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Nuestra Promesa por vitalife

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Notas del fanfic:

 

 

Me encantó este anime, es el único que me ha hecho escribir algo que no sea del mundo de Naruto n.n

 

Como ya saben, los personajes no me pertenecen, sólo los imagino en sutuaciones más gay xD

Notas del capitulo:

 


Espero lo disfruten tanto como yo escribiendolo :) 


 

 


Los fuegos artificiales resonaban desde afuera, anunciando el inicio del nuevo año, la gente festejaba en los santuarios, en sus casas o puestos comerciales, reunidos con amigos o familiares, júbilo, buenos deseos, el ambiente era esperanzador, lleno de expectativas. Yu-topia no era la excepción, el lugar estaba lleno de personas allegadas a los dueños, el banquete había terminado, ahora se encontraban bebiendo y charlando animadamente.


Sus ojos azules observaban con detenimiento, con discreción, su mirada era intensa, matificada por la embriaguez y el sentimentalismo, como el objetivo de su atención reía un tanto forzado por el espectáculo montado por todos en Hasetsu, sosteniendo en sus manos un vaso a medio tomar de cerveza, el brillar de su sortija le cegaba, recordándole algo muy importante. Ya era pasada de la media noche,  todos compartiendo sus deseos y metas a seguir, pero  a pesar de que dio lo mejor de sí, intentando parecer lo más alegre posible, el alcohol había sacado a flote los pensamientos que rondaban en su cabeza desde hacía un par de semanas, Yuuri no le había dicho nada, volvió su vista a la botella frente a él, el líquido en su interior le seducía con cada ondulación, cumpliendo su deseo, le tomó hasta el fondo, como si esto le diera el poder para aguantarlo.


 


-¡Vi-Viktor! –le sorprendió en el acto, pero ya era demasiado tarde, lo había bebido todo- ¡¿Qué estás haciendo?! –alterado le tomó de los hombros.


-Yuuri~ -le sonrió, abrazándose a él-  Yuuri~ -repetía medio embobado, besándole en la mejilla.


-E-espera… -intentaba apartarlo, toda su familia estaba ahí.


-¿No me quieres Yuuri? –dijo dolido y con la cabeza agachada.


-¿De qué estás hablando? –suspiró, a veces su entrenador podía volverse muy pesado cuando bebía.


-Yuuri… -conectó sus ojos con los contrarios, parecía que lloraría en cualquier momento, le tomó la mano con extrema delicadeza y la llevó a sus labios, besando el dorado anillo- ¿Cuándo… ?


-Vik… -los colores se le subieron a la cara, enrojeciendo escandalosamente hasta las orejas, con nerviosismo volteó en todas direcciones, nadie parecía haberse dado cuenta- Es-estás muy borracho, te llevaré a tu habitación… -se apresuró a decir, levantándolo consigo.


-Yuuri ¿Sucede algo malo? –le llamó su madre al ver que iban rumbo a las escaleras.


-Creo que Viktor no se siente bien… -dijo  un poco ansioso.


-¡¡Yo me siento bien!! –alegó el de claros cabellos, intentando ponerse de pie por sí mismo, tropezando, golpeándose contra la pared, donde el de gafas pudo sostenerlo antes de terminar en el suelo- ¡Vayamos a las aguas termales!


-No, Viktor… -su tono de voz parecía reprenderlo.


-Tengan cuidado ¿nee? –sonrió la madre del joven, regresando a la fiesta.


-Si mamá…


 


Con mucho esfuerzo lograron llegar al último piso, no es como si el mismo se sintiera bien del todo, sólo había tomado un par de cervezas, las suficientes para sentirse un poco mareado al incorporarse, sumando el hecho de que Viktor pesaba más de lo que parecía, además no ponía mucho de su parte por subir, aunque extrañamente se había calmado y dejado de parlotear incoherencias en cuanto pusieron un pie en el pasillo hacia su habitación, le pareció extraño, pero creyó que de seguro estaría cansado. Deslizó la puerta corrediza, adentrándose en la recamara, le recostó en su cama, un poco avergonzado le quitó la ropa para que descansara mejor, él dócilmente se dejó hacer, pero cuando tomó los pantalones dudó.


 


-Yuuri… -le agarró de las manos, curvó sus labios- yo lo haré.


-Bien… -se aparó, intentando huir del lugar, pero una mano le sostuvo del brazo y lo atrajo a la cama, azotándole contra el colchón, sus anteojos salieron de su rostro cayendo sobre el tatami.


-Yuuri… -le acorraló, colocándose sobre él- aún no me respondes… -reclamó como niño pequeño haciendo un ligero puchero.


-¿Qué cosa? –no huye de su mirada, pero está muy nervioso.


-¿Cuándo vamos a casarnos? –frunció las cejas con molestia.


-Tú fuiste el que empezó con esa broma… -enchuecó la boca.


-No era una broma…


-Viktor, tu sólo estás jugando y.. –pero es interrumpido.


-Ya nos hemos besado… -le tomó de la barbilla- me coqueteas antes de cada presentación… -se acercó lentamente- nos bañamos juntos… -tocó su frente con la contraria- dormimos en la misma habitación… -rozó sus labios- me diste un anillo…


-E-eso es como… -el aire se le iba de los pulmones- como agradeci…


-¿Agradecimiento? –una vena sobresalió de su amplia frente, le tomó del cuello de la camisa- ¿De verdad seguirás con la farsa? ¡No es justo Yuuri~! –le agitó a manera de berrinche.


-E-espera… Viktor… -se tomó de la cabeza una vez fue soltado, el techo daba vueltas, no podía levantarse de la cama, intento incorporarse con sus codos, pero era inútil, la gravedad parecía ser más fuerte- no puedo… -cerraba los ojos, intentando aguantar las náuseas.


-Yuuri ¿Estás bien?... –el ruso parecía confundido.


-N-no… -apenas pudo formular la silaba, terminó por tumbarse completamente sobre las sabanas, no podía moverse ni un poco, descansó un brazo encima de sus ojos y otro arriba de su cabeza, el alcohol le había pegado de golpe, su rostro estaba bastante enrojecido.


-Yuuri… -algo en aquella imagen terminó por romper algo dentro de él, apartó el brazo que cubría aquel rostro y para la sorpresa del otro, comenzó a besarle apasionadamente.


-¡Mnn!.. –exclamó en medio del beso un tanto desorientado, abrió sus ojos topándose con los de su entrenador, se estremeció al sentirse devorado por aquel fuego azul, abriendo su boca a penas por la impresión, siendo acariciada su lengua por otra intrusa, sus parpados se apretaron ante el toque sobre su ropa-  ¡Hmm! –ahogó un gemido.


-Yuuri… -le nombró con una sedosa voz, besándolo en el cuello, metiendo su mano bajo la camisa del menor.


-Viktor.. –dijo en un suspiro sin quererlo, aquellos roces hacían que sus cuerdas bucales no funcionaran adecuadamente- ¿Qué estás…? –pero su respuesta vino como una pequeña mordida en su pezón derecho, en algún momento su torso fue expuesto- ¡Aah! ¡No toques ahí! –intentaba apartar la mano que masajeaba su entrepierna, se estaba poniendo duro.


 


Cualquier reclamo parecía inútil, todo incentivaba cada vez más las caricias y besos del mayor, su cordura poco a poco se perdía, su amor platónico parecía ir en serio, pero no estaba seguro de la situación, ¿Lo haría porque estaba borracho? ¿Realmente le quería? ¿Qué estaba pasando exactamente? No tenía ni siquiera las ganas de detenerle, su mente se perdía en la turbación entre el alcohol y la lujuria que ganaban terreno con velocidad. Su ropa fue despojada, dejándole solamente sus boxers entallados, su húmeda erección se hacía bastante visible, avergonzado tapó su rostro.


 


-Yuuri… -repetía como un mantra, le deseaba tanto, tenerlo casi desnudo bajo él, se mareaba de sólo pensarlo. Apartó las manos de aquel hermoso rostro encendido y lo tomó con suavidad entre las suyas, acariciándole las mejillas con los pulgares, admirándolo, los expresivos ojos castaños titilaban expectantes, su corazón dio un vuelco- Te amo, Yuuri –sonrió con calidez, observando las pupilas del otro dilatarse, sin más no pudo evitar besarle.


 


Esta vez, contraria a la anterior, el japonés le devolvió el contacto con ímpetu, reteniéndolo con sus brazos por el cuello, enredando sus dedos en su platinado cabello, ante aquel acto, no podía aguantar más tiempo sus impulsos, rozando sus caderas ante la excitación que esto le provocaba, sus miembros chocaron, haciéndoles jadear, el más joven abrió sutilmente sus piernas en una clara invitación a que se acomodara mejor, intensificando el contacto de sus cuerpos, apoyó un codo en la cama para dejar a su mano libre estrujar uno de los firmes glúteos de su acompañante, bajándole de paso la ropa interior de esa zona, repentinamente fue empujado cambiando posiciones, “su novio” (aunque este no se entrara), se sentó sobre su pelvis con las piernas abiertas.


 


-Viktor… -le sonrió seductor- “You are my couch… -una risilla le invadió, asombrando a su espectador- you are… -sus dedos se posaron en la tanga negra de su entrenador- my… -en un veloz movimiento terminó por desvestirle, después de ello apoyó la cabeza en aquel trabajado abdomen del albino- boyfriend”… -arqueó sus labios en una sonrisa boba.


 


Katsuki yuuri estaba ebrio y no lo iba a desaprovechar. Se sentó de golpe, lo atrajo entre sus brazos, besándole, tocando su torso, mientras el otro le tomaba de la nuca, facilitando así el desalojo de la última prenda que se aferraba al esbelto cuerpo asiático, el mismo que no paraba de soltar contenidos ruiditos de su garganta, le apartó con cuidado, notando como por unos segundos sus bocas estuvieron unidas por un delgado hilo trasparente de saliva, posó dos de sus dedos sobre los sonrosados labios de su amante, que sin estar del todo seguro los besó y lamió lentamente como si buscara incitarle descaradamente, logrando que su miembro palpitara, una vez tuvo suficiente, llevó esos mismos dedos a la entrada entre aquellos bien formados glúteos, jugando un poco antes de introducir el primero, mientras le besaba la clavícula.


 


-¡Vi-Viktor!… -gimió después de unas cuantas quejas, había encontrado cierto punto en su interior, inmediatamente un segundo intruso le hizo estremecer- ¡Ah!... Duele… un poco… -jadeó.


-Lubricante… -pensó en voz alta, ¿Dónde lo había dejado? Compró uno específicamente para una situación así, sacó sus dedos del ano de su pupilo e intentó estirarse al cajón de la mesita de noche.


-¡Viktor! –se pegó a su cuerpo, pensando que se iría de su lado- quédate conmigo~


-Pero Yuuri… -aquellos suplicantes ojos le hipnotizaban- sólo espera un poco… -resistiéndose de tomarle en ese momento, rebuscó hábilmente en la gaveta, encontrando un pequeño frasco cristalino, volvió su mirada al japonés que se aferraba a su torso, le acarició la espalda- recuéstate –le animó.  


 


Obediente hizo lo que se le sugirió, flexionando sus piernas separadas, extendió sus brazos como un pedido por contacto, el ruso tragó duro, apartando la vista, abriendo el bote con demasiada dificultad debido a tal distracción. Después de unos cuantos intentos logró dilatar a su pareja lo necesario, éste se retorcía, abrazaba una de sus enormes almohadas mientras suspiraba al borde de las lágrimas, su miembro escurría por el placer provocado en su interior.


 


-Yuuri… -se posicionó sobre él, apartando sutilmente el mullido objeto- ¿Puedo? –preguntó desesperado, su cuerpo ya sudaba con sólo verle.


-¡Viktor! –exclamó con sus nublados sentidos al verle tan cerca, sus piernas se enroscaron en las caderas del más pálido, una de sus manos apartó el platinado flequillo, mientas la otra descansaba en el hombro contrario- e-entra por favor… -decía con su entrecortada respiración.


-Ugh… -contuvo un jadeo en su garganta, escondió su cabeza en el cuello del menor- no hagas eso yuuri… -por un momento se sintió venirse, logrando retenerlo, la vista y el contacto, todo era maravilloso, aún sin estar en su interior- baja tus piernas… necesito espacio…


 


Se acomodó mejor, tomó la mano derecha del de cabellos oscuros, besando su anillo, entrelazando sus dedos, lentamente, sin perder de vista sus expresiones, fue penetrándolo, aquel rostro se contraía en repetidas veces, por lo que intentó calmarle con dulces besos, lográndolo a penas. Una vez completamente dentro, se permitió soltar algunos suspiros, dejando sin querer, a un japonés extasiado por su melodiosa y sensual voz, sus labios fueron cazados con ansiedad, sorprendiéndose de lo rápido que aquel chico encontró el truco del beso francés, su amado parecía tener una fijación de su cabello, lo acariciaba ante cada oportunidad estando en su cercanía. Dudando por unos momentos, comenzó a moverse despacio, parecía que Katsuki le tomaba poco a poco el gusto, relajándose, gimiendo algunas veces.


 


-¡Vik… tor! –suspiraba su nombre cuando encontraba aquella área que le hacía levantar la voz- ¡Ahh! –de sus labios salían pequeños murmullos en japonés que no podía entender.


-Yuuri… se… ¿Siente bien? –no quería lastimarle, le costaba reconocer lo que el otro expresaba, su japonés aún no era tan bueno.


-“¡YES!” –exclamó, moviendo sus caderas para profundizar su enlace, su rostro de pronto se había vuelto bastante lascivo.


 


Lo que vio y sintió le estremecieron por completo, con aquella respuesta no pudo evitar dejar de contenerse, sus embestidas aumentaron el ritmo, incluso su mano libre apretó las sabanas para no perder su posición, se inclinó para besar el cuello expuesto de su pareja, este había llevado su cabeza hacia atrás en cuanto arremetió contra él, viajó a su oreja, mordiendo el lóbulo de la misma, arrancándole algunos quejidos. Todo era como un sueño, uno muy húmedo.


La cama había comenzado a rechinar, las almohadas terminaron en el suelo, la puerta aún se encontraba entre abierta y los gemidos de Yuuri se hacían más sonoros, incluso el mismo Viktor dejaba salir su voz, puesto que esto enloquecía aún más al menor, sino fuera por el escándalo de la fiesta de año nuevo, se escucharían claramente por todo el último piso, quizás también en el de abajo, aunque en ese preciso momento les importaría poco que se enteraran de lo que ocurría en esa habitación.


El chasquido de sus besos denotaba la pasión del momento, así como las manos traviesas que exploraban la anatomía contraria, estrechando sus brazos en un ardiente agarre. El japonés abría sus piernas lo más que podía en un alarde de su flexibilidad, amasando entre sus dedos las codiciadas nalgas del mayor, su cadera serpenteaba con la maestría que sus clases de baile le dejaban. Mientras el de ojos claros le daba todo lo que quería, aún no se saciaba, deseaba llegar hasta lo más profundo.


Le tomó de la cintura, deteniendo su movimiento, apoyó sus rodillas en la cama, con la fuerza de sus brazos y piernas sentó a su pupilo en el regazo sin deshacer su unión, éste abrió sus ojos de golpe, temblando por el alcance de aquel miembro en su interior, lagrimas surcaron sus mejillas, así como un líquido viscoso manchó su vientre, sus labios se despegaron como reflejo.


 


-¡¡AAH!!... ¡¡VIKTOR~!! –por un momento su visión oscureció ¿Eso eran estrellas? - ugh… -apoyó su frente en el hombro de su entrenador.


-Yuuri… -dijo a penas en un murmullo cuando su pene fue estrujado.


 


De alguna forma, las manos de su pareja se aferraron a su espalda mientras tomaba aire y jadeaba ante sus erráticas embestidas, no quería correrse aún pero cualquier roce le hacía agonizar, las mordidas de Yuuri en su cuello no le ayudaban, de un momento a otro terminó sin poder retenerlo por más tiempo, su cuerpo se sacudió, como acto reflejo abrazó con fuerza la esbelta figura a su disposición.


Una vez recuperado, Katsuki tomó sus mejillas para dedicarle un pausado beso cargado de sentimientos, se ensimismó tanto en ello que no notó la erección que se frotaba en su estómago, así como los ligeros apretones a su miembro en reposo, hasta que el contacto en sus labios se volvió más fogoso y las manos del más joven se paseaban inquietas por su torso.


 


-¿Yuuri?... –soltó impresionado.


-“Otra vez”… -suplicó en su idioma natal- “more, more” –repetía, dejando húmedos besos en el cuello y hombros a su merced.


-Hmm… -retuvo un gemido en su garganta, parecía que “el cerdito” lograba persuadirlo muy bien.


-Viktor~ -en un arrebato le besó con ferocidad, lazándosele encima, comenzando a cabalgarlo.


 


Sus caderas compartían una pecaminosa danza, el de ojos castaños guiaba las manos del ruso por todo su cuerpo, desde los muslos, cintura, pecho, reteniéndolas en este último lugar. Comprendiendo su deseo, masajeó los suaves pectorales, pellizcándole los enroscados pezones, escuchando tenues suspiros de aprobación.


Su cabello crecido comenzaba a picarle el rostro, por lo que optó por acomodarlo hacia atrás, manteniéndose en su posición por el sudor, relamió sus labios en un coqueto acto sin apartar su atención de la mirada azulina, provocándole un fuerte estímulo al dueño de ella, ya no podría ver a “Eros” sin empalmarse.


Sus voces orquestaban una armoniosa melodía, acompañadas de los acordes de sus pieles chocando, si esto fuera una competencia, sus cuerpos harían una hermosa coreografía, sin duda, la sensualidad de Chris era un simple juego de niños al lado de ellos.


Estremecimientos en su vientre le hacían desesperar, el japonés lo hacía genial, más tarde agradecería a Minako por su arduo esfuerzo de enseñarle el mayor número de estilos de baile posibles, así como explotar su “lado femenino”, pero ahora quería darles a sus anatomías lo que querían, se aferró a sus caderas, marcando así un ritmo avasallador.


 


-¡Viktor! –cerró sus ojos y apoyó sus brazos en el abdomen bajo él- ¡Vik…! ¡Ah! –su garganta comenzaba a doler- “¡More!... ¡More!”


-Yuuri… -inclinó su cuerpo un poco hacia delante para empujarle con más fuerza- “My Yuuri”


 


En un momento de desequilibrio del menor, éste terminó yéndose hacia atrás, siendo perseguido por su hábil entrenador que alzó sus piernas colocándolas sobre los hombros, llegando más profundamente por su peso e inercia del movimiento, el castaño se aferró a las sabanas, soltando una sinfonía de gemidos y palabras inentendibles, moviendo en su cabeza en negación.


 


-Yuuri… lo siento… Yuuri… -besaba los muslos a pocos centímetros de su rostro, dejando una que otra visible marca- ¡Yuuri! –exclamaba, saboreando el clímax.


-Mmn… -se mordía los labios.


 


Su cuerpo temblaba con cada fibra de su ser, el placer le recorría como corrientes eléctricas, ver esa cara tan “lamentablemente erótica de Viktor”, sonrojado, con los ojos brillosos, labios de un luminoso tono cereza, aclamando su nombre, platinados cabellos pegados en su frente, el contraer de sus músculos en cada estocada, sentía algo escurriéndose dentro de él, era demasiado para su cerebro, se vino sin más, dejando salir un muy poco masculino gemido de su boca, retorciéndose.


 


-¡AAAH~! –resonó en la habitación mientras se aferraba al cuello del mayor.


-Yuuri… -murmuró en un jadeo, soltando las piernas del mencionado, apoyando su cabeza al lado de la otra en el colchón, escuchando la respiración contraria en su oído.


 


Terminó por desplomarse a un costado, un tanto mareado por el cansancio y falta de aire, su compañero se encontraba en igual condiciones, recuperando el aliento con dificultad. Giró su rostro para observarle, éste tapaba los ojos con un brazo, sintió enormes deseos de abrazarle, cosa que hizo, llamando la atención del extranjero que volteó, conectando sus miradas que brillaron con intensidad, diciéndose tantas cosas con aquel gesto, sus bocas se atrajeron como imanes, envolviéndose en una adorable caricia, Viktor lo atrajo más hacia él para acunarlo sobre su pecho, se separó a penas lo necesario, frotando con cariño la frente contraria con la suya.


 


-Te amo Yuuri  -susurró para él con un tono completamente dulce.


-¡…! –sus ojos castaños volvieron a abrirse de sobremanera, pero esta vez tapó su rostro, escondiéndose en el amplio pecho bajo él- yo… -un sollozo se escuchó, alarmando a su interlocutor- yo siempre… siempre te he amado… -hipeó.


-Yuuri… -acarició su cabeza para luego tomarla con ambas manos por los costados, alzándola para verle, una vez apreció los sonrojados ojos y húmedas mejillas, le dedicó una genuina sonrisa que cesó las abundantes lagrimas- me haces muy feliz –lo acercó, besó sus parpados, pómulos, por completo su rostro, intentando borrar el rastro de los ríos salados- casémonos.


-¡Sí! –asintió, devolviéndole una sonrisa enamorada.


 


Con un beso cerraron su pacto, se abrazaron como si de un momento a otro fueran a desaparecer, rodaron intercambiando posiciones debido a la emoción, admirando sus rostros como lo más preciado, Viktor le tomó de la mano, besando nuevamente la sortija dorada, ofreciendo la propia a Yuuri que sin pensarlo le imitó.


 


 


*.*.* .*.*.*


 


Amanecía, el sol entraba con insistencia por la ventana, su cabeza le mataba, tapó su rostro con las sabanas, intentando volver a dormir sin éxito, resignándose a levantarse después de unos minutos, buscó en el buró los lentes aún sin abrir los ojos, no encontrándolos, entonces tanteó a su alrededor, puesto que a veces los dejaba sobre la cama, pero en vez de eso se topó con un brazo, inmediatamente se incorporó, quitando la cobija sobre su cabeza, ahí estaba Viktor… desnudo.


Intentó calmarse, eso no era raro en él, su entrenador solía dormir así sin importar el clima, por un momento se preguntó ¿Cómo es que acabaría ahí? Sólo recordaba haberlo llevado a la habitación porque estaba muy borracho, seguramente se pondría pesado para que le hiciera compañía y durmiera con él, terminando accediendo.


Un frío le estremeció de repente, percatándose en ese preciso momento de su propia desnudez, con miedo observó su torso con algunas marcas en el pecho, destapó la parte inferior de su cuerpo, tapó su boca con la mano, aguantando un grito haciendo arder su garganta, sus muslos estaban llenos de chupetones, incluso podía sentir la piel restirada en su vientre y otras partes poco decorosas.


Giró su rostro al ruso que descansaba boca abajo, con la cabeza en dirección contraria a la suya, con una mano temblorosa le apartó la tela que le cubría, debía cerciorarse, aunque más claro no podía ser, descubrió los rojizos surcos en aquella blanca espalda, aruñones que se extendían incluso en el trasero, también había mordidas y moretones, ahogó otra exclamación, cerrando sus ojos con fuerza, su rostro estaba completamente encendido, quiso salir de ahí corriendo, pero el moviendo en la cama le hizo dar un pequeño salto, Viktor se había sentado con el rostro claramente cansado, tallaba sus ojos cual niño, mientras él se mantenía quieto, intentando que no se diera cuenta de su presencia, pero fue en vano.


 


-¡Yuuri! –le sonrió con su boca acorazonada, le abrazó- “¡Ohayou!” –saludó con acento extranjero.


-“O-ohayo”… -tartamudeó inseguro de como tomaría la situación.


-¿Cómo está mi prometido? –le vio con ilusión- ¿No te hice daño? –dudó de un momento a otro.


-¿Pro-prometido? Sigues con…


-¡Claro! –no cabía en su felicidad- ¡Me prometiste que nos casaríamos en San Valentín! –restregó su mejilla con la contraria.


-¡¿Qué?! – su rostro palideció- “¡NO! ¡NO! ¡NO!”


-¿No lo recuerdas? –hizo una mueca de tristeza, cual pequeño cachorro.


-“¡NO!” –negó vigorosamente.


-¿Te lo recuerdo? –tomó su barbilla, cambiando completamente a una actitud seductora.


-¿Qué?... Espera Viktor… ¡Mmn!... ¿Dó-dónde estás tocando?


-Aquí eres muy sensible Yuuri~.


-¡No!... ¡Ah!... ¡Viktor!...


 


Así, Katsuki Yuuri aprendió que Viktor podía ser muy olvidadizo para algunas cosas, pero para una promesa con él, nunca flaqueaba, más si era algo con estar juntos, ahora debía hacerse a la idea de presentar formalmente al ruso a su familia, aunque estos ya se habían dado una idea en la noche anterior. 


 

Notas finales:

 

Muchas gracias por leer n.n

Cualquier comentario u observación haganmelo saber n.n

Matta nee~ 

 


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