Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kuro no Chikai por Sakura015

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Fanaticos del Yaoi, hoy me desperte con ganas de escribir un One-shot y estuve trabajando en él desde la mañana.

Espero que les guste. Les recomiendo escuchar la cancion. Es BU-E-NI-SI-MA.

Obvio cambié esta version. Y Pongo Lemon porque es un como un estracto pero no mucho tampoco.

Sin más que decir...a leer.

Es la historia de un ángel pecador, 
que dio lo más importante de él por amor”.

Un ángel de cabello azulado y ojos azules estaba en el suelo, en el mundo humano. Acaba de pelear con un demonio, y esa pelea le dejó muchas heridas. Se arrodilló y se abrazó a sí mismo. No podía volver al cielo. 

-¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué mejor no me muero?-se preguntaba mientras finas lágrimas bajaban por sus mejillas.

Pasos se acercaban a él, pero no levantó la cabeza. Solo esperaba que siguieran de largo, pero...

-Hey, ¿te encuentras bien?-le preguntó una voz masculina.

-¿Eh?-levantó la cabeza y ahí lo vio.

Ese joven tenía cabello castaño claro y ojos color miel. Se veía más bajo que él. El ángel se sintió hipnotizado por lo lindo que era.

-¿Vas a algún lado? ¿Puedo ayudarte?-le ofreció su mano.

Dudó. Siempre había escuchado que los ángeles no se relacionaban con los humanos, pero... Peor no le peor no le podía ir. Aceptó su mano.

-Soy Hiroki Kamijou. ¿Tú quien eres?

-Soy... Soy....-no sabía si decirle su nombre. En ese momento, sus blancas alas se desplegaron.

-¡Wow!... Eres un ángel-dijo pasmado.

-Si... No podre volver al cielo-dijo triste.

-Y estás herido... Ven-lo tomó de la muñeca y lo llevó a su casa.

El ángel no objetó nada. Sintió algo por él. Se... comenzó a enamorar de ese joven. Amor a primera vista. ¿Quién lo diría?

Al llegar, Hiroki curó las heridas del ángel y le ofreció quedarse en su casa hasta que pudiera acomodar las cosas.

-Muchas gracias. Eres muy amable.

-No hay de qué. Escucha, debo ir a ver un traje, mi prometida me espera.

-¿Tu...? ¿Tu prometida?-preguntó con angustia.

-Sí, me casare pronto. Vuelvo en un ratito.

Escuchó la puerta cerrarse y bajó la cabeza. Solo una vez se había enamorado, pero eso pasó en el cielo. Si ahora estaba en el mundo humano, la cosa debía ser diferente. Hiroki le ofreció su ayuda y él quería que le ofreciera una relación para ambos. Ser felices. Apenas lo conocía, pero ya sentía esas ganas de estar siempre a su lado.

Salió de la casa y fue a buscarlo. Podía sentirlo no muy lejos. Guiado por sus instintos, fue hasta donde estaba Hiroki. Se adentró en el lugar y ahí lo vio. Estaba de espalda, mirando un traje y una mujer estaba a su lado. Apretó los dientes. Trató de no hacer ruido para que la mujer no lo viera.

Ella lo miró sonriente y él igual. La sangre del ángel no dejaba de hervir.

-Iré a ver una cosa. Ahora vuelvo-dijo la mujer.

El ángel aprovechó eso y se acercó al humano. Lo tomó del brazo y lo jaló hacia él. Sin tener miedo alguno, lo besó. Los ojos de Hiroki se abrieron hasta el tope. Se zafó del agarre y empujo al contrario, cortando el beso. Se llevó las manos a la boca.

-¿Qué crees que haces?-le reprocho-. ¡Esto no está bien!

-¿Qué quieres decir?-preguntó con sonrisa triste.

-¡Porque tú eres un ángel! Nunca estaré con alguien como tú.

Cuando dijo eso, él desapareció, dejando solo una pluma blanca.

Estaba detrás de una las paredes del lugar. Tenía la cabeza gacha y no se dejaba de reprochar. Pero tampoco quería rendirse. Una idea le surgió. La caja de Pandora... Era su mejor “ayuda”. Una cosa era segura: perdería lo más importante para él. Le dio igual. Él quería ser feliz con Hiroki, y quería hacerlo feliz también. Hizo lo que creía mejor. Tomó la pistola y... un momento después, estaba en otro lugar.

-¿A qué has venido?-preguntó una voz sombría.

-Quiero ser humano. Y quiere que Hiroki no se dé cuenta que soy yo, a menos que vea mi verdadera forma-dijo sin rechistar.

-¿Qué me darás a cambio?-preguntó interesado.

 

El día de la boda de Hiroki, éste no dejaba de sentirse mal por como trató a ese “chico”. Si bien actuó mal, tampoco debía dirigirse a él como “alguien como tú”.

Él si volvió, vestido de negro, al lugar donde lo conoció. Esperaba encontrarlo y hablar con él para disculparse. Pero a quien encontró fue a un chico de cabello negro-azulado, ojos oscuros y tez pálida. El joven se sintió hipnotizado por lo lindo que era ese extraño joven. Éste le sonrió tiernamente.

-¿Quién eres?-preguntó sin apartar la mirada de él.

-Soy Nowaki-respondió sin dejar de sonreírle. Le ofreció la mano-. Huye conmigo. Juro que te hare feliz y te protegeré.

Hiroki le dio la mano y ambos huyeron juntos. Hiroki no podía creer que hubiera alguien con una mirada como la de Nowaki.

Ambos fueron a un lugar apartado a vivir juntos. Un lugar donde nadie los molestaría nunca. Donde podrían ser felices.

-Hiro-san, ¿eres feliz conmigo?-preguntó Nowaki, abrazándolo por la espalda.

-MUY feliz, Nowaki-dijo acariciando su cabello.

Nowaki comenzó a besarle la nuca al castaño, haciéndolo gemir suavemente. Lo volteó y lo besó. Un beso lleno de amor que pronto se convirtió en un beso fugaz y lujurioso. Las lenguas se ambos movían a la par. Hicieron el intento de seguir aun si necesitaban aire, aunque no era muy posible. Se separaron, y Nowaki recostó a Hiroki y atacó el cuello, besándolo y mordiéndolo. Hiroki soltaba gemidos junto con suspiros.

Nowaki no quería dejar nada libre de sus labios. Ambos estaban ya sin ropa, besándose apasionadamente. Nowaki acariciaba el miembro del castaño. Ésta gemía sin contenerse, y sin vergüenza alguna. Pero casi se centraba más en preparar la entrada de Hiroki. Cuando metió un dedo en su entrada, Hiroki soltó un gritillo de dolor. Nowaki lo dejó quieto un segundo para que se acostumbrar antes de moverlo. Al moverlo, el cuerpo del castaño primero apretó los dientes por el dolor, pero luego se relajó. Luego metió un segundo dedo y luego un tercero. Dilató la entrada durante unos minutos. Después retiró los dedos y acercó su miembro a la entrada.

-Lo meteré, Hiro-san-avisó para que estuviera más preparado.

-Hazlo-exclamó, preparándose para lo que venía.

Lo único que se escuchó fueron los gemidos de ambos hombres. Hiroki se aferró a la espalda de Nowaki y sintió algo extraño en ella, pero le restó importancia.

Días después, Nowaki y Hiroki estaban sentados en el césped. Nowaki estaba listo para pedirle algo al castaño.

-Hiro-san, tengo algo que preguntarte...-sacó de su bolsillo un anillo muy bonito, con una piedra en el centro-. ¿Te casas conmigo?

Hiroki se quedó pasmado por eso. Su primer matrimonio fue, podría decirse, “arreglo”. Pero Nowaki le estaba ofreciendo ser felices juntos. Más de lo que ya lo eran.

-¡Si quiero!-contestó sonrojado.

Nowaki le colocó el anillo y le sonrió tiernamente. Hiroki le devolvió el gesto, pero más alegre que otra cosa.

Ambos juntaron sus frentes y sonreían. Serían muy felices juntos... O eso pensaban.

En otro lugar, el cielo para ser exactos, un ángel rubio de ojos marrones se había enterado lo que Hiroki “había hecho”. No solo hizo pecar a un ángel, sino que ese ángel era...

-Esto no quedara así-dijo para sí mismo, mientras se preparaba para ir al mundo humano.

Hiroki estaba en un lugar muy bonito, sentado en el césped, esperando a que su Nowaki regresara. Sonría dulcemente mirando el anillo. Estaba esperando que el día de su boda llegara. Serían uno solo por fin.

Pero... no se percató que a su espalda alguien nada contento se acercaba para tomar venganza.

El ángel rubio tenía una expresión de ira. Recordó cuando él y Nowaki, que eran de diferentes rangos, estaban juntos. Eran felices.

Totalmente cegado por el enojo, apuntó al humano y dijo:

-Pagaras por todo.

-¿Qué?-susurró mientras se volteaba. Pero no puedo reaccionar cuando un disparo impactó cerca de su corazón.

El ángel rencoroso cumplí su deber: matar a ese joven de negro que hizo pecar a un ángel.

Cayó al suelo, y la sangre fluía, manchando su ropa.

-¡¡NO!!-gritó Nowaki, acercándose corriendo al cuerpo tendido de su amado.

Lo tomó entre sus brazos y lo estrechó contra él. Lágrimas caían por sus mejillas. Estaba destrozado. La persona que amaba más que a su propia vida, su tesoro más grande, estaba muriendo es sus brazos.

 -Lo lamento mucho-musitó para después besarlo.

Lo amó. Lo amó de verdad. No era lujuria lo que había sentido.

-Quiero deshacer el pacto. Dale mis alas y toma mi vida para que él siga viviendo.

Hiroki comenzó a abrir los ojos con las pocas fuerzas que tenía. Todo estaba muy borroso. Lentamente, sintiendo que unos brazos lo ayudaban, se sentó. Pudo ver la figura de Nowaki, pero era diferente: su cabello era azul al igual que sus ojos. Solo una vez vio a un chico así.

-Nowaki...

-Adiós, Hiro-san... Nunca olvides cuando te amo-lo besó por última vez antes de desaparecen, dejando tras sí una pluma negra.

No, no podía ser verdad. Sus ojos reflejaban impacto. Pero rápidamente tomó la pluma negra entre sus manos y la sujetó con fuerza.

-¡¡Nowaki!!-sollozó con ella pegada a su frente-. ¡¿POR QUÉ?!-gritó desgarradoramente.

 

Todos los días, a la misma hora, Hiroki iba vestido de negro al mismo lugar. Esperando a Nowaki, SU ángel. El tiempo siguió pasando, pero él nunca perdió la esperanza. La esperanza de que un día su amado volvería, y de que ambos estarían juntos sin importar que.  

-Te esperare hasta mi muerte, Nowaki-prometió mirando el anillo que le había regalado.

Donde fuera que estuviese, Nowaki lo miraba. Veía como siempre iba al lugar de su muerte a esperarlo. Nunca dejó de hacerlo.

Y mientras todo seguía su rumbo, ellos esperaban poder estar juntos otra vez...

FIN

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado. Puse como a mí me pareció que fue cuando murió el ángel por la humana, en la cancion.

Chauchis.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).