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Detrás de un beso por Daymin VIP

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Notas del fanfic:

¡Hola! Finalmente puedo traer la cuarta entrega de esta serie que, afortunadamente, parace gustarles.

Muchas gracias por todo su apoyo y su espera. Lamentablemente ahora escribo más lento debido al escaso tiempo que tengo, cómo algunos sabrán ahora soy universitaria y bueno...la vida se esfuma e__é

En fin, gracias por estar aquí ♥

PD. Los sucesos de esta serie son atemporales, tomando cosas de la realidad de cualquier momento. 

Notas del capitulo:

Me he visto obligada a cambiar los guiones largos por cortos, debido a la página que no los lee T T 

Los tíos de Yeon Jun (Serie)

4.- Detrás de un beso.

 

- ¿Realmente necesitas ir? -Suspiró cansado tras observar a Ji Yong alistar sus cosas.

-Por supuesto. -Fue una respuesta rápida y, desde luego, completamente segura. A Seung Hyun le dolió el pecho en seguida.

- ¿Necesitas ir a una fiesta? -Ji Yong finalmente dejó a un lado aquel bolso en el que se empeñaba a meter todas las cosas que, según él, necesitaría.

Miró a Seung Hyun aún recostado en la cama, con el cabello desordenado y vistiendo su pijama a cuadros. Ji Yong se mordió ligeramente el labio inferior y gateó por la cama hasta llegar al mayor y sentarse sobre su cadera.

-Si no quieres que vaya sólo tienes que decirlo. -Susurró, juntando sus labios con los del otro en una caricia fugaz.

Seung Hyun suspiró pesadamente, Ji Yong sabía perfectamente que él nunca le pediría algo cómo eso, no de manera directa. Ese no era su estilo.

-No es eso…-Dijo a la deriva, cómo último intento. -Quería pasar mi tiempo libre contigo, pero al parecer prefieres irte con esos amigos tuyos.

Ji Yong comenzó a reír, llenando la habitación del dulce sonido, presionando la palma de su mano sobre el puchero del otro.

-No seas tan dramático, hemos estado juntos últimamente. -Su palma fue sustituida por sus esponjosos labios una vez más. Seung sonrió complacido. -Además esos amigos míos, también son tus amigos, si lo dices así suenas tan lejano.

Sus manos se entrelazaron.

-Ellos y yo ni siquiera encajamos. Eres la única pieza que nos une.

Kwon comenzó a sentirse ansioso, sin embargo agrietó una sonrisa. Había pasado un tiempo desde que habían superado los caminos diferentes que inevitablemente tomaron en sus vidas, los distintos gustos y amigos que adquirieron y que, poco a poco, se habían convertido en un obstáculo. Obstáculo que creía superado, o al menos eso les gusta pensar.

-Sabes que puedes venir conmigo ¿cierto? -Añoró con todas su fuerzas que Seung Hyun fuera consciente de ello, pero sin esperar un aceptación a la invitación.

-Lo sé. -Finalmente hubo una sonrisa plana por parte del mayor, mientras delicadamente obligaba a Ji Yong a bajarse de él. -Pero no puedo.

Ambos permanecían sentados, sin saber cómo continuar. Pero fue Seung Hyun el que sonrió de nuevo, intentando difuminar la angustia del rostro de Ji Yong.

- ¿Tienes planes? -Algo en el fondo de su cabeza le dijo que estaba olvidando algo importante, pero ni siquiera podía pensar algo más allá de Seung Hyun haciendo planes sin él.

Seung finalmente se puso de pie, pasando sus dedos a través de sus cabellos desordenados.

-También tengo una fiesta. -Ji Yong se sintió desorientado.

Seung Hyun era libre de ir al lugar que deseara, sin embargo las fiestas no eran precisamente sus eventos favoritos en ese momento. Tan sólo pudo imaginar a Seung cenando con alguno de esos artistas que tanto le gustan.

-Perfecto.

No estaban satisfechos. De alguna manera ambos consiguieron sentirse defraudados, pero ninguno dijo nada. Ji Yong partió con el sentimiento de angustia que se extendía desde su estómago, y dejó a un Seung Hyun sintiendo amargura.

-No debería ser así. -Murmuró, encendiendo un cigarrillo mientras se deslizaba a través de la pantalla de su celular, buscando el contacto de su hermana.

Quería ser de los primeros en desearle un feliz cumpleaños a Yeon Jun.

- ¡Tío! -El pequeño Yeon corrió a los brazos de Seung Hyun en cuanto le vio llegar.

El mayor se aseguró de estabilizar la caja de regalo en el suelo, para después tomar en brazos al niño, estrujándolo fuertemente y depositando pequeños besos en sus mejillas.

-Feliz cumpleaños, Yeon Junnie. -Giró sobre sus tobillos, haciendo reír al menor.

Poco después de bajarlo, Yeon abrazó la caja gigante, que era escasos centímetros más pequeña que él.

- ¿Qué es, tío?

-Descúbrelo tú. -Las pequeñas manos del niño estuvieron a nada de arrancar el gran moño, pero su madre apareció justo antes.

-Ni se te ocurra, Jun. Eso será más tarde, vamos a comer. -El festejado sólo asintió, acomodándose de nuevo el gorrito puntiagudo que adornaba su cabeza.

Pronto Seung Hyun consiguió también un gorro brillante y un montón de serpentinas, se aseguró de que el pequeño niño lo disfrutara.

-Tío… ¿Dónde está la tía Ji Yong? -Se detuvieron frente al comedor, Seung Hyun tomó en brazos al pequeño, tan sólo para dejarlo en una de las sillas.

Eran pocas personas, algo familiar, sin embargo la pregunta rebotó por todos los presentes, quienes se habían preguntado lo mismo, después de todo el pequeño Seung Hyun había llevado oficialmente a Ji Yong.

-La tía Ji Yong está ocupada hoy. -Afirmó, intentando congelar una sonrisa en sus labios y así regalarle el alivio que buscaba el niño. -Pero realmente lamenta no poder venir, seguramente obtendrás un bonito regalo de su parte también.

La alegría de Jun regresó de inmediato, mientras le era imposible despegar los ojos del dulce pastel que había justo en medio de la mesa.

Seung Hyun tomó asiento, imitando las acciones de sus parientes, esforzándose por tener un tiempo agradable. Pocas veces podía disfrutar de un momento como ese, así que cuando lo conseguía le gustaba atesorarlo por completo.

Todos comían alegremente y conversaban sobre los futuros planes para los próximos cumpleaños de Yeon Jun, que definitivamente serían en grande.

-Sería apropiado invitar a los amigos de Junnie la próxima vez. -El comentario afilado de su tía cortó a Seung, cómo algo cercano a un reproche.

-Yeon Jun es aún muy pequeño para tener tantas personas a su alrededor, faltan un poco más de dos años para que él disfrute una fiesta grande.

Los Choi sonrieron con perfil bajo ante el contraataque de su madre, desde luego que la mujer mayor no dejaría que molesten a su hijo pequeño.

El tema se hundió debajo de otros, dejando el asunto a un lado. Sin embargo la molestia aún resonaba en la mente de Seung. Todos ahí sabían sobre su relación formal no pública con Ji Yong, el drama sobre su homosexualidad ya había sido casi superado, después de todo no es cómo si importara desde un principio, pero ese detalle no evitaba comentarios molestos hacía ellos.

Yeon Jun comenzaba a crecer y a tener amigos, pequeños niños que tenían madres y, de ser invitados, éstas irían con ellos. No era apropiado que personas ajenas a la familia vieran esa parte intima de su vida amorosa, y menos apropiado era no invitar a Ji Yong ahora que era parte de ellos.

«Él ni siquiera vino» No era algo que pudiera cambiar.

Cuando fue consciente nuevamente de su entorno, cayó en cuenta de la mirada preocupada de su madre y se maldijo por ello. Porque desde un principio se prometió que no dejaría que ese asunto le molestara.

Realmente ni siquiera era consciente de cuál era el problema, pero sabía que había uno. No era lo que pensaba su molesta tía, o la mala impresión que quedaría de Ji Yong, ni mucho menos si Yeon Jun se sentía deprimido. El asunto fue que Kwon ni siquiera se esforzara en recordarlo, en dar cualquier excusa.

Quizás el problema era que estaba dando más de lo que Ji Yong daba. Ji Yong siempre dio tanto que Seung Hyun no pudo darse cuenta de cuando las cosas se invirtieron, queriendo remediar los errores cometidos, y reafirmar su amor.

El simple pensamiento de que él se mantenía rodeado de su familia y que Ji Yong estaría a un trago más de estar ebrio le disgustaba, le quitaba la tranquilidad que se supone consigues con tus seres queridos.

Era tan molesto.

Seung Hyun observaba desde el sofá a Yeon Jun pasearse por toda la estancia sobre el nuevo automóvil infantil que había conseguido para él. Eran cerca de las once de la noche y Seung Hyun no tenía ganas de volver a casa solo, a pesar de que casi todos se habían marchado, a excepción de su madre, quién le ayudaba a su hermana a guardar los regalos de Yeon Jun.

-Tío.

- ¿Mmh? -Incluso demasiado flojo para responder adecuadamente, ahora sólo quería un poco de vino tinto, sin embargo no bebería frente al menor.

- ¿Te divertiste hoy? -Por alguna razón Seung Hyun sintió que era algo que un adulto preguntaría, el menor lucía demasiado serio, mientras movía el volante de un lado a otro.

-Por supuesto, Yeon Jun está creciendo y eso me hace feliz. -Se aseguró de sonreír ampliamente. -¿Tú te has divertido?

El menor elevó sus hombros, aún concentrado en su gran juguete.

-Mamá dice que los cumpleaños deben pasarse con la familia.

- ¿Querías invitar a alguien más? -El niño negó rápidamente.

-Papá no estuvo aquí.

Por supuesto. El padre de Yeon Jun era un hombre de negocios, él siempre tenía cosas que hacer y mantenía una agenda ocupada. Para un niño pequeño como Yeon era algo difícil de comprender.

-Junnie, ven aquí. -Palmeó el lugar a su lado. Y cuando el menos se acercó, se aseguró de sentarlo sobre sus piernas. -Los adultos tenemos un montón de cosas por hacer siempre, dejamos cosas a un lado para hacer otras, tú padre tuvo que viajar y dejarte aquí, sin embargo eso no significa que no te ame o que no quiera estar contigo. Estoy seguro que él desearía estar aquí también. ¿Entiendes?

El niño asintió, pensando aún en las palabras de su tío.

- ¿Qué papá no esté aquí no quiere decir que no me quiera?

-Para nada, él te ama mucho.

- La tía Ji Yong también te ama mucho ¿Cierto?

Seung Hyun sintió ser golpeado por una ola de frío, definitivamente era cierto aquellas cosas que dicen de los niños. Ven y entienden cosas que los adultos no.

Tal vez debido a su edad fue que no pudo dar una buena respuesta.

«Imbécil»

Era un completo imbécil. Sus ojos aún se esforzaron en enfocar lo mejor posible la pantalla brillante del móvil, intentando encontrar una falla en el mensaje de texto que le envió Young Bae.

“¿Dónde estás? TOP hyung me ha dicho que no estás con él. ¿Qué clase de tío eres? Yeon Jun seguramente estará molesto contigo”

Desde que había leído el texto algo hiso click en su cabeza, aquello que sintió olvidar regresó. Una ambigua mención de Seung Hyun sobre el cumpleaños de su sobrino, algo sobre una reunión familiar. Algo sobre ese día, y sin embargo estaba demasiado ebrio cómo para poder leer bien.

Ahora entendía porque la molestia de Seung, y no lo culpaba, teniendo a la familia tradicionalista Choi sobre ellos.

Restregó su rostro con exasperación, jaloneando algunos mechones mientras intentaba pensar que hacer, sin embargo sólo podía pensar en lo jodido que estaba y en la buena canción que sonaba.

No estaba seguro de que hacer, era demasiado tarde para ir, estaba demasiado ebrio cómo para irrumpir en la casa del mayor.

- ¿Qué pasa contigo? Llevas media hora aquí enfado, ven a bailar. -La rubia SooJoo apareció con una nueva bebida en las manos, vistiendo su extravagante disfraz luciendo un poco desaliñada después de bailar y beber durante un par de horas.

-Lo he jodido. -Alzó la voz intentando que llegara a la chica. Ella elevó sus hombros a manera de cuestión. -Hoy es el cumpleaños del sobrino de Seung Hyun.

-Querrás decir ayer, hombre, son cerca de las dos de la mañana. -Definitivamente no había solución.

-Soy un imbécil.

-Eres un imbécil, olvidar los cumpleaños familiares es casi tan grave cómo olvidar la fecha de aniversario. -Bebió casi la mitad del líquido azul. -Encuentra una manera de solucionarlo, su familia te joderá ahora.

Ji Yong mostró una mueca, SooJoo tenía razón desde un principio. Cuando le advirtió lo horrible que era obtener la familia postiza de su pareja, las responsabilidades que conllevaba, si tan sólo se hubiera negado a entrar en ese círculo probablemente podría escabullirse a la casa de su novio y follar, sin embargo ahora sería el que pidiera perdón.

Probablemente fue culpa del alcohol que Ji Yong olvidó la razón del porqué todo eso.

«Es importante para Seung Hyun» El alcohol suprimió todos aquellos pensamientos.

Y lo olvidó.

Los días siguientes habían sido demasiado incomodos para todos, pues cuando Ji Yong lograba reunirse con Seung Hyun era sólo debido al trabajo en la planificación de los próximos conciertos. El mayor parecía mantenerse firme respecto a perdonarle de manera fácil.

Ji Yong sin embargo se había centrado en la idea de que su hyung estaba siendo demasiado infantil, Yeon Jun es tan pequeño y joven cómo para enojarse por no verle en su cumpleaños, habría un montón de cumpleaños más. Dios, sólo era un niño pequeño.

Definitivamente Seung Hyun estaba exagerando.

El resto del día, el mayor se empeñó en permanecer lejano, entreteniéndose en cualquier cosa, por más simple que fuera, en ocasiones sólo jugueteaba con Daesung, interrumpiéndole justo en su parte de la canción que ensayaban.

Y cuando llegó el descanso, Ji Yong ni siquiera se molestó en intentar acercarse al otro, sabiendo que no conseguiría nada, en cambio se sentó a beber agua y pasarse por sitios electrónicos de sus tiendas favoritas. Aún debía conseguir un regalo para Yeon Jun.

- ¿Aún sigue enojado? -Young Bae se deslizó a su lado, destapando su propia botella de agua.

-Está furioso. ¡Sólo exagera las cosas! -Bae sonrió, sabiendo que el otro quería decirle tantas cosas en ese momento. -De acuerdo, sí, fui un descuidado y tonto al no recordar la invitación, y el que me fuera a una fiesta lo empeoró, sin embargo…-El aire en sus pulmones se terminó. -¡Por favor, es un niño! El mundo no se va a acabar.

Dong Young Bae se mantuvo en silencio, sin dejar de mirar a los menores del grupo revolotear al, extrañamente, Seung Hyun de buen humor. Ji Yong sin lugar a dudas era excepcional y casi perfecto en todo lo que hacía, era bueno en todo y quizás su único defecto era su excesivo sentimentalismo, claro, cuando se trataba de él.

Y es que nunca, en todos esos años de conocerse, había logrado entender la incapacidad de Ji Yong para interpretar los sentimientos de Seung Hyun. Su hyung no era la persona más expresiva, era bastante bueno reprimiéndolo todo, y descargándose seguramente en su solitaria habitación, ni siquiera podía pensar en alguna ocasión en la que Seung llorara por iniciativa propia, sin ningún incentivo anterior cómo su madre o alguna victoria. Ni siquiera el alcohol sacaba a la superficie sus emociones, no más allá de risas tontas.

En cambio Ji Yong sólo necesitaba una mirada para explotar, alguna frase y entonces él se descargaría sobre todo.

- ¡Oh, vamos! Ni siquiera lo intentes ayudar, Bae, debes admitir que está exagerando. -Ji Yong cruzó los brazos sintiéndose más malhumorado.

Young Bae era su mejor amigo, debía estar de su lado.

-Yo no pienso apoyar a nadie en esto. -Optó por ponerse de pie. - ¿Por qué no ves que está herido?

Kwon quedó sin habla, sin ninguna buena idea de cómo asegurarle a Bae que decir aquello era cómo estar del lado de Seung Hyun, pues lo vio. Vio la grieta en Seung Hyun, y se sintió miserable entonces.

Comenzó el mordisqueo a sus uñas, mientras que, con la mano libre, se deslizaba con mayor velocidad a través de su celular, buscando un mejor regalo.

Mantenerse al margen en los conciertos era ya una regla de oro para él y Ji Yong, nada de acercamientos innecesarios, ni interacciones que se pudieran prestar a más. Por supuesto que estaban acostumbrados, y desde luego que en el fondo les molestaba todo ese asunto que los marcaba siempre, sin embargo ese día para Seung Hyun aquella regla era un alivio.

Habían pasado días desde el cumpleaños de Yeon Jun y Ji Yong ni siquiera había mostrado alguna clase de interés, no era cómo si quiera una disculpa o algún drama, pero alguna clase de arrepentimiento por parte del menor le haría sentir un poco mejor. Así podría salir del agujero de emociones en el que estaba, sintiéndose desplazado por las mismas personas.

Después de todo, tener intereses tan diferentes a los de Ji Yong abría una brecha enorme a la angustia constante. A los “Y si…”

Y si a Ji Yong realmente no le importaba lo ocurrido.

Y si Ji Yong no quiso ir por voluntad propia.

Y si Ji Yong estaba harto de todo.

Y si Ji Yong se va.

Estaba convirtiéndose en un viejo sensible. Cada vez reprimir sus impulsos y sentimientos le era más difícil.

Los últimos días había tenido pensamientos tan oscuros y deprimentes que se mantuvo en constante contacto con el vino, acabando dos botellas la noche anterior, y al terminar el concierto yendo por una de las copas con licor que les esperaba detrás de escena, junto a su familia. El concierto fue tan grande que había muchos conocidos cercanos a BIGBANG.

Cuando entró a la sala de esta, miró a Ji Yong junto a su sobrino riendo animadamente. Su corazón se sacudió, y bebió el resto del licor.

Necesitaría más, sin embargo la mirada persistente de su hermana le detuvo.

-Fue un concierto hermoso, Seung Hyun. Junnie es un verdadero fanático ahora. -Mencionó la madre del niño, mostrando la infinidad de fotografías que había tomado del pequeño. -Esta definitivamente le gustará a su padre.

- ¡Tío Seung Hyun, mami! La tía Ji Yong me ha dado un regalo enorme. -El niño apenas y podía arrastrar la caja.

El Choi menor no pudo evitar suprimir la sonrisa amarga. Aquella caja gigante se sentía cómo un pago por lo ocurrido, y no le gustaba.

-Vaya, muchas gracias, Ji Yong. -Hye Youn sonrió dulcemente, tomando en brazos a su pequeño. -¿Le has dado las gracias, Yeon Jun?

El niño agitó su cabeza fuertemente en afirmación.

-Le he dado un beso. -Sus mejillas se tiñeron de rojo y escondió su rostro en el hombro de su madre, mirando directamente a  Seung Hyun.

-Oh, mamá se siente tan celosa. Últimamente eres tan cariñoso con todos.

- ¿Eso es verdad? -Seung fingió estar indignado. -No recuerdo haber recibido mi beso de agradecimiento, estoy celosos también. -Flexionó sus piernas, cayendo derrotado, mostrándose lo más infantil posible.

Yeon Jun bajó rápidamente de los brazos de su madre y corrió a su tío.

-También hay beso para ti, tío Seung Hyun.

El mayor levanto levemente sus labios, recibiendo el dulce gesto del pequeño niño, momento que su madre no se demoró en captar, queriendo atesorar la inocencia de su pequeño antes de que le fuera arrebatada por la edad.

-Oh, pero si Junnie es tan lindo. -Seung Hyun le abrazó con fuerza y lo levantó envuelto en sus brazos. -Un beso definitivamente lo arregla todo.

- ¿Si? -Los pequeños ojos de Yeon brillaron, sin poder creerse aquello. Pero su tío sólo asintió con diversión.

Muchas cosas en la cabeza de Yeon Jun se reajustaron, fue capaz de comprender porque su padre le daba un beso a su mamá al llegar a casa tarde, o cómo su mamá besa a su papá cuando sabía que estaba pidiendo demasiado, incluso en los dramas un beso parecía algo sumamente importante.

«Los besos son maravillosos» Comprendió.

-Si los besos son tan mágicos, entonces ¿Por qué la tía Ji Yong no te ha besado aún? Si estás tan triste. -Toda la escena tierna fue suplantada por el mohín angustiado del menor y su tan acertado comentario.

- ¡Yeon Jun! Dios mío. -La madre del menor cubrió su boca con asombro, sintiéndose apenada.  Todos en la familia sabían de la difícil situación de su hermano y Ji Yong, ellos fácilmente podían leer a Seung Hyun, sin embargo nadie decía nada, pues no les correspondía. -Ven. -Sujetó la mano del menor cuando fue bajado por su tío. -Vayamos a buscar a tu abuela.

Yeon Jun no supo que pasó, ni siquiera si lo que dijo estuvo bien o mal, él sólo quería una respuesta y dejar de ver a su tío Seung Hyun tan triste. Sin el brillo de sus ojos y teniendo largos intervalos de nada.

Hubo un largo y denso silencio en la habitación, sin que ninguno supiera que hacer o decir. Siempre era vergonzoso cuando los niños dicen aquellas cosas que los adultos se niegan a aceptar.

Seung Hyun fue el primero en moverse por la habitación, hasta llegar a la mesilla con más alcohol, lo que necesitaba era un trago y las agallas para decir algo.

-Seung Hyun…

- ¿Quieres una copa? -Sin embargo cuando Ji Yong tomó la iniciativa, él sintió la obligación de retroceder, cómo siempre.

Nunca dejar a Ji Yong arrastrarlos más allá, era cómo una especie de regla ya.

-Seung Hyun, lo siento, yo…

-Toma esta, seguro te gustará. -Nuevamente le interrumpió, ofreciendo la copa con alcohol.

- ¡Ya basta! ¿Podrías ponerme atención?

- ¿Atención? Ji Yong, todo lo que te digo parece ser menos que nada para ti. -Aunque intentó controlarse era demasiado tarde para retractarse.

Estaba herido, y Ji Yong pudo verlo entonces.

-Seung…-Se acercó aún con el riesgo de ser rechazado, sin embargo el mayor sólo se quedó aún de pie, presionando con fuerza el cristal del vaso.

-Voy a irme ahora…pronto comenzará la celebración. -Dejó la copa de nuevo en su lugar, evitando el contacto visual con Ji Yong, realmente no estaba listo para arreglarlo en ese momento.

Probablemente mañana tampoco lo estaría, ni el día después de ese. Porque jamás llegaban a nada, no podía recordar alguna discusión que los llevara a solucionarlo, sin que él se viera obligado a retractarse, cosa que esta vez no estaba dispuesto a hacer.

Se sentía cansado. Terriblemente cansado.

Ji Yong estaba tan acostumbrado a conseguir lo que desea que cuando no lo lograba era un fuerte golpe para él, no hablaba de cosas fáciles, él era de la clase de persona que lucha por conseguirlo, sacrificándolo todo. Así fue cómo logró ser cantante, así consiguió a Seung Hyun, pero a pesar de ello, no recordaba haberse esforzado ni una vez más por él.

Seung Hyun siempre cedía, intentando evitar las largas peleas que Kwon no estaba dispuesto a perder, un Ji Yong feliz era el equivalente a la armonía en todo lo demás.

Habían estado siendo bastante egoístas por un largo tiempo.

-Por favor no te vayas. -Los latidos de su corazón se aceleraron y el nudo en su garganta apareció, justo cuando alcanzó a sujetar a Seung de la manga de su camisa. -No lo dejemos así.

De alguna manera se sentía cómo una despedida. Y ese sentimiento era algo con lo que Ji no podría después. Porque era cómo si la brecha que existió antes se volviera a extender entre ellos, y esta vez no estaba seguro de poder lanzarse de nuevo.

-Ji, no pasa nada. -Cerró sus ojos, se giró hacía el menor y nuevamente se tragó su orgullo.

«¿Cómo decirle no al ser de tu devoción?»

-No te vayas.

La petición arrastró tras de sí el mar de emociones que ambos representaban, los buenos y malos recuerdos, sus miedos y deseos. Su amor.

Seung Hyun entonces se sujetó a los brazos de Ji Yong, con el temor de que alguna fuerza extraña se lo llevara lejos y jamás pudieran arreglarlo. Lo tomó de los hombros y juntaron sus frentes, mezclando el agitado aliento desde sus corazones.

-No voy a ir a ningún lado. -Sus manos recorrieron el camino desde los delgados hombros hasta posicionarse sobre las mejillas de Ji Yong, acunando su rostro con la delicadeza necesaria como para sostener su vida. -No volveré a irme. -Su promesa fue secundada con la unión de sus labios.

Con el suave roce reafirmaron todas aquellas cuerdas que colgaban de su relación, todos los errores cometidos y los temores que les perseguían, persistentemente se aferraron a ese amor que, a pesar de los altibajos, seguía cálido. Incluso después de haber terminado su relación durante ciertas temporadas seguía ahí, latente y palpable.

Enredaron sus labios de la única manera que sabían, entregándolo todo, borrando el resto del mundo, centrándose en el presente. En lo que sentían y hacían.

Un beso no sólo era una muestra clara de amor, era un depurador de cualquier relación, un filtro que se lleva los malos tragos de la vida y que deja a su paso un dulce sabor. Ese es el efecto de un beso, y si las cosas no van por ahí  algo está mal.

-Lo siento mucho. -Murmuró bajito Ji Yong, deslizando sus brazos por encima de los hombros del más alto, aferrándose al abrazo.

-Lo sé.

Y todo estaba bien.

- ¿Vas a decirme que le regalaste a Yeon Jun? Esa caja era enorme.

-Le di un montón de cosas. No podía decidir entre tantas cosas lindas. -Admitió, acurrucándose en el regazo de Seung Hyun.

Ji Yong había sido en exceso generoso debido a la terrible culpa que sintió, por lo que compró cuanta cosa considero bonita. Al menos estaba seguro de que Yeon Jun no tendría ningún problema con él.

-Pero si Yeon Junnie es tan lindo, cariño, debo tomar una fotografía. -La abuela no recordaba haber sentido tanta ternura junta desde que vio al pequeño recién nacido.

Yeon Jun asintió y caminó frente a su abuela, listo para ser fotografiado.

-Mami, toma una tú también, quiero que tío Seung Hyun vea lo bien que me queda el regalo de la tía Ji Yong.

La mujer no demoró en lo absoluto en presionar repetidas veces la pantalla de su celular, capturando la inocencia de su pequeño hijo, deseando preservar esos bellos momentos para siempre.

Yeon Jun sonrió ampliamente a las cámaras, después de todo era su primera vez usando un bonito vestido.

Notas finales:

Ah...Siempre he pensado que algunas veces escribo extraño, como esta xD

En fin, gracias por leer y comentar ♥


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