Llevaba mucho tiempo mirando únicamente, la verdad es que cuando esas cosas pasaban me sentía desilusionado o desesperanzado, porque sabía que hiciera lo que hiciera él no me vería de frente o me daría un cumplido.
-Sawamura, deja de estar en las nubes, despierta y ponte a trabajar -me regañó con una sonrisa en sus labios, mirándome de reojo.
-¿eh? -le contesté un poco confundido.
-¿Acaso quieres ser más patético? -se burló perversamente de mí.
-¡Yo no soy patético! ¡No vuelvas a llamarme así, idiota! –reproché con fuerzas.
-Hahahaha, gracias por el cumplido
-¡No fue un cumplido!
La soledad me invadía cuando lo miraba en el bullpen practicando con Furuya, eran muy cercanos, tanto que me dolía el pecho, realmente no comprendía mis sentimientos; aunque sigo creyendo que lo que punza en mi corazón es algo diferente, un poco… especial.
-¡Miyuki Kazuya atrapa para mí!
-Ahora mismo estoy ocupado, puedes pedirle a Kariba que atrape para ti
Ya era normal; además, no es la primera vez que lo veo salir a entrenar en la noche con él; extrañamente me agaché un poco antes de volver a practicar solo.
“Desearía que alguien estuviera sentado frente a mí para atrapar mis lanzamientos”
Lanzaba y lanzaba, pero el sonido del guante era sólo la ilusión de mi cabeza, porque realmente no había nadie sentado allí, la nostalgia de cuando Chris-senpai estaba allí, hacía que fuera más consciente de que yo no tenía un cátcher, no éramos una batería, tan sólo compañeros de juego, no había quien me tomara de la mano y me guiara al final de este oscuro camino.
El nuevo ciclo empezó y otros chicos llegaron, pero la soledad no se fue, después de todo seguía solo, ¿Qué más podía sentir en el montículo? Si alguien tenía una respuesta contraria, desearía que me lo dijera, así podría estar más tranquilo.
Tuve algunas diferencias con un cátcher de nuevo ingreso, se la pasaba quejándose, me criticaba tanto que me molestaba y quería golpearlo, no lo hacía porque me considero un buen senpai, y debo proteger a mi kohai; sin embargo, mi paciencia no es infinita y terminamos discutiendo muchas veces; fuimos reñidos por el entrenador e incluso por Miyuki Kazuya; más eso no solucionaba nuestras diferencias, que cada día se hacían más grandes.
-Deberías entender un poco más a Sawamura –comentó Miyuki de forma casi inaudible, pues no estaba seguro de querer que lo entendiera.
-¿Qué quiere decir? –respondió Okumura algo molesto.
-Sus lanzamientos no son tan fáciles o simples como piensas –insinuó con arrogancia, porque sólo él había podido atraparlos siempre, Eijun siempre corría por detrás de su habilidad.
-¿Está seguro de su capacidad? Capitán
-Puedes ver algo interesante en aquella posición
La sonrisa ladina de Miyuki-senpai le introdujo un poco de curiosidad a Koushuu, una que jamás admitiría frente a él, ni ante Sawamura Eijun, “el tipo insoportable al que más odiaba”.
-¡Maldición! ¡Y eso que me prometió atrapar para mí! –susurré lleno de ira
“¿Interesante? Debo estar mal de la cabeza” –Puedo atrapar para ti
-“Los mejores lanzamientos son obras de arte del pitcher y el cátcher trabajando juntos” ¿estás listo para hacerlo?
-Si no quiere lo abandono
Por alguna extraña razón decidí aceptar su oferta y lo dejé que atrapara para mí, me hacía muy feliz, pero…
-Ya te dije que no puedo, estoy ocupado
-¡Miyuki Kazuya! ¡Tu trabajo también es revisar a los otros pitchers! ¡Eres el capitán! ¡Cumple con tus obligaciones!
-No insistas, no seas una molestia
Lo dijo de una forma tan sería que volví a sentir aquel vacío en mi pecho; lo olvidé, yo no tengo un compañero; no hay con quien pueda trabajar, así que debo ir a practicar en la oscuridad con la red, la que nunca me dirá que no, aunque tampoco me diga que lo hice bien.
-Practicando de noche, ¿otra vez?
-¿A qué has venido? ¿Quieres burlarte porque entreno en la noche?
-Sawamura-senpai, esto no es una obra de arte donde el pitcher y el cátcher trabajan juntos para sacar al bateador
-¿eh?
Sus palabras me desequilibraron un poco, no podía entender lo que él trataba de decirme mientras avanzaba a mí con su guante en mano y me esquivaba la mirada viendo el piso de forma estoica.
-Los mejores lanzamientos son cuando el pitcher y el cátcher se hacen uno desde el corazón hasta la razón, tú y yo, no somos dos, somos UNA batería
-¡No te entiendo!
-Digo que sólo debemos entregarnos el uno al otro
Eso suena a… inevitablemente me sonrojé, parecía otra cosa. Pasamos la noche entrenando juntos, algo brincaba dentro de mi corazón, me pregunto ¿Qué será?
El entrenador paseaba por los alrededores cuando escuchó aquellas palabras y le llegó una idea a la cabeza, haría que esas palabras fueran una realidad.
Al día siguiente, otras cosas pasaron
-Capitán, Furuya, Okumura y Sawamura, los llama el entrenador
“¿Qué habrá pasado para que nos llame a los cuatro?”
En cuanto nos acercamos, se cruzó de brazos y pronunció para despejar nuestras dudas
-Miyuki, ya tienes suficiente trabajo con Furuya, por eso he decidido dejar a Sawamura a cargo de Okumura. De ahora en adelante, ustedes serán una batería
El castaño mayor abrió los ojos de la sorpresa, le estaban aminorando la “carga”, Sawamura siempre había estado a su lado, y ahora le estaban diciendo que él tendría a alguien más como su compañero, eso significa que ya no podría atrapar para él sin el consentimiento de Okumura.
-Senpai, vayamos a otro lugar, empezaremos a entrenar
-Si –Asentí con felicidad.
-No estoy de acuerdo
-¿Miyuki?
-Sawamura está en un momento importante, si lo deja a cargo de alguien sin experiencia…
-Retírense, hablaré con él. Por lo pronto vayan a entrenar
Una vez se quedaron los dos solos, el entrenador habló directo, porque pensaba que su estudiante podría entenderlo
-Miyuki no seas vanidoso, no eres el único cátcher de Seido, Sawamura necesita un cátcher propio si quiere avanzar, el egoísmo no nos va, ¿entendido?
Fue severo, tanto que él de lentes no pudo reprochar. Aun así, en el fondo de su corazón algo se rompía; asimismo podía asfixiarlo, más porque al volver la mirada, Eijun le sonreía tiernamente a Okumura Koushuu.