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Cuidados especiales. por LaGataenelTejado

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Notas del fanfic:

Esta historia no es muy larga. Está sacada de las muchas que tengo escritas en mi ordenador.

Dado que no estoy nada bien y mi situación personal se me está escapando de las manos...me ha dado por rebuscar entre los escritos antiguos.

Espero de corazón que les guste y puedan opinar con sus reviews, son bastante importantes para mi. Sobretodo porque a veces me da la sensación de que hay muchas palabras de las que uso que apenas se entienden y quiero corregir eso.

Ojalá disfruten con esta historia, que a pesar de no ser muy larga, es bastante intensa :)

No encontrarán (como de costumbre) las personalidades exactas de la obra original. 

No sé si todos conocen el PARKOUR pero por si acaso...les dejo la descripción mas fiel sacada de Internet. 

Tiene como objetivo trasladarse de un punto a otro en un entorno de la manera más útil y eficiente posible, adaptándose a las exigencias del mismo con la sola ayuda de su cuerpo.

Notas del capitulo:

Siempre hay gente que me pregunta sobre los roles que tendrá cada personaje y debo decir que en esta historia regreso un poco a mis raices xD

Light -> seme

Lawliet -> uke

Entenderán el por qué en cuanto lean los roles de cada personaje. Para mi es imposible hacerlo de otra manera debido a la historia que se narra aquí.

Este "capítulo" es el Prólogo de la historia, por lo que es corto. Las actualizaciones dependerán del interés de los lectores. La verdad, espero que les guste :)

- PRÓLOGO -

 

Elle Lawliet era lo que se conocía como un adolescente problemático. A sus 16 años, ya había acumulado numerosos delitos de baja importancia pero que traían de cabeza a su madre, que ya no sabia como controlar a su hijo.

 

Criado en una casa grande y lujosa, nunca fue un niño normal. Los dos psicólogos que lo atendieron, achacaron sus problemas a la ausencia de su padre que murió repentinamente cuando Elle solo tenia siete años.

 

A partir de ese día, todo fue cuesta abajo en casa de los Lawliet.

 

Malhablado, arisco, solitario...son algunos de los calificativos que hacen del chico alguien muy difícil de tratar.

 

A Lawliet le apasiona el azúcar porque para él, es una forma de olvidarse de todo durante unos minutos. Casi comparable a lo que seria el poder de alguna sustancia ilegal. También le gustan las películas de miedo, gore, cine de serie B, y el pasarse las noches en vela leyendo un buen libro sobre temas universales a los que les da vueltas día si y día también.

 

No tiene muchos amigos, y los que tiene no están muy bien de la cabeza. Mello es un pandillero cuya mayor posesión es una gran moto negra que heredó de su tío y con la que participa en las carreras ilegales que se llevan a cabo en los lugares mas lúgubres de la ciudad. Mientras que Near es un niño sensible que toca el violín y se pasa el día en silencio, perdido entre su propia música.

 

A pesar de todo, ellos se entienden a su manera y aunque no se vean a menudo, Lawliet podría recurrir a sus “amigos” cuando quisiese. Solo que no lo hace. Odia el contacto con la gente, agravando así su obsesión por el control absoluto de lo que le rodea, y lo horrible que resulta a ojos de su madre que su único hijo esté perdiendo la juventud manteniéndose en un estado solitario de mutismo hacia lo que le rodea.

 

¿Y saben que es lo que también ama Lawliet por encima de todo?. El Parkour. El puto Parkour.

 

El moverse con agilidad, huir, abrazar la ciudad saltando y moviéndose por cada recoveco urbano es lo que le da la vida a Elle. Ni si quiera recuerda como comenzó a ser aficionado a esta práctica, pero ocurrió y es de las mejores cosas que se han cruzado en su día a día, solo que...bueno...nadie esperaba que por culpa de esta afición, estuviese ahora mismo postrado en una cama. 

 

--o0o-- 

 

El sudor que resbala, la adrenalina que te llena las venas, los golpes secos, el cuerpo caliente... Light Yagami no puede parar de golpear a su oponente, importándole poco que sea un entrenamiento diario en su gimnasio habitual.

 

Kenji, el chico contra el que pelea, está cansado y uno de sus ojos ya comienza a entre cerrarse debido al gancho de derechas que tan bien se le da a su rival. Light es experto en agotar a su contrincante, sonriendo satisfecho cuando ve como se tambalean ante él por haberle subestimado como boxeador.

 

No es para menos, pues con una imagen pulcra de niño casi modelo, Light se ha ganado enemigos y a la vez gente que apoya incondicionalmente su otra personalidad, Kira. Esa que sale a relucir cuando las luces de la ciudad se apagan y las peleas ilegales se llevan a cabo en un almacén desolado que sirve como cuadrilátero.

 

Adoptó ese nombre “artistico” cuando leyó en el periódico una noticia sobre uno de los criminales mas famosos de Japón, al que detuvieron por promover la ilegalidad del crimen mas allá de la frontera del país. Es el nombre que se estampa con rigurosidad en las camisetas que suele llevar al ring improvisado de aquel lugar abandonado.

 

Light tiene una doble cara. Por el día es el chico educado y sonriente que trabaja en los servicios sociales como cuidador a domicilio, mientras que por la noche saca a relucir toda la mierda que tiene en su vida. Desde la fuerte ruptura amorosa que arrastra hace año y medio, como la nula relación con sus padres y su hermana. Para él, el boxeo es una bonita forma de desahogo que además le ayuda con unos ingresos extras mas que generosos.

 

Es tremendamente bueno en lo que hace, pues jamás ha perdido un combate.

 

Escupe al suelo, sonriéndole a Kenji, cuyo entrenador tiene que sujetarlo para que pueda estabilizarse por completo. Los movimientos del castaño casi parecen una coreografía bien ensayada, y sus músculos se tensan con fuerza cada vez que adopta la posición defensiva.

 

Esquiva hábilmente y con un fuerte golpe directo a la cara del rival, lo tumba del todo, dando por finalizado el entrenamiento.

 

-Bien hecho, Kira. - Mikami, su entrenador, le mira desde abajo. Con los brazos apoyados sobre las cuerdas del ring.

 

Puede parecer un hombre enclenque y débil, pero Mikami es uno de los entrenadores mas duros que hay en la ciudad. Vio algo en Light, llamémosle... astucia. Algo que le cautivó a la hora de aceptar entrenarle como pupilo y no se arrepiente en absoluto, pues en lo referente a las apuestas ilegales Light le hace ganar una cifra desbordante.

 

El castaño sonríe, satisfecho y cansado. La sensación de agotamiento y victoria es plena en su cuerpo, haciéndole olvidar lo que le rodea. Acepta de buen grado la botella de agua que Mikami le extiende y se dirige directo al vestuario, revisando así su pequeño teléfono móvil y frunciendo el ceño.

 

Mañana comienza como cuidador en un nuevo hogar. Una casa afincada en una de las mejores zonas de la ciudad. Según el informe, su paciente es un adolescente problemático que ha sufrido una grave caída que lo mantiene en cama sin poder moverse. Necesitará rehabilitación y a alguien que le ayude cada mañana.

 

Estira los brazos, y mueve el cuello, haciendo que sus músculos palpiten de forma intensa. Se quita la ropa con naturalidad porque está muy acostumbrado a eso, así que entra en la primera ducha que encuentra, cerrando los ojos cuando el agua caliente cae sobre él y acariciándose el fuerte torso, que está decorado con un tatuaje que cubre casi la totalidad de su espalda iniciándose en la nuca y bajando hasta la parte baja. Un dragón oscuro que le recuerda que no hay que tener miedo y que él es un luchador nato, al que nada ni nadie le hará daño nunca más.

 


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