PROLOGO
Miraba el semáforo esperando que cambiara, en eso miro a las personas cruzar la calle, en ello había una hermosa joven de cabello castaños caminaba su mirada se fijó en mí, y si era hermosa. En eso cambia el semáforo piso acelador, pero no tanto como ella. Rebaso autos y llego a mi destino. Estaciono mi motocicleta, camino hasta la casa toco la puerta, y la encuentro sin seguro, yo se que lo hace para que yo entre. Ingreso a la casa me dirijo a su habitación no es por ser atrevido pero ella vive sola.
Y la encuentro colocándose unos aretes, tan hermosa como siempre. Me mira y da esa sonrisa que me derrito, le devuelvo la sonrisa. Me acerco donde ella.
- Hola, Nany – dije dando un beso en la coronilla. – Gi – dijo sonriéndome. La beso dulcemente pero ella rompe el beso, la miro pero sus ojos están lleno de lágrimas. – ¿Qué pasa amor? – pregunte. Ella evita mi mirada. – lo siento – contesto. - ¿lo siento? – pregunte. Nos miramos y mi cabeza comenzó imaginarse cosas que nunca pensé que me podría suceder. – no me digas que, es lo que pienso, dime – digo molesta. – lo siento, no sé cómo paso, cuando ya me vi, estábamos desnudo en la cama – dijo llorando.
Mi mundo se derrumbó, y un dolor tan fuerte aprecio en mi pecho. – y que quieres que hago con tu lo siento, AH dime – dije molesta. Me aleje de ella. – yo lo siento – contesto. La miro y en mi mente pasa todos los momentos que pasamos juntos, eso te amo, todo se fue a la mierda. Me trago mis lágrimas. Me acerco a ella, se puso tensa. El agarro los brazos pero suave, nunca podría lastimarla, y miro aquellos ojos que para mí era lo más hermosos del mundo, miro esos labios aquello que sentí lo más dulce de la vida. Ella era mi todo, la amaba para mi ella era mi mundo, ahora solo queda un simple lo siento y un vacío.
Salí de ahí, me monto en la moto, y acelero, no escucho nada, ni veo los semáforo, solo siento mis lágrimas caer, acelero más. Hasta que veo un carro venir hacia mí, freno haciendo que la llanta marce el pavimento. Me trato de tranquilizar. Lo consigo y busco mi teléfono en mi bolsillo y lo cogí y marco a mi mejor amiga.
- Que hay pelada – dijo Erika. – tenemos un corazón roto – dije amargamente. – ya voy a tu casa – dijo ella y colgó.
En el otro lado de la ciudad
- Hola – dije
- hola – contesto
- ¿Cómo estás? – pregunte
- tenemos que hablar – dijo serio
- claro, dime – dije
- Terminamos, siento que no pones empeño en nuestra relación, es como no te importara, siempre te busco y pero tu nada, si no fuera por mí no nos viéramos, estas más dedicada a tu carrera que a mí. Lo siento pero esto se acabó – dijo
Hubo un silencio, solo suspire
- Si es lo que sientes y quieres lo acepto – dije
- Ves, no te importo, perdí mi tiempo - dijo molesto. Esas palabras hizo que mi pecho doliera. Colgó después.
Aquí va otra vez, es la segunda vez que me termina y por la misma razón. Se nota que no estoy destinada para amar, o será que no ha llegado la persona correcta. Suspiro, borro esos pensamientos y me pongo a estudiar. Miro a la ventana y veo que una moto casi se choca con un carro, miro al conductor de la moto pero no sé, en mi corazón sale un sentimiento de protección. Llama a alguien y se va, lo veo perder en la carretera.
- Un día como cualquiera, hay un corazón roto y mientras que el otro solo se esconde para no salir herido - susurro mirando el cielo tan hermoso.