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Elastic Heart por LevitaHatake

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Notas del fanfic:

Ya había subido este fic, pero por tonta, cuando quise borrar y editar un capítulo lo borre por completo -_-

Así que lo resubi, disculpen las molestias

Notas del capitulo:

Acaban de llegar a mi primer intento de fanfic sobre One Piece.
Bien, este fanfic cuenta con una historia diferente a la original (Como casi todos los fanfics xD) y los protagonistas de la historia serán Trafalgar Law, Donquixote Doflamingo y su hermano Rosinante, más bien conocido como Corazon.
Esta historia tendrá escenas yaoi lemon, así que si no eres adepta a leer esa clase de escenas, te recomiendo que no lo leas
(O te brinques esas partes rápido)

Espero que les guste, no tengo mucha experiencia escribiendo con One Piece, por eso me atreveré a decir que tal vez este fic vaya a ser un poco corto... Igual este es el primer capítulo.
Sin más que decir, traten de disfrutar el capítulo

Un hombre rubio con una gran sonrisa maquillada sonreía espléndidamente.

"¡CORA-SAN…!"

Un niño lloraba desconsoladamente mientras un hombre rubio con gafas lo llevaba en brazos a la fuerza.

"¡CORA-SAN…!" "¡CORA-SAN…!"

Y Trafalgar Law despertó. Su frente estaba bañada en sudor, su cuerpo se sentía tenso, su respiración estaba totalmente agitada. Tenía la misma pesadilla desde aquel incidente… Solamente podía descansar de ello cuando las pesadillas de la ciudad blanca aparecían de repente.

Law salió de la cama y, como todas las mañanas, trato de regular su respiración mientras se colocaba una bata, era también una costumbre que despertara completamente desnudo gracias al hombre con el que compartía la cama.
Doflamingo estaba dormido aún. Law le dedico una gélida mirada. Rápidamente se dirigió hacia el baño para ducharse.

Se despojó de su bata dejándola caer al piso, entro a la regadera y dejo el agua caliente caer sobre su espalda durante un par de minutos.
La piel de Law se irritaba cada vez que tomaba un baño después de haber estado con Doflamingo, la fuerza que aplicaba a la esponja era ridícula. Le resultaba absurdo e infantil tratar de borrar la asquerosa sensación del tacto de Doflamingo con tan solo jabón y agua, pero, aun así, no dejaría de hacerlo mientras tuviera que seguir durmiendo junto a él. Probablemente esta noche sería igual, la mañana siguiente sería igual…

-¿Quieres salir a cenar esta noche pequeño Law?

Doflamingo había entrado al baño completamente desnudo. Law cerró la llave e inmediatamente se dispuso a salir de la regadera. Con mucha prisa agarró la toalla que tenía colgada en la puerta de la regadera y cubrió su cadera.

-Espera…-y Doflamingo soltó su suave risa mientras jalaba la toalla de Law y lo dejaba al descubierto-. Me encanta esa mirada de niño fastidiado-dijo mientras levantaba la barbilla del muchacho para verle directamente a los ojos.

-¿Acaso crees que puedo salir de aquí sin secarme, estúpido?-reclamó el joven moreno mientras jalaba de vuelta la toalla y volvía a envolverse con esta.

-Fufufufu… Ya vete mocoso-y Doflamingo le sacudió el cabello y se dispuso a entrar en la regadera.

Law lo miro con recelo mientras secaba el resto de su cuerpo. Luego se dirigió hacia el gran tocador que ahí se encontraba, en el cual Doflamingo disponía de muchas botellas de perfumes, lociones, cremas y productos para el cabello.
El joven miro con detenimiento su rostro; cada vez que se miraba al espejo recordaba las manchas color blanco que alguna vez existieron sobre su piel… Un leve escalofrío recorría su ser cada vez que lo pensaba.

-Puedes irte a donde quieras-dijo Doflamingo antes de que Law saliera de la estancia-. Yo me encargo de ir por ti.

-Como sea…

Después de vestirse el muchacho se dispuso a salir rápidamente del palacio. Law vestía los mismos pantalones de mezclilla que llevaba a diario y una camisa de manga larga color negro; hace algunos años Doflamingo le había obsequiado un guardarropa completo pero Law lo rechazo inmediatamente.

Cuando el muchacho estaba a punto de salir del palacio Baby 5 le había intentado detener para que desayunara con el resto de la familia pero, como de costumbre, Law evitaba convivir con ellos en la medida que fuera posible.
Y el joven Trafalgar Law se encontró en las pintorescas calles de Dressrosa en unos minutos más.

Vagar sin rumbo era el único escape que tenía en esa realidad tan bizarra que vivía bajo el techo de Doflamingo…
Fue a desayunar al mismo restaurante al que acostumbraba ir cuando tenía sus paseos por la ciudad. Todo el personal sabía perfectamente quien era y por esa razón siempre era atendido como si se tratara del mismísimo Doflamingo.

Era algo que le fastidiaba bastante, pero no podía arreglarlo…

La primera y única vez que pidió que no se le tratara diferente solo por ser de la familia real resulto en un completo desastre: Doflamingo termino enterándose gracias a un contacto de Diamante y todos los empleados involucrados fueron desaparecidos.

Siempre sentado en la mesa más apartada… Se dedicaba a mirar de reojo a los demás comensales que también por momentos breves volteaban a verlo: Las mujeres con sus miradas de avidez y siempre murmurando sobre su atractivo, los hombres mirándolo con cierta mezcla de envidia y respeto por ser parte de la familia del rey Doflamingo.

-Señor Law, ¿Puedo ofrecerle algo más?-pregunto el mesero al ver su plato y vaso vacíos.

-No-contesto secamente-. Aquí tienes-dejo el dinero exacto sobre la mesa y se marchó del lugar.

Ahora se dedicaría a dar una vuelta por toda la isla, se quedaría un par de horas en alguna zona periférica y se sentaría a observar el mar y luego regresaría a la ciudad para ir a beber algo antes de regresar a la pesadilla junto con Doflamingo.

-Joven amo, ¿A dónde ira esta noche?-pregunto una pequeña niña de cabello turquesa que sostenía una uva en cada punta de sus dedos. Comió una uva y después volvió a prestarle atención a Doflamingo quien se ajustaba una corbata color rosa.

-Tengo un compromiso especial Sugar...

-Hace mucho que no lo veía con ese tipo de ropa-observo Sugar con curiosidad mirándolo de arriba abajo.

El hombre se había puesto un traje negro, con corbata a juego con su abrigo de plumas. Sus zapatos relucían y emanaba de él un discreto y elegante aroma. Como era costumbre, no se quitaba sus gafas.
En efecto, Sugar tenía razón, desde hace ya varios años no vestía ropa tan formal y tan cubierta.

-¿Aún me veo bien Sugar?-pregunto Doflamingo mirándose al espejo. Definitivamente los años habían pasado, su rostro ya no era tan terso como antes. Y su cabello era tan escaso comparado con sus viejos y abundantes mechones rubios que podían estilizarse sin problema…

Doflamingo esbozo una fugaz mueca de desagrado.

-Claro que luce bien joven amo-respondió Sugar calmadamente. Comió otra uva de la punta de su dedo índice.

-¡Joven amo! ¡Qué bien se ve!-exclamaron Jola y Baby 5 al unísono al entrar en la estancia.

Doflamingo volteo a verlas y su sonrisa arrogante volvió en un instante.

-Muy bien… Baby, lleva a Sugar a su habitación-ordeno Doflamingo mientras se ajustaba de nuevo la corbata, Baby 5 asintió con la é tarde, así que si algo ocurre solo llámenme-añadió en tono más serio.

Y el hombre se dirigió hacia la ventana más cercana, la abrió de par en par y salió dando un salto al vacío.

Law caminaba de regreso a la ciudad.

"Cora-san… Lo siento…" decía una y otra vez en su mente cada vez que iba de regreso hacia el terror de Doflamingo. Había estado horas mirando el horizonte del mar con la cabeza llena de recuerdos y remordimientos.

Alzó su miraba y se detuvo en seco. Doflamingo había llegado ante él. Observo la ropa que vestía… Cerró los ojos fugazmente tratando de reprimir la ráfaga de recuerdos que le venían a la mente al solo ver ese estilo de ropa en él.

-¿Qué te ocurre pequeño Law?-pregunto el rubio riendo un poco.

-¿Qué se supone que debo de decir al verte con esa estúpida ropa?-inquirió Law recuperando la compostura y esbozando una leve sonrisa despectiva en un intento de no verse perturbado.

-Fufufufu… Oh mocoso, me rompes el corazón-soltó Doflamingo burlonamente mientras se acercaba al joven y le rodeaba los hombros con su brazo derecho.

Law intento apartarse de inmediato.

-¿No crees que ya estas demasiado viejo para intentar ser atractivo?-declaro el muchacho mientras lograba apartarse de Doflamingo

-Tienes razón… Mejor te dejo ese trabajo a ti mocoso. Bien, vámonos.

-¿Acaso planeaste una ridícula cita? ¿En serio?-replico Law quedándose en su sitio, dedicándole una mirada gélida a Doflamingo.

-¿Acaso te vas a rehusar a venir conmigo si es así?

Hubo un silencio tenso, ambos se miraban directamente a los ojos, Law tenía su entrecejo demasiado marcado por el enojo.

-Law… Deja de perder el tiempo y muévete-dijo Doflamingo finalmente apartando la mirada del muchacho.

El muchacho cerró su puño derecho con fuerza. Y finalmente siguió a Doflamingo, siempre a un par de pasos de distancia detrás de él.

Unos minutos después Law y Doflamingo se encontraban en el restaurante más ostentoso de todo Dressrosa. Se encontraban en una terraza en donde se tenía una espectacular vista de la ciudad y del mar que ahora estaba iluminado por el brillo de Luna.
Law se encontraba con los brazos cruzados, dirigiendo su mirada hacia la panorámica de la ciudad. Doflamingo lo miraba con avidez, sonreía con una gran satisfacción.

-Una botella de nuestro mejor vino señor Doflamingo...

-Tráigame un vaso de té-dijo Law al mesero ignorando el hecho de que habían traído el licor.

-¿No vas a beber conmigo pequeño Law?

-No te preocupes… Para el final de esta estúpida cena ya deberé estar ebrio-dijo Law con calma sin voltearlo a ver.

-¿Qué planeas eh?

-Teniendo en cuenta toda las "molestias" que te tomaste esta noche, no puedo imaginar lo que se te ocurrirá hacer después de que lleguemos al palacio-contesto el joven moreno rompiendo su posición de brazos cruzados para apoyarlos sobre la mesa mientras por fin dirigía sus ojos color gris hacia Doflamingo.

-Fufufufu… ¿Y es por eso que quieres estar ebrio mocoso?

Law ya no respondió.

-Su té, señor-y Law agarro el delgado y largo vaso inmediatamente y dio un profundo sorbo.

-¿Desea ordenar ya, señor Doflamingo?

-Ordena lo que sea-dijo Law poniéndose de pie-. Voy al baño...

Y el joven fue a librarse unos instantes de esa fastidiosa situación. Cuando llego al tocador se mantuvo frente a los lavamanos durante unos 5 minutos, mirándose fijamente. ¿Cuántas situaciones fastidiosas tendría que soportar esta noche? Doflamingo sabía perfectamente que llevarlo consigo a un lugar público y tratarlo como su objeto en frente de otros era una cosa intolerable para él…

Y despertó de su frustración por un tremendo ruido provocado por un individuo que entro en el lugar. Era un simple mesero que había caído y término chocando contra una pared. Law lo miro rápidamente, sin tomarle importancia, y salió del baño.

-Tardaste mucho…

-¿Qué? ¿Ahora no puedo ir a refrescarme ni siquiera?-replico Law muchacho mirándolo con desagrado.

Y así paso la cena… Al final Law había comido muy poco y Doflamingo había tenido un sinfín de detalles con él: Había llevado enormes ramos de rosas rojas, le había regalado un par de pendientes de diamante y le había confesado que próximamente tendría su propia habitación. Claro, nada de eso tenía significado para Law, más bien… Solo significaban un verdadero insulto, una manera burda y barata de comprar un gramo de respeto. Trafalgar Law nunca le tendría respeto… Si estaba con él, si seguía junto a él, solo era por una razón… Por la pequeña esperanza de volver a ver a Corazón.

Por la pequeña esperanza de algún día poder llegar a tener el poder suficiente para matar a Doflamingo.

-He pensado en hacer que te quites esos estúpidos tatuajes Law-dijo de pronto Doflamingo quien en ese momento sostenía una copa de vino en su mano derecha.

-Me tendrás que arrancar la piel… O matarme, tú decides-contesto el muchacho sin titubeos.

-Sabemos que hay…

-No lo permitiré, las únicas dos opciones que tienes ya las mencione, así que… Tú decides-había una total convicción en las palabras de Law. Esos tatuajes eran lo único con significado que poseía en este mundo. Sus demás posesiones daban igual.

Doflamingo, por primera vez en toda la noche, borro su sonrisa y la remplazo por una mueca de seria molestia.

-Te daré una semana para que lo recapacites-dictó el hombre rubio con la misma firmeza que había usado Law.

El muchacho ya no dijo nada. Se limitó a guardar silencio y a servirse la primera copa de vino de la noche. Doflamingo recupero su sonrisa al ver que Law había empezado a beber.

-Me emociona mucho verte así… Al menos sabes cómo quitar el mal humor que me causas mocoso-y Doflamingo ordeno 2 botellas más.

Pasaron unos 30 minutos más y Law apenas había empezado a sentirse un poco mareado.

-Tráigame una botella de sake-ordeno el joven de cabello negro al comprender que el vino no le sería suficiente para perder la conciencia.

-Quiero que estés consciente para cuando regresemos...-dijo Doflamingo con un tono más serio, había empezado a tomar como ofensa el hecho de que Law se quisiera embriagar para ignorar lo más posible su próximo encuentro.

-Bien por ti…-y Law dio el ultimo sorbo de vino que le quedaba.

Doflamingo arrugo el entrecejo. Le molestaba tanto la actitud tan altanera de Law… Pero era esa actitud la que le atraía tanto. No podía hacer nada más que sucumbir a las pocas peticiones y protestas que el muchacho le imponía con tanta convicción.

Al final de la noche Law había logrado, a medias, su objetivo. Estaba mareado, sí, pero aún estaba algo consciente. Aún sentía y razonaba un poco.

-¿A dónde vas?-inquirió Doflamingo.

La cena ya había terminado y estaban a punto de irse.

-Iré al baño…-contesto débilmente Law.

-Iré contigo…

-No, déjame solo-y lo detuvo colocando su mano derecha sobre su pecho y mirándolo con una mirada profunda y seria. Era esa mirada que le encantaba a Doflamingo.

-Está bien, date prisa.

Y Law fue de nuevo hacia el tocador, sentía que los mareos se intensificaban. Cuando por fin termino sus asuntos y fue a lavarse las manos choco contra un mesero que entraba en la estancia con un montón de toallas.
Law había caído al suelo debido a su equilibrio tan trastornado por el alcohol.

-¡Discúlpeme! ¡Lo siento mucho, en serio!-exclamo el empleado sumamente alarmado mientras se ponía de cuclillas para ayudar a Law a levantarse.

-Tenga más cuida…-y Law se quedó boquiabierto.

El empleado era un hombre rubio, un hombre maduro, tal vez un par de años más joven que Doflamingo. Su rostro casi le había provocado un desmayo.

-Cora-san…

El empleado enmudeció mientras lo miraba con asombro.

-No… No puede ser…-murmuraba Law sin dejar de verlo, su voz se había quebrado debido a la conmoción, era demasiado para él-. Debo de estar demasiado ebrio…

El hombre levanto a Law y, sin darle tiempo de que recobrara la razón, salió del baño.

-¡Espera…!-exclamo Law con desesperación corriendo tras él. Pero al salir hacia el comedor ya no pudo encontrarlo. Fue rápidamente hacia las cocinas, hacia la parte de atrás del restaurante y de nuevo hacia la recepción.

Esa cara… No llevaba maquillaje, pero eso era lo de menos, era capaz de recordar el rostro de Corazón sin rastro del labial que solía usar...

"No… Cora-san no puede estar aquí…" refuto Law mentalmente desesperado y tratando de no perder la razón. Los ojos se le habían comenzado a humedecer. Su respiración estaba más agitada que nunca, su corazón latía con fuerza y rapidez.

-¡Law! ¡¿Qué rayos te ocurre?!-inquirió Doflamingo deteniéndolo con la habilidad de su Ito Ito no mi.

Law se retorcía inútilmente. Tenía que dar con ese hombre… No sabía ni siquiera si era el verdadero Corazón, pero el ver de nuevo ese rostro y poder confirmarlo le era suficiente esperanza, una esperanza demasiado cruel, pero aun así estaba dispuesto a seguirle la pista...

-¿¡Qué te pasa!?-pregunto Doflamingo sacudiéndolo en el aire; estaba llamando la atención de todos alrededor. Eso era lo que menos le importaba, al fin y al cabo, nadie podía juzgar al rey de Dressrosa.

"¡Cora-san…! No puedes ser tú… No…No, es imposible…"

-Bien… Has bebido demasiado, es hora de irnos-y usando de nuevo su habilidad aseguro a Law y lo llevo en brazos. Y finalmente se fueron del restaurante.

Un hombre rubio intentaba parar las gruesas lágrimas que caían sobre sus mejillas. Donquixote Rocinante apretaba los dientes con fuerza tratando, inútilmente, de parar el llanto. Se encontraba en un misero callejon oscuro y lleno de botes de basura de varios comercios.

Law le había reconocido después de tanto… Había crecido tanto…

*Puru Puru Puru*

-¿Estás bien Rocinante?

-Claro que sí...-contesto el hombre absorbiendo la mucosa que había salido debido a su llanto-. Acabo de verlo...

-Lo siento Rocinante pero esto es demasiado…

-Lo sé, pero ya no puedo alargarlo más. Lo siento señor, por ahora déjeme reparar esto.

-Muy bien, pero cualquier problema que surja ya no será responsabilidad de…

-Sí, lo entiendo. No se preocupe, muchas gracias. Ya hizo bastante por mí.

-Solo cuídate por favor, esta vez no estoy seguro si alguien podrá ir a tu auxilio si algo grave te pasa…

-Créame… Estaré bien.

Y la llamada termino.

-Bien pequeño Law…-Doflamingo arrojo al muchacho a una enorme cama con forma de corazón- ¿Por fin me dirás que paso contigo hace rato?

Habían llegado al hotel más lujoso de la ciudad. Doflamingo poseía un piso completo de este. La habitación en donde estaban era una especie de suite que prácticamente lucía como un lujoso departamento, a un par de pasos de distancia de la cama se encontraba un gran jacuzzi. La iluminación de la estancia era de un tenue color rosa. Doflamingo había decorado todo a su tremendo gusto.
Law respiraba alteradamente, miraba a Doflamingo con impaciencia. Sentía que su corazón iba a salirse de tanta conmoción.

-Dime… ¿Dónde está Cora-san?-pregunto detenidamente, tratando de contener una obvia y terrible ira. Su mirada fulminaba a Doflamingo…

Este último, por su parte, enfureció en silencio. Las venas de su frente se remarcaron… Pero a pesar de su inmensa molestia contesto con toda la calma posible:

-Te lo dije hace años… El sigue vivo y es todo lo que tienes que saber.

-¡¿DÓNDE ESTÁ!?-inquirió Law ya fuera de control yéndose contra el hombre rubio.

Doflamingo no hizo nada para detener a Law, dejo que lo tumbara hacia el suelo.

Law lo miraba con rabia, rodeo el cuello del hombre con sus manos y apretó con fuerza.

Doflamingo miraba fijamente al muchacho. Segundos después Doflamingo aparto a Law como si nada y de nuevo lo arrojo a la cama.

Law se encontraba temblando de rabia, su pecho subía y bajaba sin parar, sus ojos no dejaban de mirar a Doflamingo con un intenso odio. Doflamingo utilizo su habilidad para someterlo contra la cama. Se colocó encima de él lentamente.

-Escúchame bien Law…-susurró a su oído-. Si vuelves a cuestionarme de esta manera… Te juro que verás a Corazón hecho pedazos en la puerta del palacio.

Law sintió un vuelco en su pecho. La sangre se le helo… Su agitada respiración se detuvo para volver a la normalidad lo antes posible-. Bien parece que ya has vuelto a la normalidad-observo el hombre de las gafas mientras se incorporaba y aflojaba la corbata.
Law trataba de recobrar la calma, tenía que hacerlo… Por él.

-Quítate la ropa-ordeno Doflamingo aún sin recobrar su sonrisa.

Law acato la orden. Ya no sentía ganas de protestar más… No después de tener una ligera ilusión de que Corazón estuviera cerca, tal vez más cerca de lo que pensaba…
Aunque no le constaba que ese mesero hubiera sido el verdadero; tal vez la vida le arruinaría una vez más sus esperanzas de tener felicidad de nuevo y al final ese hombre solo se pareciera a Cora-san.

Doflamingo se abalanzo sobre Law y empezó a besar su cuello, dándole pequeños mordiscos y dejándole marcas rojizas. Law solo se limitaba a cerrar los ojos y a ignorar lo más posible cualquier sensación.

Las manos de Doflamingo estaban deslizándose por sus brazos, luego pasaron hacia sus muslos… Pronto la boca del shichibukai bajo hacia el abdomen bajo de Law. Doflamingo ignoraba completamente el pecho del muchacho; no quería toparse de cerca con el tatuaje que el joven se había hecho en honor a su hermano.

-Bien…-y Doflamingo se detuvo para levantarse de nuevo y quitarse la ropa. Cuando estaba a punto de quitarse el pantalón llamo a Law-. Ven aquí…

Doflamingo saco su miembro que ya estaba más que erecto y lo dirigió hacia la boca de Law, frotándolo contra sus labios- ¿Qué esperas mocoso…?

Law abrió la boca automáticamente y empezó con su trabajo.

Mientras tanto en el palacio de Dressrosa…

-¿Y dónde está Doffy eh?

-El joven amo dijo que volvería tarde-le dijo Baby 5 a Diamante mientras le pasaba un plato.

La familia Donquixote se encontraba en su clásico buffet nocturno.

-Uhm ya es tarde… Es raro…

-¿Raro?-soltó Baby-¿Por qué?

-No me lo menciono…

-O sea que… ¡El joven amo me dijo algo antes que a ti!-soltó la muchacha sonriendo con extrema alegría, llevándose las manos hacia las mejillas, dejando caer la botella de leche que había tomado.

-¡¿Qué…!? Jola, ¿tú sabías algo de esto?-pregunto Diamante algo molesto al ver que la señora se reía.

-Oh si, el joven amo estaba con nosotras cuando salió-le dijo la mujer mientras se servía un plato de frutas-. Solo comento eso, no remarco que era un asunto de importancia así que… Deja de llorar.

-¿Quién está llorando?-replico el hombre de largas piernas.

-¡Kyah…! ¿Dónde está el cereal de colores que me gusta tanto?-pregunto Dellinger poniéndose entre Jola y Diamante.

-Aquí tienes…-Baby 5 se lo había pasado.

-¿Y dónde está el adorable Law?-pregunto Jola al notar que las bolas de arroz, que sol se preparaban para él, estaban intactas.

-Tal vez este con el joven amo-dijo Baby 5 quien finalmente había dejado de servirle a los demás y ahora servía su propio plato.

-Ese niño siempre causándole problemas a Doffy… Me pregunto en que se habrá metido hoy como para que se tarden tanto.

Y Doflamingo embestía con fuerza a Law, entraba y salía con violencia de su cuerpo.

El muchacho se encontraba contra una pared y Doflamingo a su espalda con las manos apoyadas en la pared.

Law cerraba los ojos con fuerza a partir de ese punto. Ya le era muy difícil ignorar las sensaciones de dolor y algunas leves oleadas de placer físico que llegaban a aparecer. Trataba de no emitir ninguna clase de gemido que animará a Doflamingo.

-¿Qué tal se siente hoy pequeño Law?-pregunto mientras se hundía más en el interior del joven-. Contéstame…

-Solo… Sigue…-se limitó a responder con un hilo de voz.

Doflamingo sonrió con ánimo. Lo único que Law deseaba era que ya terminara y cayera rendido ante el cansancio y sueño. De pronto Doflamingo salió de él y lo coloco sobre la cama, boca abajo, para después colocarse sobre él de manera en que pudiera susurrarle al oído.

-Dime Law… ¿Tanto amas a mi querido hermano?-pregunto detenidamente cambiando su tono de voz a uno más lúgubre y perverso.

Los ojos de Law se abrieron después de estar cerrados durante todo el tiempo en que Doflamingo se dedicó a jugar con él. Su cuerpo comenzó a temblar, trato de disimularlo pero apenas lo logró-¿Tanto te humillas por él…?-y Doflamingo se apartó de su oído para acomodarse y volver a entrar a él y, cuando estaba a punto de entrar, volvió a hablar, esta vez en voz alta y clara-. Dime Law… ¿Piensas en él cuando te la estoy metiendo?

-Bastardo…

Y Doflamingo borro la sonrisa de su rostro. Esa había sido una respuesta positiva para él.

-Nunca… Permitiré que lo hagas con él…-jadeo Doflamingo empezando a entrar en Law-. Nunca.

-Te equivocas…-murmuró Law y Doflamingo se detuvo-. Él no es como tú…

-¿Qué…?

-No es la misma clase de enfermo que tú... Nunca haría algo así-dijo Law con toda la firmeza que podía.

-Pero tú sí… -dijo el rubio con desprecio-.Y por eso… Nunca volverás a verlo. ¿O estoy equivocado?

Law ya no respondió. Doflamingo aumento la fuerza de sus embestidas. Golpeaba el trasero de Law con tanta fuerza al punto de dejarle marcas.

-Vamos Law… Ven aquí…-y una vez más el rubio salió del cuerpo del muchacho.

Y Doflamingo, usando su habilidad, levanto a Law y lo atrajo hacia él, poniéndolo a la altura de su rostro.

-Mírate mocoso… Pensé que crecerías un poco en todos estos años-le dijo Doflamingo en un intento de hablarle con ternura-. Aún me pareces igual de pequeño que cuando viniste a mí.

Law lo miro gélidamente. Se arrepentía tanto de haber cometido esa estupidez…

Pero si no fuera haber sido por esa estupidez no hubiera conocido nunca a Cora-san. Ese era su dilema. Nunca sabría cómo sentirse al respecto.

Doflamingo levanto un poco la barbilla de Law y acerco lentamente sus labios a los del muchacho, deteniéndose cuando ya solo quedaban centímetros de distancia.

-Eres solo mío… Quiero que lo entiendas… Eres mío-murmuro Doflamingo con un tono que mezclaba bizarramente la pasión, la amenaza y la ternura.

Y beso delicadamente al joven. La escena era tan extraña…

Law se encontraba sostenido en el aire por los poderes de Doflamingo, la diferencia de altura era ridícula, los 3 metros de altura del shichibukai eran demasiado para el 1.91 del muchacho. Era la única manera en que el rey de Dressrosa conseguía que Law se acercase a su rostro.
Los delicados besos de Doflamingo no duraron mucho, pronto se encontraron transformados en besos tórridos, en excusas vulgares para tallar su lengua contra la de Law y después frotar con avidez y fuerza sus labios contra los del muchacho.

Law había vuelto a cerrar los ojos fuertemente, ahora sintiendo el tremendo asco que le provocaba ser besado por Doflamingo.

-Abre los ojos Law…

-¿Qué ganas con ello?-terció el muchacho-. Toda esta noche has tratado inútilmente de cambiar tus tratos hacia mí… No funcionó, no funcionará. ¿Qué tratas de hacer?

La mueca de disgusto apareció de nuevo en el rostro del shichibukai.

-¿Piensas que con este patético intento de ser más atento a la hora de hacer tus porquerías ganaras algo de mi afecto?-continuo Law empezando a olvidarse de tener cuidado con sus palabras.

Y la cara del joven fue golpeada tan duramente que resulto extraño que su mandíbula no saliera dañada.

-Doflamingo…

Y el mencionado se sobresaltó levemente al oír su nombre. Law nunca se había referido a él por su nombre.

-Mátame o termina por esta noche...

Doflamingo lo dejo caer al suelo sin cuidado. Ya estaba demasiado furioso como para seguir. Pero no podía dejarlo así…

-Bien, terminemos con esto-dicto Doflamingo mientras tomaba violentamente a Law por el cabello y lo colocaba de manera que su rostro estuviera justo enfrente de su miembro. Doflamingo empezó a frotarlo enérgicamente con su mano derecha, con toda la conmoción había perdido su firmeza-. Ni te atrevas a cerrar los ojos de nuevo…

Law acato la orden. Su mirada vacía y sin emoción estaba fijada en la masturbación del shichibukai. Los gemidos de Doflamingo se hicieron presentes y aumentaron su intensidad… Ya estaba cerca del final.

-Levanta la cara-ordeno Doflamingo mientras aplicaba más velocidad a su estimulación. Apunto su miembro hacia la cara del muchacho y en cuestión de un par de minutos el rostro de Law se empapo de semen.

En cuanto Doflamingo recupero el aliento se detuvo a contemplar el rostro de Law, observo esa mirada llena de odio y frustración, aún con toda la porquería que Law traía en su rostro no era capaz de dejar atrás esa mirada desafiante… Por ello, de nuevo, Law recibió otro fuerte golpe en su rostro.

El muchacho termino en el suelo; Doflamingo lo miró con terrible frustración… Quería dispararle de una buena vez.

-Puedes quedarte a dormir aquí si quieres-dijo Doflamingo mientras se disponía a vestirse y cuando estaba a punto de salir de la habitación agregó:-Mañana en la mañana vendré a buscarte…

Law se mantuvo en el suelo, sin responder nada. Y finalmente Doflamingo se fue.

El muchacho se puso de pie con cuidado y se dirigió hacia el baño para limpiar su cara, la frotaría con tanta fuerza que temió arrancarse parte de la piel. Evito verse al espejo, sentía un terrible asco. Su cara no había sido víctima de algo así hasta hoy.
El sueño ya estaba invadiendo su ser. No dormiría en esa cama, solo tomo una almohada y decidió que dormiría sobre la alfombra que cubría todo el piso de la estancia.

Antes de acostarse se dirigió al balcón que ahí había, necesitaba tomar un poco de aire fresco.

Apoyó los brazos contra el barandal del balcón y miro detenidamente hacia abajo, poniendo especial atención en la concentración de comercios, restaurantes y bares de la ciudad…

Quería saltar de ahí y correr por todos esos lugares, buscar sin descanso a ese hombre, confirmar de una vez por todas y ver logradas o rotas sus esperanzas.

-Cora san…


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