Navidad era un día como cualquier otro para el hombre atractivo de edad madura y larga cabellera negra cuya pálida piel contrastaba con sus inusuales ojos dorados, este estaba parado en el pasillo de vinos finos de la licorería exclusiva observando el anaquel donde se exhibían una variedad de licores y sakes de la más alta calidad antes de decidirse a escoger uno. Su indiferencia a ese día festivo era tal, que sus amigos lo habían apodado el “Grinch” algo que a su modo de ver era una exageración, no es que le desagradara ese día… simplemente le daba igual; pero ellos tomaron a bien ponerle el ofensivo mote. Movió la cabeza a los lados pensar que a pesar de eso, se molestaba en comprarles su obsequio favorito todos los años: uno que estaba seguro los hacía muy felices.
A decir verdad no es que le hicieran muy difícil escoger el regalo. Podía aseverar con total seguridad que al par de adoradores del dios Baco no les importaría si en lugar las dos botellas de costoso y fino sake les regalara una marca más barata…es más ni siquiera se darían cuenta. Exhalando con resignación, miro las botellas ridículamente grandes y pesadas qué se alzaban imponentes en la parte alta del exhibidor, por la forma en que bebían esos dos estaba seguro que ni siquiera disfrutaban el sabor de la bebida, sin embargo, no necesitaba que aparte de amargado lo calificaran de mezquino. Extendió la mano para alcanzar una y preguntándose porque las ponían en la parte superior del anaquel o mejor porque no él no era un poco más alto se paró de puntillas, cuando la tomo el peso de esta lo hizo trastabillar hacia atrás, siendo ambos detenidos en su caída por un cuerpo masculino fuerte y muscular que se había situado a sus espaldas sinlenciosamente y cuyo propietario sostuvo con una mano grande y varonil el envase del licor antes de éste se estrellara contra piso y con la otra sujeto al doncel por la cintura.
Agradecido por haber sido salvado de protagonizar un bochornoso incidente, el empresario miro al hombre a sus espaldas: éste era alto, con una cabellera negra larga y rebelde pintando algunas canas, la cual enmarcaba un rostro severo de rasgos distinguidos y orgullosos quien llevaba puesto un traje caro y un abrigo elegante de color negro que le hacía verse aun más atractivo. El varón en cuestión parecía también estar bendecido con una de esas constituciones que volvían imposible definir la edad y con la cual todos sueñan. Incapaz de determinar cuántos años tenía el hombre, que bien podría frisar estar entre finales de los treinta como a principios de los cincuenta: estudio al personaje el hombre era guapo no se podia negar pero lo más llamativo de este, eran unos agudos y analíticos ojos rojos que lo observaban fijamente, una voz grave y profunda salió de los labios delgados que esbozaron una sonrisa maliciosa al percibir la colonia picante y dulzona del hombre más pequeño y apretando un poco más la delgada cintura y pregunto:
— ¿Está usted bien?
—Sí, muchas gracias por ayudarme.
—No tiene porqué dármelas, fue mi instinto el que me hizo socorrerlo: no puede ver a una persona tan bella pasar apuros…si ésta en mis posibilidades ayudarlo por supuesto.
El aludido enarco una ceja ¿Era su impresión o el sujeto estaba coqueteándole…había tropezó por accidente con un gigoló? Observo con a su interlocutor descartando de inmediato la idea atribuyéndola a su imaginación, el varón iba demasiado bien vestido y tenía un aire de autoridad y confianza propio de las gentes que están acostumbrados a mandar volviendo improbable que fuera del tipo que necesitara coquetear con nadie. Con amabilidad y un toque de sarcasmo (un rasgo natural suyo que nunca había logrado domar a pesar de pertenecer al mundo de los negocios) respondió.
—Entonces debo agradecer a sus instintos generosos pero siento que los haya desperdiciado conmigo, como podrá notar soy un caballero, no una dama en apuros.
—Nunca mencione que lo considerara del sexo femenino, dije que es una belleza, su género no cambia ese hecho.
— ¡Ooh! Creo que debo sentirme afortunado por haberme topado con alguien tan galante.
—Tal vez, pero me atrevería a afirmar que el afortunado soy yo…por habernos encontrado—El empresario tosió, ante la conversación la cual se estaba tornando demasiado intima y extraña par su gusto, por lo que decidió darla por terminada. Antes de que pudiera hacerlo, su interlocutor se le adelanto le inquirió curioso—si no es una indiscreción o atrevimiento de mi parte ¿Podría preguntarte donde es la fiesta? La botella de sake me parece un poco grande para una sola persona especialmente para un doncel… ¡Oh me acabo de dar cuenta que nos hemos presentado, que descortesía de mí parte preguntar eso sin haber intercambiado nuestros nombres! Me llamo Madara, Uchiha Madara
Uno ojos dorados se fijaron en la mano que amistosamdente le tendía el otro hombre, extendiendo la suya sorprendiéndose la gentileza de la mano fuerte y poderosa al apretarla
—Mi Nombre es Orochimaru, Orochimaru Yotsuki.
— ¿Yotsuki? Interesante apellido pero no le hace justicia.
— A usted le encanta tomarle el pelo a las personas.
—Solo me limito a señalar lo evidente y no me trates de usted trátame de tú.
—Es un poco atrevido teniendo en cuenta que es la primera vez que nos vemos y llevamos apenas unos segundos de conocernos.
— No he llegado hasta donde estoy andando por las ramas y debo insistir que me tutees, me haría sentir viejo el que una belleza tal rechazara mis avances.
—Bueno entonces a “ti” te encanta tomarles el pelo a los demás ¿Me equivoco?
— No, únicamente a las que increíblemente guapas y qué me interesan.
— ¡Dios! Eres incorregible ¿No es así?—Rió el ojos dorados sintiéndose un poco raro. Generalmente las personas le tenían pavor por quien era cómo se veía aunándole su naturaleza sarcástica y reservada… sin embargo, ese no era el caso de este hombre quien parecía encontrarlo atractivo y contra toda sus costumbres (y sentido común) estaba aquí, escuchado los galanteos de un total desconocido y para colmo de lo inaudito, aceptándolos sin ningún reparo… el hombre debía producir algún efecto hipnotizador: con eso ojos rojos de mirada intensa, las canas elegantes y el rostro atractivo. Tosió para tratar de recomponerse y encontrar una explicación a su comportamiento inusual… era un mal bebedor, quizás se embriagaba con solo estar en la sección de vinos… eso o 10 años de viudez decidieron pasarle factura justo en ese momento. A pesar de no hallar la respuesta decidió responderle de todas formas— Con respecto a tu pregunta, aunque no lo creas necesito otra, yo también creería que es demasiado, sino hubiera visto consumirla en menos de dos horas a las personas a la que van destinadas.
—¿Un obsequio entonces? Tus amigos debes ser un poco bohemios, si pueden consumir una bebida espirituosa con tantos grados de alcohol con tal... facilidad.
— Son un par de borrachos consuetudinarios, ellos no merecen sutilezas de ningún tipo.
—¡Aaah!— exclamo de gusto el Uchiha— Tienes una hábil y afilada lengua ahí, me pregunto que se sentiría estar en el extremo receptor de uno de tus comentarios.
— Te aseguro que no quieres saberlo según mis amigos mi lengua es ponzoñosa, así que no te lo aconsejo: puedo ser bastante venenoso.
— Directo y honesto también, algo muy raro en nuestro medio pero debo disentir contigo, el veneno del interior de tu boca debe ser dulce y adictivo, unas pocas palabras agudas es un precio insignificante a pagar por degustarlo.
Orochimaru se atraganto, tosiendo con violencia, si esa no fue una invitación sexual él era un niño de pecho (y eso es algo que definitivamente no era) miro el estante de las botellas, tenía que alcanzar otra y marcharse (por más tentador que sonara) tener sexo casual con un completo desconocido no es por lo que llego aquí, tenía un hijo de veinte años a quien darle un buen ejemplo y acostarse con el primer hombre guapo y… sumamente atractivo con que se cruzaba por el camino: no era el modo de lograrlo. Miro con cierta envidia como su interlocutor tomo con facilidad del anaquel la otra botella de sake y la puso sin ceremonias en la canasta de compras donde reposaba la otra, lo que facilitaba la vida tener diez centímetros más de estatura, no es que se quejará de sus 1.77… pero ayudaría ser un poco más alto; luego observo cómo este tomo del mismo estante una botella de champaña también bastante grande. La época de navidad había impulsado a la lujosa licorería a sacar sus más preciadas y costosas botellas a la vista del público con las esperanzas (bien fundadas) de atraer a sus clientes más adinerados, al ver la marca no pudo evitar comentar.
— ¿Un presente también?
— Sí.
—Pues por 58,000 dólares la botella, tus amigos no deben ser como los míos.
— En realidad no sé, fue mi nieto el que me recomendó llevar licor a la fiesta que están dando sus abuelos-suegros: vivo en el extranjero más que en este país, pero soy un Uchiha y como tal me gusta dejar una ligera buena impresión.
— ¿Ligera? Bueno como tú digas… ¿Espera dijiste nieto?... ¿Cuántos años tienes?
— 59.
— ¿Bromeas verdad? ¿Tienes 6 años más que yo?
El Uchiha sonrió al ver la incredulidad del otro hombre, estaba acostumbrado a recibir esa clase de cumplidos, maravillándose en cambio al saber que su precioso interlocutor fuera un hombre de mediana edad.
— No bromeo, aunque debo decir que estoy sorprendido creí que eras más joven, aparentas una edad mucho menor.
— Gracias, supongo.
—Eso facilita las cosas para mí, ya que ninguno de los dos somos niños, puedo decirte con libertad que….
— ¡Papá ya es hora de irnos, mis amigos vendrán antes de las siete!
Un bellísimo jovencito de ojos café los interrumpió acercándose con rapidez al ojos dorados y sonriendo con cortesía (a modo de disculpas) al Uchiha llevándose a su papi lejos del hombre.
Madara observo irónico la situación, justo cuando iba a proponerle algo muy indecoroso pero placentero al hermoso desconocido que atendía al nombre de Orochimaru, llegaba el hijo de éste y se lo apartaba de su lado… aunque se podía decir que de tal palo tal astilla, padre e hijo eran bellos, pero mientras uno le resultaba provocativo exótico y sensual, el otro le pareció tierno y dulce…como una nieta, una voz seria y muy grave interrumpió en sus reflexiones.
—Has terminado de hacer tus compras padre, Mikoto ésta especialmente emocionada por tenerte ésta noche en casa para acompañarnos a cenar, no quisiera hacerla esperar. Itachi también va a venir y Sasuke también está muy contento.
El patriarca de los Uchiha sonrió sardónicamente ante lo dicho por su hijo. El menor de sus nietos feliz, por lo visto la pérdida de su primer amor lo seguía afectando…aún después de tres años.
— No puedo decir que lo vi muy contento ¿Exactamente qué fue lo que paso entre él y su pareja?
—Desconozco los detalles, lo único que puedo aventurar es que no pudo controlar sus necesidades de hombre.
—¡Oooh!— Con esta sola exclamación padre e hijo se marcharon de la licorería, no sin que antes Madara interrogara a Fugaku , acerca de si conocía a la persona con la que se encontraba momentos antes; recibiendo con satisfacción la información que éste le proporciono sobre el misterioso personaje.
En otro lugar en una residencia de clase media, amplio pero con pocos muebles un joven luchaba por terminar el documento que debía presentar dentro de cuatro días, misión imposible cuando una mano experta estaba tratando de despojarlo de su camisa mientras la otra acariciaba descaradamente sus piernas, irritado se volvió al otro hombre y le grito exasperado.
— ¡Ya basta Kakashi tengo que terminar esto! ¡No puedo concentrarme si éstas tocándome todo el tiempo!
—Ma, me pides algo imposible ¿Cómo quieres que ignore el hecho de que tengo una rubia joven preciosa y muy caliente, sentada en mis piernas?
— Por qué debes, para que por fin pueda entregarle mi trabajo a mi jefe… aún no se si le gustara.
— Le gustara, a mi me gusta. Hasta diría que eres mejor escritor que Jiraya si no fuera porque te falta ese no se qué de las suyas y eso que me esfuerzo por darte ejemplos de lo que deberías escribir.
— ¿El porno? Siento desilusionarte no escribo porno y hacerme cosas sucias no cuenta como ejemplo.
— Pero bien que te gusta cuando te toco aquí— replico el peli-plateado deslizando una mano por la entrepierna del chico y besándolo en la oreja, a lo que el joven respondió tomando un libro grueso de cubierta verde y estrellándolo en la cara del hombre, diciendo irritado— ¡Si quieres porno lee esto y déjame terminar!— Poniéndose a escribir furiosamente, tres horas más tarde el suspiro aliviado el trabajo estaba terminado, su editor estaría muy contento en cuanto se lo entregara.
— ¿Ya lo finalizaste? Icha Icha paraíso sigue siendo uno de los mejores y más entretenidos libros, pero no se compara a hacer la cosa real, sobre todo porque cuento con una sexi criatura en mi regazo.
Naruto, entorno los ojos y se dio la vuelta mirando a su novio directo a los ojos, mientras sus brazos descansaban el cuello fuerte y varonil situando sus piernas a dada lado de las caderas fuertes y estrechas, regañándolo suavemente.
—A mí también me gusta que me gusta que me hagas el amor y me digas cosas sucias, pero a diferencia de ti yo tengo que entregar mi trabajo a tiempo no quiero a Sakura tirando la puerta de un puñetazo porque no le entregue el manuscrito en la fecha requerida; espero que con las regalías que obtenga de ella podamos comprar por fin unos muebles, tu ya pusiste el televisor la refrigeradora el sofá una cómoda y el armario que estaban en el viejo departamento.
— Te olvidas de la cama.
— Sí pervertido, la cama, tu solo piensas en ella.
— Y a ti te encanta— replico el hombre devorando su boca con pasión mientras desabotonaba la camisa del rubio pellizcando con suavidad los puntos sensibles en el pecho de su amante más joven, minutos después el sonido pecaminoso de piel contra piel, resonaba en la casaba mezclado con gemidos de ojos azules y los gruñidos de satisfacción del peli plateado.
Cuando terminaron los dos estaban exhaustos y desnudos sentados en el sofá, el hombre más joven comento sintiendo la mano perezosa que se deslizaba por su entrepierna jugueteando con ella— Ahora sé porque solo te pusiste los boxeadores el día de hoy, creí que simplemente tenías pereza de vestirte.
— Naa, lo que no quiero es perder el tiempo desvistiéndome. En cuanto a los muebles deja de preocuparte, me parece que tenemos los suficientes, no quiero privarme de tener a mi hermoso compañero en mi regazo, por otra parte siempre puedo comprar….
— ¡Basta— lo interrumpió el rubio— deja de decir eso Kakashi! Ya gastaste todos tus ahorros para adquirir nuestro nuevo hogar! ¡No voy a permitir que gastes tu salario como Decano para amoblar la casa!...Me hace sentir un inútil el no haberte ayudado con los gastos, es justo que aporte algo.
— No digas tonterías Naruto, esa es la intención de una sorpresa, que sea inesperada y yo quería dártela. No podíamos vivir por siempre en mi pequeña habitación de soltero, además te encargas de pagar las cuentas de agua, electricidad, teléfono, cable, con los artículos que le vendiste a esa revistas y los más importante… trajiste tu sexi persona, soy verdaderamente afortunado que este bello zorrito se mudara con éste viejo…
—No vuelvas a decir que eres viejo Hatake— Disintió el joven mirando a su amante de manera amenazante y con tono calmado (cuando era más peligroso) — Eres un hombre magnifico, que me brindo su compresión apoyo cuando lo necesite y luego me dio todo su amor ¡Y no es que estés decrepito sólo me llevas doce años!
El peli-plateado acerco la cara de su pareja a la suya colocando un casto eso en sus labios, luego lo miro fijamente a los ojos y le pregunto.
— Ahora tranquilízate Naruto y cuéntame lo que te tiene tan enfadado, porque normalmente cuando menciono nuestra diferencia de edades lo sueles tomar con mucho humor. Recuerdo que la última vez que lo mencione me diste una sesión muy ardiente de sexo caliente ; me dijiste cosas tan sensuales, mientras estabas pose provocativa que me permitía ver…
—No lo repitas esas cosas en voz alta, es tan vergonzoso— exclamo el ojos azules completamente avergonzado, tapándole la boca al otro hombre— no quiero que se enteren de nuestra intimidad.
— Y no lo harán— replico el decano lamiendo la palma de la mano del escritor novel— ahora dile a éste lobo lo que sucede ¡Y no me vengas con que no pasa nada! te conozco desde que eras bebé, no en vano tengo 35 años.
El muchacho se acomodo mejor en el regazo del otro hombre, ocultando su cabeza en el pecho de éste respondiendo con desgano, mientras acariciaban sus cabellos.
— No quiero ir a la fiesta que darán mis abuelos, la última vez que los vimos té dijeron cosas muy desagradables ¿Por qué no comprenden que te amo y soy feliz a tu lado?
—Debes ponerte en su lugar, soy mayor que tú por más de una década, deben estar muy preocupados de que las cosas no resulten entre nosotros y que salgas lastimado; ellos son tus abuelos y desean lo mejor para ti: alguien de tu misma edad cuyos gustos sean más afines contigo.
—Es una estupidez Sasuke y yo somos de la misma edad y mira como termino todo.
—…Ma…eso no tiene nada que ver con la edad….Aún no comprendo a ese chico ¿Cómo siendo tan inteligente te dejo escapar? No es que me queje puedo asegurar que su pérdida es mi ganancia.
—No es que me dejare ir ¡Yo rompí con él!... ¡Rayos! ¡Aún me enoja el recordar cuando lo descubrí revolcándose con las gemelas Yamanaka en el cuarto que compartíamos en la universidad, estaba dentro de nuestra cama teniendo relaciones sexuales con ellas! ¡Él muy infeliz! ¡Aún no puedo creer que haya decidido tirar por la borda nuestra relación de dos años, por un par de porristas flacas y desabridas “las rubias bomba” ¡Ja! ¡Son tipas como Ino y Fuku las que le dan mala imagen a los rubios!
— Y para individuos como ellas, existen personas como tu abuela Tsunade, tu hermana Naruko y tú mismo, para demostrarles a los demás que se equivocan. Tu padre, Minato, fue el hombre más inteligente que conozco un abogado brillante como él sólo; aún puedo recordar alguna de sus anécdotas sobre ser rubio, un juez lo acuso de desacato por irrespetar a la corte llevando el pelo teñido y lentes de contacto como un rebelde siendo su apellido evidentemente japonés. Salieron de la sala de audiencias a la oficina del magistrado y cuando regresaron cinco minutos después el hombre se sentó en su silla con una expresión atónita en su rostro y el juicio continuo… creo que es la gloria de ser ¼ rusos ¼ francés por parte de tu abuela y ¼ norteamericanos por parte de Jiraya.
—Naruto rió divertido antes de responder lleno de picardía—entonces eso significará que nuestros bebes serán ¼ helvéticos también.
—…Naruto no me digas.
— No aún no, pero podemos seguir intentándolo.
Kakashi sonrió mientras sus ojos brillaban con malicia cargando el rubio a su habitación. Llevaban cinco años viviendo juntos y tres cómo pareja, aún recordaba cuando abrió la puerta y encontró al chico; llorando en su puerta furioso y herido balbuceando que su novio —al que le había entregado su virginidad—estaba engañándolo; no comprendía el porqué de la decisión de Sasuke ellos eran una linda pareja. Parte del carácter fuerte de Naruto se había sosegado solo para complacer al pelinegro, lo que le pareció un error, la personalidad de éste era parte de sus encantos.
Él mismo amaba al niño en secreto pero retrocedió ante la diferencia de edades y el hecho de que se veía muy feliz al lado del Uchiha, se sintió avergonzado de sí mismo por estar feliz con el rompimiento de la pareja; pero sería un hipócrita si negara que por lo menos una parte de él lo era. Paso los primeros dos años consolando y apoyándolo como amigo: teniendo que soportar la continuas visitas del joven cuervo que insistía en ver a su invitado, dos años temiendo que su felicidad se terminara y los chicos se reconciliaran; pero el orgullo desmedido Uchiha y su negativa a admitir que cometió un error impidió cualquier aproximación, volviendolo el más feliz de los hombres.
Horas más tarde, en una lujosa mansión un varón joven, como de unos 25 años deshacía el nudo de su corbata frente al espejo desabotonando su camisa que dejo ver un torso increíblemente definido y un abdomen bien marcado, mientras conversaba con una joven a sus espaldas.
— ¿Y qué te pareció, la cena con mi familia?
— Papá y mamá son encantadores como siempre…pero he de decir que tu abuelo, no encaja con lo que esperaba.
Itachi sonrió con petulancia— Te dije que te llevarías una sorpresa cuando conocieras a Uchiha Madara.
— Bueno no siempre conoces a alguien que parece más el hermano que el padre de su hijo, creí que solo mi abuela tenía la dicha. Le he pedido el secreto para que cuando tenga 60 años me vea tan joven como ella.
— Tú siempre serás hermosa tanto adentro como afuera no importa la edad que tengas.
— ¿ Y tu mi dios del sexo, piensas conservarte sexi para mí?— pregunto la joven mientras dejo resbalar el vestido permitiendo ver los pechos grandes y redondos coronados por los botones de color rosa totalmente erguidos y el curvilíneo cuerpo, que se apretó a su esposo abrazándolo por detrás, los ojos de éste se encendieron con lujuria, cuando sintió aquellos montículos firmes y suaves oprimiéndose contra su espalda, observo con diversión como unas manos pequeñas de dedos largos y agiles alojaron su cinturón y sus pantalones acariciando suavemente su miembro atreves de la tela del bóxer , pensar que hace apenas cinco años su mujer fatal era una virginal y tímida jovencita.
— Tengo los genes y la intención de mantener deslumbrada a mi esposa, siempre y cuando ella éste totalmente desnuda en mi cama.
— ¡Oh! Mi hermoso y pervertido esposo quiere verme desnuda en su cama. En estos momentos sólo llevo mi ropa interior las medias y unos zapatos de tacón, pero no te permitiré verme si no me permites ver ese glorioso cuerpo tuyo tal como tu madre lo trajo al mundo; te advierto que si no lo haces me tapare con las sabanas—Replico seductoramente la mujer apartándose del hombre y dirigiéndose a la cama, provocando que éste riera seductora y sensualmente, mientras se despojaba de lo último de sus ropas. Este podía ver reflejado por el espejo el maravilloso espectáculo que lo esperaba, se volvió rápidamente sonriendo depredadoramente mientras se acercaba a la cama cerniéndose peligrosamente sobre la figura pequeña y delicada de su esposa, deliberadamente beso y succiono su cuello para dejar una marca y darle una lección por jugar con él, su boca deslizando con un rastro de suaves besos hacia sus senos, apretándolos y succionándoles como si fuera un niño goloso y hambriento, cuando concluyo el cuervo se paso la lengua por los labios antes de devorar aquella boca dulce, mientras su ninfa se aferraba salvajemente a su cuerpo gritando su nombre acariciando con fiereza su espalda y sus glúteos, sonriendo el hombre se deslizo entre sus muslos arrancando algo muy parecido a un maullido a la joven mujer cuando empezó a besarlos con delicadeza . Fue una hora después cuando con la ultima de sus embestida lleno de forma violenta y apasionada el interior de su mujer, que el varón se retiro dejándose caer pesadamente a un lado, mientras su conyugue satisfecha y saciada colocaba su cabeza en los pectorales de este acariciándolos, que el peli-negro se aventuro a hacer una afirmación más que una pregunta.
—Aún no perdonas a mi hermano ¿Verdad? me di cuenta la indiferencia con que lo tratabas en la cena que dieron mis padres, hasta a mi abuelo al que conociste hoy lo tratabas con más familiaridad.
Naruko entorno los ojos, antes de responder— No, no lo hago: el lastimo a mi hermanito. Tal vez sólo soy mayor por 5 minutos, pero se siente horrible ver como tú mellizo viene a ti con el corazón destrozado porque su novio, a diferencia de su hermano mayor, no sabe los que es ser un hombre de verdad y controlar sus hormonas.
— Él lamenta lo que hizo y resiente la perdida de Naruto, sabe que cometió un error.
— Y lo tiene bien merecido por ser un idiota lujurioso, si mi hermanito no lo hubiera atrapado con quien sabe con cuantos más lo hubiera engañado y quien sabe con cuantas las hizo antes que esas dos. Mira Itachi, eres un hombre bueno y amas sobre manera a tu hermano pequeño pero ya es tiempo que lo dejes crecer. No puede venir aquí cada vez que tiene un problema para que tu se lo resuelvas y lo consueles, yo lo tolero por ti y hasta lo disculpo porque es un joven inmaduro… pero a veces siento que abusa; ya tiene 23 años posee un magnifico empleo en la empresa de vuestros padres y gana un salario por el que muchos matarían, un magnifico departamento de soltero en uno de los mejores edificios del país y según pude ver una multitud de fansgirl que lamen el suelo que pisa y por si no bastara es un hombre tan guapo como su abuelo; pero sin embargo sigue viviendo en la casa con sus padres y viniendo aquí sin avisar a la hora que se le antoja sin importarle que su hermano está casado y tiene una vida marital.
— Tiene todo lo qué cualquier hombre pueda desear… menos su verdadero amor.
— ¿Y por culpa de quién es? Sólo suya… además Naruto me dijo que él y Kakashi piensan casarse dentro de un año, no lo han hecho, porque tienen dificultades económicas y esos dos son demasiado testarudos para pedir ayuda… especialmente mi hermano. Dile a Sasuke que por su propio bien se olvide a mi hermano, Naruto no va a volver con él, es muy feliz con su pervertido, como yo lo soy con el mío— indico la rubia besando a su marido y sentado a ahorcadas sobre él… ¿Qué dices listo para otra ronda?
— Yo siempre estoy listo.
—Hm, que modesto, pero estoy encantada que haya razones para ese orgullo— diciendo la chica se inclino hacia su conyugue besándolo en la boca mientras sentía la enorme dureza de su marida abrirse paso en su interior gimió fuertemente pensando en lo satisfecha con su vida no sólo se caso con el hombre más atractivo y apasionado sobre la faz de la tierra, también tenía trabajo en un pequeño bufete de abogados el cual había fundado con algunos amigos, algo de lo que se sentía orgullosa porque estaba forjando un nombre por sí misma. Una poderosa embestida taladro su ser haciéndola quedar con la mente blanco…. si la vida era buena con ella.