Suga había sido descuidado y ahora su oreja estaba lastimada, provocando que se quedara sin permiso para presentarse en las últimas presentaciones de fin de año, y esto tenía grandes consecuencias, empezando por su humor. Afortunadamente (y gracias al cielo, según sus propios compañeros) encontró la manera de apoyar al grupo: Acompañándolos mediante diferentes post en una de las redes sociales mientras la presentación de BTS se llevaba a cabo.
Las A.R.M.Y estaba enloquecidas, y Suga se sintió mejor.
Sin embargo, el grupo seguía cargando con otra gran consecuencia: La exagerada preocupación de Rap Monster. Y es que todos sabían el pequeño secreto de su líder, es decir, todos sabían que amaba a ese rapero que por torpeza terminó con la oreja herida. Y francamente, los chicos no lo soportaban más.
–Apenas terminemos con las presentaciones en este fin de año, hay que hacer algo, verlo llorar por los rincones o revisando las redes sociales ya me cansa. –Explotó en un rincón V.
– Lo peor es cuando se encierra en el baño y no sale por horas –Agregó JiMin –retrasando nuestros ensayos ¿Qué tanto hace? ¿Llorar? –Para su sorpresa, Jhope asiente y contesta.
–Justamente eso hace, llorar. Y sí, estoy de acuerdo con V, tendremos que hacer algo.
–Sí –JungKook también se mostró de acuerdo –porque con nuestra presencia en el departamento, RapMon no se atreverá a acercársele demasiado, recuerden que él cree nadie sabe su secreto.
Jin, quien hasta ese momento se había mantenido al margen, sonrió y dijo que ya tenía un plan.
–Es súper cliché, pero les prometo que funcionará. Siempre lo hace. –Agregó al terminar de explicar su plan.
Y así, los chicos pusieron todo en marcha.
***
Como había predicho JungKook, los primeros días del 2017, NamJoon no se atrevió a ir mucho al cuarto o estar siquiera cerca de Suga, por lo que un día, los cinco chicos decidieron llevar a cabo el plan cliché de Jin.
–RM –llamó Jin a su líder –Nosotros cinco nos vamos al cine –NamJoon abrió la boca, pero su hyung fue más rápido –Y lo siento, sólo tenemos cinco entradas, y alguien debe quedarse vigilando a Suga para que no vuelva a herirse de nuevo.
Los cinco chicos salieron aguantándose la risa, la cual sólo explotó cuando estuvieron afuera. No había entradas al cine, sólo se dedicarían a dar unas vueltas como para darle tiempo a RapMon de saciar su tan exagerada preocupación.
A medida que caminaban, V empezó a sacudir la cabeza.
–Hay algo que me preocupa de este plan. –Dijo, exponiendo sus dudas –No lo sé, creo que nuestro líder no se atreverá a acercarse tan siquiera a Suga ¿Qué pasará si su exageración crece? Aún tenemos agenda, y juro no poder soportarlo más llorando dentro del baño como una niña. –Jhope se acercó y pasó una mano por su espalda.
–Pues yo opino lo contrario, creo que nuestro RapMon este día dará un paso gigantesco.
– ¿A qué te refieres? –Preguntaron JungKook y JiMin al mismo tiempo.
–A que se lo comerá.
V volvió a sacudir la cabeza y Jhope vio el desafío en aquella expresión.
–Mi querido V ¿Quieres apostar? –Dijo Jhope son una sonrisa brillante. Esta vez fue Jin quien sacudió la cabeza, pensando algo como “niños tenían que ser”.
–Por supuesto, esto es dinero fácil. Apuesto lo que tengo en mi billetera a que cuando llegamos RapMon está sentado en la cocina, rompiendo todo aquello que toca.
–Hecho.
***
Era la quinta vez que NamJoon se acercaba a la puerta de la habitación de Suga. Pero esta vez, tenía más valor. Con el pecho en alto caminó firme y pasó, sin golpear y sin aviso alguno.
–Suga… -Su compañero le miró. No estaba dormido, estaba con una libreta sobre sus piernas y una pluma – ¿Qué haces?
–Anotando ideas para futuras canciones… ¿Los demás? –Preguntó curioso al percatarse del silencio que había. – ¿Se fueron?
–Sí, salieron al cine –Respondió NamJoon, caminando hasta la cama de su amigo y sentándose a su lado, interesado en las ideas anotadas por su compañero. – ¿Puedo verlas?
Suga se sorprendió cuando vio a su líder a su lado y cerró la libreta de forma brusca.
–No –contestó simplemente.
NamJoon se puso nervioso, sentía que de alguna forma Suga le estaba corriendo, o al menos, tratando de mantenerse lejos de él. Quería darse una bofetada, en todo ese tiempo había estado tan preocupado que había ensayado muy poco, y su grupo estaba pagando por ello. Y ahora que estaba solo, con la persona que lo trae loco desde hace dos años, no sabe como acercársele.
¿Por qué no podía solo declarársele? Ah, sí, por miedo a ser rechazado.
Sí, el gran Rap Monster tenía miedo a ser rechazado, y no sólo eso, sino que temía estropear la química entre el grupo entero, y no podía arriesgarse a ello, no cuando habían llegado a sudar sangre por llegar a donde estaban.
–Te quedarás pelado si no dejas de pensar tanto, NamJoon –Le dijo de repente Suga, mirándolo detenidamente. – ¿Tienes idea lo molesto que es cuando te pones así? Me dan ganas de golpearte. Sólo suéltalo, te aseguro que los chicos se fueron porque no te soportan más. Déjate llevar, NamJoon.
Cuando Suga daba un discurso tan… amplio, era porque de verdad estaba molesto. NamJoon casi, casi tembló, pero no, en cambio, se quedó pensando en las últimas palabras de su amado Suga “Sólo suéltalo” y “Déjate llevar, NamJoon”
¿Así que con sólo suéltalo, eh? Bien, se dijo el líder, y sentándose recto miró a su compañero.
– ¿Así que sólo quieres que lo suelte? –Suga asintió, exasperado –Bien, lo soltaré. Hace dos años que me gustas, Min YoonGi. Y desde que te lastimaste la oreja y no te he tenido cerca para controlarte –Tal vez estaba soltando de más, pero ya era tarde para detenerse –No he podido estar en mis cinco sentidos ¿Qué dices a eso, eh?
Suga tenía los ojos abiertos por la sorpresa, tanto por la confesión como por esa pronunciación de su nombre, Min YoonGi, tan serio en labios de NamJoon.
El líder se dio cuenta de todo lo que había dicho, y antes de recibir una respuesta, ya estaba poniéndose de pie para irse a enterrar en algún lugar, sin embargo, la mano de Suga sujetando su muñeca le detiene.
– ¿Acaso estás huyendo, Kim NamJoon? Me sorprende que lo hagas desde hace dos años ¿De verdad no quieres oír mi respuesta? –Su líder se quedó allí, parado, sin mover un solo músculo. Suga sostuvo su mirada todo el tiempo, pero al ver que no tendría una respuesta, respiró profundo –Mierda, NamJoon. Tú también me gustas. Y esto es lo más cursi que he dicho jamás.
***
Todo había pasado de manera sumamente rápida ¿No se suponía que las cosas deberían de pasar lentas, y que las relaciones son un proceso? Bien, traten de decirle eso al cuerpo de NamJoon y al de Suga.
El líder tenía su mano apoyada en las caderas del otro, ansiaba poder deslizarla dentro de aquellos pantalones que usaba su compañero, pero sus caricias eran torpes todavía, y temblorosas. El beso que se daban también estaba resultando ser extremadamente torpe, y se detuvo cuando Suga se apartó con una risa que no pudo esconder.
–NamJoon, te lo diré una vez más –Dijo, intentando ser serio pero amable con su líder lleno de complejos –Déjate llevar… Estamos solos… No hay nadie…
El líder respiró hondo, Suga tenía razón ¿Para qué seguir contenidos? ¿Por qué no dejarse llevar cuando acababa de saber que es correspondido? Además, el dolor en su entre pierna crecía y crecía.
Esta vez, el beso resultó perfecto. Incluso Suga, siempre mandando y objetando cosas, estaba dócil, dejándose llevar y gimiendo por las caricias que NamJoon había empezado a repartir por su cuerpo.
Las primeras prendas que desaparecieron fueron sus remeras, dejando expuesto el abdomen de cada uno. Mientras NamJoon apreciaba y llenaba de besos al delgado y blanco YoonGi, éste no podía sacar sus ojos del abdomen llenos de músculos de Rap, resultado de estar trabajando mucho en el gimnasio.
Las cosas avanzaban de manera natural, Suga se quedó recostado, abriendo sus piernas para rodear la cadera de su líder y provocar que sus miembros chocaran entre sí.
Ambos gimieron al mismo tiempo, volviendo a mover las caderas, repitiendo el primer movimiento, y comenzando de esa manera la simulación de suaves embestidas. NamJoon no podía creer lo bien que sentía ese simple choque entre miembros, y continua, se deja llevar, tanto, que oculta su rostro en el cuello de Suga, porque su boca no hace otra cosa más que producir saliva a montones, mucho más de lo normal.
–Dios, te sientes muy bien –gime el líder, buscando esconder su rostro.
–Sé que soy Dios, idiota… ¿Por qué crees que mi cuerpo sabe tan bien?
NamJoon quiere decirle que no es el momento de intentar ser gracioso, pero justo en ese instante, Suga acelera los movimientos, haciendo que el encuentro entre sus miembros sea más, y… ¿Qué acababa de decir Suga?
– ¿Vas a terminar de desvestirme o debo hacerlo yo? Ya no soporto los roces superficiales, Nam…
¿Acaba de llamarle Nam? Bien, el líder tenía un problema, si seguía así se correría antes de poder hacer algo, así que juntando todas sus fuerzas se apartó y toma asiento sobre la cama, llevando sus manos de inmediato al pantalón del otro y bajándolo, completamente desesperado.
La erección de Suga queda ante sus ojos, Y NamJoon acaricia sus labios con la lengua ¿Debería desvestirse o jugar un poco?
Jugar.
Namjoon se inclinó una vez más, tomando el miembro erecto del otro entre sus manos y abriendo su boca para probarlo todo. Las cantidades de saliva que estaba produciendo le vienen muy bien esos momentos.
Jugó con su lengua alrededor de la punta e inició un sube y baja con la mano sobre él.
Suga gimió, alto y claro, llevando sus manos al cabello de su líder y obligándolo a llevar el ritmo impuesto por él, añadiendo sus propios movimientos de cadera, embistiendo la boca de su líder.
–Me voy a correr –anuncia el más bajo gritando –Me voy a correr…
El líder siente la tensión en los testículos de Suga y acelera tanto el sube y baja de su boca como el de su mano, sincronizándose con las embestidas. Quiere probar la semilla de su compañero, lo quiere y lo necesita. Escucha un fuerte gruñido a la vez que siente que la descarga llenar su boca. No lo duda, lo traga todo, y fijándose en no dejar escapar ni una gota.
–Muy rico… -Murmura RapMon después de incorporarse. –Ahora es mi turno, me duele mucho… -Dice, refiriéndose a su propia erección y sacándose sus propios pantalones para luego abrir las piernas de Suga y acomodarse entre ellas. –No puedes quejarte, me estoy dejando llevar.
–Lo sé, hazlo… quiero ser tuyo…-Su erección empezó a crecer otra vez, todo por las calientes palabras de su líder.
NamJoon lubricó su miembro y la entrada de Suga con un poco de saliva, se prometió estar mejor preparado para una próxima vez, porque tenía que haberla. Luego, dejó a su miembro rozar la entrada de aquel hermoso chico, su compañero de grupo, y se impulsó suavemente, entrando en él.
Suga gimió, buscando la espalda de RapMon con las manos, y poco a poco, a medida que el miembro se adentraba más en él, perdía el control. Para NamJoon aquella imagen era mejor que todos sus sueños húmedos, mucho mejor.
–Eres tan estrecho… –gimió de nuevo –Y tan putamente cálido, YoonGi… Aahh…Sí… -exclamó cuando al fin estuvo dentro por completo. Esperó unos segundos antes de empezar a moverse con cuidado.
Pronto, los gemidos de ambos, además de escucharse por todo el departamento, se sincronizaron. Suga empezó a subir y bajar sus caderas, complementando las embestidas de NamJoon, quien le penetraba una y otra vez sin dejar de observar todas las sensaciones que atravesaban el rostro de Suga.
– ¡Más! ¡Más, Nam! ¡Más! –Y el líder le dio más ¿Cómo no hacerlo? Suga rogando era oro.
NamJoon supo el momento exacto en el que otro se correría, ya que sintió su miembro ser exprimido por los músculos internos. Después, vio el liquido blanco bañar sus abdómenes al igual que escuchó el fuerte grito de satisfacción. Sin duda alguna, ahora era su turno. Aquellas sensaciones hicieron que sintiera sus propios testículos contraerse, listo para liberar su semen.
El líder empujó, una, dos, tres, cuatro veces hasta que todo su cuerpo se puso rígido y su semen caliente fue expulsado dentro de Suga, llenándolo.
Quedó exhausto después de eyacular, y mientras buscaba regularizar su respiración, salió con cuidado de la entrada del otro.
–Eso ha sido genial, Nam… mejor de lo que hubiera imaginado… Prométeme que te dejaras llevar más seguido…-NamJoon sintió sus mejillas rojas, pero asintió, porque también quería muchas más veces para hacer lo mismo, y por supuesto, no sólo eso, tal vez ya debería de ir pensando en cómo sacar a Suga, una vez dado con el visto bueno para volver al trabajo, de su estudio.
–Prométeme que tendremos citas también –Propuso NamJoon. Pero Suga solo se rió mientras se acomodaba debajo de las sabanas, listo para dormir un par de horas.
–Sólo si son en el estudio…
–Min YoonGi…
–Está bien, está bien –Dijo Suga, rendido –Ahora vete que quiero dormir. Los chicos deben llegar en cualquier momento… más tarde me daré un baño y… -Y así Suga quedó dormido.
***
Diez minutos después, NamJoon salió de la habitación de YoonGi con el corazón bombeando fuerte y rápido dentro de su pecho. No estaba muy seguro de lo que acababa de hacer, bueno sí, pero tal vez todo había sido un maldito truco de mi imaginación.
No, se dijo, golpeándose la cabeza y dirigiendo sus pasos hasta la cocina, todo fue real, y seguirá siéndolo. Una vez en su destino, para su sorpresa, cinco pares de ojos le están mirando.
NamJoon empezó a sudar frío ¿Qué hacían los chicos allí? ¿No habían salido a ver una película juntos? ¿Es qué había pasado tanto tiempo? Más importante aún ¿Habrían escuchado algo?
Oh, por favor no.
El líder prestó atención a sus miradas, y perdió toda esperanza.
Escucharon todo, por eso me miran así ¿Ahora qué haré?
–Lo ves, V. –Dijo JHope, estirando la palma de su mano abierta hacía Tae, quien tenía la boca abierta completamente en shock –Te dije que lo haría, saca tu billetera y vacíala.
El ceño de NamJoon se frunce, preguntándose ¿De qué estaban hablando?
–Mierda, NamJoon. Se supone que hoy tenías que ser igual de cobarde que siempre –Rezongó V. –Acabo de perder dinero. –Y buscó en sus bolsillos su billetera para sacar de mala gana el dinero perdido. –Vaya manera de cuidar a Suga hyung. Aunque felicidades, supongo.
NamJoon se quedó mirando como Tae le pasaba el dinero a JHope en silencio. No fue hasta después de unos segundos que reaccionó y les señaló.
– ¿De qué demonios hablan? ¿Y por qué le estás dinero? ¿Qué está sucediendo? ¿No estaban en el cine?
JungKook le miró con compasión antes de negar con la cabeza, como diciendo que su líder no tenía remedio.
– ¡Hyung! –Se quejó JungKook –De verdad no tienes remedio ¿De verdad crees que no nos habíamos dado cuenta cuánto te gusta Suga hyung y cuánto deseabas estar a su lado? –Jin puso una mano sobre el hombro del menor, advirtiéndole que se callara con la mirada. El menor obedeció, pero JiMin, quien hasta el momento se había mantenido callado, siguió las explicaciones de su amigo.
–No fuimos al cine, solo quisimos darte algo de privacidad para que cuidarías a hyung como tú quisieras.
NamJoon sintió sus mejillas arder. Asique todos lo sabían, pero ¿Habrán oído…?
–Eso no responde a la pregunta de por qué V le da dinero a JHope.
– ¿De verdad quieres saberlo? –Preguntó JiMin, mordiéndose los labios. NamJoon asintió –bien, V apostó a que no te acercarías a Suga hyung, que te daría miedo, como siempre, de querer acercarte más de la cuenta para que, supuestamente, nadie se percaté de lo que sientes, especialmente él. En cambio, Jhope apostó a que… te lo comerías… y lo hiciste –Completó, soltando una risa nerviosa. –Bien hecho, RapMon.
–Nuestra primer pareja en el grupo –Dijo en un suspiro JungKook.
Y así, todo resulto como…
–Vieron, les dije. Mi plan cliché funcionó –Alardeó por casi tres meses Jin.