Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que los celos pueden causar... por Haru Di Vongola

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Fairy Tail le pertenece a su respectivo creador.

En el gremio de Sabertooth, como era costumbre desde que Sting era el maestro, todos se encontraban en una pequeña celebración, esta vez por el nuevo equipo de audio y sonido que habían conseguido los dragones gemelos en una misión. Primero fueron Sting y Olga los que cantaron, ganándose un par de risas del resto de magos. Luego fue el turno de Yukino y Minerva, para sorpresa de todos ambas cantaron a la perfección y se ganaron las palmas del público además de unas cuantas rosas que fueron aventadas por los espectadores.

Ahora mismo, Rogue se encontraba sentado en una de las mesas junto a su fiel compañero Frosh y también de Sting, Lector, Minerva y Yukino. Todos charlaban animadamente y soltaban alguna carcajada casual al ver a Olga borracho continuando con su tan “maravilloso” concierto.

-Sí que consiguieron una gran recompensa, Sting-sama, Rogue-sama- La albina veía entretenida como los demás magos de Saber seguían con su tan acostumbrado aquelarre.

-Es una pena que alguien no le dé buen uso- Minerva no paraba de ver el espectáculo bochornoso que hacia Olga. No debías de tener tímpanos o saber de buena música para que te gustara ese canto del infierno.

-Vamos, está en su derecho. Es más divertido si todos se divierten- Sting no paraba de reír por las payasadas que hacían los demás magos de su gremio.

-Al menos si quiera el resto se divierte. Escucharle por una hora entera lastima el alma- Comento Rogue de forma burlona haciendo que el resto de sus acompañantes también rieran.

-Esa estuvo buena Rogue- Dijo el rubio dándole un ligero golpe en el hombro al pelinegro.

-Es muy raro que Rogue-sama haga ese tipo de bromas- Comento Yukino mientras le daba otro sorbo a su bebida.

-Eso lo esperaría de alguien como Natsu-san, pero debo admitir que te salió una muy buena-

Al escuchar eso, a Rogue se le frunció el ceño ligeramente. No es por nada, pero el comenzaba a sentir un poco de molestia cuando Sting hablaba del DS de fuego: “Que Natsu-san esto, Natsu-san lo otro, Natsu-san aquello”.  Vale que él no estuviera en malos términos con el peli rosa, pero se estaba empezando a hastiar de que el rubiales de su compañero siempre lo pusiera en una conversación.

El DS de las sombras se levantó de su asiento y camino hasta la salida, siendo detenido por Sting.

-¿A dónde vas Rogue?-

-Saldré un rato, el ruido me está molestando un poco-  Claro que la verdadera razón era que si volvía a escuchar un “Natsu-san” más iba a golpear al DS de la luz.

El rubio comprendió y después de despedirse de su amigo regreso con las otras chicas y los exceeds.

***

El de iris rojas se encontraba paseando por la ciudad, agradeciendo de que al menos aquí era menos ruidoso que en su gremio. No es que no le gustaran los festejos, pero si volvía a escuchar a Sting decir el nombre de Natsu una vez más, de seguro el nuevo equipo de sonido terminaría incrustada en el cráneo del rubio.

En realidad, la verdadera razón era que el pelinegro estaba celoso.

*Tiempo atrás…*

Desde hace un tiempo empezó a sentir sentimientos algo comprometedores hacia el rubio, pero temía que este le rechazara.

Claro que, luego de saber de primera mano que Sting estaba enamorado de Natsu y planeaba confesársele en una fiesta que el organizaría, le quito toda esperanza.

Sin embargo, el mundo del rubio se vino abajo cuando supo que Natsu ya estaba saliendo con Lucy y peor aún, que para sorpresa de todos en Fairy Tail y para los dragones gemelos, la rubia y el peli rosa ya habían tenido intimidad y para empeorar la situación, la maga celestial estaba esperando un bebé del DS de fuego, razón más que suficiente para que todo el gremio de las hadas festejara hasta al amanecer por ambos magos.

Esa noticia choqueo al rubio por completo y tuvo que irse rápido del gremio de Fairy Tail para evitar que todos, sobre todo Rogue y Natsu, le vieran llorar.

El pelinegro también se fue, no sin antes felicitar a la linda parejita por su relación y su futuro niño o niña. Al salir de ahí, ya sabía dónde probablemente Sting estaría escondido, no tardó mucho en regresar a Sabertooth y de forma sencilla preguntarle a Yukino si el cabeza hueca del maestro estaba en su oficina. La albina dijo que si y además que este le pidió que Minerva le llevara varias botellas de vino, por supuesto que ella no se los llevo y les encargo a otros que le entregaran las bebidas al maestro. El pelinegro suspiro y fue con dirección a la oficina de Sting.

Rogue ingreso al despacho del maestro y ahí lo vio, bebiendo directo de la botella y con los ojos rojos por haber llorado. El pelinegro solo suspiro y se acercó al DS blanco.

-¿Enserio piensas emborracharte?- Pregunto el DS de las sombras.

-¡Cállate! Hip… No es tu problema… lo que yo haga- El rubio volvió a beber de la botella acabándola y tomando otra. -¿Qué esperas? ¡Lárgate!-

Rogue solo suspiro y salió del despacho, sin embargo este junto la puerta fingiendo que estaba cerrada y se quedó un momento escuchado los tristes lamentos de su maestro y compañero.

-Natsu-san… hip… yo le habría hecho más feliz que Lucy, ¿Por qué se tuvo que enamorar de ella? ¿Qué tiene ella que yo no? Incluso… le hubiera entregado mi cuerpo de ser necesario… hip- El rubio volvió a llorar mientras continuaba bebiendo.

Vale, a Rogue no le gustaba verlo así, pero no era culpa del peli rosa y mucho menos de la maga celestial, si ellos se querían enhorabuena, todos decían que eran una linda pareja y ahora ambos serian padres. Por un momento Rogue pensó que la actitud del rubio era como la de un niño caprichoso al que le habían quitado su juguete preferido.

Así estuvo Sting durante todo el día, ya que al siguiente Rogue junto con Minerva y Yukino lo encontraron borracho y con un rostro no muy alegre, además ver rastros de lágrimas en su rostro y papeles mojados debajo de este.

***

Desde entonces, Sting visitaba regularmente el gremio de las hadas. Este le contó a Rogue que solo le bastaba con ver a Natsu feliz y listo, pero cuando este regresaba al gremio se encerraba en su despacho y casualmente el pelinegro apoyaba su oreja en la puerta y podía escuchar los tristes lamentos del rubio.

Eso ya era insoportable para el de iris rojas.

-Ese tonto piensa que no me doy cuenta que sufre, aunque creo que también Yukino y Minerva también lo notaron. Realmente, no puedo creer que me guste ese lado suyo, tierno e indefenso- Medito en su mente el pelinegro.

Tan enfrascado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que había llegado a una parte de la ciudad en donde habían pocos negocios. Rogue suspiro y decidió mejor regresar al gremio pero cuando iba a irse unos niños, una castaña y un pelirrojo, aparecieron frente a él.

-¡Buenos tardes, señor!- Dijeron ambos

-¿Se les ofrece algo?- Pregunto el pelinegro intentado ser cortes.

-¡Venga con nosotros!-

Ambos niños tomaron de las manos a Rogue y literalmente le jalaron hasta una carpa de color violeta que parecía una tienda cualquiera.

Al entrar, el DS de las sombras se llevó la sorpresa de su vida al ver la tienda: habían varias estanterías llenas de frascos con pócimas de diferentes colores, una mesa con 4 bancas y en la parte del fondo, un pelinegro preparaba lo que parecía ser otra poción para su colección.

-Veamos, dos dientes de tigre manchados, un pedazo de bambú, feromonas de termita reina y leche… Sip, creo que tengo todo- El brujo continuo moviendo su poción cuando noto la presencia de los niños y el mago de Sabertooth. –Ivy, Toshu, ya les dije que no traigan a desconocidos a la tienda-

-Es un cliente- Dijeron ambos niños.

-¡Oh!, bienvenido a mi humilde local, señor- El dueño hizo una leve reverencia.

-En realidad, estos niños me arrastraron hasta aquí. Pero ya que estamos, ¿Qué clase de local es este?-

Al escuchar eso al dueño le apareció una vena palpitante en la cien y de forma rápida le dio un golpe en la cabeza a ambos mocosos con una escoba.

-¡¿Cuántas veces les he dicho que no traigan a nadie contra su voluntad?!- Se quejó el brujo

-Pero era un tipo interesante, quizás estaba buscando la tienda- Ambos menores se excusaron para evitar recibir otro golpe por parte del dueño.

-Si serán…- El brujo estaba a punto de golpear a la castaña y al pelirrojo con la escoba de no haber sido porque Rogue llamo su atención.

-No contesto mi pregunta, ¿Qué clase de lugar es este?- Volvió a preguntar el DS de las sombras. Aparte de curiosidad, no quería seguir viendo como golpeaban a esos niños con la escoba.

-Me dedico a vender pociones de todo tipo, tengo desde somníferos a pociones letales, pócimas relajantes y para tratamiento del cuerpo- Dijo orgulloso el brujo pelinegro.

En eso una buena idea se le ocurrió a Rogue. Seria sucio, pero que más daba, por algo el destino lo trajo a esa tienda.

-¿No tiene por casualidad una poción de amor?- Pregunto el DS.

-¡Claro que tengo! Sígame-

El dueño llevo a Rogue a una estantería en la cual reposaban frascos con líquido pasando entre el rojo y el rosa. Al pelinegro le empezaba a picar la curiosidad por saber que hacían.

-Aquí tengo muchas con diferentes efectos y duración. Una semana, un mes o un año; de amor verdadero, afrodisiacos e incluso para masoquismo- El brujo señalaba cada poción mientras el DS observaba curioso cada pócima.

-¿No tendrá por casualidad, una que dure un día?-

-Pues sí. Es… esta que está aquí- El dueño le entrego una poción de color naranja al mago de Sabertooth, el cual veía curioso el frasco. –Si aplica la pócima mañana, el efecto dura exactamente todo un día- Dijo el brujo.

-¿Y qué pasa si la aplico hoy?- Pregunto Rogue.

-Pues, solo duraría hasta media noche…-

-Perfecto, me la llevo- Dijo decidido el pelinegro.

-¡¿Enserio?! Ejem… muy bien entonces, solo costara unos 1500 Jewels-

Rogue no le tomo importancia al precio y le pago al tendero por la pócima.

-Gracias por su compra- Fue lo que dijo el dueño mientras se despedía de Rogue.

El mago de las sombras salió de la tienda y se puso a mirar el frasco. Definitivamente animaría a Sting, por muy egoísta que eso sonara y por lo que haría.

-¡Señor!-

El pelinegro giro y ahí estaban los niños que lo arrastraron hasta la tienda.

-¿Ocurre algo?- Pregunto el mayor.

-Le queremos dar estas dos pócimas como bono- Dijeron ambos de manera cómplice.

-Esta es un afrodisiaco, su efecto se activa pasando unos minutos después de ingerirla- Dijo el pequeño pelirrojo.

-Y esta otra es una que invento hace poco nuestro jefe. Dice que tiene un efecto extra que viene de perlas cuando lo mezclas con otra pócima- Dijo la castaña.

-¿Y porque me las dan? Su jefe se va a molestar- En el fondo Rogue no iba a rechazar la “generosidad” de esos niños si se atrevieron a robarle al dueño.

-Él ya tiene muchas. Úselas bien-

Ambos niños se fueron dejando a Rogue un tanto confundido por los recientes obsequios que le dieron ese par de niñatos traviesos. No le tomo mucha importancia y continuo con su viaje al gremio, agradecía el afrodisiaco ¿Pero para que servía esa pócima de color celeste?-

***

Al regresar al gremio ya casi para el atardecer, la fiesta continuaba con el mismo ánimo con el que Rogue la había dejado. Esto no le sorprendió en lo absoluto, ya era costumbre que su gremio fuera así de escandaloso desde que Sting era el maestro.

El DS se acercó dónde estaban Yukino junto a los excedes. Estos veían el espectáculo que era protagonizado por nada más y nada menos que Minerva y Olga.

-¿Qué paso con ella?- Pregunto curioso.

-La señorita bebió mucho y bueno, de un momento a otro ella ya estaba en el escenario- Comento Yukino algo avergonzada. Afortunadamente ella no bebía alcohol o estaría haciendo el ridículo igual que su compañera.

-En fin, y ¿Dónde está Sting?- Pregunto nuevamente el pelinegro.

-Sting-kun se fue a su oficina, dijo que tenía mucho papeleo por organizar- Respondió Lector.

-Ya veo…- Obviamente Rogue sabía que era mentira y que de seguro el idiota de su maestro estaría lamentándose de nuevo por el peli rosa. –Pero ya verás después de que bebas esto- Pensó el dragón de las sombras mientras ocultaba la bolsa donde estaban las opciones que había comprado.

El pelinegro fue rumbo a por una botella de vino que había en la mesa principal del salón y ni bien tomo una fue rumbo a la oficina de Sting, pero antes de llegar fue interceptado por la maga celestial.

-Rogue-sama ¿Adónde va con esa botella?- Pregunto la albina.

-A lo de siempre, animar al tonto de nuestro maestro- Respondió tranquilo.

-Buena suerte- Comento la chica para regresar a la celebración.

Rogue retomo su marcha hacia la oficina, se preguntaba si era una buena idea lo que haría, pero vamos ¿Servía de algo retirarse a estas alturas? Claro que no.

Con la decisión ya tomada y frente a la puerta del despacho, Rogue abrió la puerta y como siempre, el rubio se encontraba cabizbajo en la mesa junto a los papeles.

-No es bueno que le mientas a Lector de que harás papeleo cuando tú y yo sabemos que no lo haces- El pelinegro logro llamar la atención del rubio.

-Si solo vienes a regañarme, te puedes ir- Dijo esto mientras apuntaba a la puerta.

-Sting…- Rogue deposito la botella de vino frente al DS blanco, el cual veía curioso el objeto. –Te propongo algo, si logras acabar esta botella entera, te ayudare a que olvides a Natsu por completo-

-¡¿Qué?!- Las mejillas del rubio se tiñeron de carmín a la par que casi se va de espaldas al sobresaltarse. –N-No digas tonterías Rogue. No es posible que tengas algo que me haga olvidar a Natsu-san…- De nuevo el rostro del maestro se puso deprimente, cosa que molesto un poco a su acompañante.

-Sera que ¿Tienes miedo de no poder?-

Vale, si no podía a las buenas, optaría por persuadir al rubio por medio de la provocación. Afortunadamente Sting era fácil de provocar.

-¿Me estas retando?- El DS blanco se levantó de su asiento algo indignado.

-No, que va. Solo esto deja en claro que eres una gallina-

Bien, fue la gota que derramo el vaso. Ahora Sting estaba rojo pero por la ira que le invadía al escuchar las burlas de su compañero.

-¡Acepto el reto!- Dijo decidido el rubio a lo que Rogue sonrió, su plan había funcionado.

-Bien, espera que habrá la botella por ti-

Sting se sentó mientras Rogue habría la botella de vino. Ahora que estaba casi abierta solo necesitaba distraer al idiota de su maestro para que el vertiera las pócimas en la botella.

-Sting ¿No tendrás por casualidad un destapa corchos?- El rubio arqueo una ceja y luego soltó una risita.

-¿Acaso no puedes abrirla?- Comento burlón.

-Solo búscala-

Sting bufo y empezó a buscar en los cajones, Rogue aprovecho y dio una patada a la mesa haciendo que los papeles que estaban en el cayeran al suelo. El rubio miro de mala forma a su amigo ya que este vio que lo hizo apropósito y comenzó a recoger los papeles mientras pensaba en si golpear o no al DS de las sombras. Rogue aprovecho y destapo el vino para verter las pócimas y darle una pequeña removida para que no se sintiera el sabor fuerte de estas.

-Bien, aquí esta. Buen provecho- El pelinegro le extendió la botella al DS blanco quien acepto el trago sin sospechar nada.

Sting empezó a beber de este y lo que sorprendió a Rogue fue que el idiota lo estaba bebiendo rápido. El rubio termino todo el contenido pero casi se atora al intentar pasar todo de golpe.

-Jaja, ahora quien es el gallina- Dijo esto mientras ponía la botella en la mesa y veía burlón al oji rojo.

-Supongo que he perdido. Tendré que cumplir con mi parte del trato-

-Estoy deseoso de ver como logras que olvide a Natsu-san…-

Sting empezó a marearse debido al efecto del trago, pero no solo eso, empezaba a sentir la temperatura de su cuerpo aumentar y su rostro arder. El rubio se apoyó en la mesa mientras sentía como el piso parecía moverse, realmente no debió beber de esa forma. El rubio alzo la vista a Rogue y de la nada empezó a verlo de forma extraña, como si el pelinegro tuviera un encanto que él no había notado hasta ahora.

Rogue noto extraño al rubio y supo de inmediato que las pócimas habían surtido efecto. Este se acercó dónde estaba el maestro.

-¿Ocurre algo Sting?- Pregunto el oji rojo.

El rubio se tensó por la cercanía de su amigo hacia su persona y sin querer término cayendo al suelo de forma cómica mientras aun sentir su cuerpo arder.

-¿Te encuentras bien?- Rogue se acercó y le extendió la mano a su compañero, pero ni bien el rubio estrecho la mano del pelinegro sintió un cosquilleo extraño que le hacía flaquear las piernas.

-C-Creo que me afecto el trago jaja- Sting intento sonar normal, pero obviamente Rogue sabia el porqué del estado de su compañero.

-Realmente eran muy efectivas- El DS de las sombras jalo a Sting para que este se levantara pero lo hizo con tanta fuerza que el cuerpo del rubio termino apegado al suyo haciendo que Sting se pusiera nervioso.

Rápidamente el DS blanco se alejó de su amigo pero cuando intento dar un paso más volvió a caer al suelo estando en cuatro patas.

-¿Qué mierda me pasa?- Decía al sentir su cuerpo arder y por alguna extraña razón, su miembro empezaba a erectarse debido al afrodisiaco que Rogue puso en la bebida.

-No te ves nada bien, ¿Quieres que llame a Yukino y a los demás?-

-¡No! D-Digo, no es necesario- La situación en la que se encontraba Sting era demasiado bochornosa. Vamos, si lo veían los demás se darían cuenta que estaba todo calenturiento y con una erección que ya era un poco más notoria. Felizmente el rubio agradecía que Rogue no se diera cuenta.

-¿Acaso estas excitado?-

Bien, hablo demasiado rápido…

-¿Q-Que tonterías dices Rogue? No hay forma de que eso sea posible…-

-Entonces, porque estas sudando y tu cara esta toda roja- Sting no noto que Rogue ahora estaba frente a él. Alzo la mirada y frente a él estaba su compañero viéndolo seriamente.

-N-No, q-que va- Intento sonar normal, pero no le funciono.

-Si no estuvieras excitado…- Rogue empujo a su amigo e hizo que este terminara sentado frente a él. -¿Por qué estas erecto?- Concluyo el pelinegro mientras apuntaba a la entrepierna del rubio.

Sting se cubrió rápido la zona y su rostro se puso más rojo que el propio cabello de Erza. Este deseaba de corazón que la tierra se lo tragara por completo.

-N-No se p-porque estoy así ahora- Dijo con tono de voz entre cortada mientras algunos jadeos salían de su boca sorprendiendo a Rogue.

-Sting, será mejor que te atiendas ahora o no se te bajara- Propuso el pelinegro ganándose una mirada confusa y avergonzada por parte del dragón blanco.

-¿A q-que te refieres?- Sting esperaba que Rogue no se estuviera refiriendo a “atenderse” el mismo.

Rogue suspiro y se acercó aún más a su amigo quien retrocedió hasta estar apoyado en su escritorio.

-Debes masturbarte o no se te ira la erección- Concluyo tranquilamente el DS de las sombras.

-¡¿Q-Que demonios dices?! N-No hay forma en que… yo pueda hacerlo- Sting sentía su miembro doler y estaba la mar de avergonzado por lo que propuso su amigo. Claro que podía masturbarse, pero no podía hacerlo en presencia de su camarada.

Rogué noto el rostro avergonzado de su amigo y sonreía para sus interiores.

-Debo agradecerles a esos niños y al tendero- Pensó Cheney mientras se acercaba de forma amenazadora al rubio, su momento había llegado. – Si quieres, yo te puedo ayudar- Propuso el de iris rojas ganándose una mirada atónita del rubio.

-N-No digas estupideces Rogue. Y-Yo mismo puedo- Sting intento levantarse pero obviamente no podía al sentir sus piernas temblar, su cuerpo arder y su miembro doler por la erección.

-Prometo que esto quedara entre nosotros. Solo relájate- Las palabras de su amigo eran sinceras para sus oídos, no podía creer que estuviera viendo el lado amable de Rogue, normalmente este solo lo mostraba con Frosh o con los demás por mera educación, pero nunca con él.

Rogue tomo los pantalones de Eucliffe y lo bajo con sumo de cuidado mientras escuchaba algunos jadeos provenientes de la boca del rubio. El bóxer blanco de Sting dejaba ver su erección la cual era notoria, esto hacia avergonzar al rubio debido a que su compañero se quedaba viéndola como si fuera la gran cosa.

-¿Q-Quieres dejar de mirar? E-Es v-vergonzoso- Dijo esto último desviando la mirada y con sus mejillas ligeramente rojas.

-Sting, me asegurare de que baje por completo-

Rogue retiro de forma rápida la ropa interior del DS blanco dejando a la vista el miembro erecto de su amigo. El pelinegro sin pudor alguno tomo el miembro de Eucliffe y comenzó a masturbarlo lentamente. Esto estremeció a Sting ya que si antes se sentía avergonzado, ahora quería morir al tener que depender de su amigo para tranquilizar la calentura de su cuerpo.

Rogue aumento la velocidad y eso provoco que Sting gimiera un poco debido a la satisfacción que estaba sintiendo, era como si el pelinegro supiera exactamente lo que hacía. Entre jadeos y gemidos, el rubio no se dio cuenta que la mano de Rogue se acercaba a su rostro, fue repentino pero de forma rápida los labios de ambos se habían conectado y ahora estaban besándose.

-¿P-P-Por qué lo hizo?- Pensaba el rubio.

Sting no podía oponerse a aquel beso que le daba Rogue, era como si su cuerpo realmente lo deseara. El pelinegro aprovecho y metió su lengua en la cavidad ajena, logrando de esa forma profundizar más el beso. No fue mucho para que el rubio empezara a sentir que en cualquier momento se correría, ya que podía sentir como su miembro empezaba a escurrir.

Ambos magos se separaron después de ese beso y Sting empezó a sentir una descarga a través de todo su cuerpo.

-R-Rogue… creo que… me vengo- Las palabras del mago de luz salían a duras penas por los espasmos.

Y como dijo el rubio, este eyaculo una gran cantidad la cual también mancho de paso la mano de Rogue.

-L-Lo siento- Dijo algo apenado el DS blanco.

-No te preocupes-

Ambos estaban en silencio hasta que Rogue noto algo que le pareció absolutamente extraño.

-Sting… No bajo en lo absoluto-

Eucliffe bajo su mirada y en efecto, su miembro aún seguía algo erecto a pesar de que ya había eyaculado. Solo Rogue sabía que eso era el efecto del afrodisiaco en la bebida.

-Supongo que no hay de otra- El pelinegro retiro por completo las prendas inferiores de Sting, quien se puso nervioso al instante. Algo paso por su mente, y sabía que no era nada bueno para su persona.

-¿Q-Que harás?- La voz del rubio era entrecortada por los nervios.

-Tomare la responsabilidad. Te ayudare a que desaparezca el efecto-

-¿Efecto?-

Sting volvió a sentir los labios del contrario mientras el pelinegro le quitaba el chaleco, el rubio sentía el cuerpo arder por las extrañas sensaciones que le hacía sentir el oji rojo. Rogue se separó de los labios de su compañero y empezó a descender hasta los botones de Sting empezando a succionar y chupar los pezones del contrario mientras el DS blanco soltaba gemidos debido al placer que le hacía sentir su amigo.

Rogue se maravillaba al escuchar los lindos sonidos que salían del rubio, pero por dentro se sentía inmersamente culpable, el quería al rubio y tenerlo de esa forma tan sucia le hacía sentir cargo de conciencia. Sabiendo que tal vez su amistad con Sting se rompería, Rogue decidió contarle la verdad.

-Sting…- El nombrado vio al pelinegro. –La razón por la que estas así… *Suspiro* es que yo puse un afrodisiaco en la bebida- Finalizo el DS de las sombras.

Un silencio incomodo se formó en esos momentos, tanto Sting como Rogue se veían fijamente hasta que el rubio tomo la palabra.

-¿Por qué…  hiciste eso?- Dijo el DS blanco.

-Te parecerá ridículo, pero desde hace un tiempo empecé a sentir algo por ti, pero tú a cada momento mencionabas a Natsu y bueno… me provocaba celos- Finalizo el oji rojo desviando la mirada.

Sting quedo sorprendido por la confesión de su compañero, estaba realmente en shock. El rubio no era consciente de los sentimientos que el contrario tenia hacia él, y claro que él se había comportado como un idiota por estar todo el tiempo deprimido pensando en el DS de fuego.

-Rogue…- el mencionado fijo de nuevo su vista en el rubio. –Creo que yo también me he… comportado como un idiota. Pero es que, en un principio pensé que lo que sentía hacia Natsu-san era solo admiración, pero me tomo tiempo el darme cuenta que desarrolle sentimientos hacia él. Para mí fue doloroso el saber que él ya estaba con Lucy-san, pero lo peor…- Los ojos del DS blanco empezaron a aguarse y acto seguido, algunas lágrimas caían de estas. –Y-Yo, no era consciente que… estaba lastimando a otra persona- Sting empezó a llorar y eso le rompió el alma a Rogue.

Sin pensarlo, Cheney abrazo a Eucliffe apegándolo a su cuerpo y sorprendiendo a este último.

-No tienes nada de que disculparte-

Rogue tomo con delicadeza el rostro de Sting y empezó a limpiarle las lágrimas que caían de los ojos del mago de luz.

-No sabias de mis sentimientos, y yo fui un idiota que termino drogándote para obtener tu cariño… Lo siento-

El pelinegro se levantó para ir con dirección a la puerta, pero fue detenido por Sting quien le abrazo por la espalda.

-¿Qué ocurre?- Pregunto algo confundido el oji rojo.

-Yo… por favor… no te vayas. Quédate conmigo, Rogue- La voz de Sting era algo débil y tierna para los oídos del DS de las sombras, quien solo suspiro mientras volteaba a ver al rubio.

-A pesar de que te drogue… ¿Me vas a perdonar?-

-S-Sé que es complicado… pero, de no ser por ti… yo… no me habría dado cuenta q-que… m-me gustas también- Concluyo el rubio con el rostro tan rojo que parecía un tomate.

Aquello dejo a Rogue totalmente sorprendido, ¿Había escuchado bien? ¿Sting le dijo que también le gustaba? No sabía cómo o porque, pero este tomo el rostro del rubio y sin pensarlo dos veces lo beso de forma apasionada a lo cual el rubio no parecía oponerse ni nada. Ambos terminaron separándose debido a la falta de oxígeno.

-Esperaba que dijeras eso por mucho tiempo, cabeza hueca-

-¿A-A quien llamas así?- Dijo avergonzado el oji azul.

-Es muy adorable la cara que pones, pero si llegas a mostrársela a alguien más, sabrás de las consecuencias, ¿Te quedo claro?-

-Eso no te da el derecho a darme órdenes. Sigo siendo el maestro- Obviamente Sting estaba perdiendo la pelea.

-Pues me parece que el maestro necesita que le ayuden de nuevo con eso- Dijo el oji rojo señalando el miembro aun visible del rubio, quien puso sus manos tapando su entrepierna.

-E-Es tu culpa después de todo- Dijo el oji azul desviando el rostro avergonzado.

-Quizás no recuerdes, pero dije que tomaría la responsabilidad de mis actos- Rogue se acercó pícaro a Sting, quien termino sentado en su escritorio con un notorio nerviosismo en su rostro.

-¿Q-Que piensas h-hacer?- Sting ya sabía lo que tenía planeado Rogue. Eso no le dio buena espina a la seguridad de su retaguardia.

-Te ayudare a disipar el afrodisiaco, y créeme que te gustara-

Rogue volvió a besar a su rubio y en su mente, un millón de escenas nada saludables para el público sensible aparecían. Definitivamente esta noche se iba a poner buena.

***

-No creen que Rogue-sama se está tardando- Pregunto Yukino a los exceeds de Sabertooth.

-Bueno, Sting-kun es muy terco cuando se le mete algo en la cabeza. De seguro Rogue le está convenciendo para que este mejor- Comento Lector.

-Frosh piensa lo mismo- Dijo el exceed de traje de rana.

-Aun así no puedo estar tranquila. Vuelvo en un momento- La albina se levantó de su asiento y fue rumbo al despacho del maestro. Esta no sabía que cosas estaban pasando en esa habitación…

***

-D-Duele…- Decía a duras penas Sting al sentir la repentina intromisión en su retaguardia.

El rubio estaba completamente desnudo y sentado en su escritorio mientras Rogue había metido dos de sus dedos dentro de la entrada del rubio para evitar que a este le doliera cuando el miembro del dragón de la sombras entrara.

-¿Quieres que pare?- Propuso el pelinegro, que por cierto no tenía sus vestimentas superiores, solo sus pantalones.

-N-No, se siente increíble- Decía a duras penas el dragón blanco con los ojos algo llorosos por el placer.

Rogue continúo con su labor mientras se maravillaba por los jadeos de su ahora pareja, quien inútilmente puso su mano en su boca para evitar que más sonidos extraños salieran de esta. Después de un rato, el pelinegro supo que la entrada del rubio ya estaba lista para recibir la verdadera prueba de fuego.

-¿Estás listo?- Pregunto el oji rojo a su pareja, la cual tomo el rostro del contrario y le deposito un beso a modo de afirmación. –Bien, voy a comenzar-

Rogue se quitó los pantalones con todo y ropa interior dejando a la vista su miembro erecto. Sting al ver esto se puso rojo y solo intento concentrarse en relajar su cuerpo para que el miembro del azabache entrara y no le doliera.

-Aquí vamos-

El oji rojo empezó a introducir su miembro dentro del rubio, quien empezaba a sentir algo de dolor por la intromisión. No tardo mucho cuando ya el miembro de Rogue entro por completo en el oji azul.

-¿Te encuentras bien?- Pregunto el oji rojo al contrario.

-S-Si, no te preocupes- Dijo algo relajado el DS blanco, pero por dentro se sentía realmente avergonzado por estar en esa situación tan comprometedora junto con su ahora pareja.

Rogue noto que Sting se había acostumbrado a la intromisión y empezó a moverse lentamente dando ligeras embestidas las cuales le sacaban gemidos al rubio. Ambos sentían el placer y el calor que se brindaban, podían sentir que estaban en un lugar íntimo en el cual podían demostrarse que tanto se amaban el uno al otro.

-R-Rog…ue, mas… rápido- Pedía el oji azul con voz entrecortada y tentadora.

-Tus deseos… son órdenes-

Rogue embestía con más fuerza a su rubio, sacando gemidos y jadeos por parte de ambos. La excitación estaba empezando a aumentar en ambos y la calentura invadía ambos cuerpos. El pelinegro se acercó al rostro del oji azul y le beso de manera apasionada para finalmente ambos correrse, siendo Sting el que eyaculo entre ambos mientras Rogue lo hizo dentro de su pareja.

-Gracias…- El oji rojo no entendió hasta que Sting continúo. –Gracias por quererme Rogue- Dijo esto abrazando al pelinegro.

-Te amo Sting-

Ambos magos volvieron a besarse y a sellar su primera vez en un mágico escenario privado de la cual nadie a excepción de ellos sabría lo que había pasado ahí…

O quizás si…

La puerta no había sido cerrada en su totalidad y le permitió a cierta albina ver TODO lo que los DS de Saber habían hecho. Con la cara totalmente roja decidió dar media vuelta y regresar a donde estaban el resto de magos.

-Me alegro por ambos…- Yukino ahora no podría ver a sus compañeros de la misma forma…

***

En la tienda de pócimas, el brujo estaba haciendo revisión de su inventario antes de cerrar, notando que le faltaba algo de su preciada colección.

-Ustedes dos… ¿Se puede saber dónde está la pócima que hice hoy?- Cuestiono el mayor a los niños.

-¿De qué habla, jefe?- Dijeron ambos menores preparando su escape.

-Resulta que esa poción era un prototipo que según el libro de pócimas permitía a cualquiera, sea hombre o mujer, tener la capacidad de poder engendrar vida en su interior, ¿Dónde %$& esta?- El brujo pelinegro tomo su fiel escoba y se alisto para darle a sus estúpidos asistentes como piñatas.

-¡Corre!-

Ambos niños salieron corriendo mientras el brujo montado en su escoba les aventaba pócimas negras que convertían a esos niños en diferentes animales. Lo último que se supo es que hubo un gran escándalo durante toda la noche…

 

Pero obviamente, una mayor sorpresa se llevaría los dragones de Sabertooth, ya que estarían dentro de unos meses con un pequeño milagro de ojos rojos y cabellos rubios que les cambiaría la vida por completo a ambos.

***

Notas finales:

Espero les gustara


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).