Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Auténtico amor por Okashi

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Contiene un personaje spoiler del manga, aunque seguro que ya es conocido por muchas aqui. Sai : ) ~~

Al principio no lo entendía. Me echaba a llorar constantemente, abrazada a mi almohada en la oscuridad de mi cuarto. Después poco a poco dejé de compadecerme y empecé a asimilarlo. Era más que amistad, lo que había entre ellos era algo más que amistad y no podía creérmelo. Sasuke siempre burlándose de Naruto, Naruto siempre intentando superar a Sasuke. Los dos únicos chicos que habían llegado a gustarme se amaban el uno al otro.

El primero que me enamoró fue Sasuke. Siempre tan frío y distante. Pensé, bueno, realmente todas pensábamos, que era el chico más guapo e increíble de toda Konoha, y, el más inaccesible. Creí que siempre estaría enamorada de él, pero llegó Naruto, el segundo chico que me enamoró. Yo pensaba que no era más que un idiota y un bufón pero resultó ser la persona más valiente, fuerte y decidida que jamás he conocido. Cuando parecía que todo estaba perdido, aparecía Naruto. Nunca se rendía, luchaba hasta el final. Sin darme cuenta, comencé a admirarlo, sin darme cuenta, comencé a amarlo. Un amor adulto. El primer verdadero amor.

Pero la misma pasión con la que se odiaban, con la que luchaban el uno contra el otro, era la misma pasión con la que se amaban.

Fue aquel día cuando me di cuenta. Sasuke casi había caído por completo en las garras de Orochimaru. Pero allí estaba Naruto, luchando hasta el final como siempre. Haciendo que me enamorara más y más de él a cada momento, a cada intenso golpe de su lucha contra Orochimaru. Cuando parecía que todo estaba perdido, cuando todos estábamos demasiado heridos para seguir luchando, Orochimaru comenzó a apoderarse de Sasuke. A Naruto le bastaron un par de palabras para hacer regresar a Sasuke. ‘’Te amo’’. En aquel momento me di cuenta. Quizás si cuando Sasuke se fue a buscar a Orochimaru fuese Naruto y no yo quien lo estuviera esperando habría conseguido detenerlo. Me sentí idiota. Impotente. Inútil. Y… extrañamente aliviada. Sasuke estaba a salvo y Naruto, por primera vez desde que lo conocí, feliz. Ya no sonreía tratando de gustar y ser aceptado. Ya no sonreía para dar ánimos a los demás aunque el que estaba verdaderamente herido en su interior era él. Sonreía con sinceridad.

Yo con el tiempo también me sentí feliz por ellos, quizás al principio me pudo el egoísmo, el saber que Naruto jamás iba a ser mío. Lloraba a escondidas y sonreía cuando los veía juntos. Seguían como siempre, siempre enfrentados el uno con el otro. Pero, cuando creían que nadie los veía, se miraban con complicidad, con pasión, con deseo…

Poco a poco me fui alejando de ellos. Ni siquiera se dieron cuenta de que ya no estaba allí a su lado, apoyándolos. Al principio me molesté un poco, pero las dos personas que más había amado estaban juntas y felices. Si me hubiera entrometido con el tiempo lo habría lamentado, más que el hecho de haberlos perdido como amigos.

Me quedé sola. Bueno. Estaba Sai. Su sonrisa inexpresiva me recordaba levemente a aquella maravillosa y forzada sonrisa de Naruto en los momentos difíciles. Comenzamos a hacer misiones juntos, a salir juntos, a comer juntos, a acostarnos juntos… Yo no le importaba y él no me importaba a mi. Nadie ganaba y nadie perdía. Era un trato justo. Ni siquiera me importaba aquel gran parecido físico que tenía con Sasuke.

Hace un par de días los vi entrenando en el bosque. No me atreví a interrumpirlos. Simplemente me quedé allí observándolos detrás de un árbol cercano. Sus movimientos, sus golpes, sus cuerpos, todo era perfecto. Un violento y sincronizado baile entre amantes. Había tanta pasión en un simple entrenamiento que sentí envidia. Me eché a llorar de nuevo, pero no pude apartar mi vista. Allí estaban, con el torso y el rostro sudorosos. Mi vista estaba demasiado vidriosa para verlo con claridad pero de pronto se habían quedado quietos el uno frente al otro y habían comenzado a besarse. Sequé mis lágrimas. No tardé más que un par de segundos en hacerlo, los mismos que ellos tardaron en echarse sobre la hierba y empezar a desnudarse ansiosos. Yo estaba allí parada, sin quererlo me había puesto a la vista, pero a ellos no les importaba nada. Para Sasuke sólo existía Naruto y para Naruto, aunque me resultaba insoportablemente doloroso, sólo existía Sasuke.

Alguien tiró de mi en aquel justo momento en que creí derrumbarme de nuevo. Tenía un olor familiar. Tranquilizador. Sai… Me apretó contra su pecho con fuerza sin decir nada. Lo miré a los ojos. Miré aquel rostro imperturbable e inexpresivo. No había emoción. No había sentimiento, pero de sus ojos caían lágrimas. No trató de esquivar mi mirada en ningún momento. No dijo ni una sola palabra. No hubo caricias ni besos. Y entonces dejé de llorar porque Naruto no me amase. Dejé de llorar porque las dos personas que más me importaban me habían olvidado. Quizás para siempre. Y comencé a llorar porque, derepente, alguien lloraba por mi como yo lloraba por Naruto.

Ya han pasado dos años desde que Sasuke volvió. Él y Naruto se han marchado de la aldea hace un par de días. A pesar de que me he ido alejando de ellos con el tiempo nunca he dejado de preocuparme. La villa sigue siendo su hogar pero desde que están juntos no han dejado de tratar de superarse el uno al otro. Necesitan seguir avanzando. Lejos de Kohona. Sin la presión que para ellos significó que la aldea supiera que son pareja. No me costó mucho darme cuenta del momento en que se irían. De noche. El mismo camino. El mismo cielo. La misma luna de cuando Sasuke se había marchado tiempo atrás en busca de Orochimaru. De nuevo allí estaba yo. Sentada. Esperando. Me levanté y me puse en mitad de su camino. Casi ni me reconocieron. Sonreí, me acerqué a ellos y les di a cada uno un beso en la boca. Al fin y al cabo una vez fueron las personas más importantes de mi vida, tenía que despedirme como es debido.

Volví a casa. Allí estaba Sai, durmiendo en mi cama. Nuestra cama. Me eché a su lado y él abrió los ojos poco a poco. Me miró. Indiferente. Impasible. Sereno. Frío. Acarició mi mejilla y me apartó el pelo de la cara.

-Bienvenida…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).