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LOST IN YOUR EYES por Taoris4ever

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Notas del capitulo:

¡Hola!, y estoy aquí de nuevo con un fic algo raro, mi inspiración esta vez fue "What If" de EXO, pero mi interpretación de la canción es diferente a lo común, tengan su mente abierta a cualquier posibilidad, y les recomiendo escuchar la canción mientras leen.

A leer :)

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Seoro baranboneun siseon

Dos miradas viéndose mutuamente.

En la vida nos encontramos con muchas personas en nuestros caminos, unas permanecen en nuestros días para siempre, otras están por un efímero segundo, y a veces ese corto tiempo es todo lo que necesitan para cambiar nuestra vida, para destruirla o para hacernos inmensamente felices.

Seoro baranboneun siseon

Dos miradas viéndose mutuamente.

El encuentro más especial y casual que ocurrió en la vida de Xiumin, fue en una biblioteca, él ese día divagaba entre los estantes que contenían miles de vidas distintas en tan pocas palabras y páginas. Él se detuvo en una estantería específica, un libro había llamado su atención, cuando lo tomó su historia comenzó.

Hana namabeorin siseon

Una mirada que permanece

Del lado contrario una mirada lo recibió, la mirada más hermosa e inocente que había visto en su vida. Ambos pares de ojos se mantuvieron fijos unos segundos, hasta que el contrario los apartó, el dueño de esa mirada tan hermosa sonrió avergonzado, mientras ponía uno de sus mechones detrás de su oreja.

Xiumin pensó que era una persona fascinante y que algo mágico había pasado para que justo ellos coincidentemente tomaran un libro en las estanterías contrarias al mismo tiempo, para que de esta manera ocurriera el encuentro de dos miradas, el encuentro de dos corazones.

El contrario coloco el libro que antes había tomado en su lugar y desapareció de su mirada, no sin antes brindarle una sonrisa, que le pareció angelical.

Sin pereza y con la emoción recorriéndole las venas, él hizo lo mismo que el extraño, y corrió al final de ese estante con la esperanza de poder ver de mejor manera a esa persona que solo lo había conquistado con una mirada.

Lamentablemente cuando él llegó al pasillo contrario, el desconocido ya no estaba, suspiro frustrado y decepcionado, su mirada decayó a sus pies, y por un momento estuvo dispuesto a irse del lugar pero una mano en su hombro lo detuvo.

Cuando se giró, encontró a la persona que buscaba, dándole una hermosa sonrisa, que hacía a sus ojos dos medias lunas, él se quedó embobado, creyendo haber visto a un verdadero arcángel.

—Hola —Su voz fue la más melodiosa que había escuchado nunca, y su corazón se saltó un latido.

—Hola —Respondió en un susurro, algo bobo, algo torpe.

El contrario abrió los ojos finalmente y sus ojos llamaron a los suyos nuevamente, una chispa saltó entre ellos, ambos pares de ojos, eran café algo claros, algo oscuros, nada especiales en realidad, pero había un enigma en la mirada de cachorrito que le dedicaba el desconocido.

—Soy Xiumin, y es un gustó conocer a la persona que me hizo ver las estrellas con una sola mirada.

El más bajo se vio sorprendido por un leve segundo, pero al siguiente esbozó una leve sonrisa, que le supo a gloria al de prominentes mejillas.

—Mucho gustó Xiumin, mi nombre es Byun BaekHyun.

Un encuentro casual, un par de cruce de miradas inocentes, unas pocas palabras intercambiadas en una librería, y una improvisada cita en una cafetería marco el inicio de un sentimiento más grande, que ninguno de los dos sabría afrontar en un futuro.

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Kkeonagi jeone ijen bimilcheoreom doeeo beorin mal

Palabras que se vuelven un secreto antes de poder decirlas

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El tiempo pasó como naturalmente debía ser, sin embargo para Baek y Xiumin el tiempo les pareció insignificante, es más, para ellos fue como si ni un segundo hubiera pasado desde el día en que se conocieron y se enamoraron.

Xiumin amaba estar con Baek, amaba todo de él, y el contrario podía decir lo mismo, su relación era muy especial a ojos de ambos, y lo disfrutaban al máximo, pero sin embargo se mantuvieron en secreto, ninguno de los dos conocía a las personas que formaban parte del entorno de su pareja. Y no era porque no quisieran, simplemente decidieron ser egoístas y guardar algo tan especial como su relación por unos meses más.

Tal vez cuando cumplieran un año de relación compartirían con sus amigos y familia su especial noviazgo, que comenzó dos meses después de haberse conocido y que llevaba siete largos meses vigente, sí, ya llevaban largo tiempo empanizando sus corazones con la dulce miel del amor.

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El año de su noviazgo se cumplió en un día común y corriente, nada especial para muchas personas, pero para ellos sí lo era, ese doce de Mayo sería recordado por siempre en sus mentes.

Un lindo paseo por el río Han, por el puente y el parque del mismo nombre, y una cena en un restaurante común fue lo que marco ese día en sus vidas, fue una salida casual a simple vista, insuficiente para muchos, considerando el tiempo que ambos llevaban juntos, pero para ellos era más que suficiente y especial.

Ambos disfrutaban de las cosas simples de la vida, las cosas insignificantes y odiaban las excentricidades, eran una pareja perfecta a percepción del mayor de los dos, nunca pelaban, nunca hubo celos en su relación y nunca les pareció insuficiente algún regalo que el otro le hacía, todo era perfecto.

Pero en esta vida eso es imposible, todos saben que relaciones así nunca existirán, sin embargo Xiumin estaba tan cegado en su mundo que no se dio cuenta que estaba viviendo en una burbuja de ensueño, y como era natural todas las burbujas llegan a estallar algún día.

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La realidad empezó a caer en Xiumin una semana después de haber cumplido el año de relación, él fue el que empezó el problema. En su ingenua mente y corazón decidió que era tiempo de mostrarles su persona especial a sus seres más queridos, pero nunca contó con la negativa del contrario.

Al principio lo aceptó y no insistió seguido en ello, pero se llegó a cansar de mantener oculto su amor y se volvió mucho más insistente, una verdadera molestia, según las duras palabras que Baek dijo en su primera pelea, la primera de muchas.

La situación solo empeoró a partir de ese momento, la belleza de su relación desapareció, y ahora discutían por cada mínimo detalle, y el corazón de uno de ellos era el que sufría más.

“Ese chico te miró demasiado Xiumin”, era la frase inicial para el ataque de celos de Byun BaekHyun.

Frase que ahora Xiu odiaba, así como odiaba lo inseguro y manipulador que se había vuelto BaekHyun en tan poco tiempo, y en momentos como esos se preguntaba: “¿A dónde se había ido la persona calmada y dulce que él había conocido?”.

Él no lo sabe, pero a pesar de que su relación fue en picada a partir de ese entonces, Xiumin intento aferrarse a ella y repararla, porque después de todo amaba a ese pequeño, y daría todo de sí para restaurar su relación.

Pero a veces las cosas son irreparables, y cuando eso sucede debemos dejar de intentar reconstruirlas, porque si insistimos en ello, puede que un día nos lleguemos a cortar con las piezas fragmentadas e irregulares de aquello que está roto.

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El tiempo transcurrió, pero esta vez ambos lo sintieron, ambos se estaban agobiando en esa relación tóxica que los dos se empeñaban en mantener, pero siempre hay un punto de quiebre para alguno de los dos, y cuando alguno lo alcanza no hay vuelta atrás.

Era una fría mañana de noviembre, cuando Xiumin decidió que era hora de terminar con todo aquello, así que armándose de valor fue a la gran casa de su novio, que pronto pasaría a ser su ex.

Cuando la puerta de esa casa se abrió, se dejó ver a un muy alegre BaekHyun, quien saltó a los brazos del mayor apenas lo vio.

—Amanecí con muchos deseos de verte, me alegra que estés aquí —Él intentó besarlo, pero Xiumin apartó la cara, y la sonrisa de Baek se desvaneció de su delicado rostro, sus brazos se aflojaron del agarre que mantenía en el cuello del contrario.

—Así que él día llegó, ¿no es así? —Fueron las trémulas palabras del más bajo.

Xiumin asintió sin verlo a la cara. —Creo que es mejor que hablemos adentro. —Él contrario asintió con la mirada baja, sin atreverse a verlo directamente.

Sus brazos se rozaron cuando el mayor pasó a su lado y Baek suspiró apesadumbrado, él odiaba que las relaciones se terminaran, era la parte más fea de sus noviazgos, odiaba cuando ese momento llegaba.

Con una sonrisa torcida en sus labios se adentró a su hogar después de cerrar la puerta principal con seguro. Al entrar a la sala vio a su pronto ex novio en uno de sus sillones más amplios.

—Preparare el té. —dijo antes de entrar a la cocina, evitando los reproches de Xiumin, quien quería terminar con eso lo más pronto posible.

Cuando la infusión estuvo lista, llevó las dos tazas en una pequeña bandeja a la sala, y puso la taza especial de Xiumin en frente de este, él otro lo miró triste.

—Tanto recuerdos en una simple vajilla, ¿no es así? —preguntó con nostalgia y una sonrisa triste el dueño de la casa, mientras se sentaba a un lado de su invitado, quien estaba con la mirada baja.

Baek lo vio de reojo cuando el contrario tomó de su taza de té, y suspiró, le dolía demasiado lo que estaba a punto de pasar.

—Supongo que este es el final —Baek suspiró—, bueno algún día debía llegar este momento.

—Sí, fue bueno mientras duró. —Otro sorbo fue dado a su taza.

—Excepto los últimos meses, ¿verdad? —Completó el más pequeño por él.

—Escucha Baek…

—No necesito explicaciones ardillita. —dijo despacio el nombrado, mientras una leve lágrima salía de sus ojos. —Mis inseguridades y mis acciones nos llevaron a este momento, y estoy consciente de cada una de mis malas actitudes de estos meses, siempre es lo mismo conmigo, nunca logró mantener una relación por más tiempo que este.

Una leve caricia en su hombro fue dada, y Xiumin le dedicó una dulce sonrisa. —Tal vez nunca debimos estar juntos.

—Tal vez. —Baek desvió la mirada, hacia el gran ventanal que daba a su patio—. Aunque debo admitir que por mucho tiempo creí que eras con el que me quedaría para siempre, la manera en que nos encontramos fue mágica.

El silencio reino en ambos por unos momentos, hasta que Xiumin decidió que era ya innecesario seguir alargando eso, terminó su taza de té de un solo bocado y se paró enfrente de Baek.

Un besó fue depositado en la frente del contrario, a quien, su débil ser lo traicionó, dejando salir algunas lágrimas de sus ojos. —Adiós pequeño cachorro, gracias por darme muchos momentos felices que atesorar, y en cuanto a los malos momentos será mejor olvidarlos, tal vez en el futuro logremos ser amigos.

Xiumin le acarició el cabello tiernamente, y se alejó enseguida de él, ya todo había terminado, se dirigió a la salida de esa casa, mientras Baek apretaba la taza de té en sus manos.

Un sonido seco se escuchó a sus espaldas, y una sonrisa retorcida apareció en sus labios. —Eres demasiado ingenuo, cariño. —Se llevó la taza a sus labios y se deleitó con el delicioso sabor de la infusión de manzanilla y miel.

Cuando el líquido finalmente se terminó, Baek se levantó del sillón, puso ambas tazas con parsimonia en la bandeja e hizo su camino nuevamente a la cocina, en su trayecto se encontró con su querido Xiu, tirado en el suelo, estorbando su camino.

Saltó por encima del cuerpo que aún respiraba y terminó de llegar a su destino, donde se tomó el tiempo de lavar la vajilla, mientras cantaba una canción de su grupo favorito.

Al terminar su tarea, empezó a silbar y se dirigió nuevamente hacia donde sabía que encontraría a su novio, aun dormido, al llegar ahí se arrodillo junto a su cuerpo y agachándose lo suficiente dejó un delicado beso en los labios contrarios.

Sonrió al levantarse, rodeo a su novio, y tomando uno de sus pies lo comenzó a arrastrar, mientras volvía a silbar nuevamente, a veces intercalando los silbidos por frases rítmicas de alguna de sus canciones favoritas.

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Cuando Xiumin se despertó lo primero que vio es un techo blanco, giró la cabeza a la derecha y se topó con paredes blancas, él no entendía dónde estaba o lo que hacía ahí, pero al girar nuevamente su cabeza hacia la izquierda, supo que estaba en peligro.

A ese lado se topó con la figura delgada y de espaldas de su novio, todo bien hasta ahí, si no fuera por el hecho de que estaba afilando un hacha, y que encima de este habían varias cabezas de hombres, todos con expresiones horrorizadas, que parecían que habían sido inmortalizadas en el tiempo, como si estuvieran disecadas.

Un gritó llenó de terror salió de su garganta sin poder evitarlo y su cuerpo actuó lo más rápido que pudo, se botó de esa superficie fría intentando escapar, pero no contó con que sus piernas no le respondieran y cayera estrepitosamente al piso, inevitablemente el gritó y el ruido que había hecho al caer llamaron la atención de Baek.

Él se giró con hacha en mano, y lo miró enternecido. —¿Te has hecho daño, cariño? —preguntó, mientras intentaba acercarse a él.

—¡No te me acerques! —gritó asustado.

—Pero cariño, quiero ayudarte.

—¡Aléjate! —volvió a gritar

La expresión serena del contrario desapareció, y una sonrisa que él nunca había visto apareció en sus delicadas facciones.

—¿Me tienes miedo? —preguntó divertido.

Xiumin no hizo caso a la pregunta y simplemente empezó a arrastrarse por el piso, rogando que sus piernas funcionaran para poder escapar de esa persona loca que tenía delante, porque estaba más que seguro que el desquiciado en frente suyo no era la persona de la que se había enamorado casi un año y siete meses atrás.

Baek volvió hablar viendo que el otro estaba desesperado intentado arrastrase con sus fuertes brazos lejos de él. —Sabes mi padre tenía como pasatiempo la taxidermia cuando yo era niño, y me enseñó muchas cosas sobre eso, incluso me dejó disecar a más de uno de los animales que él cazaba, y siempre tuve cierta fascinación por este arte, pero yo no quería solo ver a animales aburridos en ese estado, a mis dieciocho años descubrí que sería interesante disecar cabezas humanas, con un rostro de horror, no sé, el solo pensar eso me producía cierta satisfacción, así que un día lo hice, diseque la cabeza de mi mejor amigo, mi primera cabeza.

—¡Estas enfermo! —gritó Xiu, mientras lograba alcanzar el pasillo de donde quiera que estuviera.

—Puede que sí —respondió divertido el contrario, mientras seguía de cerca a su víctima y jugaba saltando de un lado a otro de su cuerpo.

—Pero sabes nunca hubiera iniciado mi pequeña obsesión si el muy maldito no hubiera roto mi corazón, no aceptó mis sentimientos y se alejó de mí, me dio motivos para desaparecerlo. —Una sonora carcajada resonó por el amplio pasillo que no parecía acabarse.

—¡A muchos le rompen el corazón y no hacen lo que tú! —Intentó arrastrarse a mayor velocidad, aplicando más fuerza en sus brazos pero fue inútil.

—Tienes razón —concedió el contrario con una sonrisa en su rostro y sus brazos a tras de su espalda, manteniendo en ese lugar el hacha—, pero yo encontré cierta satisfacción y desahogo en esto. Es divertido, además como te habrás dado cuenta en los últimos meses, soy una persona extremadamente celosa, y no me gusta que otros vayan a tener lo que alguna vez me perteneció, lo que ya fue mío lo será para siempre, yo me aseguraré de eso.

Xiumin en ese instante sintió un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inmóvil, Baek lo había golpeado con el mango del hacha. —Ya me cansé de jugar —dijo con un puchero, que él solo logró ver porque el más bajo lo dejó boca arriba de una sola patada.

—Es divertido por un tiempo verlos arrastrarse por sus vidas, creyendo que pueden escapar de un tercer piso subterráneo, del cual solo yo puedo salir y entrar libremente, pero tú, ya me das más pena que los anteriores Xiu, es mejor acabar esto de una vez.

El mencionado no lo pudo contener más, y dejó escapar lágrimas de desesperación, y tristeza, porque probablemente no saldría vivo de esto.

—Por favor, por favor, déjame vivir, no diré nada, solo déjame ir.

—Lo siento cariño, siempre he pensado que tu linda carita regordeta sería una linda adquisición para mi colección.

Sin decir más lo tomó de las piernas y lo empezó arrastrar nuevamente hacia ese cuarto, en el que su fin sería inminente. Un camino de sangre proveniente de la cabeza de Xiu fue quedando en ese tétrico pasillo.

Cuando estuvo colocado nuevamente en esa fría mesa, Xiu estaba hecho un mar de lágrimas y suplicaba por su vida desesperado, mientras Baek ponía correas alrededor de sus manos, piernas y cuello.

—Por favor déjame vivir.

Baek se detuvo en sus actividades y suspiró. —Ya te lo dije, no quiero hacer eso.

Un gran sollozo escapó de sus labios. —Puedes al menos hacer que no sea tan doloroso. —dijo con la voz quebrada.

El más bajó acaricio sus cabellos, y besó sus labios. —Será rápido. —Le aseguró—. Es más voy a cantar una canción para ti, trata de dormir, y te aseguro que haré que no sientas nada.

Xiu tembló e imploró una vez más, pero sus ruegos fueron interrumpidos por la melodiosa voz de Baek, y en ese instante él dejó de pelear, simplemente cerró sus ojos, escuchando la voz que alguna vez amo, él estaba cantando la canción que significo tanto para ellos, cuando apenas se hicieron novios.

Seoro majuboneun siseon dul

Dos miradas viéndose mutuamente.

Hana nameun siseon gireul ilheun siseon

Un mirada que permanece, una que perdió su camino.

Esas dos líneas fueron la última cosa que escuchó Xiumin, y deseo con todo su corazón que jamás sus miradas se hubieran encontrado, deseo no haber ido detrás de esa bella mirada de ángel que lo había cautivado profundamente, deseo que el que permaneciera fuera él y no el contrario. El frío escalofriante que estuvo esperando finalmente le recorrió su alma, su corazón y su cuerpo y en ese mismo instante dejó de respirar, dejó de existir en ese mundo gracias a la persona que alguna vez amo.

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JAPÓN- 1 ENERO.

El bullicio de las calles ese día era normal como cualquier otro día, nada parecía fuera de su lugar, nada estaba alterado en ese sitio. Los carros transitaban ruidosamente en las calles, parejas de enamorados se veían tan frecuentemente como siempre, derramando miel por doquier, incluso los pajaritos cantaban ese día más vivaces que nunca antes.

Y todo eso era disfrutado por un muchacho de cabellos rosas desde la mesa de su cafetería favorita en ese lugar. Una sonrisa adornando sus bellos labios, una mirada risueña instalada en sus ojos.

Desvió un momento su mirada hacia la tasa de café que se encontraba casi vacía y suspiro, pronto debería regresar a su trabajo, de repente una noticia en la televisión llamó su atención, y él miró fijamente a la reportera que daba tan trágica noticia.

“En últimas noticias, finalmente se encontró el cuerpo del joven de 25 años desaparecido en Noviembre. Fue hallado decapitado en uno de los bosques más alejados de la ciudad… ”

—Lamentable noticia, ¿no es así? —Esa suave voz lo hizo exaltarse y girar para encontrar al dueño de la misma, el cual le estaba sonriendo cálidamente. —Puedo sentarme. —Él asintió sin saber que más decir o hacer frente a ese extraño, cuando estuvo enfrente de él, por un momento sus miradas se mantuvieron fijas una en la otra, sin embargo ambos las apartaron avergonzados.

Seoro baranboneun siseon

Dos miradas viéndose mutuamente.

El impertinente desconocido llamó su atención nuevamente carraspeando, y una sonrisa brillante lo recibió cuando volvió a enfocar su vista en el contrario. —Sé que es raro que me haya acercado de la nada, pero llevó días observándote venir a esta cafetería a la misma hora y debo confesar que he sido cautivado completamente por ti.

—¡Ah!, ¿Sí? —preguntó divertido, alzando una ceja interesándose en el chico ahora.

—Sí, es que me pareces una persona muy linda, además tu constante mirada tierna e inocente me ha cautivado como no tienes idea.

Él rió ligeramente. —Sabes que a veces las miradas no son lo que parecen.

—Es imposible, los ojos son la puerta del alma, y tu mirada demuestra la maravillosa persona que de seguro eres.

Negó divertido. —Algunas personas pueden cerrar esas puertas, y dejar ver solo lo que les conviene.

—Pero dudó que seas uno de ellos. —Contradijo su acompañante.

—¿Te interesaría comprobar qué clase de persona soy? —Le brindo una sonrisa dulce al contrario.

—Más de lo que crees. —Sus miradas se encontraron y permanecieron fijas en la contraria mucho más tiempo que la primera vez.

Seoro baranboneun siseon

Dos miradas viéndose mutuamente.

El de cabellos rosas fue el primero en apartar sus ojos de los contrarios, acariciando la taza de café en frente de él. —Muy bien, si es así, creo que primero deberíamos presentarnos. —Le extendió la mano, y el otro la estrecho con gusto. —Es un placer, mi nombre es Byun BaekHyun, una persona que ama hacer cosas fuera de lo común.

—Un gusto. —Él como aún tenía la mano del más bajito entre las suyas, la besó. — Mi nombre es Huang ZiTao y amo conocer personas fuera de lo común. Ese tipo de personas siempre son un buen libro que estoy dispuesto a leer.

—Espero que puedas llegar hasta mi última página entonces. —Ambos se brindaron sonrisas, y una mirada llena de interés e intriga.

Hana namabeorin siseon

Una mirada que permanece

Ese era el inicio de una nueva historia, quien sabe cómo terminaría esta vez este nuevo comienzo, tal vez Huang ZiTao compartiría el destino que tuvieron muchos a manos de Byun BaekHyun, o tal vez y tan solo tal vez, finalmente Baek haya encontrado a su verdadera alma gemela. Un alma tan retorcida como la suya.

A veces los ojos más inocentes y puros, pueden guardar en ellos la peor maldad del planeta.

Una mirada puede marcar tu destino, así que ten cuidado a quien miras a los ojos, tal vez en ellos puedas encontrar un amor grande, sublime e intenso como ninguno, pero también cabe la posibilidad que en unos pequeños y angelicales ojos encuentres tu fin, encuentres tu muerte.

FIN

Notas finales:

Gracias por haber llegado hasta aquí, tengan un lindo día/tarde/noche :)


Si les gustó déjenme su comentario, y si no, gracias por darle la oportunidad al menos.


Bybye


 


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