POV de Rei Ryugasaki
—¿Recuérdame porque estoy haciendo esto?
—Porque eres mi mejor amigo y me adoras. Además no es la primera vez que modelas desnudo para mi Rei.
Eso es cierto.
Primeramente déjenme presentarme, mi nombre es Rei, Ryugazaki Rei y en estos momentos estoy sentado desnudo sobre un taburete, mientras mi mejor amigo Matsuoka Rin me dibuja en un lienzo. Ya he perdido la cuenta las veces que he sido su modelo. Rin siempre me dice que las demás personas que ha pintado no le trasmiten la belleza y elegancia que el busca, solamente yo.
Tanto como Rin y yo somos estudiantes de la Universidad de Tokio, él pertenece a la facultad de arte mientras yo en la facultad de ciencia. Rin estudia para ser un gran y reconocido artista y yo para ser un importante químico. Ambos con carreras completamente diferentes pero con una amistad sólida. Bueno no tan sólida.
Hace unos meses atrás y luego de tantos años de estar a su lado, compartiendo momentos agradables como no tan agradables. Me enamoré de él. Rin me gusta demasiado, pero no he podido confesárselo. ¿Motivo?. Rin no es gay y además mantiene una relación bastante estable con una chica de su misma facultad.
—Oye Rei, apoya tu rostro en una mano por favor.
—¿Eh? ah sí claro —Saliendo de mis pensamientos me acomodo como él pedía.
—No, así no. —Dejando el lápiz en su taburete se acerca hacia mí para él mismo colocarme en la posición que deseaba. Su mano tocaba suavemente mi piel, como temiendo a que me rompiera. Siempre me trataba así, desde la primera pintura que modele para él. Cada toque de su parte hacia que mi corazón latiera rápidamente y siempre hacia todo lo posible por no trasmitirle mis nervios a él.
—Bien, quédate así Rei y no te muevas —Me señala con una sonrisa para luego regresar rápidamente detrás del lienzo y seguir dibujándome. Soltando un suave suspiro me quedo quieto, sin despegar mi mirada de él sonrió levemente, esa sonrisa que Rin le encantaba dibujar y cada vez que la hacía no despegaba su mirada de mí.
Admitiré que sentir su rojiza mirada enfocada solo en mi era de las cosas que más me encantaba que hiciera cuando me dibujaba. Esa mirada que me trasmitía admiración y lujuria. Aunque desgraciadamente no era solo para mí. Rin siempre daba esa mirada cuando una pintura o escultura le encantaba.
Mantuve la posición por unas dos horas, horas que sentí esa mirada rojiza que tanto amaba. Cuando Rin me dio la señal pude al fin relajar mis músculos.
—Estuviste fantástico como siempre Rei —Lo escuche decir mientras me extendía una bata para poder tapar mi desnudes. —¿Ya te he dicho que me encanta cuando me das esa sonrisa?
— Lo sé Rin, porque crees que siempre la hago cuando modelo para ti? —Sonrío levemente mientras me tapo con la bata. —Me iré a vestirme, ya regreso para ver como quedo el boceto.— Escuchando una afirmación de su parte me adentro al cuarto de baño que Rin tenía en su estudio. ¿No les había dicho? Disculpen, de seguro me lo salte. Rin debido a que era el mejor artista de su facultad y de haber ganado premios, no solo en la universidad, sino también a nivel nacional, le asignaron un estudio de arte privado.
Al paso de los minutos y una vez ya vestido nuevamente con mi ropa salí del cuarto del baño. Estaba cansado y mis músculos también. Estar muchas horas en la misma posición no era sencillo.
—Oye Rin ya debería empezar a cobrarte… —Por estar metido en mis pensamientos no escuche la voz que acompañaba la de Rin. Yuuki, la novia de Rin, también estaba en el estudio. — Oh no sabía que estabas aquí. Buenas Yuuki —Dije lo más serio posible. No es lo que ustedes piensan. No la trato así porque sea la novia de la persona que me gusta, la trato así, por cómo es ella.
Esa chica es una de las que comúnmente se dice, una niña mimada. La familia de Yuuki es dueña de uno de los museos más importantes de Tokio y solo por eso ella se daba los dotes de gran artista. Cosa que no es. Aun no entiendo como Rin puede estar con ella.
—Hola Rei, le decía a Rin que como siempre eres muy bueno siendo modelo. —Su tono de niña buena me molestaba, porque solo me trataba así cuando Rin estaba presente, de lo contrario su despreciable personalidad salía a flote.
—Rei es más que bueno. Es mi modelo estrella. No sé qué haría sin él —Las palabras de Rin hicieron que mi corazón latiera, en esos momentos solo rezaba para que mis mejillas no estuvieran sonrojadas.
—Un día te empezaré a cobrar por hacer lo que hago —Le respondo con una leve sonrisa mientras me acerco hasta él y veía el boceto de mi dibujo. Y como era de esperarse era hermoso.
—¿Hermoso verdad? —Pude escuchar el murmuro de Rin al lado mío. —Solo falta pintarlo y será doblemente hermoso —Sentir como Rin pasaba su brazo por mis hombros y me acercaba a su cuerpo, me hizo estremecer. Esta vez sin duda no podía evitar que mis mejillas se sonrojaran.
—Oye Rin~ —Oh cierto, ella seguía ahí con nosotros— Vine para invitarte a cenar y como ya terminaste la primera parte de tu nueva pintura, ¿qué te parece si vamos?
—No suena mal además que ya me pego el hambre. ¿Vienes con nosotros Rei? —Esa pregunta nos sorprendió tanto a mi como a Yuuki, que de inmediato puso cara de pocos amigos, sin duda que ella no quería que fuera. Pero como estaba cansado no quería soportar más de la doble cara que era esa chica, desistí.
—Gracias Rin pero esta vez paso. Tengo cosas que hacer de la universidad. —Dije mientras tomaba mi bolso. — Diviértanse ustedes.
—Oh bueno, que mal —Lo escuche suspirar y poner un gesto de tristeza.— Mañana te llamo para que veas como terminé la pintura.
—Está bien. Esperaré tu llamada entonces —Con una suave sonrisa me despedí de él ignorando a la muchacha. Al fin de cuentas, Rin sabía que no la soportaba.
Cuando salí de la universidad pude notar que ya empezaba a oscurecer. Así que a paso tranquilo me encaminé a mi casa. La excusa que le dije a Rin era mentira. Siempre que me tocaba modelar para sus obras adelantaba todos mis pendientes así me encontraba libre para él.
Mentalizándome que pasaría solo una noche de viernes en mi casa no me espere a encontrar a tres amigos de preparatoria, la cual no veía desde hace tiempo. Makoto, Haruka y Nagisa se alegraron de encontrarme y con una sonrisa me invitaron, para no decir me arrastraron, a una fiesta privada que se daba lugar en un bar gay. No me molestaba, todos mis amigos sabían de mis preferencias, hasta Rin, pero saber eso no significa que correspondería mis sentimientos.
Tratando de olvidarme de ese pelirrojo amigo mío, me dispuse a disfrutar de la fiesta y de la compañía que tenía. Si nunca Rin iba a corresponderme ya iba siendo hora de empezar a olvidarlo. Y puede que en ese lugar encuentre a ese alguien que necesito.
Fin