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El guardián del caballero por Rigel23

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Notas del fanfic:

Si VK fuera mio ya saben seria yaoi todo, pero no lo es y solo tomo prestado los personajes. 

Notas del capitulo:

Disfruten esta historia, mi mision es sorprenderlos! 

 

 

Sus ojos rosas mirando impasibles a la sangrienta escena, Hio Shizuka, princesa purasangre había realizado su venganza ante la pareja que le quito a su preciada persona. Ella sabía que tal acción no cambiaría nada, no la haría sentir mejor, ella sabía que matar a esta pareja seria infructuoso.

El vacío aún estaba en su corazón.

Era consiente que nada cambiara con sus acciones, aun así su ira no le permitiría quedarse quieta y solo dejar pasar tal acción en su contra. Y ahora la pareja de cazadores Kiryuu había muerto por sus manos.

Pero esto estaba lejos de terminar aun…

Ella tarareo suavemente, sus pies descalzos y parte de su kimono blanco manchados de sangre, no le dio importancia y en su lugar miro hacia abajo hacia el pequeño cuerpo en sus brazos, sus claros y tristes ojos rosados chocaron contra los tormentosos lilas del niño que aún no soltaba.

El hijo mayor, el heredero, el primogénito y el orgullo de los ahora muertos, matrimonio Kiryuu.

—Tal mirada tan intensa…—ella hablo a un congelado Kiryuu Zero, esos ojos tan diferentes a los suyos propios, quienes estaban tan vacíos.

Ira…

Tristeza…

Temor…

Rencor…

Odio.

Tantos sentimientos que podía ver reflejados en esa tormentosa mirada.

—Hare que en esos ojos solo me refleje yo misma…—ella quien había perdido lo más importante en su vida, se volvería lo más importante para este joven, era la única forma; su mente envuelta en la locura le susurro. Para poder continuar en esta tortura de vida.

Kiryuu Zero seria suyo.

Cada pensamiento de este joven, cada respiración, seria únicamente para ella.

Se convertiría en la razón de la existencia de este chico.

Ella se movió, el tintineo de las campanas al compás de su movimiento, mancharía este cuerpo para hacerlo eternamente suyo, sus colmillos se alargaron, lentamente y ante la horrorizada e impotente mirada del niño ella acerco su boca hacia aquel delicado y blanco cuello.

Estaba tan cerca…

Su aliento choco contra la piel satinada del niño, un segundo más…un centímetro más…

¡No te atrevas!

Incluso para alguien como ella, todo había pasado muy rápido y cuando se dio cuenta ella ya no tenía al joven Zero en sus brazos, de hecho ella ahora se encontraba atrapada por lo que parecía sangre…o más específicamente…

¿Cadenas…de sangre?

Había escuchado una voz que había resonado en toda la habitación milisegundos después de que las cadenas aparecieron y luego frente a ella otra persona hizo acto de presencia…

…¿Quién…?

Era un joven, uno ya en la adolescencia, quizás quince o dieciséis años humanos en apariencia, cabello negro y cortó pero con un largo flequillo que caía en un atractivo rostro. Pero lo más sorpréndete de ese joven eran esos ojos…

El océano…

Un azul profundo y oscuro como el mar mismo, un brillo lleno de misterio y peligro tal y como se espera que el abismal océano sea. Ese joven, ese misterioso joven ahora tenía en sus brazos a un Zero sorprendido pero aliviado, en los segundos ¿O eran minutos? En los que pudo contemplar esta inesperada interferencia, Shizuka se dio cuenta que Zero parecía conocer a este joven.

¿Cómo te atreves…?

Se dio cuenta que el pelinegro había hablado, en un tono mortalmente tranquilo, el ceño del joven se fruncía en clara desaprobación e indignidad, pero su voz nunca se elevó mientras le hablaba.

—No dejare que toques a Zero…

Ahora, ella no podía dejar pasar ese tono lleno de desafío en el que le hablaban, ante todo Shizuka era un purasangre, era la criatura más fuerte, quien se encontraba en la cima, solo otro de su misma clase podría oponérsele y podía decir que este misterioso chico no era un purasangre.

Ni siquiera era vampiro.

—¿Y cómo planeas detenerme?...—no pudo evitar preguntar, imperturbable ante las cadenas de sangre que la rodeaban, su aura en aumento para sofocar a todos en la habitación. Pudo notar como el joven Kiryuu era afectado por su poder, al niño le costaba más y más respirar y podía decir que pronto este perdería la conciencia.

El otro por el contrario…

—La sangre es moneda del alma, si menosprecias su voluntad solo la desgracia te espera…

Había sonado como un canto…un conjuro de algún tipo y Shizuka no se dio cuenta de lo poderosas que aquellas eran en realidad. Las cadenas que la rodeaban se apretaron con dureza y fue cuando se dio cuenta que no le sería fácil romper sus ataduras.

—Lagrimas por sangre…venganza y protección…

—¿Qué…? —un pequeño jadeo salió de sus labios, la voz del joven parecía resonar en todas las paredes, y ante sus sorprendidos ojos rosas se dio cuenta como lo que parecía un muro de sangre se formaba enfrente de ella.

Pero no cualquier sangre.

La propia sangre de los Kiryuus que había matado hace unos minutos parecía cobrar vida ante un control desconocido para levantarse ante su mirada. Fue ahí que sus instintos cobraron vida con fuerza.

Peligro…

Esto no era cualquier hechizo cazador, ni vampírico. No sabía que era pero los desbordantes sentimientos que parecían llegar a ella, abrumándola eran…

Mortales.

¿Iba a morir aquí?

Eso no podía estar pasando ¿Quién era ese joven? ¿Qué era ese joven? Un poder tal para rivalizar contra el suyo propio. Ella que era un purasangre, ella que era una Hio, ella que se supone debía ser invencible.

Ella quien podía sentir la muerte aproximándose.

El muro de sangre cambio, ahora era tenía la forma de unas letales garras listas para cortarla en pedazos, el color cambio también y el rojizo se hizo negro un negro profundo.

Veneno…su mente susurro con desesperación instándola a liberarse y salir del camino de esas garras. Pero no podía moverse, esas cadenas se lo impedían.

Estaba atrapada.

—Recibe con tu propia carne, el último deseo de los Kiryuus…

Y como si esas palabras habían sido una orden, las garras se movieron con rapidez y fuerza directo hacia donde inmóvil Shizuka se mantenía. Este era su final…ella seria asesinada por esta criatura desconocida…

—¡No! Detente ¡¡Haruka!!

000

Cuando Zero despertó fue recibido por dos familiares ojos de un intenso azul. Segundos después los recuerdos inundaron su mente, sus padres, el vampiro…

Ichiru…

Pero antes de que él pudiera sumergirse en un mar de deprecio sintió el peso de una mano en su hombro, al levantar la mirada amatista y zafiro chocaron esos grandes y expresivos ojos los cuales siempre le decían lo que necesitaba saber.

Zero no podía reunir la fuerza para saludar pero…

—Gracias…—el cerro los ojos, pasaría un tiempo antes de que pudiera superar lo que paso pero—, gracias por salvarme…

Hubo un apretón en el agarre de su hombre antes que la mano lo soltara—, fueron tus padres…—la voz del chico mayor llego hacia el peli blanco—, incluso si se habían ido, sus sentimientos eran lo suficientemente fuertes como para ayudarme…pero…

No había podido terminar.

La vampira aún seguía con vida y todo por…

—Ichiru…—Zero no necesito saber más. Él más que nadie sabía de las capacidades de esta persona, así como sabía porque la asesina de sus padres aún vive.

¿Por qué? Su mente susurraba una y otra vez.

¿Qué había llevado a Ichiru a tal traición?

¿Por qué?

¿Era su culpa?

¿Podía haberlo evitado?

¿Debió haber hecho más?

—Zero…—la voz que lo llamo tenía una suavidad que pocas veces había escuchado, cuando levanto la mirada, esos ojos azules lo miraban con tanta preocupación…

Oh, se dio cuenta, cuando sintió algo mojado caer en su mano.

Estaba llorando.

Con cálidos brazos rodeándolo, Zero se permitió solo por esa vez llorar.

Llorar por la muerte de sus padres, por el final de su familia.

Llorar por Ichiru.

Solo por esta vez él se prometió y luego…luego…

Vengaría a sus padres…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Quies Haruka? Que paso? Zero no es un vampiro...

Misterios que se resolveran mas adelante. 

Para aclarar Haruka no sera pareja de Zero. 


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