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El corazón de Yuri Plisetsky por konohanauzumaki

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Apenas puedo creer que Viktor haya dejado todo por ir a ver a ese tal Yuri Katsuki. No, no y no.

Fue hace unos días cuando le vi por vez primera, tras haber perdido su primer Grand Prix Final. Iba llorando, ¡Que patético!. Me dio tanta rabia verlo así que, por eso fui a molestarlo al baño. Él tiene 23 años y yo 15 y no me pongo a llorar por perder... ok, yo no pierdo, pero, ese chico es absurdo.
Y por eso, no puedo dejar que Viktor se quede con él.

Japón es un país muy ordenado, eso me parece al ir en el autobús rumbo a la localidad donde está ahora Viktor, llamada Hasetsu. Ya veré la manera de traerlo de vuelta, pero no lo dejaré aquí. No.

Cuando bajo del camión donde iba, veo un pequeño pueblo a orillas del mar. Por un momento, siento la quietud del lugar, aunque sigo pensando en que puedo hacer para traer a Viktor de regreso. Admito que ese vídeo de ese Katsuki haciendo su misma coreografía es bueno, pero, no deja de ser un llorica.

Aunque, no sé porqué cada vez que me molesto con ese sujeto, sus ojos llorosos vienen a mi mente...

Tras mucho buscar, descubrí donde estaba Viktor, y donde se hospeda. Confieso que al verlo, ahí, junto con ese japonés me ha revuelto el estómago de coraje. Y eso es algo que debo decirle a Viktor.

-Viktor, vine por ti para traerte de vuelta a Rusia!!- le grito, al entrar a la pista de patinaje donde entrena. No parece muy agradado al verme ahí.
-Yuri, ¿qué haces aquí?- me cuestiona él, sarcástico -quizás-. 
-Ya todos saben esa tontería de que serás entrenador de ese llorica, y no dejaré que renuncies al equipo por él- le declaro enojado, señalando a ese sujeto que se atrevió a retarme en la fiesta de ganadores, a un duelo de baile. 
-Yuri Plisetsky, hola- me dice y, no lo soporto. No y no.
-Escucha Yuri- interviene Viktor y, cual si nada, abrazando al impostor Yuri, declara a todos ahí- yo vine a Hasetsu a entrenar a Yuri y eso es lo que haré. Te recomiendo regresar a Rusia con Yakov y prepararte para el Grand Prix de este año.

Sus palabras me han dejado no molesto, sino decepcionado, porque, parece que olvidó algo que yo jamás...
-¡Dijíste que me harías una rutina si lograba ser el ganador del Grand Prix Junior! O ¿acaso lo has olvidado, Viktor?.
Todos se quedan en silencio, incluso ese inútil de Katsuki me mira con impresión. Aunque, el que me da la estocada final, es Viktor, con su respuesta.
"Lo decidiremos en una competencia".

Odio este lugar. Y odio mi habitación, porque es pequeña y aunque tengo vista al océano, estoy en la misma casa que ese inútil que ha trastocado mi vida. No puedo creerlo. Mientras miro el azul del atardecer del cielo fundirse con el del océano, siento como se aprietan mis dientes y mi estómago se revuelve al pensar en que Viktor se olvidó de la promesa que me hizo, y que, decidió hacerme luchar por ella en un duelo de patinaje con ese sujeto que solo es bueno para llorar y embriagarse. No es justo.
"Soy malo para cumplir promesas. Siempre las olvido" es lo que atinó a decirme él, aquél a quien admiro y que me gusta.
Odio Japón y odio a Yuri Katsuki...

Los entrenamientos han empezado y tengo que compartirlos con el falso Yuri. Me ha tocado el tema de Ágape, y al Katsudon, el de Eros. No sé como pero si sé que voy a ganar este duelo y a acabar con este jueguito tonto. Tengo 7 días para recuperarlo. 7 Días para recuperar al hombre que yo quiero.

Me siento perdido de solo pensar en que no gane y pierda a Viktor. Y no es tanto por el hecho de que él sea mi entrenador, sino porque siempre pensé que estaría con él cuando me uniera al equipo ruso de patinaje. No sé ni qué pensar ya...
Ese chico gordo se esfuerza mucho, pero, parece que me tiene miedo. No sé cómo explicarlo, pero veo cuando entrenamos que me observa con detenimiento, ¿aprendiendo de mí? -quizás- y eso me incomoda se sobremanera. Y es que, aunque me cae mal, debo reconocer que se está esforzando mucho, pero, vamos, él quedó en último lugar del GPF del año pasado y yo soy el campeón juvenil del GP. Por tanto, vencerlo no será más que cuestión de darlo todo... todo.

En la casa del katsudon todos son muy amables... eso me irrita. Su hermana sobre todo me trata muy bien, aunque me ha puesto de nombre "Yurio" porque ese katsudon tiene mi mismo mombre. En los entrenamientos es su amiga de la infancia la que me apoya y ayuda. Ese sujeto tiene mucha gente que lo quiere demasiado sin dudas; ello me hace pensar en mi abuelo, y lo lejos que él de mí se encuentra...

Los días avanzan y estoy exhausto. Me duele todo el cuerpo como nunca antes, y aún así siento que me falta mucho por esforzarme. Hoy decido llegar temprano a la pista para entrenar, sin Viktor y sin esa molestia... ¿Qué hace aquí ese gordo?.
-Hey tú!! ¿Qué haces aquí?- me reclamo; me ha arruinado el día.
-Perdón, solo quería entrenar un rato a solas y practicar el salchow porque no me sale...- responde él, notándose bastante frustrado. He de agregar que ese salto es una de mis especialidades.- Yurio, ¿podrías enseñármelo?
Su pregunta me incomoda, pero más lo hace su mirada de petición. No sé porqué, pero siento que no puedo decirle que no.
-Ok, pero, no seré blando contigo- agrego y, con ello empezamos... con ello y su rostro de emoción que me irrita.

Viktor no aparece, pero, eso al japonés parece no importarle por hoy. Intenta e intenta el salchow aunque no le sale. Se esfuerza mucho, y, no sé de dónde saca esa energía, pero sigue. Unas horas después, aparece Viktor, y mi entrenamiento con él se acaba.
Seguimos entrenando toda la tarde, y, cuando acabamos y vamos a quitarnos los patines, Katsuki se me acerca.
-Gracias por lo de hoy, Yurio-kun.
Lo veo, y, me dan ganas de patearlo. Pero mejor lo ignoro y asiento con la cabeza. Me pongo de pie justo para irme, y, noto de reojo que ese sujeto me observa. Algo debo decirle.
-Eres muy inútil para hacer ese salto, no lo lograrás para la rutina de la competencia.
-Lo sé, siempre ha sido mi débil, pero te veo a ti hacerlo con tanta gracia y belleza, que, me parecía que podía aprender de ti como hacerlo. Y has resultado ser muy buen maestro- contesta él, apenado. ¿Yo, buen maestro?-. Y no, no lo haré para la competencia, pero, por lo mismo que te tengo aquí, es que quería aprenderlo...
-Aprovecha ahora que estoy aquí, cuando gane y me vaya con Viktor, entonces- digo, y de inmediato él pone una cara triste, como de derrota-. ¡Oye tú, deja de poner esa cara como si ya hubieras perdido!- reclamo, y él, se deja caer en una banca, con esa actitud del GPF. 

Puedo ver como el atardecer empieza a caer al llenar el lugar de su luz dorada, y, siento como el lugar se hace más frío, y grande, al estar los dos ahí, solos.

-Yurio-kun, tú, eres un patinador nato; mírate, eres el campeón junior y haces esos saltos impresionantes. Tú harás grandes cosas, tienes 15 años, y un talento que muchos desearíamos. En cambio, yo, quizás, este sea mi último año de patinador y siempre he sido "del montón". No es que ya haya perdido, pero... para mí, el que este aquí Viktor, es un regalo, porque, aquél a quién he admirado desde que era adolescente, me ha dado una rutina y está enseñándome. Eso, para mí, es suficiente- declara Yuri, impactándome, porque, para mí, es todo lo contrario.
-¡Eres un estúpido!- le grito, y salgo corriendo; no lo soporto más. No quiero estar más aquí; ya no... pero, cuando llego fuera, entre la caída del sol, y el viento con gaviotas al vuelo, me detiene su voz.
-Yurio-kun, espera, ¡por favor!- me grita Katsuki, y, me detengo, en la entrada, y lo miro, como luce consternado.- No quise molestarte con mis cosas. Es solo que, para mí, sería terrible que te llevaras de vuelta a Viktor a Rusia, y, haré todo en mí para evitarlo, pero, y por eso, no pido más, del hecho del que él esté aquí, y, tengo miedo, mucho, pero, esta es una competencia ahora... Quizás ante tus ojos parezca un tonto, pero, este es como un sueño hecho realidad... Él es un sueño hecho realidad... Y yo...
Entonces, entiendo todo. Cuando miro a Katsuki, que se queda callado sin seguir confesándose más, con su rostro lleno de sentimientos, de miedos, me puedo mirar a mí mismo, tras lo que no dejo que nadie vea, pero, él sí lo expresa...
-Te veré en la pista, Katsuki... Y te ganaré- le respondo, y me marcho, mirando solo un instante más su rostro, que no sé por qué, pero le provoca un vuelco a mi estómago...

Mientras camino por la noche, en esas calles desiertas, recuerdo una vez y otra las palabras, y su rostro, y algo eléctrico recorre mi cuerpo por un instante. Solo quiero acabar ya con esto, y regresar a casa con él... porque... Yuri siente lo mismo que yo por Viktor... 

Pero, quién va a ganar este enfrentamiento, y a Viktor, soy yo...   

Continuará...

Notas finales:

Gracias por leer!! 

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