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LOS CELOS DE RYOTA por 02akira

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Notas del fanfic:

Este fic es para dar a conocer mas que nada los ganadores del pequeño concurso que hice hace un mes o un poco mas.

 

la pareja principal es MidoKise.

Notas del capitulo:

Creo que comenzare diferentes historias sobre los personajes de la serie de KnB en este fic.

-no lo podía creer, estaba celoso de su tsundere, esto de la universidad, nuevas vivencias, nuevas formas de ver las cosas y nuevas “amistades” en un principio se le hicieron de maravilla al rubio omega, pero ahora que veía a su esposo, si, su esposo, Midorima era su esposo sentado esperando en una cafetería por que llegara su compañera de equipo le estaba matando, estaba en el local de enfrente y ardía en celos, el de lentes le había preguntado si quería ir con él y se negó para no molestarlo o incomodarlo, pero ahora sí que se arrepentía.-

Kise-kun, ¿Por qué estas espiando a Midorima-kun? – pregunto Tetsuya con su típica cara de palito sentado con un batido entre sus pequeñas manos y sentado sobre los muslos de su pareja, el de ojos amatistas solo bostezo aburrido, pensaba que esa sería una cita solo entre su pareja y el, pero grane fue su sorpresa al ser arrastrado a la mesa junto al omega rubio. -

¡Kurokocchi, Murasakibaracci¡, no me asusten de esa forma, ¿desde cuándo están ahí?, ¿Cómo me vieron si vengo disfrazado? -la pareja solo rodo los ojos en clara intención de no creerle nadita al rubio que solo llevaba unos lentes oscuros. –

Se-chin es muy obvio, no creo que tu disfraz sirva de mucho. -dijo con flojera el más alto apoyando su mentón en los cabellos celestes de su omega y comenzó a acariciar sus caderas por debajo de la camisa del menor quien solo se sonrojo un poco y siguió bebiendo de su batido. -

Anda Kise, hazte a un lado. -susurro Kagami que venía con Aomine, ambos con bandeja en mano, genial, ahora la pareja más glotona, no entendía como  o mejor dicho porque Kagamicchi no se cuidaba al ser un omega, pero que más daba, Aominecchi estaba idiota por ese cejas de flecha, se recorrió para que los demás de sentaran y siguieron la plática con un sorprendente Kise muy callado que no dejaba de ver por el rabillo de ojo donde se encontraba su esposo ahora bebiendo una taza de café, amarga como sabia a él le gustaba y le preparaba todas las mañanas, sonriendo un poco por ese pensar y volteo de nuevo su vista a sus amigos, volteando a verlos a todos cuando se dio cuenta que era el centro de atención. –

Disculpen, ¿Qué decían? -sonrió avergonzado a sus amigos quienes lo vieron mal. –

Eres un acosador de mierda, Kise. -soltó Aomine ya sabiendo la situación gracias a Tetsu y Murasakibara, aun así callo al sentir un gran codazo por su pareja, Kagami entendía al rubio idiota, el haría lo mismo si su negro saliera con otro omega que no fuera de su manada, aunque lo pensaría el moreno nunca le había hecho dudar, en ese caso quien viera  a Midorima, tal vez el si, con ese pensar hablo el tigre, ex  as del Serin. –

Acaso Midorima …- no termino de hablar cuando escucho la voz del ex capitán de Rakuza quien venía de la mano con Himuro, el alfa les sonrió chocando su puño con el de ojos amatistas y dejo sentar a Akashi primero y luego el, dejando aún más apretado a Kise en medio de todos. –

Yo no creo que Shintarou te haya dado razón para dudar de él. -soltó Akashi viendo al jaguar rubio, el mismo que negó, genial ahora Akashi lo regañaría, aun que no, nunca había tenido duda de su esposo, pero no podía evitar sentirse nervioso, más que nada ansioso, esto se estaba alargando demasiado y la compañera de su esposo no llegaba, le estaba comenzando a molestar que le dejara plantado, esa boba que se creía a plantar a su esposo, ¿no sabía lo importante que era?, pues mejor para su amoricci, no se ensuciaba de un aroma vulgar, eso pensaba el rubio cuando de nuevo volteo de reojo y ya no vio a su alfa, eso le incomodo más, no le aviso que iba a salir y le ponía más ansioso el que llegara y no le viera, con algo de desespero comenzó a removerse en su lugar intentando salir  de ahí, pero no pudo porque de un lado estaba Murasakibaracci con Kurokocchi y del otro Aominecchi, diablos, estaba poniéndose nervioso y pronto comenzaría a sudar.-

Ryota, estas más inquieto de lo normal, ¿tu celo esta próximo?.- pregunto Akashi alzando un poco la voz para ser escuchado y todos voltearon la vista a Kise, era cierto, olía a celo, debían ser cuidadosos o eso se descontrolaría ya que había muchos alfas sin  emparejar en su entorno, ahora eran tres alfa y tres omegas, tres omegas razonables, seguro que Kise se volvería loco o tal vez no, Midorima siempre estaba a su lado en cada celo desde la secundaria, aun así se pusieron a la defensiva Himuro, Murasakibara y Aomine , no dejarían que tocaran al rubio idiota, era su familia después de todo, mientras los omegas quienes igual fueron recorridos al fondo del sofá donde estos buscaban entre sus bolsos de su pantalón o bolso aparte un  supresor perdido por ahí, pero no, incluso en eso Kise era único, cuando le llegaba su celo era a una fecha distinta a ellos. –

¿acaso buscan estos? -una voz muy conocida por todos y más por el rubio estiro su mano con un bote de píldoras, más concretamente dicho eran supresores, no cualquieras si no los que Kise tomaba, además esa mano y voz  no eran de cualquiera, eran del alfa faltante, quien sonreía de forma ligera pero sincera cuando su vista se cruzó con la de su conyugue, el omega sintió que sus piernas temblaron al ver esa sonrisa y sin batallar se paró en el sofá y se arrojó a los brazos del peliverde ronroneando al frotar su nariz con la mejilla del más alto mientras se aferraba con brazos y piernas a el.-Kise, sabes que no debes salir en estos días, menos sin mí. – las demás alfas asintieron y volvieron a acomodarse mejor mientras el tirador estrena de la Kiseki No Sedai hacia tomar su píldora a su amado pero no le bajo, le daba celos el cómo los estúpidos alfas jóvenes le veían, con una mano le basto para sostenerlo en vilo y descubrir el cuello del rubio, lamiendo así de forma territorial esa marca que le había hecho hace años. -

Midorimacchi, ¿Qué paso con tu cita? -cuestiono el rubio con las mejillas ya sonrojadas por aquella acción y el calor subiendo en su cuerpo, esperaba que el supresor funcionara mínimo hasta que llegaran a su hogar, donde no le daría tregua a su marido. –

La cancelé, le dije que mi esposo me necesitaba y entendió. -el peliverde no podía dejar de sonreír y ahora menos que aquellos ojos dorados no perdían de vista ninguno de sus movimientos, amaba a cada cosa de su esposo y estando entre su manada dispareja dejaba salir ese sentir. -Y no estaba equivocado, de no llegar seguro se hubiera armado en grande, mejor vámonos antes que me dé por arrancar cabezas. -volteo el rostro y observo retador a todos los que se atrevían a ver a su hembra estando el presente, ambos se despidieron de sus amigos, Midorima pago lo consumido por su pareja y en brazos le llevo al auto, cuando Kise entraba en celo nada más que hacerle el amor y el sexo rudo lo calmaban, además que era más perfecto que todas las maravillas del mundo, bueno eso estando en sus días normales, en su celo era el combo perfecto y moría por verlo en estado, pero esperaría sabía que aún no era tiempo para un cachorro.

Cuando estuvieron en la casa de ambos Kise no se hizo de esperar y Midorima mucho menos del rogar, el omega empujo al peliverde a la sala, con fuerza y apenas el nombrado pudo cerrar con seguro la puerta, sintió que le arrebataban las llaves y era arrojadas lejos, Kise las tendría que buscar luego, bueno no, solo porque el igual disfrutaba del celo del menor y mucho, cuando menos se dio cuenta estaba sobre el piso alfombrado de su sala sonriendo  con picardía cuando el rubio peleaba con los botones de su camisa para sacarla y termino gruñéndole a la prenda y bajo a su pantalón haciéndolo tiras con sus garras junto a su ropa interior, Midorima decidió ayudarlo para que su demás ropa o lo que quedaba de ella no sufriera la misma muerte que cada celo representaba, cuando ambos estuvieron desnudos Midorima pudo apreciar de nuevo lo perfecto que era Kise, su costilla como le llamaba de forma “romántica”, se sentó con el omega encima quien frotaba su capullo contra su polla.

Odio tu ropa, ¡siempre usas mucha¡ -renegó el omega  mientras se posaba sobre sus rodillas las cuales estaban alrededor de las ceras del ojo perla y así acomodaba esa gran polla para poder sentirse lleno, el otro no decía nada, su águila le arañaba  por poseerle, tanto así que no soporto y empujo sus caderas para poder entrar rápidamente en el ajeno, el mismo que se había dejado caer sobre esa erección, ambos jadearon y gritaron del más puro placer, Midorima estaba tan grande como siempre y Kise tan cálido y estrecho, pero a ninguno le dolió, eran las maravillas del celo, así de fácil…

 

***************HORAS DESPUES EN LA TINA DE LA FAMILIAR MIDORIMA***************

-Kise estaba más calmado, era de madrugada pero  ambos retomaban fuerzas para la siguiente ronda, en si no era una ducha en toda la palabra, Kise se ponía muy quisquilloso con los olores mientras estaba en su celo, por lo que era agua caliente la que llenaba la tina, Midorima estaba acomodado en esta y Kise estaba sentado  sobre el aun siendo penetrado de la ronda pasada, pero no parecía molestarle al rubio que se abrazaba al cuello del otro mientras lamia la macar que le había hecho hace años, si, el celoso rubio igual había mordido a su esposo desde que eran novios, incluso él lo mordió primero. – deberías usar camisas que dejen ver tu cuello, así sabrán que eres mío. -el mayor rio por eso escuchando un gruñido de su omega quien le encalo las uñas en sus hombros celoso. –

Mejor, primero dime que hacías ahí con los chicos y por qué no me avisaste que saldrías con ellos. - le sonrió al menor, no cambiaba el tema, pero tenía duda y más o menos sabía dónde iba la cosa. –

-el rubio se sonrojo y olvido sus celosos, pero volvió a nombrar lo de la camisa, no debía saber el mayor que lo estaba espiando, pero sabía que el otro estaba al tanto, esa sonrisa y besos que daba detrás de sus orejas peludas le hicieron suspirar solamente por completo vencido, luego de eso entre cerro los ojos sintiendo como sus mejillas de nueva cuenta arder. -

No escondo nada Kise, estamos casados y tu hueles a mí y yo a ti, lo hacemos todos los días, tengo una hembra muy viciosa. –

 

-Con ello, la piel de Kise volvió a erizarse al igual que su cola peluda, se aferró a su esposo y comenzó a dar suaves sentones que pronto se volvieron más y más fuerte sintiendo como el agua entraba a sus entrañas junto a ese gran pedazo de carne que le hacía llegar a la gloria junto a las caricias de su alfa y sus palabras amorosas.

Mientras por su lado Midorima sabía todo, que su esposo le siguió,  que le vigilaba por la ventada del local de enfrente y que pronto entraría en celo y en nada se equivocó y no podía reclamarle, sus celos eran encantadores, de forma retorcida, pero encantadores.-


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