Barry hundió su cabeza en el inodoro, sintiendo cómo el ácido estomacal quemaba su garganta. Percibió con claridad cómo su estómago se contraía con fiereza, su espalda se arqueaba con brusquedad hacia adentro y afuera, haciendo más llamativa su acción. Gimió cansado cuando la última arcada pareció cesar totalmente su acción, la saliva espesa y blanquecina corría con libertad por el labio inferior y la barbilla del castaño. Éste se limito a tragar con fuerza, calmando su reflejo nauseo, cerciorándose que podría levantarse sin caer por alguna potente nausea.
Se enjuagó y lavó rápidamente su boca, sintiéndose más limpio y menos asqueado en el proceso. Gruñó molesto al notar que sus gomas de mascar se estaban agotando, ignoró esto y se metió dos en la boca sólo para asegurar que no quedase evidencia de su acto.
La música que su celular reproducía al fondo ya tenía harto al castaño, quien con su velocidad apenas estabilizada se apresuró a callar. Apagó a la par el ventilador del baño, pues ya no necesitaba el ruido que este producía.
Barry se sorprendió a sí mismo al ver cuál rápido se acostumbraba a su estado. No sabía qué era exactamente lo que le pasaba a su cuerpo, más sin embargo sabe que nadie debe enterarse.
¿Vómito? No era muy diferente a cuando él se lo producía en sus años escolares, sabía por experiencia cómo ocultar su rastro. ¿Nauseas? Le pasaba cada vez que corría como maníaco hacia la comisaría un día cualquiera. ¿Cambios de humor? Eran tan habituales como su hambre, siempre se podía excusar con una mala noche de sueño.
Aunque su cuerpo esté enfermo. Preocupar a los demás no es algo que Barry guste hacer.
Barry estuvo a punto de salir de la habitación de baño, pero antes de que su mano se apoyara en la perilla, la puerta resonó junto a una voz del lado contrario a ésta. El castaño sintió su corazón paralizarse, a la par de un vació incómodo en el estómago.
-Barry, ¿Estás bien? Escuche arcadas, ¿Te sientes mal?, ¡Barry!- El castaño se paralizó sin saber realmente por qué, se sintió cual niño descubierto en plena travesura.
-Estoy bien, no te preocupes Lenny- Le dio como contestación, Barry escuchó un suspiro del otro lado de la puerta.
-Barry… Sé que no estás bien- La voz de Snart sonaba amena, casi comprensiva. Compasiva.
-¡Tú no sabes nada!- Gritó Barry, sin saber realmente el porqué se tal fiera reacción de su parte. Apenas y pudo terminar, pues inmediatamente cubrió su boca con la mano.
-Barry…- Se escuchó la voz de Snart nuevamente, por su tono se previa que quería continuar con su frase, más una acción de Barry lo interrumpió.
-Estoy bien- Espetó el castaño, una vez abierta la puerta que los dividía. Len pareció sorprendido, pues no pensó realmente que su pareja le abriría la puerta.
-¿Seguro? No se escuchaba muy bien desde aquí- El mayor enarcó una ceja, mostrando ese gestó que Barry conocía muy bien, Len sabía la verdad, pero quería escucharla de los labios del castaño. Su tono pausado y estoico no ayudo con el naciente nerviosismo del menor.
-Está bien, es sólo… Me he sentido mal estos últimos días, ¿Está bien?, nada muy grave- Se explicó el menor al verse sin salida, aunque su afirmación no haya salido con el tono firme con el cual pensó, pasando más como un siseo o un balbuceo tímido.
-¿Por qué no lo dijiste? Cisco y Caitlin deberían saberlo, quizá es un efecto secundario de la explosión, o se debe al uso de tus poderes- Está vez el tono mesurado cambio ligeramente, se mostraba más preocupado y dulce, comprensivo sin decir más.
-No me gusta preocupar a los demás, y posiblemente no sea nada- Masculló endeblemente, mostrando un ceño fruncido. Realmente odiaba que alguien le prestara tanta atención de esa manera, con preocupación e intranquilidad.
-Debo felicitarte, Barry- El menor arqueo una ceja confundido- Lo haces bien ¿Sabes? La música y el ventilador que crearan ruido, escapadas rápidas e imperceptibles, déjame decirte que no provocas mucho sonido a decir verdad. Lo escondes bien, pero ¿Por qué lo escondes?- Barry bajó la mirada con vergüenza después de la pregunta, sentía la mirada penetrante del mayor, deseosa de una respuesta, Barry suspiro, ni él mismo sabía realmente el porqué de su actuación. “Experiencia” Pensó.
-¿Experiencia?- Cuestionó Len al verse sin respuesta por parte de Barry. Este por su parte asintió levemente, esconderlo siempre fue más fácil que afrontarlo, aunque ésta vez no era él quien se producía el vómito.
-Yo no lo hago- Murmuró, sin saber qué estaba negando específicamente- Yo antes lo hacía. Pero fue hace mucho, ahora me siento enfermo, como antes de mis poderes, me siento débil, mi reflejo nauseo se activa sólo- Explicó más detalladamente, aún sin mirar a los ojos a su pareja. No era necesario, sabía de sobra cuál era su expresión.
-¿Enfermo?- Pregunto Len. Barry asintió sin ganas.
-¿Desde hace cuánto?- Siguió el mayor con su interrogatorio. El castaño respondió cada una de sus dudas. Hasta que Len dejó de cuestionar y tomó su pose reflexiva, como si estuviera dilucidando la situación actual.
-Tenemos que ir con Caitlin- Dictó después de minutos. Barry le brindó una mirada, al mayor no le importó realmente- Sólo que te haga un examen rutinario ¿Bien? Algo rápido, no tienes que contarle tu síntomas si no quieres- La pareja asintió al unisonó, aunque bien, Barry no se encontraba cómodo con la decisión del mayor, pensó que lo mejor sería obedecer. Después de todo… ¿Qué tan grave puede ser?
[…]
Grave, muy, muy, muy grave.
Por suerte Barry había entrado sólo a recoger los resultados de los análisis, los cuales estuvieron listos apenas un día después de dar las muestras.
Se encontró con la sonrisa tensa de Caitlin y la mirada nerviosa de Cisco, de inmediato supo que algo no estaba bien con su cuerpo. La única fémina de la sala dio paso a la entrega de los análisis, entregando a Barry una carpeta repleta de hojas. Las cuales mostraban el estado de su cuerpo. Barry se mostró confundido, él era un científico, no un médico, no entendía mucho de lo que esas hojas querían mostrarle.
-Caitlin, no entiendo esto, ¿Podrías decirme de una vez qué tengo?- Su voz salió anormalmente encolerizada, incluso él mismo se sorprendió de tal reacción espontanea.
-¿Sabes qué es la gonadotrofina?- Preguntó Caitlin, aún visiblemente tensa, estando más encrespada al dirigirse hacia Barry.
-La hormona del embarazo ¿No?- Replicó Barry, sin entender qué tenía que ver con su condición actual.
-Sí, pues justamente es lo que tienes en abundancia en tu sangre, junto con progesterona, lactógena y - Enunció con rapidez, mordiéndose el labio inferior cuando termino de dictar. Barry escuchó a la perfección, más no entendió en lo absoluto lo que quería manifestar.
-¿Gonadotrofina? ¿Tengo cáncer?- Preguntó exaltado el menor, sintiendo un inmensurable nudo en el estómago, de nuevo sintió ganas de vomitar, a la par de sentir como la sangre abandonaba su rostro.
-¡No! Tienes un… Útero- Está vez fue Cisco quien se dejo escuchar, mostrando sus manos en señal de compostura, invitando al castaño a calmarse.
-¿Útero? ¿Gonadotrofina, progesterona, lactógena? Esas son hormonas del embarazo… - Barry apenas pudo terminar sus palabras, pues inmediatamente captó el mensaje que Caitlin Falló en darle. El nudo en su estómago apretó con más fuerza, y ahora su corazón latía con tanta velocidad que podría salir de su caja torácica- ¡Dime que no es lo que creo que es!- Chilló el castaño, Caitlin no mostró gesto alguno, sólo se inclino de hombros y articuló: “Felicidades” Juntó con una sonrisa ligeramente forzada.
Cisco por su parte se aproximo a Barry (Quien estaba en un claro estado de shock) Brindando unas palmadas en su espalda, casi reconfortantes, él citó un “Felicidades” Sin tapujos y más sincero que el de la científica, para después pintar una radiante sonrisa, que a decir verdad también exhibía cierta preocupación.
-¿Es mal momento para decir que posiblemente son dos?- Inoportunamente, Cisco ignoró el hecho de que el castaño estaba al borde de algún tipo de ataque, y vio el momento perfecto para soltar más información, Caitlin suspiró por la actuación de su amigo. Barry por su parte no pudo evitar romper en lágrimas.
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