El destino es el poder sobrenatural inevitable; según se cree, guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no esperado, de forma necesaria, supone que nada ocurre por azar sino que todo tiene una causa ya predestinada, y el destino de ellos fue truncado, fue destruido, fue irónicamente manipulado, cambiado, en el universo ya había un destino escrito para ellos; pero hay personas que simplemente no creen en estas cosas, que son consumidas por la ambición, se creen con el poder de manipular a las personas a su antojo, ¡El dinero si puede cambiar el destino! El maldito y sucio dinero, no da felicidad pero si puede hacer actuar a la gente de otra manera, puede hacerte cambiar tu forma de pensar y por sobre todo puede hundirte mucho más en el juego del poder, porque al fin y al cabo obtener dinero es un estúpido juego en el que sí no eliminas de la peor forma a tu contrincante en el juego; simplemente pierdes; pero la excusa más cobarde es culpar al destino, puede que te lleve a una oscuridad en la que no podrás salir, pero eres tú el que decide la dirección de tu vida, y porque el destino es caprichoso y si algo estaba escrito para que sucediera, sucederá, en el momento adecuado, con la persona adecuada; pero eso no los eximirá de malos momentos, de sangre, sudor y lágrimas.
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e63; Seúl, Barrio Gangnam-gu 23 de Agosto Año 2002.
Dos adorables niños de cinco y siete años corrían por todo el patio mientras competían para ver quien era el primer en llegar hacia los juegos que allí había para divertir a los pequeños niños que asistían a la guardería, apenas la maestra los dejo salir a divertirse estos de inmediato aprovecharon para casi volar —Sin escuchar la advertencia de la maestra Kim de "No correr"— Hacia dicho lugar rodeado de arboles perfectamente grandes como para proporcionarles una perfecta y refrescante sombra a los juegos en donde muchos niños juegan.
—. ¡¡He ganado!! —. Celebraba el mayor de los dos mientas levantaba sus brazos en señal de victoria.
—. No es justo Hyung, me has empujado ¡Eso es trampa! —. Se quejaba el otro pequeño mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho y hacia un adorable puchero.
—. Pero tú la otra vez también me empujaste, por lo tanto si es justo —. Seguía celebrando el mayor.
—. Ya no quiero jugar a nada contigo —. Decía un Jihoon completamente amurrado, caminando hacia una de las pequeñas bancas que rodeaban los juegos.
—. Pero Jihooniie, no te enojes —. Lo seguía un pequeño Seungcheol, para segundos después sentarse al lado del menor, posando sus delgados y cortos bracitos sobre los hombros del más pequeño —. Lo siento ¿Si?, no volveré a hacerlo, puedes ganar en todos los juegos de ahora en adelante.
Al escuchar las palabras de Seungcheol, al pequeño Jihoon se le iluminaron sus ojitos, como si fueran dos luceros que brillan es su máxima expresión.
—. ¡Hyung! ¿Hablas enserio? —. Cuestionaba un sonriente y emocionado Jihoon.
—. ¡Claro que sí! Sabes que eres mi mejor amigo, y haría todo por ti —. Decía Seungcheol.
Los ojos de Jihoon, recorren el sonriente rostro de Seungcheol ¡Su mejor amigo, su Hyung, la persona que lo cuida de esos irritantes niños que lo molestan por ser muy inteligente y estar unos cursos adelantado! lo analiza, pero lo que más le llama la atención es un morete en su mejilla derecha.
¡¡Otra vez ha vuelto a pasar!!.
Jihoon ya no recuerda muy bien cuando fue la primera vez que vio algún golpe en él pequeño cuerpo de su Hyung, al pasar los días los golpes fueron aún más frecuentes, pero Seungcheol simplemente le dice: —. Esta será la última vez Jihoon, no te preocupes, papá solo estaba un poco enojado —. Eso hace que la felicidad en la cara de Jihoon se borre por completo para ser reemplazada por la rabia.
—. ¡Lo ha vuelto hacer! —. Reprocha Jihoon con su ceño fruncido mientras levanta su mano y acaricia suavemente la mejilla de su Hyung.
—. No es nada, no debes preocuparte Jihoon —. Con un gesto de mano intenta tranquilizarlo.
—. Pero Hyung siempre me dices lo mismo —. Le reprocha —. ¿Que fue lo que pasó está vez? —. Lo mira fijamente, mientras acaricia la suave mejilla herida de su Hyung. Seungcheol se acerca aún más a la caricia, cierra sus hermosos ojos y suspira—. Y no quiero mentiras, porque eres pésimo para mentir.
Seungcheol lentamente habré sus ojos y observa al pequeño que ahora tiene de pie al frente suyo, está de puntillas para poder estar a la altura de él pero aún así no lo logra por que es más bajo que el, su cabello castaño oscuro cae tiernamente por sobre sus delgadas cejas que ahora están fruncidas, sus dientes apricionan su diminuto labio inferior por la rabia, y sus ojos recorren cada milímetro de su cuerpo en busca de algún otro golpe visible, la preocupación de Jihoon le hace tan feliz, tanto que su corazón late a un ritmo poco sano, su respiración aumenta y sus manos sudan, él realmente no entiende que es lo que le pasa, cree que tal vez es por que es su mejor amigo
¡Sí, eso debe ser.!
—. Solo me empujó, caí al suelo y me golpee en mi rostro, solo eso pasó —. Le sonríe, para hacer más creíble su versión, pero sabe que eso no convencerá al adorable niño que tiene en frente apunto de discutir, el no debe preocuparse por las cosas que suceden en su casa o más bien no quiere preocuparlo, así que antes de que eso suceda, rápidamente da un saltito y se para a su lado, se acerca y besa suavemente la mejilla de su amigo —. ¡Eres muy adorable cuando frunces tu ceño, lindo Jihoon!
Seungcheol sabe como distraer a su lindo Jihoon.
Cuando esas palabras salen de la pequeña boca de Seungcheol. A Jihoon se le olvida por completo lo que antes estaban discutiendo, incluso hace que en su expresión vuelva aparecer esa adorable sonrisa pero ahora con un toque de vergüenza, adornada por dos preciosos hoyuelos, cuando su Hyung le dice: lindo Jihoon, siente como si tuviera millones de mariposas revoloteando en su estómago, hace que sus mejillas se pinten de un color carmesí, suena también como cuando su papá le dice a su madre que es muy linda, para luego besarla dulcemente en los labios.
¡Ojala Seungcheol hiciera algo como eso!
Jihoon se siente extraño al pensar en Seungcheol besándolo en los labios; pero eso no quita esa agradable sensación que recorre su cuerpecito al imaginarlo.
—. Hyung no digas eso, yo no soy adorable y ni mucho menos lindo —. Decía Jihoon mientras se separaba de su hyung, con su cabeza gacha tocando el lugar que a sido besado ¡Su mejilla tiene un hormigueo muy agradable!.
—. ¡Oh pero si eres tan lindo —. Vuele a decir Seungcheol recalcando la última palabra—. Además eres...
Unos gritos los distraen de su interesante conversación, ambos observan como de la entrada de la guardería, aparece el padre se Seungcheol que sacude a su madre de un brazo mientras se dirigen hacia los pequeños niños, la maestra intercepta a la pareja con un rostro de confusión, pero es completamente ignorada por el señor Choi, quien suelta el brazo de su esposa, y pasa de largo en dirección hacia donde ellos antes sostenían su linda plática.
De pronto todo pasa muy rápido en frente de los ojitos de Seungcheol y Jihoon.
El mayor de los dos es bruscamente tomado de uno de sus cortos brazos y es tironeando y obligado a caminar de manera rápida hacia la salida, siendo completamente ignorando por sus preguntas y quejas.
De un momento a otro, enojado de ser ignorado Seungcheol se suelta del firme agarre de su padre y pregunta:
—. ¿Que sucede Papá? ¿Por que....
Pero antes de poder terminar la pregunta es interrumpido por una fuerte bofetada propinada por la grande y dura mano de su padre, con el rostro girado aún lado producto del fuerte golpe, Seungcheol se obliga a no soltar ni una lágrima más, desde la última vez que fue golpeado por no cumplir las órdenes de su padre de matar a su cachorrito, situación que resultó con Seungcheol inconciente por dos días y con tres días de reposo.
Aún recuerda el dolor de los golpes propinados por su propio padre, pero también recuerda que valió la pena por que pudo salvar a su perro, también recuerda como su madre le pedía perdón por no poder defenderlo, y por sobre todo recuerda con gran alegría como su mamá le decía que Jihoon estaba muy preocupado por el y que le mandaba muchos saludos y que se recuperará pronto de su "Gripe" para que puedan jugar juntos.
Desde hace unos cuantos meses que su padre ha estado actuando raro, frecuentaba muchas reuniones de trabajo, le visitaban hombres que a simple vista eran de una dudosa procedencia, le hacía realizar cosas malas como pelear con otros niños, le hacía estudiar cosas que para un niño de su edad no venían ni al caso.
—. Te he dicho millones de vez que debes llamarme Señor Choi, pequeño inútil —. Lo reta con voz dura.
—. L-lo siento, S-señor C-Choi —.Se corrigió—. ¿Q-que es lo que p-pasa? —. Pregunta al fin.
—. Pasa, pues que eres un completo inútil, un bueno para nada, para lo único que sirves es para llorar, eres un marica —. Se acerca y toma con una mano el rostro de Seungcheol, haciéndolo fruncir el ceño por el dolor —. Por tu culpa las cosas no están saliendo bien, por lo tanto he decidido que te irás muy lejos.
~Te irás muy lejos, te irás muy lejos, lejos, lejos, lejos.
Como un eco esas palabras retumban en las cabezas de ambos pequeños niños. El corazón de Jihoon es estrujó de una manera insoportable, sus ojos se llenaron de lágrimas, el no puede estar sin su Hyung, ¡Es su mejor amigo, la persona más importante para él después de sus padres!
—. N-no quiero irme lejos —. Solloza Seungcheol.
—. Muy tarde, deberías haberme hecho caso cuando estabas a tiempo, te lo advertí pequeño estupido —. Suelta su rostro de manera brusca para arrastrarlo de nuevo de un brazo —. Ahora vamos, no hay tiempo que perder.
Esto no podia estar pasándole a el. No, Seungcheol no quiere una vida así, no quiere separarse de Jihoon, aunque no entiende muy bien por que su papá lo está obligado ha algo como eso, el no ha hecho nada malo ¿O si? ¿Sera que ya no lo quiere? Es por eso que lo mandara muy lejos, pero cree que más bien es por no cumplir con sus órdenes, por no matar a su perrito, por no querer tomar las clases de las diferentes armas que existen en el mundo, las mas letales, las que mejor se trafican, y por sobre todo por que no quiso dispararle a un pobre niño de la edad de su lindo Jihoon.
¿Como un niño de siete años podría hacer algo como eso?
Todo eso y más pasaba por la cabeza de Seungcheol, pero una imagen en particular termino por destrozar su corazón.
Jihoon, su lindo Jihoon.
De un rápido movimiento, su brazo es libre nuevamente, se gira y con una maniobra, corre en dirección de su amigo, lo abrazaba desesperadamente, lo siente temblar en sus brazos.
—. C-cheol H-hyung —. Solloza Jihoon, hundiendo su cara en el pequeño pecho de Seungcheol —. N-no me dejes.
—. Jihooniie debo irme, lo siento mucho —. Lo separa para limpiar con sus manos las lágrimas que resbalan por las mejilla de Jihoon —. Prometo volver por ti ¿Si?
—. No, quédate conmigo por favor —. Dice aferrándose a la ropa de cheol.
—. No puedo Jihooniie —. Susurro.
Seungcheol sabe que es imposible ir en contra de su padre, al parecer la decisión ya está tomada, el esta seguro que su madre se ha negado a lo que su progenitor quiere hacer con el, pero tampoco puede hacer mucho con cinco meses de embarazo.
—. P-pero.
—. Lo siento, no te preocupes estaré bien —. Dice sonriendo tristemente —. Recuerda que eres mi mejor amigo, y siempre serás mi lindo Jihoon.
Antes de alejarse de su amigo, Seungcheol se acerca lentamente para depositar un protector beso en la frente de Jihoon, es un beso inocente de niños, solo un toque que hace que dos corazones latan al mismo ritmo.
—. Te quiero lindo Jihooniie —. Le regala una última sonrisa.
—. Eres un maldito marica, ahora vas aprender —. Los separa bruscamente el señor Choi, para luego llevarse definitivamente a Seungcheol.
~Sus destinos era estar juntos pero fueron separados a la fuerza ¿Podrán estar juntos realmente?