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Roto (BL) por Jeffrey024

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Notas del fanfic:

La mayoria de los capitulos no sobrepasan las 2 mil palabras, los capitulos son mas bien cortos y concisos. Se me hace mas comodo y agradable de esa manera.

Notas del capitulo:

Este es el primer capitulo (Duh) es mas bien introductorio y contiene mucha informacion, no se mareen(?)

Se supone que los cumpleaños son una fecha importante, como Navidad o Hallowen. Hay pastél, globos y risas. Canciones acompañadas de aplausos y juguetes o similares envueltos en muchos papeles de colores y abarrotado de cinta adhesiva. Hoy, yo cumplía 17, no es una edad muy especial como los "Dulces 16s" para las mujeres o los 18 para los hombres. Yo, lógicamente no quería juguetes. En realidad no quería nada material. Lo que en verdad me gustaría era salir de aquí. No, no me malentiendan, no del mundo o de mi casa. Yo quería y apreciaba mucho a mis padres, y aunque les cause infinidad de problemas, se que ellos también me tienen afecto. Y no voy a auto compadecerme con respecto a que mi vida es horrible por que no lo es. Creó que no estaría mal empezar desde el principio para comprender mejor la situación en la que estoy envuelto.


Mi madre tuvo su primogénito a los 14 años junto con mi padre de 16 años. Sus padres no aceptaron ese acto de inmadurez e intentaron separarlos por todos los medios y darme a mi en adopción, o tirarme en una sanja, lo que surgiera primero. Ellos se vieron obligados a huir de su hogar, ya que separarse no era una opción, y ellos no dejarían que nadie me hiciera daño. Mi padre comenzó a trabajar en una tienda de zapatos y objetos de temática deportiva mientras mi madre se ocupaba de mi y terminaba sus estudios. Su hermano, que por suerte nunca se opuso a la relación de mis padres, les pagaba la renta de un pequeño departamento y ellos vivían felices, luchando para seguir adelante.


Al cabo de tres años todo marchaba perfectamente. Con el dinero que ahorraron mis padres pudieron comprar una casa, algo pequeña pero acogedora y funcional. Mi madre termino sus estudios con honores y consiguió un trabajo en una prestigiosa concesionaria y mi padre se volvió el dueño de la tienda en la que trabajaba y varias sucursales mas.


Cuando cumplí los cuatro años me desmayé en mi fiesta de cumpleaños, y mis padres con 18 y 20 años, sin saber lo que me ocurría recurrieron a un doctor recomendado por un colega de mi madre, el cual me diagnostico que sufría de una rara enfermedad. En resumen tenia un tumor en el estómago, mis padres horrorizados aumentaron sus horas de trabajo y trabajos en si, y cada medio o un año nos mudábamos a otras ciudades por mejores médicos y una leve esperanza de que me recuperase.


Sin embargo con la infinidad de medicamentos que tomaba mis esperanzas fueron disminuyendo mientras todos creían que aumentaban. Y una semana antes de mi cumpleaños numero diecisiete me volví a desmayar. Ya en el consultorio del supuesto mejor doctor de todo el país, me desperté del coma inducido y pude escuchar todo, que los diagnósticos estaban mal que lo que me había ocurrido fue a causa de que ingerí algo un tanto mas solido que un alimento normal y que por diversos factores el doctor se confundió, o ni siquiera tenía ese título. Y por culpa de su diagnostico y de la mediocridad de los demás médicos ni pensaron en hacerme otra prueba solamente me medicaron y eso era todo, gracias a todos esos estúpidos antibióticos, analgésicos y demás. Al sufrir una sobredosis de dichos medicamentos, mi corazón se detuvo y sufrí un infarto (Por eso el supuesto "desmayo") esto produjo un aneurisma ventricular, resumiendo: Dañé el mecanismo que bombea sangre sufriendo daños irreversibles. El infarto tuvo secuelas, y me dejo una cicatriz que se volvió un aneurisma el cual es demasiado grande para ser operado. Aumentando su tamaño hasta reventar. Palabras del propio medico. Así que creo...


Creo que ya no habrán mas cumpleaños para mi.


–  Jimmy –Dijo una voz gruesa, sonaba compungida y al borde del llanto. Mi padre se encontraba de pie en el umbral de la puerta, con su cabello negro carbón peinado hacia un costado, sus lentes de marco azulado grueso en la punta de su nariz y pareciendo mas mi hermano que mi padre entró de la mano con mi madre, y unos segundos después el doctor.


–  ¿Y? ¿Por que esas caras largas? ¿Mamá? –Y aunque ya sabia lo que me dirían, prefería escucharlo de sus propias bocas y no entre murmullos escondido, como cotilla que soy.


–  Hijo, tu sabes...que nnhm – Mi madre rompió en llanto, me partía el corazón (Tal vez mas de lo que estaba) el verle así, y haría cualquier cosa para evitarlo.


–  Mamá, no te preocupes, todo va a estar bien. Saldran adelante como siempre lo han echo. Después de todo ya llegaron hasta aquí –Myranda, no soportó mas, y salio corriendo. Me sentí peor. Pero creo que ver a tu hijo muriendose lentamente sin poder intervenir no debe ser nada fácil. Me incorporé en la camilla y decidí escuchar lo que esos dos hombres tenían que decirme.


–  Jimmy, eres un chico listo. Y sabrás que tanto para tu madre como para mi esto no es sencillo. No diré que hicimos lo que pudimos. Por que estoy seguro de que pudimos haber echo más, mucho más. Y se que para ti esto también es...muy difícil –La voz de mi padre iba y venia, en pequeños susurros intentaba explicarme la situacion en la que me encontraba, con las lágrimas asomando por sus ojos. Él estaba mas roto que yo y aún así permanecía sentado en una silla al lado mio, sosteniendo mi mano y dándome fuerzas–  Pero sabes que siempre tendrás nuestro apoyo hijo. Espero puedas perdonarnos


–  ¿Papá, que estas diciendo? ¿Perdonarte? –Pude observar la desilusión en sus ojos al mencionar esas palabras–  ¿De que tengo que perdonarte? ¿De ser el mejor padre del mundo? ¿De siempre darme fuerzas y el valor para seguir adelante? ¿De decirle a mama que hice mi tarea aunque no fuera así? Oh, espera ya se. Del día en el que me disparaste una flecha por accidente, pinchaste la rueda de mi bici y culpaste al vecino. Tranquilo te perdono. Pero no vuelvas a usar ese arco; te vas a sacar un ojo y yo no soy perro guía –Con todo ese ridiculo monólogo que había dado con la intencion de animarle, vi sus ojos verdes brillar con intensidad, y dándome un fuerte abrazo me susurro un suave y gentil "Gracias". Siendo incapaz de retener las lágrimas lo abracé fuertemente y me acurruqué contra su cuerpo, no entendía el porque de mi llanto, siempre estuve preparado para el momento en que me dijeran que ya no habían mas esperanzas. Pero siempre la realidad ha superado a la ficción, y el dolor de mi pecho y el ardor en mi garganta son miles de veces peor a lo que nunca imaginé. Lo único que si entendía era que ya no me quedaba mucho tiempo y abrazos y momentos como estos, quería atesorarlos lo mas que pudiera.


–  Lamento tener que interrumpir un momento tan personal. Pero creo que lo mejor sera que usted esté bien informado con respecto a su situación actual –La voz del doctor sonó potente y clara, su bata blanca, bien planchada y reluciente, contrastaba con su piel algo morena. Tenia un aspecto serio y profesional, el no tendria ningun tipo de tacto al decirme lo que me depará–  Según las enfermeras usted sabe perfectamente que le sucede ¿O me equivoco Señor Curiosidad? –Con las mejillas enrojecidas, asentí–  Bien, me ahorrare los tecnicismos que de nada sirven y le diré solo lo importante, su corazón no resistirá mucho –Ya decia yo...–  Con los tratamientos adecuados y la fortuna de su lado podría sobrevivir unos veinticuatro meses. Aunque eso no quita la posibilidad de que también podría morir en unos meses, su corazón es inestable –¿Solo dos años? ¿Eso era lo que me quedaba de vida? Bueno yo no me habría dado mas de unas semanas, así que no estaba tan mal...–  Sin embargo, su corazón no puede soportar bien las emociones, un susto, un disgusto o hasta una noticia demasiado agradable podría condenarlo, ¿Comprende? –Claro que lo comprendo no soy estúpido. El pelo rubio y enmarañado de mi madre se asomaba detrás de la puerta, su rostro pálido era manchado por el rimel y su blusa mojada por lagrimas, ella entró reticente en la habitacion, sorbiéndose la nariz, se sentó a mi lado y con voz ronca y afligida habló.


–  Cariño, no importa si son dos años, dos meses o dos horas –Una lagrima se escapó de sus orbes–  Nosotros estaremos contigo y haremos lo que nos pidas durante el tiempo que estes a nuestro lado –Sus ojos me miraron cansados, hastiados de estas situaciones, de ver a su hijo atado a montón de cables, de rezar todas las noches para que no me ahorcara con el respirador, de pensar que al día siguiente ella podría levantarse y mi cuerpo estaría amarillo y frío, yo sabia que ella se culpaba por lo que a mi me sucedía, pero ella no era la responsable de mis desgracias. Quise decírselo pero su mirada me desalentaba, como si mis palabras no pudieran llegarle, no pudieran animarle. Por unos segundos me vi en sus ojos, un chico pálido y de rostro famélico, escuálido y con la nariz puntiaguda y roja, con mi cabello rubio grasoso y pegado a mi frente, con mis ojos ojerosos y apagados. Un muerto tenia mas vida que yo.


Y me di cuenta de que yo no estaba vivo.


Yo simplemente no estaba muerto.


Yo no vivía, existía.


Había ido a varias escuelas en lo corto de mi vida, había echo a grandes amigos como a Jaqeline y a Orange, a Kohan y a Oliver, a Chester y a Woody, a Timmy y... a Ashley.  Había conocido a personas que me mostraron a su manera lo maravilloso de seguir vivo, pero siempre con ese retintín a que yo explotara, a que mi cerebro hiciera cortocircuito y yo colapsara. Por eso nunca supe lo que era ser un adolescente. No salia a ningún sitio por miedo de desmayarme en medio de la autopista, no me bañaba solo por terror a ahogarme en la bañera, no podía comer comida muy dulce, o muy salada, o muy picante o acída. No podía beber alcohol, ni tampoco tener emociones demasiado fuertes. En un punto me la pasaba todo el día en la cama sin hacer absolutamente nada, añoraba ser normal, vivir y sentir como era ser un chico normal. Y si tenia que morir, quería hacerlo sabiendo lo que era vivir.


No existiendo, viviendo.


–  Mamá, papá... Hay algo que quiero pedirles –Mi voz sonó chillona y suplicante. Estaba aterrado de lo que pudieran decirme. ¿Pero el que no arriesga no gana, verdad?–  Yo... Quiero vivir


–  ¿Eh? – Mis padres me miraron atónitos, sin comprender mi pedido.


–  Yo... Estoy cansado de quedarme en la cama todo el día por miedo a lo que me pase, estoy hastiado de comer verduras procesadas que no saben a nada, tampoco quiero que se la pasen todo el día vigilando mi cuarto o esperando en la puerta del baño... Es incomodo. Y ni hablar de que no puedo escuchar música fuerte o hacer deporte ¡Nunca he bailado! – Mi madre me miro horrorizada, pero antes de que objetara exclamé–  Se que lo hicieron por mi bien, se que lo hicieron para protegerme y con las mejores intenciones. Pero si voy a morir, si mi vida ya tiene fecha de vencimiento ¿No podrían dejarme disfrutarla como nunca lo hice en estos diecisiete años? ¿Por favor?


–  P-Pero... Cielo... -Mi padre sollozaba y mi madre le acariciaba el hombro, las lagrimas le adornaban el rostro y sin poder hablar asintió–  ¡Myranda! ¿C-Como se te ocurre? Si hacemos eso él... Mi pequeño Jimmy... –Dalton me abrazó fuertemente, como solo él sabia hacerlo, todo su cuerpo temblaba y convulsionaba al ritmo del llanto, de la desesperación, de la negación. Y acompasadamente con su llanto y jadeos todos nos unimos en un torrente de lagrimas que retumbó en las paredes y se clavó como una estaca en mi corazón, por que a partir de ahora estaba mas seguro que nunca que no viviría para tener una familia, para ver el rostro de mis padres envejecer, para estudiar una carrera o si quiera para saber quien seria el próximo presidente.


Mi corazón se podría detener en dos años...


...Como podría detenerse en este mismo instante.

Notas finales:

E-E-E-E-Eso fue todo amigos(? ahr

Comenten que les pareció, aunque sea un insulto o me digan que la historia no les gusta a mi me hace feliz (Suena raro pero es cierto)

[Cap editado]


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