-Entonces… ¿Me vas a terminar porque te aburre estar conmigo?
Midorima lo pensó un minuto. No, por supuesto que no era por eso. Nunca podría aburrirse con Takao…sobre todo si tomamos en cuenta de que el chico era como un maldito explosivo. Nunca se quedaba quieto o callado y era él que los metía en problemas a ambos. Problemas realmente serios si tomamos en cuenta que la policía estuvo involucrada en las últimas travesuras del pelinegro…por un instante, se preguntó porque demonios no le había cortado antes con aquel historial criminal en su relación.
-No. No es que me aburra de ti-intento hablar con serenidad, mierda, se supone que él es el maduro en aquella relación- Es solo que creo que esto no nos está llevando a ninguna parte. No eres tú sino yo.
-¡¿Ni siquiera pudiste pensar en algo mejor que ese estúpido cliché?!-exploto Takao con furia-¡Estas utilizando las mismas palabras que uso el protagonista de la película que vimos ayer cuando termino con su novia! ¡No creas que no me di cuenta…! Quiero una razón válida.
Oh, sí. Midorima está jodido. ¿Qué razón podría darle? Tenía pocas opciones:
¿No quiero terminar en prisión? ¿Mi familia sigue diciendo que eres un delincuente? ¿Rompiste mi lucky ítem ayer?
-Tengo gustos muy raros, Takao.
-¿Qué gustos más raros que tu fanatismo por el horóscopo hay que yo no conozca?-pregunto el pelinegro incrédulo- ¿Ahora te van las tetas?
Midorima sintió que su rostro enrojecía a niveles insospechables.-¡Bakao!
-¡Cállate! ¡No tienes derecho a quejarte! Si no me quieres solo dímelo maldita sea…
-Solo estoy acelerando el proceso-hablo el peliverde sin ser muy consciente de lo que decía realmente, pero solo deseando que Takao se callara- En cualquier momento ibas a ser tú él que rompiera conmigo. Solo me adelante y te ahorre el trabajo, de nada.
El pelinegro se largó a llorar, lo que hizo que a Midorima se le alteraran los nervios. Takao nunca lloraba, era fuerte. Muy fuerte. Así que no lloraba a menos que algo lo desbordara…como ahora. El peliverde no sabía qué hacer. Estaba preparado mentalmente para golpes e insultos (incluso llevaba vendas, desinfectante y curitas en su mochila) pero no para las lágrimas.
¿Qué se supone que haces en un caso así?
-¡Incluso terminas conmigo en el mismo lugar que todo comenzó!-chillo Takao acumulando más y más odio.
-Ya. Acabo de darme cuenta de que no fue la mejor idea-admitió Midorima observando la cafetería su alrededor: algunos estudiantes los miraban con lástimas y otros grababan, los profesores se debatían entre huir con sus traumados rostros lejos de aquellos adolescentes hormonalmente inestables o intentar intervenir (a una distancia prudente, eso sí) y la señora que les servía la comida…solo los miraba con aburrimiento mientras les hacía una seña para que eligieran entre la hamburguesa o el curry así salían de la fila de una vez y ella podía seguir atendiendo a los otros alumnos.-¿Lo comprendes? Soy un desastre como novio. Mejor termíname tú.
-¿Cómo puedes ser tan insensible?
-Por eso mismo, mejor termíname tú a mí.
Takao lo fulmino con la mirada mientras rodeaba el cuello del peliverde con sus manos.
-Bien. Soy un mal novio…desquítate…ahórcame… espera, Takao, espera…¡Me estas ahorcando de verdad…!, esperjfdfdgjd….
-Debería matarte-gruño el pelinegro soltándolo. Por su parte, Midorima intentaba recordar cómo se sentía respirar- ¡Te odio tanto!
-Lo sé. Pero no te preocupes, el karma me lo hará pagar….¡AUCH!-soltó un quejido de dolor al sentir el golpe que le había dado Takao en pleno rostro y que lo había hecho girar como si estuviera en un casting para el exorcista.-¡Bakao! ¿Puedes avisarme la próxima vez que hagas eso?
-Shin-chan.
-¿Qué…? ¡AUCH! ¡Duele!
-¡Ahora si te avise, infeliz! ¡Ya puedes ir olvidándote que te regrese los discos y los peluches!
“Y yo que quería regalárselos a mi hermana…”
-¡Y dile adiós a tus apuntes de física y matemática!
“Eso podría ser malo.”
-¡Voy a borrar todas las fotos en la que salimos juntos!
“Ay, por favor…”
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(Dos años después)
Midorima observaba a su familia con el entrecejo fruncido. Era navidad y si bien era normal que hubiera bastante revuelo…aún no se explicaba aquel sagrado juego de porcelana que su madre solía sacar cada vez que ocurría un acontecimiento importante: como cuando su prima aviso que estaba embarazada (a pesar de que toda la familia lo sabe por lo chismosos que son pero igualmente finge sorprenderse) o cuando su tío dijo que iba a casarse (lo cual todo el mundo también sabía pero…¡Sigamos fingiendo ignorancia!).
Así que el juego de porcelana solo se podía significar una cosa: Alguien de la familia dio un paso importante en su vida e iba a decírselo al resto de los integrantes que seguramente ya lo habían descubierto por sus propios medios…pero que igual fingirán no tener ni idea mientras se deshacen en felicitaciones exageradas para rellenar la falta de sorpresa.
Mientras ellos cumplían con aquel protocolo, Midorima estaría abrazando a su amuleto en algún rincón abandonado mientras se preguntaba cosas trascendentales como…cual sería el lucky ítem de mañana y si le alcanzaría el dinero para comprarlo luego de haberse gastado todos sus ahorros en regalos para primos que él no sabía que existían hasta que su madre comento (el día anterior a la celebración) que habían confirmado asistencia al evento familiar de recibir la navidad después de 15 años de no verse.
-¿Por qué el juego de porcelana, mamá?-pregunto el peliverde esperando que no sea otro embarazo.
Ya estaba harto de ser el niñero elegido para toda aquella montaña de baba y balbuceos. Tal vez eso podría evitarse si fuera un poco más sociable e intentara relacionarse con el resto de su familia en vez de quedarse en una esquina y fulminar a todos con la mirada deseándoles no buenos deseos, sino un pronto regreso a casa…pero…¿Qué sería de la navidad si en cada hogar no hay un grinch? Además su pelo combinaba con el color y eso…
Al menos su primo (del cual si sabía su existencia) Akashi, estaría haciéndole compañía.
Eso hasta que el pelirrojo sea llamado para que lo feliciten por sus excelentes notas, su integración a la compañía de su padre como próximo heredero en el cual le estaba yendo de maravilla…
A veces al peliverde se sorprendía de lo bien que ambos se llevaban a pesar de sus más que evidentes diferencias:
1) Akashi era sociable. A él le gustaría unirse a los ermitaños.
2) Akashi sacaba notas perfectas sin esfuerzo alguno. Él con suerte aprobaba todo con notas promedio.
3) Akashi tenía un don natural para encantar a las personas. Él parecía ahuyentarlas con una facilidad asombrosa.
4) Akashi sabía tocar diversos instrumentos, hablaba cuatro idiomas y era un excelente jinete. Él con suerte podía hervir agua para el té…
-¡Porque por fin Seijuro-kun nos presentará a su novio!-chillaba con emoción su madre. Perdida en mundo de felicidad, corazones y ponys encantados- Seguramente será un doncel de su mismo círculo social, refinado, educado y ¡Modelo, probablemente!
Midorima arqueo una ceja. ¿Novio? ¿Y no le había dicho nada? Y lo más importante…¡¿Akashi tenía novio y él no?! Bueno, no era como si fuera algo para sorprenderse si tenemos en cuenta la lista anterior… ¡Pero aun así era un duro golpe para los que aún no encontraban pareja y debía escuchar el mismo discurso de todos los años de la tía Bertha: ¡Morirás solo, cariño igual que yo. Deberías ir comprando veinte gatos desde ya, solo para empezar a acostumbrarte!
No podía evitar sentirse traicionado.
-Además mi hermana me dijo que nunca lo vio tan enamorado…¡Debe ser un encanto! Sobre todo teniendo en cuenta de que ese chiquillo se sacó la lotería con alguien como Seijuro-kun…¡Dios, debo tener la cámara a mano!-grito mientras corría a su habitación.-¡A ver cuando nos traes tú un novio Shintaro! ¡Nunca ha salido con nadie!
El peliverde pudo escuchar las risas mal disimuladas del resto de sus familiares que ocupaban la sala de estar.
Eso era injusto y falso. Sus padres sabían que él sí había salido con alguien durante la secundaria. Pero su madre (con un odio infinito hacia lo que había sido su ex pareja) se empeñaba en negar como si sus tres años de relación con Takao solo hubieran sido consecuencia de un mal sueño…
Midorima no sabía porque aún había momentos que el recuerdo del pelinegro lo asaltaba de tal forma que no podía sacárselo de la cabeza hasta dos días después...
Él asumía que era por la culpabilidad que sentía después de aquel desastroso rompimiento que dejo al pelinegro como centro de humillación durante lo que quedo de último año de secundaria.
Además…reconocía que dejarlo sin explicación alguna y casi admitiendo que nunca lo había amado realmente durante los dos años y medio que habían estado juntos (y que más bien había aceptado salir con él para tener algo de experiencia para futuras relaciones) cuando el pelinegro había dado todo por su relación…era algo que merecía hacerlo sentir como la mierda por momentos.
Se había comportado como un verdadero idiota. Se había aprovechado de los sentimientos de la única persona que lo había amado y aceptado tal cual era.
Soltó un bufido. En serio necesitaba distraerse…
Mentalmente agradeció haber ido a una preparatoria diferente. Se preguntó si ahora aquel inquieto pelinegro estaría en una relación. También se preguntó cuánto duraba esto del karma. ¡No había tenido una relación con nadie desde que había terminado con Takao!
Y no es que le molestara mucho tampoco. Todos sus conocidos estaban en alguna especie de relación y a pesar de que tenía algunas pretendientes seguía siendo virgen, lo cual a veces le alegraba y otras se hacía cuestionar su lugar en la cadena social de “adolescentes hormonales”.
Le recorrió un escalofrío cuando la voz de su consciencia (representada por el pelinegro) le solto un fuerte: ¡Te lo mereces!
-¡Hay ya están aquí!-señalo una de sus tías mientras observaba por la ventana la limosina de la familia Akashi.
-¡¿Ya están aquí?! ¡¿Aquí?!-Shintaro vio cómo su madre empujaba sin miramientos a su tía para pegar su rostro en el vidrio-¡Sí! ¡Son ellos!-chillo con felicidad.
Tres minutos después el timbre sonó.
Dos minutos después la familia Akashi, más el nuevo novio de Seijuro, entraron al living principal dónde estaban todos reunidos.
A Shintaro le tomo solo un minuto quedarse en shock al ver aquellos ojos claros que aún aparecían en sus recuerdos disfrazados de pesadillas.
A su madre le bastaron solo tres segundos romper el juego de porcelana al reconocerlo también.
-¡Mucho gusto a todos! Disculpen la interrupción-saludo el pelinegro con aquella sonrisa traviesa que Midorima conocía también…y que no auguraba nada bueno.
-Hola a todos-dijo a su vez Seijuro mientras sostenía su mano-Quiero presentarles a mi novio: Takao Kazunari.