Todos los personajes de esta historia pertenecen a Marvel
Prólogo: Después de la batalla
Thor tenía miedo.
Si, ese sentimiento que te acorrala en las esquinas cuando más oscuro se pone el cielo.
Era jueves y aún conservaba su verde capa ensangrentada.
Pero ¿Quién pudo haberlo notado? ¿Quién pudo haberlo detenido?
Nadie.
Loki yacía muerto en la cama de aquel departamento, cubierto con una sábana tan blanca como su piel.
Thor seguía sin comprender.
¿Cómo pudo llegar tan rápido el Ragnarok? ¿Y porque él no estaba muerto?
Afuera llovía tanto que adentro las cosas parecían también mojarse.
Olía a desesperación pura.
La habitación apenas iluminada gracias a una vieja lámpara.
El cuarto era reflejo de su inquilino.
“Búscame” escuchó esa voz aterciopelada.
“¿Dónde?” respondió con rapidez apretando más la prenda ensangrentada.
“En otros mundos”
Thor comprendió
Y tomó la decisión.
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Comienzo: En la batalla.
Asgard la eterna ciudad dorada brillaba aún más en la hora de su destrucción. Caballos y naves espaciales se movían al son bélico tocado por espadas o pistolas espaciales. Entre todo el caos, dos dioses, uno azabache, otro rubio, luchaban contra el fin.
Loki dio una vuelta alrededor de Thor, cubriéndolo con una enorme barrera verde mientras los relámpagos caían sin piedad en sus enemigos. El aesir observó al jotun tratando de hallar alguna respuesta para toda esta guerra.
—Dime que no fuiste tú—murmuró Thor.
—Te juro por todo lo sagrado que yo no tuve nada que ver con esto—respondió Loki con seriedad—. No entiendo…como Fenrir pudo matar a Odin, ni como Surtur ha liberado a todo su ejército…solo…solo falta.
—Jörmundgander—escupió con frialdad—Donde después de mi encuentro con él solo podre dar 9 pasos y moriré. *
El azabache dejo escapar un grito ahogado—Debe haber una solución, yo no ocasione esto, así que no es el Ragnarok verdadero y…
—Yo tampoco entiendo cómo llegamos a este punto…pero estamos aquí—Tomó la mano contraria, mirándola con devoción antes de besarla—. Loki, vamos a estar bien.
—Estas mintiendo.
No hubo tiempo para responder. Una serpiente enorme apareció, chorreando veneno por sus imponentes colmillos y moviéndose cual larga era hasta atraparlos en una muralla hecha de la piel escamosa.
Thor levanto el Mjolnir, hasta que los cielos se convirtieron en torbellinos. Jörmundgander parecía sonreír cuando los primeros rayos quemaron su piel junto a los potentes conjuros de su supuesto padre. Entonces comenzó a lanzar veneno, derritiendo el bifrost y las pocas oportunidades de una victoria para Asgard.
El dios del trueno tomó la fuerza necesaria, era ahora o nunca. Con todo su poder se impactó contra la enorme cabeza de la serpiente, aplastando todo su cerebro, bañando a media ciudad con la asquerosa sangre del monstruo.
Thor salió entre viseras y sesos, sabiendo muy bien cuál sería su destino.
Dio un paso.
Vio a los tres guerreros junto a Sif llegar.
Dos.
Frigga estaba con ellos.
Tres.
Buscó a Loki con la mirada.
Cuatro.
Le dedicó una sonrisa.
Cinco.
—Esker*, te amo demasiado—gritó mientras trataba de llegar a su lado.
Seis.
—Yo también te amo, kjæreste*—respondió Loki.
Siete.
No quiso apartar la vista de esos ojos verdes.
Ocho.
Siente como el veneno de Jörmundgander penetra sus pulmones.
Nueve.
Le sonrío por última vez a Loki.
¿Diez?
Loki le sonrío por última vez a Thor
¿Once?
Loki cayó al suelo, muerto.
¿Doce?
Thor corrió.
¿Trece? ¿Catorce? ¿Quince?
Thor llegó a su lado. Se preguntó ¿Por qué siguáa vivo? ¿Por qué ya no le dolían los pulmones?
¿Dieciséis?
Thor comprende todo. Loki se ha sacrificado por él. Nuevamente ha hecho algún hechizo que le salvo la vida.
No pudo evitar llorar, ni pudo controlar sus poderes.
El dios del trueno ha perdido a su amor.
Un rayo cayó sobre los dos amantes y ambos desaparecieron.