Todos los personajes de esta historia pertenecen a Marvel
Capítulo 2
El doctor.
Thor abandonó el departamento sintiéndose inseguro. Dejar el cuerpo de Loki no era la mejor decisión, mas era necesario por unas cuantas horas hasta que contactara con…ciertas personas dignas de su confianza. Se dirigió hacia la azotea y levanto a Mjolnir para volar directo al 177A Bleecker Street en Greenwich Village, Nueva York, dirección en donde cierto Hechicero Supremo habitaba.
El cielo aun poseía enormes nubes grises, mientras el gélido viento provocaba picazón en su cara. Nunca había sido sensible a ese tipo de cosas pero hoy no quería ser fuerte, su única necesidad era ver esos ojos verdes nuevamente, poco le importaba si tenía que besarle los pies a Strange como pago por sus servicios.
No tardó en llegar, después de todo Nueva York no era tan grande y en cuanto sus botas tocaron el suelo del portón, Stephen lo jalo hacia dentro.
— ¿Cómo es que sigues vivo? —preguntó Strange dando vueltas a su alrededor—. Pude sentir el comienzo del Ragnarok…
Thor suspiro, realmente estaba desanimado—. No lo sé.
—Eso no es posible, debes de saberlo, después de todo tu pareja, Loki, es el que siempre lo tiene que ocasionar.
Fueron palabras demasiado fuertes. Thor se tensó y agarro con más fuerza al Mjolnir. Golpearía a Strange, en serio lo haría sin embargo necesitaba su ayuda o las cosas nunca iban a arreglarse—Él no tuvo nada que ver…está muerto.
Los ojos de Stephen se abrieron con sorpresa, eso explicaba la cantidad de energía tan grande liberada en el multiverso. La muerte de Loki había desencadenado una serie de extrañas acciones en otras dimensiones. En un principio pensó que había sido algo insignificante pero ahora lo dudaba—Ya he hecho demasiadas preguntas…dime ¿Cuál es el propósito de tu visita?
—Necesito tu ayuda—suspiró derrotado, cual niño indefenso—Quiero revivir a Loki…su muerte no fue normal, no se suponía que fuera así…—movía las manos desesperado sin saber como explicarse—. Todo fue tan extraño, se sacrificó por mí y después lo escuche en mi cabeza diciendo que debo ir a buscarlo en otros mundos.
El hechicero levanto una ceja. Si no hubiera sentido cambios dentro del multiverso habría ignorado a Thor y muy posiblemente lo llevaría con un Tanatologo, sin embargo las situación era diferente, existían pruebas para pensar que Loki no estaba tan muerto.
—Te ayudare, aunque primero necesitamos saber exactamente qué sucedió—Strange lo condujo hasta una biblioteca enorme. El lugar tenía tres pisos repletos de libros mágicos volando a todas direcciones tratándose de acomodar en estantes blancos hechos con mármol y se encontraban alrededor de un hermoso candelabro. Thor admiró el lugar sorprendido—Veras, cuando Loki murió las otras dimensiones se vieron afectadas pues cierta energía entró en cada una. Esto no es algo raro…comúnmente la muerte de cualquier persona suele ocasionar este tipo de situaciones, pero con tu llegada puedo darme cuenta del perfecto plan que creo Loki.
— ¿Plan?
—Mi hipótesis es: Loki mando una parte de su alma a diferentes universos—concluye Stephen tomando un libro.
Thor asintió asimilando todo lentamente—Pero…
—“En la mitología nórdica, Ragnarok es la batalla del fin del mundo. Después de la destrucción, una tierra nueva emergerá del mar. Se volverá a empezar con el ciclo” —leyó sin expresión alguna—Iban a volver a comenzar ¿No? Algo en ese nuevo inicio debió molestarlo…o simplemente murió defendiéndote y todo esto de la división del alma fue mera casualidad—encogió sus hombros— Quien sabe.
—Okay, creo…comprenderlo, pero necesito acciones, hechicero supremo. Hasta ahora no me has dicho como conseguiremos nuestro objetivo.
Cerro el libro, poniendo los ojos en blanco—Asgardianos, son tan impacientes—suspiró ganándose el ceño fruncido de Thor—. Es sencillo, te llevare a otras dimensiones, recuperas la energía liberada y regresas.
— ¿Cómo meteremos esa energía a Loki?
—Eso es algo que yo aún no sé pero espero obtener una solución cuando llegues.
Ambos guardaron silencio. La determinación se sentía en todos los rincones del cuarto, incluso el ojo de Agamotto vibraba suavemente.
—Estoy listo—anunció Strange tomando su amuleto—. El ojo de Agamotto ha encontrado energía asgardiana en otra dimensión ¿Estas preparado?
Thor asintió por tercera vez. Nada lo iba a detener…nada a excepción…—Necesito otro favor.
—Eso si va a tener un precio.
—Cuida el cuerpo de Loki, no puedo llevarlo a todas partes pero tampoco puedo dejarlo solo. Está en el departamento 34B en la calle Riverside Drive—le entregó una pequeña llave—Dime cual va a ser tu precio.
—A cambio de esto solo te pediré arcilla roja—sonrió Strange mientras movía sus manos alrededor del ojo de Agamotto. Este se abrió, mostrando una gema verde.
—No entiendo a qué te refieres…—murmuró el rubio.
—Ya lo entenderás—la energía del amuleto poco a poco comenzó a absorber a Thor—. Solo recuerda…Ten cuidado con la cumbre escarlata.
De pronto sintió como todo comenzaba a dar vueltas, solo las luces permanecían en su lugar. Esta era una sensación diferente, no se parecía en nada a los viajes del Bifrost en donde simplemente sentías leves molestias. El viaje interdimensional te arrancaba el alma y quemaba tu cuerpo, tanto literal como metafóricamente. Thor soltó un grito desgarrador antes de desmayarse.
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Mar.
Ese olor salado inundo las fosas nasales de Thomas Sharpe mientras caminaba por el puerto observando a su hermana sonreírles a varios marinos.
Impotencia.
Eso sintió el corazón de Thomas Sharpe cuando subieron al barco y Lucille tenían pegados veinte hombres. Vaya, entendía que solo usando esos métodos podían lograr un descuento para los boletos hacia América pero aun así odiaba verlo, odiaba no darle a su hermana una vida digna.
“No te rindas ahora” pensaba “Una más, después tendrás todo” se sentó observando fijamente su única maleta. Sus dedos se deslizaron por los bordes sintiendo los pedazos de cuero desgarrado.
Pobreza.
Sinceramente no la odiaba. Prefería ser un pobre feliz que…bueno, ser un baronet encerrado en aquella vieja casa. Sin embargo, ama demasiado a su hermana, tanto, se siente incapaz de herirla con todos sus pensamientos.
—Disculpe…—una voz gruesa, bastante conocida más nunca oída provoco en él paz, incluso sonríe y decide esperar algunos segundos solo para disfrutar la sensación.
— ¿Lo puedo ayudar? —responde Thomas levantando su mirada, encontrándose unos hermosos ojos azules, inconscientemente vuelve a sonreír y sus manos comenzaron a arder, dolían…sabía que eso desaparecía cuando tocara las mejillas de aquel misterioso señor.
Thor contiene la respiración, es Loki a quien ve. Casi olvida el hecho de que esta no es su dimensión, ni es él realmente pero contiene las ganas de besarlo y abrazarlo—Soy…soy—empieza a ponerse nervioso, no podía decir que era Thor ¿Qué debía de hacer? Tras unos breves segundos la información necesaria aparece en su cabeza, si esto era obra de Strange se lo agradecería—Soy el primer oficial Owen Chase…
—Es un placer, yo soy el Baronet Sir Thomas Sharpe—sonríe dejando a un lado la maleta—. Gracias por dejarnos subir al Ballenero Essex, sé que este no es un barco para transportar gente pero—se ríe y Thor se derrite—, realmente necesitamos llegar a América de forma económica.
El rubio sonríe listo para contestarle…
— ¿Con quién hablas, Thomas? —una bella dama vestida interrumpe la mágica escena
—Oh, es Owen Chase…él primer oficial.
—Buenas tardes, soy Lady Lucille Sharpe—extiende su pálida mano, Thor besa el dorso—Es un placer conocerlo, veo que ya conoció a mi hermano.
Si, ella le daba mala espina. Todo en su aspecto gritaba peligro, parecía como si aquella dama fuera una polilla apunto de devorar a una mariposa.
—Sí, espero disfruten su estadía en el barco…no es el mejor, ni el más hermoso—su mirada se desvió a Thomas—pero llegara a su destino.
Lucille sonríe y Thor comienza a odiarla.