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Nueva Oportunidad por Ciel Ritsu

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Notas del capitulo:

Hola!!

Ha pasado un tiempo desde que he colocado algo. Este one salió de la nada una noche de las muchas que pase sin internte u.u a nadie le deseo que se le vaya el internet por un mes, fue el sufrimiento para mi. Pero de ese sufrimiento salió esta historia que espero que les guste y espero que les guste la pareja porque digamos que a partir de ahora, de mi parte, tendrán MinaIta en los fics futuros *-*


Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Kishimoto-sensei!!  

Capítulo Único 

 

Itachi Uchiha POV

 

El cómo acabe aquí sentado en el banco  de un parque, sin nada que comer y congelándome en la fría noche, es algo que siempre viene a mi cabeza. Si me hubiesen dicho hace tres días atrás que acabaría de esta manera, les aseguro que jamás se los creería y como no hacerlo si hace tres días atrás era miembro de una importante familia, hace tres días atrás era el heredero de una de las más importantes familias de Japón, hace tres días atrás era alguien importante, hace tres días atrás era un Uchiha.


El cómo acabe en estas condiciones es sencillo, soy gay, mi familia se enteró de mi orientación sexual y como ahora ven, eso es algo que mi orgulloso y tradicional padre jamás toleraría y escuchando el llanto lastimero de mi madre diciendo, más bien gritando, que había hecho mal para tener un hijo gay, me echaron a la calle sin nada más que la ropa que tenía en esos momentos y antes de cerrarme la puerta en la cara mi padre, si es que aún puedo llamarlo así, me grito que desde ese momento dejaba de ser su hijo.


Estando en estado de shock por la manera que me trataron mis padres me fui caminando por la calle sin saber exactamente qué hacer, no tenía amigos, nadie de mi familia ahora me apoyaría, aunque si había alguien que sin duda me daría una mano, mi primo Shisui, pero él estaba en otro país y no podría comunicarme con él.


Sin saber qué rumbo tomar me senté en una de las bancas que estaban en el parque cerca de mi casa, bueno de la que había sido mi casa estos 18 años. En ese momento sentí como mis ojos empezaban a humedecerse pero no me permití llorar, aunque me doliera lo me habían hecho mis padres. Nunca pensé que ellos iban hacerme eso solo porque me gustaban las personas de mí mismo sexo.


Los días pasaron y yo continuaba en la calle, tan solo han pasado tres días y había sido un total infierno, no solo por no saber en dónde dormir sino también estándome cuidando de las otras personas que vagaban por la calle y de los delincuentes, la noche anterior me vi metido en una pelea, unos tres tipos querían pasarse de listo conmigo confundiéndome con una chica, agradecía haber aprendido en mi niñez defensa personal, me defendí muy bien aunque eso no quitaba que me llevara unos cuantos golpes también, cuando pude librarme de esos tres sujetos dejándolos inconscientes en el suelo me fui de inmediato del lugar, no me detuve hasta que me supe lo bastante alejado de esa zona y terminar en este parque, que si no me equivoco es el que estaba en el centro de la ciudad.


En estos momentos me encontraba muy desesperado, no había comido nada en tres días y mi estómago me dolía por el hambre que tengo, he estado luchando conmigo mismo para no tener que robar, pero en estos momentos esa idea se me hacía muy tentadora. Sabía que era algo malo pero no podría aguantar más.


No sé si era algo del destino o es que la vida quería que yo de verdad le robara algo a otra persona porque justamente ahora venía caminando, un tanto distraído, un hombre rubio no mayor de 25 años, el sujeto llevaba ropa muy caras y lo sabía porque yo usaba ese tipo de ropa cuando mi vida no era el infierno que estoy pasando ahora.


Sin poder detenerme a pensar y guiándome por el dolor de mi estómago me le acerque silencioso al sujeto tomándolo desprevenido y sujetándolo de sus manos, al no tener un arma me tendría que lidiar con mis fuerza.


—Por favor no me haga nada —Fue lo que le escuche decir, esas palabras colaron en mi cerebro y me sentí mal, no quería hacerle nada, pero quería sobrevivir.


—Lo siento, de verdad que lo siento pero necesito comer, si tienes algo de valor dámelo y no te haré nada. —Mi garganta dolía y mi voz salió rasposa, el no tener nada que comer y la falta de agua estaba haciendo mal a mi cuerpo.  


—No tengo nada de valor encima, solo tengo el poco dinero que me queda, salí rápido de mi casa para buscar un medicamento para mi hijo. —¿Un medicamento para su hijo? Eso me hizo sentir peor de lo que me sentía, ¿cómo podría robarle a un padre que tenía a su hijo enfermo en estos momentos?. Sin poder soportarlo más deshice mi agarre en sus muñecas y lo libere.

 

—Lo lamento de verdad —Dije arrepentido alejándome de él- Te sugiero que vayas rápido a casa a esta hora es muy peligroso caminar por estas calles —Le advertí sin mirarlo, mi largo cabello tapaba mis ojos y sin querer esperar una palabra de él me di la vuelta para caminar de nuevo a la banca en la que estaba sentado minutos antes de querer cometer un acto ruin como iba hacerle a ese hombre.  


—Espera chico! —La voz del contrario hizo detenerme, no espere que me dijera algo, yo pensaba que se iba a ir como cualquier persona pensante haría cuando iban a asaltarlo. —Puede que no tenga nada de valor para que me robes pero podría darte la comida que necesitas, ven a mi casa no está lejos de aquí así podrás comer algo.


Eso me dejo petrificado y levantando la mirada me quede observando al sujeto que sin duda era un completo demente o tonto, ¿quién en su sano juicio le ofrece algo de comer a la persona que minutos antes quería asaltarte?. De verdad que estaba loco pero más loco o desesperado estaba yo aceptando su invitación.


Lo que había dicho Minato, durante el camino a su casa se presentó y yo le dije mi nombre, era cierto. Su casa estaba cerca del parque, estaba casi al frente de la entrada del sur y se veía pequeña por fuera pero cuando me permitió entrar vi que no era tan pequeña como se veía, la casa era espaciosa ideal para una familia pequeña, muy acogedora y sin dejar por alto el nivel económico que Minato presentaba, tenía los más modernos artefactos.


—Itachi iré a darle el medicamento a mi hijo, porque mejor no tomas un baño? De seguro querrás sentirte limpio y no quiero ofenderte pero hueles un poco mal— Eso sí que había dado en mi orgullo pero no iba a refundarle nada porque él estaba en lo cierto.


—No me ofendes, tienes la razón en lo que dices y me alegraría tomar un baño, pero no tengo nada con que ponerme después.


—No te preocupes yo te llevaré algo que ponerte, puede que una ropa que ya no use te quede —Lo escuche decir con una suave sonrisa, pero antes de que se marchara yo lo detuve tomando su mano.


—¿Por qué haces esto? Soy peligroso Minato, trate de asaltarte hace unos minutos allá afuera en el parque, acaso no temes que pueda hacerte algo a ti o a tu hijo? —Pregunte un tanto desesperado, aún no podría creer lo que estaba pasando, sentía que era una ilusión y que pronto iba a despertar acostado en la grama o en una banca del parque.


—No eres peligroso Itachi, tú lo dijiste, trataste de asaltarme pero te detuviste cuando te dije que tenía un medicamento para mi hijo, solo una persona de buen corazón no robaría a un padre que tiene a un hijo enfermo —Eso me sorprendió, era lo justamente pensé cuando Minato lo dijo.


—Gracias.


—Agradécemelo cuando estés duchado y cenado de acuerdo?. El baño es la última puerta a la izquierda, la de al frente es mi habitación y la que está al lado de esa es la de mi hijo Naruto, cuando termine con él iré a llevarte ropa de acuerdo?


Asentí con mi cabeza y luego de escuchar su autorización camine hacia la puerta de la que sería el cuarto del baño. Sin esperar mucho me quite la desgastada y dañada ropa dejándola en el suelo para meterme debajo de la regadera. Solté un suspiro al sentir el agua caliente sobre mi cuerpo, había extrañado esa sensación.


Cuando había terminado mi baño y salí de la ducha pude notar que mi ropa ya no estaba en el lugar donde la deje y en cambio había una ropa doblada sobre la tapa del retrete, sin prisa seque mi cuerpo y me coloque la ropa que Minato me había prestado, la suavidad y el aroma que desprendía la tela me relajaba, sin duda era el aroma del rubio, sin habérmelo propuesto me quede oliendo aquella camisa y cuando salí de mi ensoñación me sonroje, dando un pequeño salto al escuchar el toque de la puerta y la voz de Minato diciendo que si ya estaba listo bajara a la cocina para que pudiera comer, el escuchar eso último hizo que mi estómago gruñera enseguida.


 Al entrar a la cocina de inmediato llegaron los olores de comida recién hecha y haciendo uso de mi autocontrol me espere sentado en la mesa, podía estar ahora viviendo en la calle y estando un poco desesperado por comer algo pero jamás se me iba a olvidar los modales que me habían enseñado desde pequeño.


—Espero que te guste, no soy muy buen cocinero pero me defiendo y voy aprendiendo poco a poco —Eso fue lo que dijo Minato cuando colocaba dos platos de comida en la mesa, en esos momentos solo pude pensar que aunque la comida tuviera mal sabor o estuviera quemada igual me la comería.


—Gracias por la comida —Dije suavemente y sin esperar por más tiempo empecé a devorar lo que Minato había preparado, sé que dije que no iba a olvidar mis modales pero al haber estado tres días sin comer ningún alimento, los modales pasaban a otro plano. La comida estaba más que exquisita y cuando estaba por la mitad de mi plato escuche la risa suave de Minato.


—Me alegra tanto saber que te encanta lo que preparé Itachi —Lo vi sonreír suavemente para mí, haciendo que detuviera lo que estaba haciendo solo para verlo, Minato sí que era un hombre muy guapo, su cabello rubio y sus ojos azules eran de los más hermosos. Sin duda alguna debe ser un hombre muy cotizado. Pensando en eso vino una pregunta a mi mente.


—Disculpa Minato sé que tienes un hijo pero y ¿su madre? ¿Vive contigo? ¿No se enojara si me ve aquí?.


Al terminar de decir mis preguntas vi como la mirada de Minato se entristecía  y de inmediato me arrepentí de haber abierto mi boca y preguntar cosas que no debía.


—Kushina, la madre de Naruto, murió cuando él nació. El parto fue muy complicado y no pudo soportarlo.


—Lo siento, no sabía, de verdad perdóname por haberte incomodado.


—Tranquilo Itachi, como dices, no sabías nada, está bien mejor sigue comiendo y si aún sientes hambre dime sin vergüenza y te sirvo más de acuerdo?


Sin duda alguna Minato era un hombre muy bueno y no era justo que la vida le haya quitado a la mujer que él  amaba. Eso me hace pensar que la vida no es muy justa. Cuando termine mi plato seguí la sugerencia de Minato y le pedí que rellenara mi plato, a pesar que fue el mismo que me lo sugirió no pude evitar que mis mejillas se sonrojaran por la vergüenza, era la primera vez que hacía eso. Pero debía de acostumbrarme, si seguía viviendo en la calle, eso es lo que me tocaría.


—Mil gracias por todo Minato, la comida estuvo estupenda y la ducha la necesitaba —Sonreí levemente mientras terminaba de lavar los platos, le debía aunque sea eso. —Donde está la ropa que tenía puesta?


—La boté —Lo escuche hablar tan tranquilo que me dejo sorprendido, ¿Cómo que la había botado? Sabía que estaba rota pero era lo único que tenía.  


—¿La botaste? ¿Pero ahora qué usaré para irme? No puedo usar esta ropa que me diste —Le dije un tanto alarmado, raro en mí, yo siempre era muy tranquilo, pero digamos que mi vida ya no es como antes, así que de seguro mi personalidad seguirá cambiando.


—Tranquilo Itachi, porque mejor no me acompañas a tomar un té en la sala? Así me cuentas tu historia, quiero saber porque estas en la calle, puedo notar que tú no eres de ese mundo.


Sin poder negarme acompañe a Minato con la taza de té que había pedido y a medida que le contaba mi historia y el motivo por el cual ahora vivo en la calle la taza de té pasó de una a tres. Minato me escucho todo lo que dije y no me despreció al saber que era gay. El saber que no me juzgaba o me rechazaba hizo que mis ojos se humedecieran, aunque intente contener las ganas de llorar no pude, necesitaba desahogarme y Minato me ofreció su hombro y sus brazos para hacerlo. Recordar el trato de mis padres y su cruel rechazo hizo que llorara por unos largos minutos.


—Itachi quédate conmigo —Escuchar aquellas palabras hizo que no solo mis lágrimas se detuvieran sino que un fuerte sonrojo aparecieran en mis mejillas, la voz de Minato se escuchó tan decidida que el mismo al darse cuenta igual se sonrojo pero con menos intensidad que yo— creo que fui muy decidido verdad? —Vi como se rascaba sus cabellos nervioso, eso me saco una sonrisa— vive con nosotros aquí Itachi, te ayudaré y te apoyaré, como ves la casa es muy grande y tengo un hijo que sin duda le caerás muy bien, serás bien recibido aquí. Naruto es un niño muy alegre pero por mi trabajo se queda mucho tiempo solo, si me ayudas con él y cuidarlo me harías un gran favor. Pero claro, quiero que estudies, tampoco quiero que descuides esa parte de tu vida. ¿Qué dices? ¿Aceptas?


No lo podía creer, Minato me estaba ofreciendo ayuda, una oportunidad para encaminar mi vida, no regresar a las calles y seguir mis estudios. ¿Sera que la vida me estaba dando ese rayo de luz que pedía con desesperación estos días?. Si ese es el caso quería tomarlo, así que con aun lágrimas en los ojos acepte, acepte esa oportunidad y la propuesta de Minato.


—Te devolveré esa ayuda y esa confianza que me estás dando Minato, no te defraudaré lo juro por mi vida.


—Eso no lo dudo Itachi, tienes potencial para lograr algo grande y yo confió en que lo lograrás —Sin poder contenerlo más lo abrace fuertemente. Esa noche, estando en los brazos de Minato, prometí que daría todo de mí para alcanzar mi meta y no defraudar al hombre que no solo me daba una nueva oportunidad sino que se convertiría en un ser muy importante en mi vida.

 

****MinaIta****


Años han pasado, 6 años para ser precisos, años maravillosos aunque no siempre felices, pero ¿Quién dijo que la vida era siempre felicidad?  La vida es como una montaña rusa hay subidas y bajadas, momentos buenos y momentos malos. Pero precisamente hoy era esos días de momentos buenos. Hoy por fin lograría cumplir una de mis metas, la primera la cumplí hace dos años cuando me gradué con honores de la facultad de leyes, ahora soy un abogado que poco a poco empezaba a ganar fama por los casos que me ha tocado ganar, algunos muy importantes, que ni en sueños pensaba que me tocarían. Esta noche abriría mi propio bufete de abogados, fue un trabajo arduo de dos años ininterrumpidos, junto con dos colegas más, entre los tres logramos construir lo que ahora sería el bufete de abogados que ayudarían a muchas personas.


—Itachi nii-san!! —Voltee de inmediato al escuchar que me llamaba una voz risueña e infantil, el pequeño Naruto con tan solo 9 años venía corriendo  hacia mí y sin importar lo que dijeran los posibles clientes tome al niño en brazos cuando lo tuve cerca, aunque ya no era tan niño y pesaba bastante me gustaba cargarlo y consentirlo— Itachi nii-san este lugar es muy grande y elegante —Lo escucho decir y no pude evitar sonreír.


—¿Verdad que lo es?


—Claro que si! Y más porque mi papá fue que lo diseño y estuvo al frente cuando lo construyeron —Dice orgulloso, en eso sí que tenía mucha razón, todo este bufete fue diseñado y dirigido por Minato, no por nada era un buen arquitecto. Aún recuerdo que cuando le propuse que fuera el arquitecto se emocionó y muy dispuesto acepto el trabajo diciéndome que no lo hacía por el dinero sino porque le encantaría hacer algo para mi futuro como abogado.


—Naruto tampoco es para que lo alardees tanto —Le escucho decir a Minato y esas palabras provoco que tanto Naruto como a yo suspiráramos, a Minato nunca le ha gustado que lo alardeen mucho, pero en ocasiones era muy necesario y ciertamente esta era una de esas ocasiones. Sin dejándole oportunidad a que dijera otra cosa más me acerque a sus labios y le deje un beso en ellos.


—Amor por esta ocasión debes aceptar que te alardeen lo que quieran, hiciste un estupendo trabajo con este bufete y aunque te pongas nervioso vas a estar conmigo y recibiremos ambos tus felicitaciones de acuerdo? — Hablando un tanto firme observe como Minato suspiraba y asentía con su cabeza, sabía que en esta ocasión yo tenía razón además a Minato le encantaba cumplir algunos de mis caprichos.


—Como usted lo diga señor Namikaze —No pude evitar sonreír al escuchar el todo bromista de mi esposo y bajando a Naruto de mis brazos me le acerco nuevamente para rodear su cuello y así poder besarnos con más soltura.


Nunca olvidaría el día de mi graduación, ese día especial que además de recibirme como abogado también fue el día en que Minato me pidió matrimonio. Ese día me lleno de mucha dicha y de amor, sobre todo de amor, mi amor por Minato. A los meses siguientes nos casamos, fue una boda sencilla pero significativa, estuvieron los familiares de mi esposo y los amigos que hice en la universidad.


—Papá! Itachi nii-san no hagan eso en público —Salí de mis pensamientos y me separé de los labios de Minato al escuchar la voz de Naruto.


—Lo siento Naru-chan pero hay ocasiones en las que no puedo contenerme —Sonrío feliz y Minato sin aún quitar sus manos de mi cintura se acercó a mi oído.


—Gracias por todo Itachi. Te amo mi amor.


Sonreí felizmente negando con mi cabeza, el que debía dar las gracias no era él, era yo, si Minato no hubiese aparecido esa noche, si yo no lo hubiese querido asaltar posiblemente yo no estaría aquí en estos momento.


—El que te pide las gracias soy yo Minato. Sin ti, sin tu apoyo y sin tu amor yo no estuviera aquí. Gracias por darme esta nueva vida.


—Te amo.


—Yo también, te amo Minato.


Fin

Notas finales:

Gracias por leer n.n 


No olviden dejar sus Rw, son gratis y miren que alegran al escritor ^3^


Un abrazo! 


Ciel Ritsu.


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