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10. El Sueño de Leeteuk por dayanstyle

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Notas del fanfic:

si señorrrrr....

otra pareja de SUPER JUNIOR

KAngTeuk

Notas del capitulo:

a leerrrr

El detective Park Leeteuk empezó a revisar el expediente frente a él. Era de un caso en el que había trabajado hace meses.

El detective Shin había sido arrestado y condenado por ocultar evidencias, entre otras cosas. Muchos expedientes fueron encontrados en su casa. Este era del asalto de Oh Sehun, con Xiao Luhan siendo acusado del asalto.

Leeteuk recordaba ese caso. Él acababa de ser transferido a la Villa Kim un mes antes de la investigación del posible asalto.

Leeteuk había interrogado al menos a una docena de hombres que vivían en la propiedad dentro del bosque, todos corroborando la declaración de Luhan.

Él podía cerrar ese caso. Leeteuk sabía, de hecho, que Luhan no lo había hecho. Sus instintos le decían que lo creyera y sus instintos por lo general no se equivocaban.

¿Qué daño podía hacer hablar con el único hombre que no estaba en la casa en ese momento? Eso podría oficialmente cerrar el caso.

No tenía ningún caso en este momento que requiriera su inmediata atención y eso le permitiría salir del recinto.

Técnicamente no podía cerrar el caso hasta que hablara con este… Leeteuk revisó el expediente para ver el nombre del hombre con el que tenía que hablar, Kang In.

Asomando la cabeza en la oficina del capitán, le dijo: — Voy a salir para cerrar un caso.

Su capitán levantó la mirada de sus papeles con un brillo de interés en sus ojos café. — ¿Cuál caso?

— El asalto a Oh Sehun.

Su capitán se recargó en la silla, sus dedos tamborilearon su brazo. — Kim Jong In vive ahí. Él es un residente respetable aquí, ha hecho mucho por la comunidad. Sé que has estado aquí solo seis meses, pero trátalo cuidadosamente. Haz tu trabajo pero con cuidado. No quiero su nombre enlodado aquí.

— Sí, señor. —Leeteuk dejó la estación, deseando solo cerrar el caso sin pensarlo más. Ahora, él realmente deseaba hacerlo, pensó sarcásticamente.

Leeteuk era el único detective sin compañero. Él no quería uno. Después de que a su último compañero le dispararan matándolo, el departamento trató de asignarle a alguien, pero él encontraba maneras de evadirlo. Finalmente lo transfirieron a este pequeño pueblo, esperando que ellos le permitieran al detective estar solo. Afortunadamente lo hicieron. Luchando con su chaqueta, Leeteuk salió de la estación hacia su vehículo. Una llamada para asegurarse de que estuviera tenía sentido, pero si Kang In no estaba, Leeteuk tendría que quedarse pegado a su escritorio por el resto del turno, no era algo que le apeteciera.

Manejó por cerca de veinte minutos a la propiedad localizada en las afueras de la ciudad, profundamente dentro del bosque. No estaba mal para un día afuera. La primavera finalmente había llegado después del frío invierno. El aire era cálido y las flores estaban brotando. LlKangindo su carro hacia el enorme estacionamiento, Leeteuk apagó el motor y salió, la grava crujía bajo la suela de sus zapatos mientras se dirigía a la puerta del frente. Después de tocar se giró para estudiar el área. Había al menos diez camionetas pick up y varias camionetas de pasajeros estacionadas.

— ¿Si?

Leeteuk se giró, no veía a nadie, hasta que bajó la vista. Un hombre parpadeaba hacia él. Al menos Leeteuk pensó que era hombre. Era tan hermoso, casi femenino.

Metió las manos en el bolsillo del frente con el expediente bajo su brazo. — Estoy aquí para ver a Kim Kang In.

— No extraños. —El hombre-mujer movió su dedo frente a Leeteuk.

¿Esta persona al menos hablaba coreano? Leeteuk recordó la última vez que estuvo aquí. Un hombre diferente abrió la puerta, cerrándola en su cara con una expresión de puro pánico.

Se rió al recordarlo.

— Ren, no se te permite abrir la puerta. —Una gruesa voz dijo de algún lugar que Leeteuk no podía ver.

— Yo oí tock tock.

— No importa. Tú me avisas, señor.

Ah, así que era hombre. Interesante.

La voz finalmente tenía un cuerpo el cual salió. Un hombre grande miró a Leeteuk y jaló al pequeño hombre a sus brazos, un bajo gruñido salió de él. — ¿Quién eres?

Leeteuk giró los ojos. Como si él quisiera a un twink. Con su 1.78 m, él prefería a un hombre al nivel de sus ojos. — Estoy aquí para hablar con Kim Kang In. Soy el detective Park Leeteuk.

— Ya te recuerdo, tú interrogaste a todos los lob… hombres. Algo sobre Luhan golpeando a su ex.

— Ese soy yo. No pude hablar en esa ocasión con Kang In. ¿Está en casa? —Leeteuk odiaba estar parado en los escalones del frente. ¿No podría tener este tipo los suficientes modales como para invitarlo a entrar al vestíbulo?

— Él está aquí. Entra. Iré por él. —El hombre grande se alejó cargando al hombre. El twink le sonrió a Leeteuk sobre el hombro del hombre grande y le saludó moviendo los dedos. Leeteuk le correspondió moviendo los suyos y sonriéndole.

Diez minutos después, Leeteuk estaba frente al hombre más hermoso que hubiera visto en su vida.

El hecho de que tuviera un aire peligroso no le importaba. Leeteuk quería saber más de él. Esa criatura era absolutamente magnífica. Él miró de la cara del hombre hasta su entrepierna y de nuevo hacia la cara, esperando que el hombre no hubiera visto lo que acababa de hacer.

El señor magnífico extendió su mano. — Oí que me buscabas. Soy Kim Kang In.

Leeteuk estrechó su mano quedándose temporalmente sin palabras. Sus ojos ámbar eran muy intensos mientras miraba a Leeteuk. Eran los ojos más impactantes que hubiera visto.

Ambos seguían en el vestíbulo, ninguno soltaba la mano del otro. Kang In lo miraba con curiosidad, con la cabeza inclinada hacia un lado. Leeteuk sintió que él estaba siendo evaluado.

Se limpió la garganta. — Soy el detective Park Leeteuk, necesito hablar contigo sobre un caso que involucra a Xiao Luhan. ¿Hay algún lugar donde podamos hablar? —Leeteuk finalmente soltó su mano, parpadeando para apartar la niebla de su cerebro. Él estaba de turno y era un profesional. No podía dejar que una buena apariencia y un cuerpo para morirse el cual le urgía lamer lo distrajeran.

— Seguro. Sígueme.

Leeteuk caminó detrás de Kang In, viendo cómo se ajustaba firmemente la mezclilla sobre lo que parecía un dulce culo. Llevó sus manos a los bolsillos del frente para evitar tomar un puñado. ¿Podría rebotar una moneda en ellos? Leeteuk buscó en sus bolsillos monedas. No, solo pudo sentir las llaves del carro. Sonrió consigo mismo. Un tipo podía tratar.

Su pene estaba duro como una roca de solo ver ese lindo culo moverse de un lado a otro, hipnotizándolo dentro de fantasías. Leeteuk sacudió la cabeza cerca de chocar contra la espalda de Kang In. Él estaba demasiado ocupado dándose un festín con sus ojos ante la deliciosa apariencia de ese trasero.

— Podemos hablar aquí. —Kang In señaló con su mano una de las sillas de la cocina. Leeteuk jaló la silla se sentó y tomó el expediente. Notó que Kang In lo miraba de cerca.

Eso lo ponía nervioso.

Leeteuk no estaba aquí para tener una cita. Sin importar cuánto le interesara Kang In. Esto eran negocios. El soltero número uno podría sentarse y contestar las preguntas en lugar de moverse lentamente alrededor de la mesa acechándolo.

Leeteuk se rehusó a reconocer la acción y el informal coqueteo. Ahora sabía cómo debía de sentirse un ciervo al ser cazado. No es que él fuera como una inocente criatura. Nada más lejos de eso.

Su pulso se aceleró, y sus palmas sudaban, pero Leeteuk se rehusó a dejar que Kang In viera el ligero temblor de sus manos. ¿Por qué no solo tomaba maldito asiento? Niño, cómo las cosas habían cambiado tanto. Pero en su defensa, él se lo estaba comiendo con los ojos inconscientemente.

Kang In tomó dos jugos del refrigerador y le ofreció uno. — Gracias. —Leeteuk lo tomó sin levantar la mirada. Él se limpió la garganta tratando de llevar su mente de regreso al propósito por el que estaba aquí.

— Sé que ahora no podrás recordar mucho, pero ¿podrías decirme lo mejor que puedas sobre la noche que Oh Sehun fue atacado?

— Luhan no lo hizo, y nadie en esta casa lo habría ayudado a hacer algo como eso —Kang In contestó con un poco de hostilidad en su voz. Eso sorprendió a Leeteuk pero aun así prefería estudiar el expediente que ahogarse en esos hermosos ojos.

— Entonces, ¿Luhan estuvo aquí la noche en cuestión?

— Sí. —Kang In soltó un bajo gruñido y rudamente levantó la cabeza de Leeteuk tomando su mentón.

— ¿Hay alguna razón para que ponga su mano sobre mí, Señor Kim? —Leeteuk se puso de pie. No le gustaba ni un poco que alguien pusiera sus no invitadas manos en su cuerpo. Kang In era unos centímetros más alto, caliente como el infierno y con un cuerpo para adorar, pero eso no significaba que iba a tolerar ser manoseado por él ni por nadie más.

Leeteuk giró la cabeza cuando el hombre más alto que hubiera visto antes entró a la cocina. Si la memoria le funcionaba correctamente, él era el propietario de la casa. ¿Cuál era su nombre? Leeteuk miró en el archivo, buscando rápidamente los nombres.

Kim Jong In.

— Encantado de verlo de nuevo, Detective Park. ¿Le molesta si hablo con Kang In un momento?

Leeteuk estaba impactado al ver que alguien de su estatus incluso recordara su nombre. Viendo de Kang In a Jong In, Leeteuk lentamente negó con la cabeza.

— No será por mucho tiempo. —Jong In guió a Kang In fuera del cuarto. Leeteuk tomó asiento de nuevo, preguntándose qué sucedía con Kang In. El señor maravilloso estaba actuando como si pensara que era dueño de Leeteuk, enojándose por alguna razón. Inclinó la cabeza a un lado, tratando de ver a dónde se había ido Kang In.

 

 

 

— No soy tu pareja y aun así puedo sentir la ira saliendo de ti. ¿Qué sucede, Kang In? —Jong In cruzó sus brazos sobre su pecho y se apoyó en la pared, cruzando los tobillos.

Kang In no le había faltado al respeto a su Alfa desde que se unió a la manada, pero Jong In no tenía derecho a sacarlo de la cocina. — Leeteuk es mi pareja. Él está actuando como si no sintiera la atracción, como si no me reconociera —Kang In siseó quedamente, su irritación aumentó un punto cuando Jong In levantó el labio en una irregular sonrisa.

— ¿Así que el gusanito de las parejas finalmente mordió al Poderoso Kang In? —Jong In se rió y negó con la cabeza— El Poderoso tenía que caer. —Su cara se puso seria en la siguiente respiración— Aun no entiendo tu ira. Sabes que no tolero que abusen de las parejas. ¿Esperas que ese humano solo caiga en tus brazos y acepte el reclamo sin hacer preguntas?

Kang In se encogió de hombros. — Sí. —Incluso para sus oídos se oía estúpido. Él estaba acostumbrado a estar bajo control y a tener la cabeza fría todo el tiempo. Leeteuk estaba llevándose su control y haciéndolo trabajar para tener su atención. Kang In no era feliz con eso.

— Dale tiempo. No lo apresures. Ese hombre de ahí —Jong In señaló hacia la cocina con su dedo— no tiene ni idea de quién o qué eres. Si veo que abusas de él para que te acepte, intervendré. ¿He sido claro?

Kang In dio un bajo gruñido. Sabía que Jong In tenía razón, pero la urgencia de reclamar lo que era suyo era fuerte, nublaba su juicio, Kang In asintió. Vio a Jong In alejarse, rodó los hombros y tomando una tranquilizadora respiración, Kang In regresó a la cocina.

— ¿Está todo bien? —Leeteuk se puso de pie. Kang In podía ver la aprehensión en la mirada de su pareja. Leeteuk tomó el expediente que estaba leyendo y lo cerró.

Kang In sabía que el movimiento de Leeteuk era señal de que se iría. Si a él no se le permitía tomar lo que era suyo, ¿cómo iba a tenerlo? r13; Todo bien. —¿Ahora qué? No iba a dejar que su pareja saliera por la puerta del frente sin mirar hacia atrás. Tenía que pensar rápido.

— Me tengo que ir. Gracias por su tiempo. —Leeteuk extendió la mano.

Kang In la miró como si fuera el apéndice de un extraterrestre. Sabía que había comenzado mal con Leeteuk. Esta situación necesitaba rectificarse rápidamente. — Me disculpo por mi conducta. ¿Quizás podríamos ir a cenar en alguna ocasión? —A los humanos les gustaban las citas. Donghae, la pareja de Eunhyuk, era prueba de eso. Él había tenido varias citas con Eunhyuk durante un mes antes de mudarse de la ciudad, y Donghaee es medio lobo. Seguramente Leeteuk podría aceptar.

— Lo siento, no mezclo los negocios con mi vida personal. Encantado de conocerte. —Leeteuk bajó la mano ofrecida cuando Kang In no hizo movimientos para tomarla. Tomando el expediente Leeteuk se dirigió a la puerta del frente.

Kang In lo observaba, sintiéndose impotente. Jong In lo detendría si él forzaba a Leeteuk a regresar. De eso no había duda. La única cosa que lo mantenía fijo en ese lugar era el saber que él tenía la tarjeta del detective en su cuarto, y que tenía manera de localizarlo. ¿Por qué el guerrero tenía la sensación de que reclamar a su pareja iba a ser más difícil de lo que hubiera pensado que fuera posible?

— ¿Él es tu pareja?

Kang In se giró y vio a Heechul parado en la puerta del estudio. Él era la pareja de Siwon, el Beta de la manada. Kang In y Heechul habían formado lazos después de que el anterior Alfa de la manada del Este había tratado de abordarlo en el Café. Kang In intervino, salvando a Heechul del loco lobo. Él conocía el pasado de Heechul; todo el mundo en la casa lo conocía, pero no les importaba que él hubiera sido un prostituto. La única cosa que les importaba ahora es que él fuera feliz y que estuviera bien.

— Si, solo que él no reconoce la atracción o a mí. ¿Qué se supone que haga? Eres un humano, ayúdame a salir de esto.- Kang In se giró hacia la pareja en busca de guía. Era un triste día en la vida de Kim Kang In cuando tuvo que buscar a un humano para que lo ayudara con su pareja. La manada que él había dejado y que lo había rechazado por ser gay, se estarían riendo sobre sus homofóbicos traseros por esto.

 

 

 

Leeteuk condujo de regreso a la ciudad. Irritado, porque el viaje para hablar con Kang In no tardó todo lo que esperaba y ahora tenía que regresar a estar detrás del escritorio hasta terminar su turno. Enojado, porque por su vida él no sabía por qué Kang In había estado tan enojado. Leeteuk no había hecho nada para provocar esa actitud hacia él. Confundido, ante la sensación de querer conducir de regreso directamente hacia Kang In, con una necesidad que tenía a Leeteuk aturdido. Caliente, porque habían pasado cuánto, ¿tres meses, desde la última vez que había follado?

¿Cuándo fue la última vez? Leeteuk tomó fuertemente el volante. Patrick, su detestable excusa para un ex. Bastardo, quería mantener a un amante furtivo alrededor de Leeteuk. Aun se preguntaba cómo su ex había sido tan estúpido de intentarlo. Leeteuk es detective. Por el amor de Dios. No era solo un trabajo. A él le gustaba unir las piezas del rompecabezas y solucionar las cosas. Él tenía un talento natural para eso desde niña, y esa era otra razón para estar enojado acerca de Kang In. Ninguna cantidad de razonamiento en su lógico cerebro le ayudaba a descubrir por qué Kang In había sido tan hostil con él.

Leeteuk odiaba tener un rompecabezas sin resolver. Bueno, este iba a ser uno sin resolver, porque él no iba a estar cerca del hombre de ninguna manera. Estaba orgulloso consigo mismo de su control y de mantener la cabeza fría.

Cuando confrontó a Patrick acerca de su infidelidad, escuchó al infiel bastardo tratar de mentir para salirse de eso. Leeteuk había permanecido calmado, en control. Eso solo probaba que la mayoría de los hombres no son de fiar. Todos ellos mienten y todos ellos engañan.

Kang In podría probar que no era diferente. Con la apariencia del hombre, probablemente no tenía un solo hueso fiel en su cuerpo. No gracias, Leeteuk ya había tenido suficiente para toda la vida.

Terminó el reporte y lanzó el expediente al escritorio para tratar con eso mañana. Lo que Leeeteuk necesitaba ahora era un buen y fuerte trago y un buen y duro pene. Salió, subió a su carro y se dirigió hacia la ciudad a un bar en el que estaba seguro que tendría suerte.

Ordenó su bebida favorita. El whiskey siempre hacía que un hombre olvidara sus problemas. Leeteuk le habló al barman. Necesitaba olvidar la traición de Patrick, los hermosos ojos color ámbar de Kang In y, sobre todo, necesitaba olvidar por qué los hombres no eran de fiar.

— Hey, hermoso, me parece que te gustaría una buena emoción.

Leeteuk miró a la derecha sin ni siquiera girar la cabeza hacia la suave voz. A él no le importaba la cara de dónde provenía la voz ni si le gustaba. Todo lo que necesitaba saber era que el chico quería follar. Sin compromisos, sin conversaciones, nada de eso era necesario. Solo un buen y duro pene.

Sintió una vibración en la cadera. ¿Ahora qué? Leeteuk tomó el teléfono celular, levantando un dedo hacia el extraño a su lado.

— Park.

— Leeteuk. Soy Kang In.

Como si pudiera olvidar esa profunda, oscura y suave voz, con el whiskey que estaba bebiendo. No había ni una posibilidad en el infierno de que eso sucediera. — ¿En qué te puedo ayudar?

Hubo un silencio del otro lado de la línea durante un momento. — ¿Estás borracho? —Kang In preguntó con una tensa voz.

Leeteuk rodó los ojos. ¿Por qué Kang In se oía tan enojado? Parecía ser el estado natural del señor Magnífico. — ¿Por qué sería eso tu asunto?

— ¿Dónde estás? —Kang In demandó.

— El Siete de la suerte. ¿Por qué, vas a rescatarme? —Leeteuk le dio una risa de borracho. ¿Por qué debería importarle que Kang In estuviera enojado? Ese no era su problema. Kang In no era suyo. Nadie lo era.

— Si, algo como eso.

Leeteuk apartó el teléfono y lo miró. La mierda realmente le había colgado. Deslizando el teléfono de nuevo al bolsillo, Leeteuk tomó otro tragó, lKangintándose de la alta silla con su piernas tambaleando. Se rió. — Parece que mis piernas no fueran mías.

— No las necesitas, te ayudaré.

Leeteuk veía borroso al hombre al lado de él, entonces sintió que éste deslizaba el brazo por su cintura. Se apartó, consumido por una extraña sensación de estar engañando a Kang In que hizo que se apartara un paso del extraño. ¿Qué jodidos? Un gruñido salió de Leeteuk. Él no le pertenecía a Kang In. A él ni siquiera le gustaba el imbécil. ¿Por qué siquiera iba a considerar sus sentimientos?

Sacudiendo la cabeza, Leeteuk se apoyó en el extraño quien lo había jalado más cerca. Finalmente levantó la vista, enfocando sus ojos en el hombre que le ayudaba. No tenía mala apariencia. Un poco pequeño para su gusto, pero ¿a quién le importaba? No es que pensara que fuera algo permanente. Solo una rápida follada y finalmente podría relajarse. Drenar la tensión que había sido una constante durante los últimos meses. Masturbarse nunca había relajado a Leeteuk. Necesitaba un cuerpo duro que le diera el tipo de liberación que anhelaba.

Trastabillando Leeteuk dejó que el-sexo-para-una-noche le ayudara a salir. Una voz en el fondo de su cabeza le decía que esto era una locura. El extraño podría ser un psicótico y él no tenía la cabeza en buen estado para defenderse si algo sucedía. — Al infierno, cállate.

— ¿A quién le hablas?

— A mi cerebro. —Leeteuk se tambaleó contra su carro, riéndose ante la ridícula situación. Estaba discutiendo consigo mismo. Quizás finalmente se había quebrado. Una oleada de nauseas lo golpeó. Inclinándose, Leeteuk llevó sus manos a sus rodillas tratando de tomar aire y aliviar la bilis que subía a su garganta. Sintió una mano en su antebrazo tratando de jalarlo.

— Vamos, puedes vomitar después, quiero follarte. —Las manos lo jalaron más duro haciendo que Leeteuk se tambaleara.

— Dame un maldito minuto, ¿quieres? —La cabeza de Leeteuk giraba. Temía desmayarse. Quizás no debió tomar tanto. No era algo sabio al estar solo y lejos de casa. En su casa podría desmayarse sobre una suave superficie. Aquí sólo estaba el pavimento del estacionamiento o su jodido carro.

Tomando una profunda respiración, Leeteuk se enderezó. Gran error. Trastabilló y cayó contra el carro, su espalda golpeó contra la puerta.

— Solo camina. Mi carro está justo ahí.

Leeteuk trató de enfocar la mano del tipo, para luego mirar hacia dónde señalaba. Parecían miles de kilómetros en su estado de intoxicación. Dando un inestable paso, Leeteuk caminó hacia el vehículo del otro hombre, sintiendo que habían pasado diez horas para cuando recorrió tres metros.

— Así es, solo deslízate y relájate. Yo me encargaré muy bien de ti.

El cerebro de Leeteuk le dijo que se alejara del carro, que no entrara y que pusiera distancia entre él y ese hombre. Sus instintos nunca se equivocaban. Leeteuk se detuvo. — Cambié de opinión, me voy a casa…solo.

— Eso es lo que crees. —Rudas manos jalaron el brazo de Leeteuk más duro, haciendo que tropezara y se golpeara contra la puerta del pasajero del carro del extraño. La puerta se abrió y él pudo sentir las manos en su espalda empujándolo y tratando de meterlo en el carro. Eso no estaba bien. Algo le gritaba a Leeteuk que le prestara más atención a ese tipo. Él era demasiado fuerte para su peso y estatura.

Leeteuk se defendió, lanzando un inestable puñetazo que falló. Sacudió la cabeza, tratando de aclarar la niebla alcohólica.

— ¡Con espíritu! Voy a divertirme drenándote. Gran chico.

Todos los sentidos de Leeteuk estuvieron alertas ante esas frías palabras. ¿Ese hombre sería un asesino serial? ¿Estaría planeando abrirlo y drenarle toda la sangre? ¿Y de dónde infiernos ese hombre había sacado tanta fuerza? Leeteuk tuvo que usar toda su fuerza para alejarse de la puerta del pasajero.

— Bien. Dado que quieres hacer las cosas de la manera difícil.

Leeteuk gruñó sintiendo que algo duro golpeaba su cabeza. Luchó para aguantarse y no desmayarse, eso era más fácil decirlo que hacerlo. — Soy un jodido policía —gruñó mientras renovaba sus esfuerzos.

— Dulce. Voy a comer cerdo esta noche. —Una dura risa hizo que un escalofrío recorriera la columna de Leeteuk.

Leeteuk finalmente logró liberarse, cayendo sobre la banqueta por su estado de embriaguez. Tenía que alejarse. Si ese extraño lograba jalarlo a su carro, Leeteuk sabía que estaba perdido.

 

 continuara..

 

 

Notas finales:

oh nooo pobre Leeteuk se lo va a comer un vampiro O_O


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