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Some ; yoonmin. por Sou-Tan

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Notas del capitulo:

Woah, olvide que lo publique aqui, joder. Les traigo dos caps de todas formas por la tardanza.

Usualmente Yoongi y Jimin se llevaban de maravilla viviendo juntos, pero tener que compartir un pequeño departamento con una persona totalmente diferente a ti no siempre es algo fácil.

Y ese había sido casi el peor día de la vida de ambos.

Jimin nunca logró entender ni una sola cosa por más que Namjoon le explicaba pacientemente, el examen era pronto y no tenía idea de nada. Jimin debía esforzarse más si no quería perder su beca estudiantil. Yoongi, por otra parte, no la estaba pasando mejor. El peliverde había perdido algunas hojas del borrador de la parte final de su tesis y comenzaba a tener ese extraño tic en el ojo que lo hacía ver como un asesino serial.

Llegaron a casa al mismo tiempo, los dos con el mismo grado de enojo y frustración; y al estar juntos en el departamento ambos con humor de perros y sin ganas de contar qué había sucedido y ni cómo, era la combinación perfecta para una gran pelea.

Yoongi se lanzó al sofá por un momento, bufando a ratos y jugando con su gorra a otros. Necesitaba encontrar las hojas de ese borrador pronto porque eran demasiadas, ya no tenía tiempo para escribir tanto, y aunque lo hiciera, todavía debía estudiar para la presentación. Estaba muriendo por dentro.

Jimin estaba que lloraba de lo enojado y decepcionado de sí mismo que estaba. Lanzó su gorro al suelo, y comenzó a buscar furiosamente por toda la cocina algo de comer. Ni tenía hambre, pero necesitaba calmar sus ansias.

Tomó un tazón y la caja de cereal, echó todo su contenido en el bol y con las manos comenzó a comerlo como un cavernícola, haciendo un gran desastre sin darse cuenta.

 

-Park Jimin, mira el suelo. ¿Sabes quien limpia aquí?

 

Pero Jimin ni siquiera estaba viendo mas allá de sus ojos, su cerebro estaba tan concentrado odiándose a si mismo que no procesó que es voz era de Yoongi.

 

-Cállate, no necesito de tu mierda en este momento, ¿sabes?

 

Yoongi no era de los que explotaba como si nada, pero definitivamente ese no era el día para que Jimin le hablase de esa forma, se sintió ofendido, sobre todo porque él le había hablado como si fuese un niño de cinco años al que quería proteger. Sobre todo porque a Yoongi le bastaban diez segundos para hacerte sentir como una mierda por el resto de tu vida.

 

-Y yo nunca he necesitado de tu mierda. Pero aquí estas, todos los días, ¿no es así? - Y Yoongi, quien buscaba una botella de agua en la nevera, estrelló la puerta y salio de ahí hacia su habitación donde también estrelló la puerta.

 

Jimin lo vió irse y tras de sí, la última y pequeña esperanza de su tonta ilusión estrellándose contra el suelo. Pelear con Yoongi era normal, pero arreglar todo era bastante incómodo además de difícil. Era un idiota, Yoongi también lo era, pero tenía un lindo trasero, lindos hoyuelos y lindas mejillas, y a Jimin le gustaban las cosas lindas así que no podía odiarlo.

Se odiaría a si mismo un poco más otro rato mientras intentaba estudiar. 

 

Que. Bonito. Día.

 

Se deshizo de casi toda su ropa, porque dentro del departamento si había calor, y fue a buscar sus apuntes al librero que estaba al lado del televisor de la sala. Su carpeta decía claramente Park Jimin escrito con marcadores de colores; le fue inevitable sonreír porque sobre la carpeta había dibujado a Yoongi durmiendo y en letras pequeñas decía "Min Yoongi es estúpido".

Se sentó en el sofá, dispuesto a entender de una vez por todas matemáticas, cosas que no se le daba muy bien cuando en sexto grado les dio por querer combinar los números con el puto abecedario, ¿es que no lo podían dejar normal? Las dos primera hojas estaban muy bien, pero luego comenzó a leer cosas que no tenían nada que ver con matemática. Y en una esquina llevaban el nombre de Min Yoongi.

Jimin sonrió tanto que sus ojos desaparecieron y una bombilla se encendió sobre su cabeza. Era la Tesis perdida de Yoongi, el muy perezoso debió meterla ahí porque no quería ir hasta su habitación ni para dormir en su cama. Jimin supuso que fue hacia tres día, cuando lo encontró durmiendo (de nuevo) en el sofá.

Una solución rápida a un gran problema. Así que decidió utilizar esa oportunidad para robarse a Yoongi por una noche, y pensar que estaban en una cita o algo así, porque mientras él estuviese soltero Jimin se daría el gusto de imaginar que era todo suyo aunque fuese una estupidez.

Recogió las hojas y atravesó todo el departamento sin dejar su sonrisa de idiota.

 

-¡Yoongi hyuuuuuuung! - Pero no respondió - Se que no saldrás pero yo tengo algo que tu quieres, toma esto - y deslizo una de las hojas por el espacio entra la puerta y el piso.

 

Paso un rato hasta que la puerta se abrió y un Yoongi esperanzado se dejo ver.

 

-¿Donde están? ¿Donde, donde donde donde donde donde donde carajos estaban? ¡están todas, en serio? ¡Ah, iba a morir! - gritó aliviado, acercándose a Jimin para quitarle las hojas y ver que estaban todas en buen estado.

 

-Las metiste en mi carpeta, en el librero, tonto.

 

Pero Yoon no respondió y siguió mirando su tesis, Jimin se mordió el labio; impaciente e irracionalmente nervioso.

 

-Y...¿Estamos bien?

 

Yoongi lo miró por varios segundos, recordando repentinamente que estaban peleados y que Jimin era muy sensible a todo, así que se dejo comprar por el hecho de que le había devuelto su tesis perdida. Fue hasta el y besó su mejilla por un segundo y después se alejó sonriendo.

 

-Por supuesto que todo bien, gracias.

 

Jimin sonreía, pero no estaba bien, es decir, él acababa de darle un beso en la mejilla. Vamos, habían dormido juntos, tomado un baño juntos y todo eso, pero un besito era demasiado para Park Jimin y su gran imaginación. Se humedeció los labios sin dejar de mirarlo, gesto que hacia cuando estaba muy nervioso.

 

-Hyung, ¿quieres salir conmigo?

 

 

 

 

 

 

 

......

 

El pelirrojo miró embelesado a Yoongi desde la pista, bailando sutilmente al ritmo de la música. Estaba cansado más temprano, pero al salir de casa con Yoonie, sólo tenía ganas de divertirse y una energía desbordante; Yoongi también estaba mucho más tranquilo. Tomaron un taxi hasta unicorn, uno de los pocos clubs gays de la ciudad. A Jimin le gustaba porque podía sentirse cómodo y a Yoongi no le importaba acompañarlo siempre que hubiese buena música y una mesa en un rincón invisible.

Dedicándole una sonrisa, el pelirrojo acarició la rodilla de Min con sutileza.

 

-¿Estás bien, hyung?

 

Yoongi sonrió ligeramente, revolviendo su trago con el dedo.

 

-Estoy bien, Jimin-ah.

 

-¿Por que no vienes conmigo un momento? - Sugirió al verlo tan solo en esa mensa del rincón.

 

-Sabes que no soy bueno bailando, y tampoco es que me apasione mucho - dijo sin emoción, tratándose de verse convencido porque Jimin era siempre insistente con eso de bailar.

 

-No hablaba de bailar, es algo que te gusta y casi no tienes tiempo de hacer.

 

-Ya estoy bebiendo.

 

-Eso no, pequeño idiota. ¡Vamos!

 

Yoongi fue arrastrado por Jimin alrededor de todo el local, y se acercaron tanto a la pista de baile que Yoongi estuvo a punto de matarlo en ese instante, pero, en cambio, Jimin lo llevó mucho mas atrás, a un lugar un poco más oscuro.

 

-Listo, ¿qué te parece?

 

-Mira, hay varios puntos a aclarar aquí. Primero, soy un centímetro más alto que tú, idiota. Segundo, no tengo idea de qué quieres que haga aquí.

 

Jimin suspiró, recordando que Yoongi no estaba enamorado de él, y que no se la pasaba pensando en todos sus momentos juntos ni en todas sus frases. Porque Jimin sentía que algún día Yoongi se le iba a acabar, y quería todo de el.

 

-Yoon hyung-ah, uno de tus deseos de año nuevo fue poder ser un dj algún día. Y...bueno, el dj de aquí esta noche es Jungkook - Jimin se encogió de hombro al pronunciar su nombre y Yoongi frunció el ceño, buscando con la mirada al chico - Le dije que descansara un rato, así que tu puedes tomar su lugar un rato, o toda la noche.

 

Los ojos de Yoongi brillaron, y tuvo que contenerse para no saltar encima de Jimin y darle un abrazo apretado que lo dejase sin aliento, porque tenia muchas de hacerlo en ese momento.

 

-Aigo, mi lindo Jimin.

 

Jimin tomo su mano y lo llevó hasta el lugar del dj, y dejó todo en manos de Yoongi.

 

-Estaré bailando para ti, hyung.

 

El mochi le guiñó un ojo, y Yoongi le sonrió medio confundido. Chimchim actuaba raro últimamente, siempre tan confuso, como si dudara de cada movimiento estando junto a el, y no dejaba de mirarlo con esos ojos tan...uh. Pero con Taehyung no estaba así, en la universidad era el osito precioso que era usualmente, incluso con Jungkook estaba totalmente normal pero con él, su mejor amigo, actuaba como si...ah, no podía ni explicarlo.

Sin embargo, esta se la dejaba pasar, porque era un mochi muy bonito y porque, joder, iba a a ser dj.

Se colocó los auriculares y comenzó lo divertido, claro que, como era de esperarse de Min Yoongi, lo primero que hizo fue poner una de hip-hop. Vio a lo lejos a Jimin bailar enérgicamente, con un grupo de amigos a los que conocía. Su cabello naranja era bastante notable de entre la multitud, sobre todo porque la luces lo hacían ver como fluorescente. Yoongi había elegido ese color por él. Su color favorito en la persona favorita.

Las canciones de fueron rápidamente, Yoongi estaba repleto de adrenalina, se sentía cansado pero su cuerpo era incapaz de parar de bailar desde donde estaba, y Jungkook se encargaba de llevarle un trago tras trago y admitiría fácilmente que estaba un poco muy ebrio.

Jimin hizo su famoso bodyroll y Yoongi se encontró a si mismo sonriendo y mirándolo con complicidad, porque ese era el movimiento que Jimin usaba para conseguir una cita o le que sea, porque cualquiera le daría el mundo si seguía moviéndose así.

 

-Hyung-ah, ven aquí, vamos a bailar.

 

¿Como había llegado Jimin hasta él tan rápido? ¿Por qué su voz sonaba tan cerca y por qué el aliento a alcohol solo parecía se el suyo?

 

-Jiminnie, Jiminnie, ¡Vamos a bailar! -Yoongi dio un salto hasta Jimin, casi cayendo sobre el, desde la plataforma del dj, Jungkook lo miró como pidiendo perdón pero a la vez riéndose.

 

-Así que has estado bebiendo, sino, no dirías que quieres bailar.

 

-Yo no quiero bailar, yo sólo quiero quedarme un rato contigo. Porque mi mejor amigo ya no me quiere - intento hacer aegyo, pero Jimin terminó riéndose de su feo-lindo intento.

 

-¿Quién dijo eso?

 

Yoongi se tambaleaba torpemente por toda la pista de baile, Jimin iba detrás de el, cuidando de que no se golpeara contra el suelo.

 

-Pero si yo te amo, hyung.

 

Y no sabes cuanto.

 

-Entonces no te escapes de mi.

 

Serio, Yoongi le dedicó una mirada casi furiosa; aun atontado por el alcohol, porque según el medico el no debía beber mucho ni muy seguido, así que no tenia experiencia. Jimin lo miró con ternura, envuelto en ese estúpido juego en el que su mente le decía que esta noche Yoongi era suyo, y que mañana en la mañana también lo sería. Pero la verdad es que Yoongi no estaba enamorado de él, Yoongi le había demostrado ser la persona más abierta que conocería en toda Corea del sur. Era un hetero viviendo en un mundo de gays, no le molestaba que sus amigos se besaran frente a el, iba con ellos a ese club que no le gustaba, incluso habían tomado un baño juntos. Y no, no tenia ninguna posibilidad, Yoongi también había demostrado ser completamente heterosexual.

 

Muchas chicas en la universidad gustaban de él porque "oppa es muy lindo e inteligente y además amable", y Jimin había sido testigo de como Yoongi besaba a su antigua novia, y también a esa chica que...dios, le dolía todo de solo pensarlo.

 

-¿Bailas?

 

-Claro.

 

-Solo quiero que te diviertas esta noche.

 

-Ya me estoy divirtiendo, gracias a ti.

 

 

 

 

..

.

.

.

.

.

You don't gotta open up

Tell me I'm the one

Just wanna keep it real with you

I just wanna feel you now

.

.

Ambos estaban sudados, pero la pasaban bien bailando. Jimin debía adaptar su modo de baile al de Yoongi, porque sino, un mochi terminaría comiéndose a su hyung. Torpes, ambos tuvieron la noche de su vida juntos, y cuando a Jungkook se le ocurrió la brillante idea de poner una canción lenta (y con una letra muy sugestiva), Jimin se permitió tentar a la suerte y abrazar a Yoongi para tenerlo cerca, sin decir nada más que un inaudible "perdón, pero te necesito".

Y si, Jimin también estaba ebrio.

El mochi sintió la respiración de Yoongi ir lenta, chocando contra su piel. El chico estaba tan cerca de su rostro que pudo ver las incipientes ojeras destacando en la pálida piel. Yoongi se acababa de quedar dormido, ebrio y agotado, sobre él, en medio de una pista de baile. Se rió suavemente, sosteniéndolo con fuerza contra su cuerpo, teniendo especial cuidado de no despertarlo.

Jimin se había convertido en un hombre con un cuerpo perfecto, y muchos estaban deseando una oportunidad con él. Su cara de bebé era la principal atracción. Y a Jimin de verdad le gustaría poder decirle que sí a al menos uno de los chicos que lo buscaban, pero no tenía ni las ganas ni el valor de hacer eso.

Estaba enamorado de Yoongi, y no tenía prisa para sacarlo de su cabeza. Le gustaba mirarlo cuando no se daba cuenta, y cuando se daba cuenta también lo miraba; le decía cosas bonitas aunque Yoongi odiaba que hablase de él de esa forma; picaba sus mejillas, lo abrazaba todas las mañanas antes de irse a la universidad y se preocupaba de que no se saltase todas sus comidas.

Yoongi trabajaba tan duro que no tenía tiempo de ver por sí mísmo, y Jimin estaba para cuidarlo.

Porque si, porque lo quería demasiado aún cuando no tenía idea de las cosas que sucedían en esa cabeza y Yoongi no tenía porqué saber nada sobre ello.

Tal vez era que estaba demasiado ebrio porque en una sola noche estaba pensando las cosas que pensó a lo largo de todo un año.

Y cuando la canción terminó, fue como si al cuento se le hubieran acabado las paginas. No había nada más en ese amor ilusorio que un final que no estaba escrito, porque las historias que no existen no pueden tener un final si no hay comienzo. Jimin quiso llorar, por ser tan tonto, quizá, quedarse con Jungkook era la mejor opción, hubiese olvidado a Yoongi y tendría una relación estable. Pero debía ser realista, no se arrepentía porque quería estar cerca de el y disfrutarlo aunque por mas que estirase su brazo no iba a poder alcanzarlo a él.

Jimin sostuvo la nuca de Yoongi y lo apartó un poco para verlo bien. Su rostro calmado le llenaba el corazón, y se sintió culpable por desear que le dijese un "te quiero" aunque fuese falso, porque quería que Min Yoongi le rompiera el corazón en mil pedazos.

Porque Park Jimin quería lo que sea, pero que viniera de Yoongi.

El chico lo miró con los ojos entrecerrados, viéndose tan bonito a sus ojos, y mucho más cuando le sonrió, desprendiendo un candor que a Jimin le abrigaba el alma.

 

-Vamos a casa, ya. Estoy muy cansado.

 

-Yo también - susurró Jimin, separándose de su hyung lentamente y caminando con él a la salida en busca de un taxi para volver a casa.

 

No pasó un taxi durante cerca de quince minutos, y parecen pocos, pero cuando el silencio es eterno parecen que fuese una hora. Jimin no sentía capaz de hablar sin terminar confesándose patéticamente ante la persona que nunca le correspondería. Yoongi, quien era bastante elocuente, estaba también callado, pero era la primera vez que se embriagaba y parecía ser normal. Entraron en el auto, volvieron a casa y subieron las escaleras en silencio, sosteniéndose el uno al otro hasta el departamento.

 

-¿Puedes llevarme a mi cuarto? ni siquiera puedo llegar hasta allá por mi mismo.

 

Jimin asintió, arrastrando el ligero cuerpo de Yoongi hasta el pasillo y luego introduciendolo en su cuarto, hizo que se acostara y le quitó la ropa sin escuchar ninguna de sus protestas. Luego le puso el pijama y salió de ahí como a punto de desmayarse.

Porque le dolía mucho, le dolía demasiado ver a Yoongi todos los días. Se encontró a si mismo mirando la hora en su teléfono una hora después (3:45am), comiéndose todo el cereal y mirando a través de la ventana. Seul era un ciudad bonita para vivir, pero Jimin estaba triste y no podía verla porque mientras mas comía y lloraba mas miserable se sentía. No pudiendo callar sus tontos gimoteos, intentó cubrir su boca pero no fue suficiente.

 

-Mochi, ¿estás llorando? - no pudo distinguir si la voz de Yoongi era real o estaba alucinando. Su mundo era un espiral de confusión tras confusión. Luego, lo único que supo fue que unos brazos lo rodearon y, no entendía si estaba loco o que sucedía, pero creyó sentir que Yoongi lloraba en su hombro, mojando su camisa favorita.

 

La camisa que Yoongi le regalo de cumpleaños.

 

Jimin sonrió al recordarlo, y después de eso su cerebro se apagó.


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