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¡Feliz Navidad Zed! por Jade Edaj

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Notas del capitulo:

SNK es de Hajime Isayama.

Soy admiradora de Zed y anoche se me ocurrió hacerle este regalo, anexo el link para que puedan entrar y disfrutar de su trabajo http://zedsdead1001.tumblr.com/

¡Feliz Navidad Zed!

 

Un pequeño sujeto de piel blanca y ojos rasgados, se encontraba de pie frente al edificio que había identificado como una galería y que miraba con desdén.

—Estúpida cuatro ojos, no puedo creer que hayas desperdiciado mi premio para venir a ver una exposición de mierda —dijo a la mujer que todavía bajaba del taxi.

—No seas prejuicioso Levi, ni siquiera has visto las obras y ya te estás quejando. —La mujer castaña se acomodó las gafas y miró con emoción el mismo edificio. 

Levi, jamás en la vida había ganado nada y justo cuando se ganó un viaje con todos los gastos pagados por su cumpleaños, su extravagante amiga lo hizo tomar un vuelo al lugar más inverosímil que se le pudiera ocurrir. Era gruñón, solitario y un obsesionado de la limpieza por lo que los amigos no le caían de a montón; a quién más podría pedirle que le acompañara después de todo. Además; rara, loca o lo que fuera, ella se ofreció a arreglarlo todo con la agencia de viajes y eso era muy conveniente para alguien a quien se le acumulaba el trabajo de a montones cada fin de año.

—¿Te parece que tengo cara de un maldito crítico de arte?

—Me parece que tienes cara de un crítico de todo, Levi. ¡Anda vamos! Te prometo que valdrá la pena.

Y tomándole de la mano, su amiga Hanji lo llevó casi a rastras al interior de la sala de exhibición.

Después de atravesar un largo corredor, al final llegaron a una amplia sala dividida por varias secciones de paredes blancas que exhibían los lienzos con la cantidad de luz apropiada para enaltecer y no estropear cada pintura. 

Levi se quedó petrificado con la primera obra de arte que lo recibió.

—¡Lo ves! Te dije que valdría la pena.

Su amiga se había colgado de sus hombros y le había susurrado al oído. Pero lejos de regañarla por arrugarle el traje como siempre lo hacía, siguió mirando como poseso la imagen. 

—¡Puta madre!

No lo admitiría, darle la razón a la cuatro ojos... eso jamás. Pero pareciera como si se estuviese mirando al maldito espejo. La mirada acerada y profunda del sensual vampiro que tenía en frente parecía calarle en lo más profundo de su alma.

Fue entonces que se animó a echar un vistazo a las demás obras que había en el lugar. Niños festejando la navidad frente a la chimenea y a su lado otra obra de ellos siendo adultos y haciendo el amor sobre la alfombra. Camisetas mojadas y otras imágenes con exóticas poses fue lo que encontró. 

Miró a su otro yo degustando sensualmente un helado, y no muy lejos, al tipo que siempre aparecía junto a él haciéndole sexo oral en otra pintura. A pesar de repetirse así mismo una y otra vez que todo eso no tenía nada que ver con él, no pudo evitar sentirse avergonzado de estar tomado de las nalgas por ese rubio con cuerpo de adonis y rostro rompe ovarios. Un calor sofocante empezó a invadirle el cuerpo, y al tirar de su corbata, se atrevió a ver a las demás personas quienes al parecer habían hecho un gran descubrimiento al mirarle.

—¡Levi! Los demás han notado que te pareces mucho al chico del arte —dijo su amiga con especial fascinación.

—Arte, mi culo. Esto es pornografía. Sácame inmediatamente de aquí cuatro ojos —hiperventilado, tomó el brazo de Hanji y tiró de ella dispuesto a abandonar el lugar, pero chocó con un hombre alto de amplia espalda que más bien parecía un ropero. 

El sujeto evitó que cayera cuando lo tomó con sus fuertes brazos y lo ayudó a incorporarse.

—¡Gra...! —el agradecimiento de Levi se cortó al mirar el rostro de ese hombre.  Su vista había comenzado a pasearse entre la pintura del vampiro rubio que estaba a su derecha y el hombre que tenía enfrente. 

Los mismos ojos celestes llenos de determinación bajo unas tupidas cejas. Tenía que ser una maldita broma.

—¿Disculpen? ¿Son ustedes los modelos de Zed? —Preguntó una osada reportera con cámara en mano.

El rubio afirmó mientras que Levi negó al mismo tiempo.

Ella sonrió ante lo cómico de la situación y levantó la cámara —¿Me permiten?

De nuevo afirmó el rubio mientras el otro negó. Entonces el extraño pasó su brazo por detrás de Levi y sin más lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo y sonreír ante la cámara.

—Levi es un poco tímido, pero adelante, no se detenga —La reportera aprovechó que Levi se quedó perplejo ante la mención de su nombre y tomó la foto. Mientras que una animada Hanji intentaba hacerle sonreír, llamándole detrás de la reportera como suelen hacer las madres con sus pequeños hijos.

El amigo de Hanji llegó a su límite y el rubio lo notó. Antes de que el alboroto por parte de los demás se volviera más grande, el elegante rubio vestido de etiqueta, anunció que la galería cerraría temprano por ser Navidad y ordenó al personal escoltar a la gente a la salida.

Hanji se dio vuelta de inmediato e intentó perderse entre los demás para salir de ahí a hurtadillas —Oi, Hanji ¿A dónde crees que vas?

—No te preocupes Levi, Erwin va a tratarte muy bien.

—¿Erwin?

—¡Erwin Smith! Ese es mi nombre —el rubio intentó saludarlo pero Levi le golpeó la mano.

—¿Tú planeaste todo esto?

—Así es. Te hice creer que te ganaste un premio y Hanji me ayudó a traerte aquí. 

—Esa cuatro ojos de mierda... me debe una buena explicación. 

—Es más simple de lo que parece. Mike Zacarius es un buen amigo de la infancia y convenientemente es amigo de Zed. Me gustó su estilo y su talento por lo que le propuse a Mike persuadirle para que pintara todo esto y montara una exposición. Le hizo suficiente publicidad en las redes sociales y Hanji siempre ha sido muy sociable. Por Hanji dimos con tus fotos y supimos donde estabas. Sin embargo, Zed sólo nos ha visto en fotografías. Mike fue quien hiciera los pedidos especiales para las escenas. Zed no sabe que en realidad soy yo quien está detrás de Mike dictándole lo que tiene que hacer.

—Has de tener más dinero del que necesitas para poder pagar por todo esto. ¿Puedo preguntar por qué te has tomado tantas molestias por mí?

—Levi. ¿No me recuerdas?

El más bajo se cruzó de brazos y lo miró con fijeza —¿Debería?

—Todas estas escenas forman parte de nuestras vidas pasadas Levi.

—¿De qué diablos estás hablando?

Erwin le habló de la rencarnación. Le habló de su amor y de su lucha pasada. Con paciencia le explicó que han sido pareja en todas esas vidas. Y que su corazón no ha parado de buscarle desde entonces. Le hizo ver que Mike e incluso Hanji recordaban todo, pero que por alguna extraña razón él era el único que no lo había hecho esta vez. Tratando de entender y creer en sus palabras, Levi miró alrededor. 

—El arte es capaz de colarse por nuestros sentidos a otro nivel, Levi. Esperaba que al traerte aquí, alguna de estas pinturas te hiciera recordar.

A lo lejos, Levi miró un hermoso ballet y se acercó a observarlo con mayor detenimiento. Erwin tenía razón. Empezó a sentir que se le enchinaba la piel mientras veía la obra con mayor detenimiento.

—¿Incluso fui una chica?

—La más bella y hermosa bailarina de ballet que el teatro francés pudo tener.

La grave y seductora voz del rubio le hizo sentir a Levi algo tan jodidamente familiar, que le asustó. Se acercó a la pintura y al rozar con sus dedos las zapatillas de ballet una lágrima escapó de sus ojos.

Y de pronto como si una cinta cinematográfica hubiese corrido a gran velocidad dentro de su cabeza, lo recordó todo.

—Ese día uno de los reflectores te cayó encima, Erwin.

Entonces el rubio lo abrazó con inusitada fuerza.

—¡Levi!

—¡Erwin!

Levi se aferró a ese hombre, queriendo fundirse con él en un abrazo. Por años estuvo sólo y ahora estaba sintiendo que al fin había llegado la persona por la que tanto había estado esperando su alma. Pero al seguir recordando su historia pasada, un llanto incontrolable se desató.

—¡Perdóname Erwin! Yo te condené a una muerte temprana.

—Levi, eso no siempre ha sido así, hemos tenido buenas vidas, hemos envejecido juntos también.

Se limpió los ojos y miró la pintura detrás de Erwin.

—¿También hemos sido vampiros?

—Bueno, eso es algo de la imaginación de Zed.

—Y supongo que esas también, —dijo el más bajo al señalar las pinturas que los mostraban usando lencería. 

—No, en verdad te vestiste como gatita para mí una vez. Fue un deseo de cumpleaños, aunque luego me obligaste a usar lencería también.

—¡Qué demonios! —Levi se limpió las lágrimas y esbozó una pequeña sonrisa. Erwin no pudo evitar quedarse mirándolo como estúpido. Levi sin darse cuenta de eso, divertido se acercó a la pintura de Erwin con ligueros.

—¡Levi!

El más bajo volteó y el rubio sorpresivamente atrapó su boca con sus labios. Un fogoso y tan anhelado beso se daba justo cuando Zed recién entraba a la galería con el encargo de Mike entre las manos. Obra que usó para ocular su rostro con nerviosismo, hasta que se asomó y se dio cuenta que ese par estaba demasiado concentrado en despojarse de sus ropas y comerse a besos. 

Tan inmersos estaban Levi y Erwin, que no notaron cuando Zed caminó con sigilo hasta ocultarse detrás de la pared más cercana. Cuando Mike pidió que fuera precisamente ese día y a ese lugar, Zed pensó que era para poder felicitarle por la Navidad y por el éxito de la exposición. Jamás hubiese imaginado algo como eso. Era increíble, era como si de pronto la galería hubiera cobrado vida y esos hombres hubiesen escapado de sus pinturas. 

Esas curvas, esas líneas en sus cuerpos, las fotografías se habían quedado cortas. Pensó Zed cuando dio un vistazo y empezó a sentir bochornos, tal vez fuera por las cálidas luces de la galería, por el fallo del aire acondicionado o por los jadeos de Levi que cada vez eran más fuertes y parecían calarle los oídos.

—¡Sí!... Erwin... así... así. ¡Métemela toda!

Y Zed, tuvo que usar la misma pintura que sostenía para darse aire, hasta que un gemido de completo éxtasis se escuchó por parte de los dos.

Levi bajó su pierna del pedestal al que lo había subido antes Erwin y tuvo que ser sujetado del abdomen cuando las piernas le temblaron. Todavía agitado y sonrojado Erwin se inclinó para besar su nuca y pedirle.

—¡Anda, vístete de nuevo! Tu regalo está a punto de llegar.

Zed pegó su espalda a la pared y miró el lienzo que llevaba en las manos. Con los ojos desorbitantes sacó un pañuelo para limpiarse la nariz. Antes que ese par pudiera notar su presencia, deseó encontrar pronto una salida alterna y poder escapar de esa situación con el mismo sigilo con el que llegara. 

Erwin ordenó sus ropas sin poder quitarle la vista de encima a su alma gemela, quien ahora estaba observando las pinturas de una manera muy diferente a cuando llegó.

—¡Levi... ¡

—¿Qué?

—¿Quieres conocer a Zed?

 

 

FIN

  

Notas finales:

Y bien, qué les ha parecido?

Gracias por leer!


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