El chico se sorprendió, aunque sabía que su padre tenía contactos muy importantes.
- ¿Londres? ¿Y qué te dijeron? – El director suspiró
- Vegeta, ¿Recuerdas el programa que teníamos? –
- Claro. Si un estudiante conseguía la mejor calificación, alguna Universidad le regalaría una beca. –
- Exacto. Cómo ya ha cerrado el semestre, los directivos sabemos quién tiene el mejor promedio.

Vegeta no entendía por qué su padre le decía esas cosas. Hasta que una idea cruzó por su cabeza.
¿Acaso el había ganado la beca?

- Papá, no me digas qué… - Sin dejarlo terminar, el mayor suspiró.
- Sí. Tú tienes el mejor promedio de toda la escuela. Y por ende, la Universidad Brunel ha decidido regalarte una beca para que puedas estudiar allá. –

Un silencio incómodo se hizo presente. Mientras Vegeta intentaba ordenar las ideas en su cabeza, su padre aún debía decirle la peor parte.

- ¿Eso significa…? –
- Exacto. Debes irte a Londres. –
El castaño sentía que su mundo se venía abajo. Sabía que era un buen estudiante, pero nunca creyó que ganaría ese patético concurso. Es más, creía que perdería.
Ambos se despidieron. El director le dio a su hijo los últimos detalles del viaje y de su vuelo.
Una vez finalizada la llamada, el castaño se dirigió a su cama, en dónde enterró su cabeza en las almohadas. Sentía que su mundo se estaba derrumbando.
Al fin le habían dado vacaciones a su novio, y resultaba que el debía irse al otro lado del mundo.
Se dejó llevar por el sueño, durmiéndose en ese mismo lugar. Sin darse cuenta su celular sonó varias veces, pero no tenía ganas de contestarle a nadie.

[ … ]

Los rayos del sol se colaban gracias a las cortinas blancas. Estos rayos lograron despertar al chico.
Con mucho sueño, se levantó y tomó rumbo al baño.
Al ver su reflejo, no pudo evitar pensar en cómo le diría a Goku que tendría que irse al día siguiente. No quería irse, pero, ¿Qué otra opción tenía?
Luego de haber finalizado, se dirigió a la cocina, en dónde nuevamente sonó su celular.
En la pantalla podía ver que decía ‘’Goku’’ / Suspiró y atendió la llamada.

- Buenos días, Goku. –
- ¡Buenos días! ¿Cómo ha dormido el niño más lindo de todos? – El menor se sonrojó un poco, pero volvió a su seriedad de siempre.
- Bien, muy bien. ¿Y cómo durmió el novio más molestoso de todos? – Goku hizo un pequeño puchero mientras arrugaba el entrecejo.
- ¡Muy bien, sabes! – Vegeta simplemente río un poco. – Aunque, quería que vinieses un rato. Hace mucho que no salimos. –
El chico sonrío pero a la vez suspiró. – Tienes razón, hace mucho que no salimos. Eh, ¿Goku? –
- ¿Sip? –
- Tengo que decirte algo importante. – El chico se dirigió hacia la heladera, en dónde sacó un poco de jugo de naranja. Goku guardó silencio un minuto, hasta que por fin habló.
- Vegeta… ¿¡Estás embarazado!? – El chico escupió el jugo de naranja que había tomado.
- ¡Claro que no idiota! – Dijo con un sonrojo muy evidente.
- ¿Qué? Pero yo creí que tú… - Su tono de voz demostraba, ¿Tristeza?
- ¡No estoy embarazado Goku! – El castaño tomó aire. – Es algo más importante.
- ¿Te imaginas cómo serían nuestros hijos? – Goku comenzó a imaginarse a el en una versión mini. Hasta que Vegeta volvió a hablar.
- ¡Goku, concéntrate! – Goku río y espero la respuesta de su pareja. – Mi padre me llamó anoche. -
- ¿En serio? ¿Y qué te dijo? –
- ¿Recuerdas el concurso del que te hablé? –
- Claro. Tu padre estaba esperando hasta final de semestre para enviar a un afortunado a alguna Universidad en Londres. Pero, ¿Qué tiene que ver eso con esto? –
- Bueno, cómo sabrás, el semestre ha terminado. – Vegeta buscaba una forma sutil de decirle a su novio que no se verían por los próximos 3 años.
- Me pregunto quién ha conseguido esa beca para estudiar en el extranjero. Pobre, de seguro tiene que viajar hasta Londres y quedarse allá hasta que termine sus estudios. ¿Te lo imaginas Vegeta? Dejar a toda tu familia y amigos para irte a la otra mitad del mundo durante 3 años. –
Hubo silencio tras la línea. - ¿Sabes quién ha conseguido esa beca? – Dijo el chico sintiendo que su garganta se hacía un nudo.
Goku no tardó mucho en descifrarlo. – N-no me digas que tú… -
Vegeta suspiró. – Sí, yo fui. Tengo que viajar a Londres mañana. –

Hubo silencio tras la línea. Ninguno sabía que decir. Pero Vegeta tenía una idea en mente, una muy dolorosa.
- ¿Por qué? ¿Por qué tú…? – El castaño sentía que las lágrimas pronto descenderían de su rostro, por lo que continúo hablando.
- Sé que no es lo que querías oír. Pero, ¿Podemos encontrarnos? –

La ausencia de Goku era muy notable, estaba realmente triste. No podía creer que su novio, mejor amigo, compañero, hermano, su todo se esfumaría.

- Claro, Vegeta. No hay problema. ¿Qué te parece si nos vemos en el parque que está cerca de tu casa en 15 minutos? – El nombrado lo pensó bien. Realmente estaba por cometer una locura, pero no tenía otra opción.
- Hecho. Te veré en ese parque en 15. – Antes de finalizar la llamada el mayor lo interrumpió.
- Te amo. – Ahora definitivamente las lágrimas adornaban su rostro, con los ojos aguados respondió un dulce, ‘’ Yo también ‘’
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Pasaron aproximadamente 10 minutos, cuándo Vegeta divisó a lo lejos la silueta de Goku.
Con una triste sonrisa caminó hacia el para luego taparle los ojos con sus manos.

- Adivina quién soy… - Ambos rieron. Goku tomó sus manos y las besó.
- Goku, lo siento… - El chico fue callado con un beso. Ese beso transmitía todo lo que el mayor anhelaba decirle. Poco a poco fueron separándose hasta quedar enfrentados.
- No te disculpes, no es culpa tuya ser el mejor. – Vegeta río. – No soy el mejor, y lo sabes. –
- Eres el mejor en todo, niño. – El castaño se sonrojó. Hasta que recordó por qué había citado a su novio.
- Goku, necesito hablar contigo. – Ambos guardaron silencio. Y lentamente tomaron asiento en la banca junto a ellos.
- Dime, ¿Qué ocurre? – El contrario suspiró. Para luego comenzar a hablar.
- Bueno, tú sabes que debo irme mañana a Londres. Y las relaciones a distancia no son las mejores. Eso lo sabemos muy bien. Es por eso, que creo que sería mejor que ambos terminemos. –

Continuará.