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Mátame con ternura por RyuStark

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son propiedad del fabuloso Tite Kubo.

¡Hola bebés! Lo sé, tengo muchos Fics y aún hago nuevos. ¡Pero no puedo evitarlo! Si me conocen saben que el GrimmIchi es mi obsesión eterna. ¡Vivo por ellos, y escribo para ellos! Son mi mundo entero los cabrones sexys y hermosos. Así que, ¡No me arrepiento de nada! <3

Ya hablando del Fic, dios santo. Saben que el fluff es mi vida y esta vez les traigo uno bastante siniestro y enfermizo. Khé? >u< Oh sí, GrimmIchi con amor obsesivo. Ya lo hice en “Ámame hasta que te duela” y de nuevo quise pecar con esta historia. Me gustan estas temáticas, me hacen vibrar por lo turbias que son y que sin duda a estos dos les van tan bien. Así que aquí van las advertencias:

-Mucho lenguaje colorido y vulgar (Exceso de palabras sucias) Lo siento, a estas alturas ya deben saber que para mí el GrimmIchi y el ‘DirtyTalk’ van de la mano.

-Sexo explícito.

-Menciones de violencia.

-Todos están mal de la cabeza. (Ichigo detente, me estás matando)

-Drama, romance y ¿Amor…intenso?

-Twist end.

*Inspirado en la premisa de “To the sea” de Asada Nemui.

Notas del capitulo:

"Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura"


Edgar Allan Poe.

“Mátame con ternura”

><><><><><>< 

I

Hoy es un día terrible. Maldito calor, maldito aire, maldita vida. Lo odio, odio a todos. A absolutamente todos. Quiero destruir y destazar a todo aquel que se cruce en mi camino. En especial al maldito Ulquiorra hijo de perra. Al instante golpeo el volante con rabia y fuerza a la vez que piso el acelerador para incrementar la velocidad. Podría matarme por ir tan rápido en una carretera llena de curvas, pero en este momento no me interesa menos.

Manejo como un loco intentando alejarme de todo, pero lamentablemente aunque ya he estado más de seis horas en carretera, mi mente sigue llena de enojo y rencor. Ulquiorra malnacido, ¿Quién se cree que es, terminando conmigo? ¡Bastardo! ¿Qué soy muy posesivo? ¿Qué mis celos no lo dejan respirar? ¡Y un carajo! ¡Él era el estirado que ni siquiera me dejaba tocarlo y ante todo ponía su típica cara de perra seria!

Yo solo…yo solo quería adorarlo, pero él…él no me dejaba. Yo quería darle el mundo entero, mi cariño y cuidado. Pero a él jamás le interesó. Es verdad, fui un poco celoso, no me gustaba que saliera mucho y tampoco me agradaban sus amigos. Pero eso no implica que yo lo obligara a nada. Mierda, y pensar que quería pedirle que viviera conmigo.

¡Pensé que él era el indicado! ¡Que por fin había encontrado a mi persona especial!  ¡Estúpido! ¡Eres un estúpido Grimmjow! Si él hubiera sido especial jamás me habría dejado. ¿Por qué todos me decepcionan? ¿Por qué? Antes de Ulquiorra fueron unos cuantos más. Solo me quieren por mi apariencia o por mi dinero. Pero jamás por mí. Nunca por la persona que soy.

¡¿Qué hay de malo conmigo?! Bien, lo admito soy obsesivo y sobreprotector en mis relaciones, pero es normal ¿Qué no? Querer cuidar a la persona amada. Querer que no le falte nada, querer estar juntos todo el tiempo y a cada segundo. ¡¿Qué tiene de incorrecto eso?! De nuevo estoy por soltar una ráfaga de insultos pero me contengo, mejor encendiendo un cigarrillo que me envenena los pulmones pero que me tranquiliza el alma.

Lo que más me enoja es que conforme el tiempo avanza, lo que menos me importa es Ulquiorra, sino la mentira que intente creerme. ¿Será que tampoco lo quise? Suspiro intentando alejar esos pensamientos, mientras bajo la velocidad ya que he logrado tranquilizarme un poco. Por un segundo logro percatarme de que el paisaje es de lo más aburrido, montes rocosos y grandes extensiones de terreno vacío y sin vida. Supongo que me gusta porque está seco como mi corazón.

O eso creo cuando entre tantas tonalidades de rojos sobre el horizonte, cierto naranja llama mi atención. Al lado de la carretera a unos metros adelante se encuentra parado un chico pidiendo un aventón. Lo ignoraré, que se vaya al carajo. Aunque conforme me acerco, puedo ver que es bastante joven. ¿Estará perdido? No te detengas, no lo hagas, puede ser otro maldito dolor en el trasero, pero a esta distancia la gasolinera más cercana debe estar como a cincuenta kilómetros, y seguro que se desmaya de cansancio antes de siquiera llegar a la parte boscosa del camino.

Así que antes de darme cuenta ya lo he pasado, pero algo dentro de mí punza y piso el freno. Miro por el retrovisor interior que el chico lo nota y comienza a correr hacia mi auto, para abrir la puerta, meterse y sentarse en el asiento del copiloto junto a mí. Apenas nos miramos me sonríe angelicalmente mostrándome lo lindo que es. No mentiré, está bueno. Rostro inocente y coqueto, cuerpo esbelto pero bien trabajado y ropa ajustada que lo resalta, justo mi tipo.

-Hola, gracias por detenerte, estaba empezando a creer que tendría que dormir junto a una maldita roca.

Ambos nos sonreímos mientras yo inicio el recorrido de nuevo. -¿A dónde vas?

-Uh, ¿Podrías dejarme en la siguiente ciudad?

-No puedo. Voy a un pueblito llamado Hueco Mundo que se encuentra algo lejos y no me cruzo con ninguna ciudad en el camino. Lo que puedo hacer es dejarte en la próxima gasolinera, que se encuentra justo antes de mi desviación. ¿Eso está bien?

-Sí, sí, perfecto. Ahí veré quien me lleva señor.

-¿Señor? Jódete, apenas tengo veintisiete. ¿Tú cuántos tienes? ¿Cinco? -El chico me gruñe, sin embargo sonríe y niega.

-Tú jódete y tengo diecinueve.

-Por favor niño, intenta verle la cara a otro. No mientas, aun hueles a pañales y talco. -El chico rueda los ojos y se cruza de brazos sacándome una sonrisa.

-Diecisiete recién cumplidos.

Esta vez no le contesto, tan solo manteniendo la vista en el camino. El silencio perdura por largos minutos, con el sol comenzando a descender, conmigo fumando y con el chico apretujando por momentos la mochila que trae en las piernas, hasta que decide hablar.

-Soy Ichigo por cierto. Y lindo auto, jamás me había subido a un convertible de lujo. ¿Es un Ferrari? Mi ciudad es diminuta y no se ven de estos jamás, solo por televisión.

-Soy Grimmjow. Él se llama Zeus y es un Corvette, ¿En qué pueblo de la prehistoria vives?-Ichigo se ríe y asiente acomodándose en el asiento. La verdad debería importarme un carajo, pero es conversar con el chico lindo o permanecer en silencio incómodo por las próximas tres horas.

- ¿En serio le pusiste nombre a tu auto?

-¿Qué tiene? ¡Me gusta la mitología griega! ¿Algún problema con eso, huh?-Ichigo alza los brazos en señal de rendición mientras sonríe y se aclara la voz.

-Vengo de un lugar llamado Karakura, es una ciudad muy pequeña y hay más bicicletas que autos. Tenemos de todo, pero supongo que no lo suficiente.

-Conozco solo el nombre. Así que es tan pequeña que te escapaste de casa. -Parezco tomarlo por sorpresa al verlo tensarse, reírse nervioso y apretar de nuevo la mochila.

- ¿Tanto se nota que me escape?

-Tranquilo niño, no le diré a tus papitos si es lo que te preocupa. Y se nota porque traes muy poco equipaje, estás algo desaliñado y debo mencionar que pedir aventones a extraños no es muy inteligente. Ah, y no olvidemos que no puedes ni distinguir un Ferrari.-El chico suelta la risa más peculiar y adorable del mundo, sacándome una sonrisa propia.- Eso y que yo también me solía escapar de casa cuando era joven y mis padres comenzaban a pelear por cualquier tontería.

-No escape de casa por eso.

Estoy por soltarle un comentario tonto, hasta que lo miro de reojo y noto que su expresión ha cambiado por una letal y seria. -No tienes por qué contármelo, no nos conocemos.-Ichigo se gira para ver por la ventana y darme a entender que hará justamente eso.

De nuevo el silencio se propaga por más de una hora, en la que avanzamos saliendo de la aburrida planicie, para comenzar a adentrarnos a una reserva llena de campo que pronto dará inicio al bosque. El sol se ha ocultado de lleno, haciendo la temperatura bajar, cosa que noto al ver al chico temblar.

Y tal vez sea una estupidez, pero no quita que agarre de los asientos traseros mi chaqueta para arrojársela. Ichigo gira al instante y me mira sin comprender. -Te estás muriendo de frío y por cómo está el cielo puede que llueva, así que póntela.

-No gracias, no la necesito.

-No seas idiota, solo póntela.

-Pero… ¿Qué hay de ti?

-Yo estoy bien.-Ichigo frunce los labios y seguro que está listo para discutir, pero le dedico una mirada que dice ‘No entra a discusión’ y que lo deja callado. Se la termina colocando, mostrándome lo bien que se le ve y de paso que sus mejillas se han puesto coloradas.

- ¿Quién es la señora Cifer y por qué no te deja de llamar?

- ¿Qué?-Lo miro con agresividad, ya que ha pronunciado algo estúpido mientras me señala mi celular en el portavasos, que aunque está en silencio registra las llamadas perdidas. -Nadie importante.

- ¿Una amiga?

- ¿Te importa? -Se lo digo con agresividad, sorprendiéndolo y haciéndolo desviar la mirada. Mierda, no quería ser grosero con el chico, pero ugh. No debería interesarme, digo, por más bueno que esté la aventurita termina en la gasolinera en menos de una puta hora.

Pero claro que mi boca no puede permanecer cerrada. -Es la madre de Ulquiorra alias frío corazón de piedra, ósea mi ex y seguro que está llamándome para decirme que su hijo ya sacó mis cosas del departamento que le compré y que las prenderá en fuego.

-¿Qué? ¿Por qué haría eso? Es tu departamento ¿No?

-Ese frívolo puede meterse el departamento por donde más le quepa, no me interesa. 

-Uh…Comprendo lo frío, pero ¿Por eso terminaron?... ¡No! Lo siento, no quiero ser entrometido.

- ¿En serio quieres saber? -Ichigo me mira fijo y no tarda en asentir. Supongo que me hará bien sacarlo con alguien. -Lo cuide y le di más de lo que debí. Por eso terminó conmigo.

-Eso estúpido. Nadie terminaría contigo por eso.

-Él lo hizo, dijo algo como que mis celos no lo dejan vivir. Y que soy muy posesivo y el carajo. ¡Solo quería que estuviera conmigo y hacerlo feliz! ¡¿Cuál es el puto problema con eso?!-Lo último lo grito dejando al chico en silencio. Suspiro sabiendo que ha sido una mala idea tocar el tema.

-Te entiendo.

-¿Huh?

-Digo que…te entiendo. Querer a alguien más de lo necesario y que esa persona no lo comprenda. Lo entiendo. Por ello escape de casa.

- ¿También terminaste con tu novia?

-No exactamente, en primera era un él y no era mi novio, no realmente. Él era amigo de mi padre…

-Así que te gustan grandes. No me digas, ¿Te rompió el corazón al rechazarte?

-No del todo. Urahara no me rechazó. Cuando le dije que me gustaba aceptó salir conmigo. Pero nunca me besó, ni siquiera sostuvo mi mano y ni hablar de sexo. Dijo que era porque aun soy joven y aparte hijo de un amigo suyo. Lo entendí, de verdad que sí. Pero lo que no entiendo es cómo no tenía tiempo para mí, pero si para follarse a Yoruichi, una compañera de mi clase, de mi edad y cuya madre es la directora de la escuela. ¿Comprendes la estupidez? El maldito solo me aceptó por lástima. Nunca tuvo la intención de siquiera intentar quererme, pudo haberme rechazado y eso habría estado bien. Pero en cambio decidió mentirme en la cara. ¡Yo hubiera hecho lo que fuera por él y me mintió! ¡Jugó conmigo! ¡Y lo odio por ello!

-Vaya hijo de puta, si lo tuviera en frente le rompería la cara a puñetazos. -Mi declaración parece tomarlo por sorpresa, pero es más la mía al verlo sonreír en grande.

- ¿En serio?

- ¡Joder sí! Sería más raro no querer matarlo, te fue infiel y te mintió. Bastardo infeliz…pero no te preocupes, ya pagará sus culpas, todos lo hacemos.

-Grimmjow, ¿De verdad crees que tengo razón? ¿No crees que exagero? 

-Claro que no, como mínimo debiste haberle cortado las bolas y de paso la garganta. Si hay algo que no tolero son las mentiras y mucho menos las infidelidades. -Ichigo sonríe emocionado y algo eufórico mientras asiente repetidamente.

- ¡Sí! ¡Exacto! Sabes, mis amigos creían que exageraba en estar tan molesto. Y decían que yo no comprendía lo que es el amor o algo así. Decían que estaba obsesionado con Urahara, celándolo y siguiéndolo a todos lados. ¡Pero ahora sé que tenía razón! ¡Me era infiel!

-Claro que la tienes. Te entiendo Ichigo, de verdad que sí.-El chico bonito me sonríe feliz y tímido, provocándome un rico cosquilleo en el pecho, que me hace extender mi mano para acariciar su rostro. A ambos se nos atora el aliento en la garganta mientras él se pone más rojo si es siquiera posible, pero ni así duda en recargarse más en mi mano para profundizar el tacto. De inmediato lo suelto avergonzándome también. ¡Estúpido! ¡Es un mocoso! …pero es uno precioso. 

-Grimmjow…

- ¿Qué?-Evito su mirada manteniendo la mía fija en el camino.

-Si tu fueras mi novio…¿Me mentirías o me serías infiel?

-Por supuesto que no idiota. Al igual que tú odio las mentiras y jamás te sería infiel, porque contigo me bastaría para siempre. Bueno…ya, ya sabes…si fuéramos novios. Es solo uh, bueno tu preguntaste. ¡Solo es una suposición! ¡Deja de hacerme decir cosas raras!-Ichigo asiente en silencio, tan o más apenado que yo. ¿Qué carajos me hace este niñato tonto? Lo que no me explico es la pequeña sonrisa que se ha dibujado en su rostro. O eso analizo cuando de repente se escucha un extraño sonido en la parte trasera, ¿Qué carajos?

-¿Qué fue eso?

-No lo sé, hace un rato también lo escuche, creo que necesito hacer que revisen el auto.

Ichigo asiente y sin más dejamos el coqueteo y las suposiciones, y nos dedicamos a hablar de todo menos de relaciones fallidas, ya que al parecer somos expertos en ellas. Terminamos riéndonos a carcajadas entre cada idiota, tonto y estúpido que nos decimos. Y más pronto que tarde descubro que tenemos gustos bastante parecidos aun cuando soy más grande que él, y ni hablar de nuestro retorcido y peculiar sentido de humor. Dios, ¿Cómo no lo conocí antes carajo? ¡Es perfecto!

Y claro que como todas las cosas buenas en mi vida, la diversión termina en cuanto llegamos a la maldita gasolinera en donde apago el auto. -Hemos llegado.-Ichigo asiente y se quita el cinturón a la vez que abraza su mochila, ambos permanecemos en silencio, no sabiendo como aplazar el momento. -Uh…¿Quieres algo de dinero? Debes tener hambre.

-No, no, ya has hecho mucho por mi Grimmjow, gracias. Y tú… uhm, ¿Vas ese lugar Hueco Mundo?

-Sí, compre una cabaña ahí hace algunos años y pensaba quedarme un tiempo en ella. La rodea un enorme bosque y está alejada de todo. Es un lindo lugar para volverse loco.-Ambos nos sonreímos tontamente mientras Ichigo se acerca a mí, cortando la distancia y poniéndome de los nervios al finalmente besarme despacio en los labios, para luego alejarse rápido y salir del auto.

-Adiós Grimmjow. Me encantó estar contigo, y uh…ojalá te hubiera conocido antes y de otra forma.

Me lo dice con esas mejillas rosas, el cabello revuelto y los ojos húmedos y cristalizados. No porque vaya a llorar, sino por el brillo de la noche que se refleja destellante en esa mirada de miel achocolatada. Ichigo me dedica una última sonrisa y cierra la puerta haciéndome suspirar derrotado. Carajo, ¿Por qué no puede ser mío?

¡Contrólate Grimmjow! No seas idiota, no es nada. Tú no crees en esa mierda del destino, ni mucho menos en el amor a primera vista. Y por más que parezca perfecto, seguro que te lo follas y todo se jodería. Pero no…no quiero estar solo y además seguro que no tiene a donde ir ni en donde caerse muerto. Solo lo ayudaré, si eso, ayudar, es todo, y solo será por hoy.

El chico ha comenzado a alejarse hacia la tienda de autoservicio que hay en la gasolinera, pero en cuanto toco el claxon, no duda en girar y en correr hacia el auto al darse cuenta que le he hablado. Bajo el vidrio y él se asoma mirándome curioso. -Mira, acabo de conocerte, esto es estúpido, pero...tú no quieres ir a casa y yo no quiero estar solo.

-¿Y…? -Me lo pregunta ansioso, como inquiriendo que me apure y lo diga de una buena vez.

-Y… sino tienes nada mejor que hacer ¿Quieres venir conmigo? Solo por hoy si quieres, mañana puedo dejarte en la estación del pueblo o llevarte a donde tú quieras. Ah y claro que no te haré nada…que tú no quieras. -Eso último se me escapa, viendo como los ojos de Ichigo se botan de la sorpresa mientras yo trago saliva. -Sabes qué, es tonto, olvídalo. Debes creer que soy un pervertido o algo así.

- ¡No! ¡No es tonto!-Ichigo no duda en meterse de nuevo al auto y en cerrar a prisa como temiendo que lo deje. -¿Estás seguro?

- ¿Tú lo estás? Ya sabes…de llevarme contigo. Podrías no librarte de mí nunca más Grimmjow.

- ¿Eso es una amenaza?-Se lo digo con un tono profundo y coqueto, viéndolo sonreírme travieso y sintiendo un rico tirón directo a la entrepierna, al mirar como coloca su mano sobre mi muslo y comienza a subir tentándome tan sólo un poco, lo suficiente para dejarme ardiente.

-Puede ser una amenaza. ¿Te importa?

-Me gusta el peligro Ichigo.

-Entonces te voy a encantar.

Cabrón sexy, me quiere provocar y lo consiguió. Esta vez soy yo quien le agarra el rostro con agresividad para chocar mis labios con los suyos en un beso agresivo. Meto mis dedos entre su cabello al igual que mi lengua en su boca, deleitándome no solo con lo bien que sabe, sino con los gemidos candentes que escapan de su garganta.

Le meto la lengua hasta sentir la saliva espesa escurrir de nuestras bocas mientras él se aferra a mí con fuerza, como suplicándome que no me detenga. Y lamentablemente tengo que hacerlo cuando el aire se me termina. Nos separamos respirando agitados, pero sin decir nada mientras yo reinicio el auto y él se coloca el cinturón.

Y no mentiré al decir que sonrío como un imbécil al sentir como se pega más a mí, hasta recargar su cabeza en mi hombro y de paso entrelazar sus dedos con los míos. Es un simple niñato con la cabeza llena de ilusiones, queriendo tocar, sentir y plasmar. Y debería mandarlo al carajo, sé que sí, pero no puedo, simplemente no puedo. Será que su inocente belleza me resulta de lo más atractiva y quiero comérmelo y hacerlo llorar cuanto antes.

-Grimmjow, que te sepas que no me beso con cualquiera. Y sé que tú tampoco eres así, lo sé dentro de mí. Pero conmigo es diferente porque soy especial ¿Cierto?

-Por supuesto que lo eres Ichigo. El chico más lindo y especial que he conocido en mi vida y que seguramente el destino quiso que encontrara.-Ichigo ama mis palabras y por ello no duda en tomar mi rostro y besarme con torpe pasión aun cuando me encuentro manejando. Una vez que el beso termina nos sonreímos y encontramos nuestras miradas en el retrovisor. Ambos nos tragamos el veneno y las mentiras porque saben bien y porque se sienten aún mejor. 

 

><><><><><>< 

II

Lo mejor es que viajar a Hueco Mundo jamás me pareció tan placentero y distractor, con Ichigo besándome el cuello, apretándome los muslos y frotando sin pudor alguno por encima de la tela, el enorme bulto que ya crece duro y doloroso en mis pantalones. Hace cinco horas no me quería dar ni la cara y ahora lo tengo tallándose contra mí y susurrándome obscenidades al oído. -Basta ya, me harás chocar niño.

-Quiero tocarte…¿No te gusta?

-Me encanta y precisamente por eso lo digo, si sigues así me harás detenerme en pleno bosque para recargarte contra el cofre y cogerte por detrás. Así que será bueno que lo dejes, que hay animales salvajes entre los árboles y una vez que empiezo no puedo detenerme. -La sonrisa tétrica que crece en sus labios debería asustarme, pero en su lugar me hace besarlo de nuevo antes de seguir con el trayecto.

-Me portaré bien, pero no porque no quiera que me lo hagas sobre el cofre, sino porque me molestaría que un maldito oso nos saliera de la nada y en lugar de final feliz terminemos con uno de película de terror.

De nuevo las risas tontas se desatan, seguido de él contándome todo sobre sus amigos e inclusive de su familia, su madre muerta, la clínica de su padre y demás vida. Y aunque lo odie el chico logra sacarme una que otra verdad y secreto, que le cuento sólo porque extrañamente me resulta natural confiar en él, eso y que estoy seguro de que después de un par de días más jamás lo volveré a ver…o eso creo.

-¿Falta mucho para llegar?

-¿Por qué? ¿Quieres ir al baño o comer?

-Quiero coger.

Lo admito, el mocoso sabe cómo joderme. Sonrío de lado aprovechando para esta vez yo estrujarle los muslos y sacarle un gemido bastante erótico. -Mierda, no recordaba que los de tu edad solo piensan en follar. Seguro que eres una pequeña cualquiera en la cama.

-No lo sé, tú tendrás que decírmelo.

-Oh vamos, seguro que ya te lo han dicho antes…

-Tendrás el honor de ser el primero.

Casi piso el maldito freno pero lo evito, sin embargo lo miro sorprendido. - ¿Eres virgen?

- ¿Te molesta?

-No, pero ¿En serio? ¿Qué no estabas saliendo con ese imbécil?

- ¿Qué parte de que no me tocaba ni la mano no entendiste? Y antes de él no hubo nadie, ni lo habrá. Ahora te tengo a ti Grimmjow y estoy seguro de que harás que valga la pena haber permanecido virgen hasta este momento.

-Oh es verdad, el bastardo infiel. Bien, entiendo, en ese caso tendré que cogerte y te juro que valdrá la maldita pena.-Ichigo me sonríe con un toque de cinismo nuevamente pegándose a mí. ¿No importa desvirgarlo cierto? No es tan chico, es un hombre, yo igual, no es como que vaya a quedar preñado, ni nos enamoremos el uno del otro. Solo es sexo.

-¡¿Es ahí?!

Ichigo me señala eufórico la enorme cabaña que se esconde detrás de las filas de inmensos árboles y pinos negros a los costados del diminuto camino, y que ahora se ven alumbrados por los faros de mi auto.

-Creí que pasaríamos por Hueco Mundo.

-La entrada a Hueco Mundo está todavía a unos diez kilómetros más adelante por la carretera principal. Todo esta parte de bosque es de mi propiedad.

-Vaya, debes tener mucho dinero.

-¿Te gusta el dinero Ichigo?

-¿A quién no? Pero si lo que te preocupa es que coja contigo por dinero no te preocupes, me importa más descubrir lo que guardas en tus pantalones que en tu cartera.

-¿Te había dicho ya cuánto maldita sea me gustas? -Ichigo me besa cómo diciéndome ‘Lo sé’ mientras ambos nos bajamos al por fin haber llegado. Al instante me estiro sintiendo mis huesos crujir plácidamente. Putos viajes en carretera carajo. Y estoy por seguir maldiciendo pero un beso agresivo y hambriento turba mis pensamientos.

Ichigo se me ha lanzado y ahora pareciera querer comerme. Y aunque estoy cansado, no lo estoy tanto como para no cogérmelo antes, por lo que lo cargo tomándolo por el trasero, dejando que rodee mi cintura con sus piernas y que se abrace a mi cuello. El chico, que de inexperto pareciera no tener nada me intenta abrir a jalones la camiseta mientras yo subo con cuidado los escalones y nos meto a la cabaña.

-Grimmjow rápido, lo quiero maldición. Te quiero dentro de mí.

-Oe, oe, ¿No deberías intentar actuar más virginal?-Se lo susurro contra los labios mientras lo pego contra la pared.

-¿Para qué? Se nota que te gusta sucio y duro, justo como quiero que me lo des.

Ah, mierda, definitivamente este tipo quiere matarme. Hace medio día estaba queriendo matar a mi estúpido ex, y ahora me estoy por follar a un chiquillo de diecisiete.-Bien señorito fogoso, pero primero date una ducha, por allá está el baño. Mientras yo prepararé algo de cenar, porque no sé tú, pero yo muero de hambre y sed, y ya que pienso follarte hasta que amanezca necesito la energía suficiente.

-Huh, olvidaba que eres un abuelo. En ese caso llénate de proteínas Grimmjow, que te montaré hasta que ya no te levantes más.

El jodido demonio en vida se va con una sonrisa triunfal y candente, dejándome estático y con una erección más dura que nunca. Voy a follarle la maldita boca hasta que se atragante y ahogue en semen, sí, ya lo decidí, lo haré. Sonrío mientras enciendo la chimenea, para luego ir a la cocina y preparar algo rápido, agradeciendo que el cuidador de la cabaña haya hecho las compras que le pedí al decirle que vendría.

Afortunadamente la erección se me baja un poco, ya que preparar pasta no es precisamente la actividad más candente del mundo. También aprovecho para destapar una botella de vino especial y bien añejo que me sabe a cielo. Claro, hasta que la copa me es arrebatada por cierto chico especial.

Me quedo cautivado al ver esas piernas largas y sexys al descubierto, ya que por lo visto asaltó mi cuarto y se colocó una de mis camisetas blancas de vestir. El chico esta descalzo y gotas de agua aun escurren desde su cabello, deslizándose por su cuello y empapándole la camiseta mal cerrada. Carajo, quiero arrancarle las clavículas a mordidas.

Y ahí está mi erección creciendo de nuevo. Bendita juventud y su deliciosa apariencia hecha hombre. Ichigo por su parte se empina y bebe la copa entera, solo para tomar una honda bocanada de aire al final. -Así no es como se aprecia un buen vino precisamente.

-Pues no sabe mal, pero menos plática y más comida, ¿No tenías hambre?

Me bufo de su comentario mientras comienzo a servir dos platos, sintiendo como se abraza a mí por la espalda, casi tirándome y depositando pequeños besos sobre mi nuca y cuello. -¿Pasa algo?

-Nada, solo quiero estar contigo Grimmjow. ¿Te molesta?

Me lo dice con ese tonito dulce mientras me pone su mejor rostro inocente y tierno. Ahí va otra vez jodiéndome con esa fachada linda. -Claro que no, pero ahora a cenar que se enfriará.-Acepta tomando su plato y de paso una de mis manos para llevarme hasta el sillón, en donde no duda en sentarme para luego él hacerlo sobre mi regazo. -Esto es muy sensual, pero ¿Cómo esperas que coma así?

-Yo te lo daré.

-Puedo hacerlo solo.

-Pero no quieres hacerlo solo. No si me tienes aquí.

Ichigo me besa y mira directo a los ojos, con cariño y desesperación suplicándome que lo deje. Así que antes de darme cuenta ya me encuentro abriendo la boca, para dejar que enrede con el tenedor la pasta y me la dé. El chico me sonríe casi embobado al verme aceptar cada bocado y asegurándose de lamerme la comisura de los labios cada vez que un poco de salsa escurre.

-Sabes Grimmjow, mi mamá solía decirme que algún día encontraría a una persona que me entendería totalmente, que me haría estremecer con una sola mirada y que me amaría incondicionalmente y por sobre todas las cosas. También me dijo que cuando la encontrara, bajo ninguna circunstancia podía dejarla ir…

Ichigo me lo cuenta contra los labios, a la vez que acaricia mi rostro y me mira con un cruel cinismo que no entiendo del todo.

-Estoy tan feliz Grimmjow…volviste por mí, en serio lo hiciste. Debe ser el destino, y seguro que tú también lo sentiste. Lo nuestro es especial.

Lo dice sonriente mientras roza su nariz contra la mía. Y probablemente debería tomarle más importancia y sentido a sus palabras, pero sinceramente mi mente está pérdida y divagando en mil maneras diferentes para cogérmelo. Eso y en su cuerpo obsceno y provocativo rozándose contra el mío de una manera lasciva y ardiente. Oh dios…me gusta tanto este mocoso.

Pero en fin, él también termina comiendo, quizás no tanto pero lo suficiente para que yo no le discuta. Y ahí no termina, porque así como me ha dado de comer, tampoco duda en tomar la botella de vino e indicarme que abra la boca. -¿Qué tal utilizar una copa? Es ese objeto hueco y alargado de cristal que está justo en la mesa.

-Las copas no son divertidas Grimmjow, y no saben tan bien…

Tal cual lo dice, le da un enorme trago a la botella, para luego sujetar mi rostro y besarme pasándome el dulce, turbio y fuerte líquido. Me lo trago sintiendo como escurre por mi boca ya que su lengua ha decidido tallarse deliciosa contra la mía. Ahí va mi último rastro de conciencia. De inmediato lo jalo para colocarlo bien y de frente sobre mí, sujetándolo con rudeza por las caderas.

El chico jadea y se deshace entre mis brazos, enterrándome las uñas en la nuca y hombros mientras continuamos besándonos con gula. Mis manos bajan hasta sus muslos suaves, aterciopelados y tersos para apretarlos y rasguñarlos dejando ardientes y rojizas hileras de paso. Subo mis manos lento, tensándome y sintiendo mi verga punzar dolorosa al notar que no trae ropa interior.

Ichigo sonríe y se separa, echando la cabeza para atrás y permitiéndome enterrar mi nariz detrás de su oreja, justo en el crecimiento de su cabello. Donde me dedico a inhalar e impregnarme con su rico aroma mientras mis dientes se entierran en su piel sensible, creando marcas rojas y púrpuras. Lo beso y muerdo intentando de verdad tragármelo entero, a la vez que estrujo y froto ese grueso y voluminoso trasero que tiene.

-Hah…así, así me gusta. Grimmjow…Grimmjow.

Mi nombre sale como satín ardiente de su garganta ronca. Y me encanta, me fascina, me está volviendo loco. Ichigo me despedaza la camiseta, rompiendo los botones que salen volando y llevando su boca directo a mi pecho. Su lengua suave, rugosa y mojada se desliza por mi piel caliente trazando caminos mientras sus uñas filosas se clavan en mí, hasta rasgarme y dejarme sangrantes líneas por doquiera.

De igual manera le quito la camiseta a jalones hasta dejarlo desnudo, por fin viendo toda su belleza en su máximo esplendor, al recostarlo en horizontal sobre el amplio y enorme sillón. Le abro las piernas para meterme entre ellas, relamiéndome los labios y conteniendo el aliento para no gritar y enloquecer al ver lo candente que es mientras me retiro los pantalones.

El chico se masturba jadeante e inocente con una mano, mientras con la otra lleva sus dedos hacia el sur, hasta ese pequeño agujero rosado, carnoso y húmedo que ya palpita para mí. -Voy a cogerte tan duro que olvidarás como cerrar las malditas piernas. -Ichigo me sonríe con descaro a la vez que abre más sus piernas provocándome.

-¿Y qué carajo esperas? Fóllame, aquí…justo aquí.

Sus dedos trazan esa apetitosa entrada que me tiene salivando en exceso y tragando. Y aunque muero por metérsela de golpe, sé que lo lastimaría. Y no que no quiera hacerlo, pero odio las lágrimas. Por lo que me masturbo un poco, intentando no solo liberar tensión, sino también empaparme los dedos del líquido traslucido y tibio que no para de brotar de mi punta.

Ichigo me mira con una expresión enloquecida y perdida, tallándose contra mí, hasta que lo detengo sujetándolo de un tobillo, el cual me coloco en el hombro. Llevo mis dedos humedecidos hasta su pequeña entrada, introduciéndole dos sin problema alguno, viéndolo retorcerse y gemir encantado. -Para ser virgen estás algo suelto aquí abajo.

-Eres enorme…temí que…que, hah. Sí, así…carajo sí. Más, métemelos más.

-Oh…déjame adivinar, ¿Lo hiciste en la ducha huh? ¿Te gusta meterte los dedos, pervertido? ¿Es eso?-El chico asiente entre temblores, moviéndose con brusquedad en un intento por sentir mis dedos más profundos, lo cual le recompenso metiéndole un tercero que lo hace gritar. Los muevo y abro dentro de él mirándolo perder la maldita cabeza, a la vez que una serie de maldiciones y balbuceos de placer inunda la habitación.

-Grimmjow no…no más. Hazlo ya.

-¿Hacer qué? -Ichigo me mira furioso y encendido, perdiéndose por completo en un mar de sensaciones, ya que he decidido frotar cierto punto dentro de él, que lo hace convulsionar, gritar y terminar sobre su abdomen en cuestión de segundos. -Vamos Ichigo, no te mueras aún…nos queda mucho por divertirnos. -El chico permanece sonriente y tembloroso, quizás aun disfrutando su orgasmo. -¿Quieres más Ichigo?

-Mucho…mucho más.

Apenas lo dice se incorpora y me empuja para ahora sentarme a mí. Vibro turbiamente al mirar como gatea travieso hacia mí, tomando mi erección y lamiendo todo mi largo. Carajo. Gruño a punto de correrme por lo bien que lo hace, asegurándose de presionar con su lengua carnosa y mojada cada una de mis venas hinchadas y palpitantes, y subiendo hasta mi punta la cual chupa y succiona sorbiendo todo el líquido tibio que brota.

El maldito pervertido pone una cara de deleite y placer desbordante, como si estuviera tragándose un caramelo. -Vaya chico sucio, chupándomela tan rico. -El chico sonríe orgulloso aun con la boca llena, hasta que decido que es hora de terminar. Lo sujeto duro por el cabello y la quijada, para mover su cabeza y darle ritmo a las estocadas. Al instante Ichigo comienza a toser y a ahogarse conforme lo hago tomarme más y más profundo, hasta poco más allá de la mitad.

Joder, se siente bien, tan turbia y peligrosamente bien. Su garganta mojada, carnosa y estrecha se abre a la fuerza para mí, apretándome y contrayéndose a mí alrededor con perdición. -Eso es….hah, tómame mucho más profundo, sé que puedes. -Mis ojos se van para atrás de lo maldita sea bien que se siente mientras Ichigo me rasguña y se ahoga, pero ni así intenta separarse. Al contrario, relaja la garganta dejándome tocar toda su parte carnosa y trasera. -Joder, qué clase pornografía asquerosa has estado viendo, lo haces tan bien.

Le follo la boca con violencia, viendo sus ojos llenarse de lágrimas que escurren por su rostro, al igual que una combinación de saliva y fluidos burbujeantes y espesos que ahora se deslizan por su barbilla. Miro sus labios abrirse en exceso y quebrarse perfectamente para mí, mientras una serie de sonidos líquidos y morbosos resuenan debido a lo duro que entro en él.

-Voy…voy a acabar. Tienes que tragártelo. -No puede contestar, sin embargo asiente como puede, mirándome a los ojos con una expresión de lujuria ardiente. -Te gusta que me joda tu garganta estrecha ¿No es así? -Sonríe, estoy seguro de que sonríe el muy cabrón. Y aunque quisiera romperle la boca, mi placer acumulado ya es demasiado. Tanto que apenas bastan un par de estocadas más para terminar dentro de él.

El placer se funde en mí, como millones de dulces escalofríos y espasmos que me hacen temblar y gruñir complacido. Le sostengo el rostro con rudeza para que no se separe hasta sentir que se lo ha tragado todo. Y cuando creo que ha sido suficiente me separo viendo como respira hondo y tose estrepitosamente, con chorros de semen espeso y ardiente escurriéndole por la boca. Ichigo respira agitado intentando tragarse lo que le queda dentro.

-Aún…aún sigues duro.

-¿Creías que con eso sería suficiente? ¿No eras tú él que quería montarme toda la noche?

-Jódete.

-Joderte es precisamente lo que pienso hacer. -Nos sonreímos con complicidad antes de que yo tome nuevamente su rostro y lo bese. Y tan desesperado como siempre, se abraza a mí con fuerza y sin ganas de soltarme mientras su lengua y la mía se frotan y enredan en su boca. Como puedo me pongo de pie, logrando separarlo y cargarlo en mi hombro.

-¿Por fin vas a cogerme?

-Tu sueño hecho realidad. -Ichigo se ríe preciosamente mientras yo lo llevo hasta mi habitación en el segundo piso, y en donde noto un extraño aroma, pero eso se va de mi mente al arrojarlo a la cama. -Ya que es tu primera vez te dejaré escoger, cómo lo quieres, ¿Por delante o por detrás?

-Por delante, quiero verte mientras me lo haces.

-Cuán romántico eres para tener boca de ramera. -Ambos sonreímos mientras yo tomo de una repisa un pequeño frasco de aceite para el cuerpo y finalmente me subo a la cama. Ichigo jadea ansioso y nervioso, mirándome con una ansiedad indescriptible. -Va a dolerte, no mentiré. Pero te juro que lo gozarás como nunca.

-Lo sé…ahora cierra la boca y fóllame ya.

Sonrío de lado mientras me aseguro de vaciar una buena cantidad de aceite sobre mi erección y un poco más sobre la de él, que no tarda en escurrir y lubricar su tierno agujero. Ambos tomamos aire mientras yo sujeto mi verga gruesa y dura para masturbarme un poco y finalmente tallar mi gruesa punta contra su entrada, en la cual apenas basta que empuje un poco para sentir como se abre para mí y comienza a succionarme con fuerza.

-Hah…carajo.-Esta vez ya no lo hago esperar más al embestir con brutalidad, logrando adentrarme hasta el límite. Rápidamente Ichigo aprieta los ojos mientras yo jadeo por lo increíble que se siente entrar en él. Tan suave…mojado, y sumamente caliente. -Tu culo se siente tan bien Ichigo. -Se lo digo mientras le doy una brusca palmada en los muslos que lo hace gritar.

-Grimm…Grimmjow…hah.

El chico de cabello naranja, revuelto y mojado, apenas logra emitir gemidos, retorciéndose y estrujando las colchas entre sus dedos. -¿Te duele mucho?

-Sí…pero me gusta.

Sonrío sujetándolo por ambos muslos y por fin comenzando el delicioso vaivén. Lo penetro lento pero con fuerza, asegurándome de salir casi por completo, sólo para volver a enterrarme con todo y dejar que me engulla entero. -Me encantas carajo. -Me inclino para susurrárselo a los labios antes de besarlo, sintiendo como se abraza a mi cuello y enreda sus piernas a mi cintura para no dejarme ir haciendo mucho más íntimo el contacto.

Me lo follo cada vez más rápido y duro, hasta sentir mis testículos cosquillear y ver su cuerpo quebrarse por la pasión. Carajo, hace demasiado calor, tanto que siento las gotas de sudor ardiente recorrerme el cuerpo y gotear impregnándose en el de Ichigo. Ichigo que me mira directo a los ojos mientras jadea, grita y se vuelve loco. Ichigo que pareciera querer devorar mi alma al igual que mi cuerpo con esa mirada pérdida y hasta cierto punto perversa.

Ichigo que ahora me sonríe con dulzura y roza su nariz con la mía, aportándole  sentimientos a las sensaciones, que ahora me tienen vibrando hasta las malditas entrañas. Pero poco me importa todo, porque lo único que quiero es destrozarlo y ahogarme en maravillosos orgasmos, justo como ahora. Lo penetro con demasiada fuerza, enterrándole mis dedos y dejándoselos marcados y amoratados en la cintura, para tomar impulso y adentrarme cada vez más en él.

-Sí…sí, sí. Voy…voy…hah. Grimmjow me corro.

Ichigo cierra los ojos a la vez que me destroza la espalda a rasguños, temblando, vibrando y explotando con todo al correrse abundante sobre su abdomen. -Huh, vaya ramera. Virgen y corriéndote con solo mi verga. -Ichigo se relame los labios muy despacio ante mis palabras, tentándome y apretándome hasta hacerme sentir que yo tampoco aguantaré más.

-Córrete dentro…Grimm…Grimmjow dentro.

-Si eso quieres…-Pensaba hacerlo aunque no me lo dijera. Muevo mis caderas sin frenesí y sin sentido, follándomelo con violencia y viéndolo llegar al exceso. Exceso que también me sacude como ondas cosquilleantes y deslumbrantes que me hacen terminar increíblemente en su interior. Me corro entre embestidas, insultos y muchas maldiciones. Oh carajo, bendito el puto momento en que decidí recoger a este chico.

-Grimmjow ¿Me quieres no es así? Dilo…di que me quieres.

Sus palabras me sorprenden, pero tengo el placer jodiéndome los sentidos, así que asiento a la vez que entierro mi nariz en su cuello sin ganas algunas de salir de él.

-Dilo Grimmjow, quiero oírte.

Con mucho esfuerzo logro incorporarme y colocar mis manos a los costados de su rostro. Ichigo me mira curioso mientras yo intento descifrar lo que pasa. Claro, es joven y como cualquiera quiere sentirse amado después de que me lo follara.

Supongo que no le hago daño al decírselo. -Te quiero Ichigo. -Apenas lo digo sus ojos brillan como estrellas, como si le hubiera dado lo que toda su vida ha deseado y por fin consiguió. Y sí que lo compruebo al sentir como me abraza seguramente queriéndome asfixiar.

-Estoy feliz…tan feliz. Ahora eres mío Grimmjow…solamente mío.

-Claro que lo soy. -Le sonrío por lo inocente y tierno que es mientras le acaricio el rostro antes de besarlo y girarlo para dejarlo encima de mí. -Ahora, las promesas son deudas. Y espero la tuya dure toda la noche. -Ichigo me sonríe más coqueto que nunca, asintiendo y deslizando sus dedos por mí pecho.

-La mía Grimmjow, es una promesa que dura toda la vida.

Lo miro intrigado y divertido por esa frase mientras él me regala una sonrisa insana y algo cruel, que debería asustarme. Pero no lo hace, porque nuevamente me gusta, me gusta mucho que me mire de esa forma, justo como si yo fuera lo más importante para él. Justo como si no pudiera vivir sin mí. Creo que después de todo hoy es un gran día.

 

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III

-Buenos días guapo…o debería decir tardes.

Sonrío al sentir como me abrazan mientras montones de besos son depositados sobre mi quijada y labios. Muy lento logro abrir los ojos y parpadear un par de veces acostumbrándome a la luz, para girar y encontrarme con ese angelical rostro y cabello naranja. -Hey…¿Es muy tarde?

-Como medio día tal vez.

-Ya, entonces quedémonos aquí.

-Me encanta tu mente brillante, pero ¿Qué te parece algo de comer antes?

-Sólo si tú lo preparas, realmente me drenaste anoche carajo. Me arde la verga de tanto follar. -Ichigo se ríe mientras enciende la televisión que hay frente a la cama y por fin se levanta, estirándose al parecer bastante adolorido, pero dejándome ver en su precioso cuerpo desnudo un sinfín de marcas, mordidas y moretones sobre su piel ligeramente bronceada y ahora muy reluciente.

-Pues espero no te arda mucho, porque después del desayuno seguiremos. Aunque primero me daré un baño.

-Haz lo que quieras, sólo déjame dormir un poco más. -El chico sonríe y no duda en darme un beso antes de correr al baño que hay en la habitación, mientras yo me estiro, acomodo de lado y vuelvo a cerrar los ojos para dormir. La pesadez me inunda mientras escucho las voces del noticiero, cuando de repente un terrible aroma llega a mi nariz.  Abro los ojos indudablemente porque huele grotesco.

El olor tan asqueroso me ha despertado casi de lleno, por lo que me levanto torpemente en su búsqueda. Colocándome aunque sea mi ropa interior y rastreando el aroma, hasta notar que viene de detrás de un silloncito que tengo en la habitación. Miro que se trata de una mochila escondida contra el rincón, la mochila de Ichigo. Mierda, ¿Qué carajos trae que huele tan mal? ¿Ropa sucia? Me estiro y la abro, sacando del interior una enorme bolsa transparente y con una bola deforme llena de…sangre ¿Qué?

“Y siguiendo con el caso, tenemos nuevas noticias sobre el asesino serial de Karakura. Se ha verificado que el perpetuador del caso es un chico de diecisiete años llamado Kurosaki Ichigo, que tras dispararle a los tres miembros de su familia hasta matarlos, fue por un hombre llamado Urahara Kisuke, del cual aún no se encuentra una parte vital para identificarlo…”

Todos mis sentidos se han bloqueado mientras por inercia suelto la bolsa y casi vomito al darme cuenta de lo que es. Una cabeza, es una puta cabeza. Tiemblo apunto de volver el estómago entero, cuando siento como me dan una palmada en la espalda que me hace brincar y gritar del susto. Giro encontrándome con Ichigo que ha salido del baño. Y justo en ese momento están pasando su fotografía por televisión. ¿Qué…qué está pasando?

-Oh, lo encontraste. No importa. Cuán malos fueron todos conmigo ¿No crees Grimmjow? Todos se volvieron en mi contra, hasta mi papá y mis hermanas. Pero tú no mi amor. Tú me quieres y eres bueno conmigo. A diferencia de Urahara al que ni siquiera le importaba, pero a ti sí, tú me lo demostraste aceptándome y hasta haciéndome el amor.

Mi voz se ha quedado atorada en mi garganta al ver que Ichigo trae una arma, con la cual señala para todos lados sin cuidado alguno. Me quedo quieto dejando que me empuje, recostándome sobre la cama, para subirse encima de mí y mirarme con locura desatada. El chico se inclina para besarme en los labios, aprovechando para acariciarme con su mano libre mientras con la otra sostiene el arma contra mi estómago- Ichigo…no…no.

-¿No qué? ¿No quieres hacerme el amor mientras Urahara nos ve? ¿Es eso Grimmjow? Lo siento. No quise ser grosero.

En cuanto se me quita de encima yo también me levanto de golpe. Y estoy por correr hacia la puerta, pero Ichigo ya ha girado y ahora sostiene la bolsa en una mano y la arma en la otra mientras me sonríe. Oh mierda. Carajo, joder, está loco, totalmente loco.

-¿A dónde vas Grimmjow?

Esta vez todo me importa un carajo, por lo que salgo corriendo tan rápido como puedo, brincándome las escaleras hasta bajar a la entrada.

-¡¿Grimmjow, a dónde vas?! ¿Estás huyendo de mí? No…no, tú no harías eso. Dijiste que estaríamos juntos por siempre. ¡Dijiste que yo era especial! ¡¿Cierto?!

Me lo grita mientras baja las escaleras tras de mí y yo por fin logro abrir la puerta de la entrada, para salir corriendo hacia mi auto que está justamente en frente. Pero todo termina en cuanto estoy por abrir la puerta del copiloto y escucho como le quita el seguro a su arma.

-Grimmjow no lo hagas, no puedes irte solo. Si quieres salir iré contigo. Aunque no puede ser a un lugar vistoso, después de todo, la policía me busca. Pero tú no dejarás que me encuentren ¿No es así?

Giro viendo que me apunta directamente. -Ichigo basta, mataste a alguien, le cortaste la maldita cabeza y la traes contigo. Creo que…que necesitas ayuda.

-¿Qué cosas dices? ¿No fuiste tú quién dijo que como mínimo debí haberle cortado las pelotas y la garganta a Urahara por lo que me hizo? ¡Pues hice algo parecido! Ahora ven aquí, te haré el desayuno y todo estará bien.

Ichigo me sonríe y me anima a que entre con él, bajando el arma y estirándome su mano para que la tome. -No entraré. Ichigo estás loco, hay algo muy mal contigo. -Su expresión cambia por una tétrica, pero ni así deja de sonreír.

-Tal vez lo estoy, pero si hay algo malo conmigo también contigo, después de todo te gusto porque somos iguales. Y lo sabes.

-¡No! ¡Yo no…! -Me quedo callado al escuchar un claro golpeteo constante y alarmante. Tanto Ichigo como yo nos damos cuenta que viene del auto, de la parte trasera para ser específicos. ¡Hay alguien en mi cajuela! Oh joder, este tipo se cargó a alguien y lo guardó ahí. Corro a prisa para abrirla a la fuerza ya que no tengo llaves, mirando como Ichigo llega a mi lado. Pero en cuanto logro abrirla es como si me dieran un puñetazo lleno de verdad y recuerdos.

-Oh mierda Grimmjow, ¿Quién es? ¿Vas a matarlo? ¿Quieres que lo haga por ti?

Ichigo se ríe mientras me abraza por la espalda y se asoma por encima de mi hombro para ver el espectáculo. Permanezco estático, mirando a Ulquiorra atado de las piernas, manos y amordazado en mi cajuela. -¡¿Qué carajo hiciste?! -Me suelto, empujando a Ichigo y viéndolo sonreír.

-¿Yo? Grimmjow no hay manera de que yo haya puesto a ese tipo ahí. Lo sabes. Tú lo hiciste.

-¿Yo? ¡¿Yo?! ¡¿Por qué yo lo…?! - Me miro fijo con Ulquiorra que por primera vez desde que lo conozco me muestra todo tipo de expresiones, de horror y miedo para ser precisos. Miro dentro de sus ojos verdes encontrando lo que por un momento olvide “Estás loco Grimmjow, ya no te soporto, estás enfermo. Hay algo malo contigo, me tienes encerrado como un animal y cuando no siempre estás siguiéndome. ¡No quiero volver a verte jamás!” “Cállate, cállate Ulquiorra, no lo entiendes. No lo…entiendes. ¡Tú no sabes ni entiendes nada!” Ya recordé.

Después de que Ulquiorra terminó conmigo la rabia y la furia se apoderaron de mí. Por lo que no dude ni por un segundo en darle un puñetazo que lo dejó inconsciente. Él no solo quería dejarme, también quería llamar a la policía y decirles que estaba loco para que me encerraran.

No podía permitirlo, así que lo amarré, arrastré hacia mi auto y lo escondí en la cajuela. Comencé a manejar desesperado hacia un lugar donde nadie pudiera encontrarnos. Y escogí Hueco Mundo porque ni siquiera mi familia sabe de este lugar…pero luego encontré a Ichigo en el camino.

-¿Ya recordaste Grimmjow? Si lo trajiste aquí y de esa forma fue para deshacerte de él ¿Cierto?

Permanezco callado mientras Ichigo me besa el cuello y roza su nariz contra mi piel, aprovechando para pasarme su arma y hacerme apuntarle a Ulquiorra que se retuerce y balbucea aterrorizado.

-Hazlo. Termina con él y luego volvamos a la cama. Sólo tú y yo…

Siento mis ojos cristalizarse mientras miro a Ulquiorra, pero al mismo tiempo una enorme y satisfactoria sonrisa se dibuja en mi rostro. ¿Cómo pude olvidar esta deliciosa sensación de poder y destrucción? Quiero matarlo, siempre lo quise por nunca obedecerme. Y el que terminara conmigo fue el pretexto perfecto para hacerlo.  Maldición, se me pone dura de solo pensar en volarle la cabeza y borrarle esa estúpida expresión del rostro.

-Grimmjow rápido…mátalo ya carajo. Muero por tenerte dentro de mí.

Ichigo me lo susurra caliente y tentador al oído. Y esta vez sonrío y sin problema alguno le apunto a Ulquiorra. -Las armas no son lo mío, son demasiado rápidas, pero tengo que irme a follar. Adiós. -Disparo sin remordimiento ni duda alguna, sintiendo al instante un placer indescriptible recorrerme hasta la medula. Me deleito con esa última mirada de terror en su rostro, antes de girarme para soltar el arma, cargar a Ichigo y pegarlo contra el auto para morderle el cuello hasta sentir su sangre impregnarse en mí lengua.

-Sí. Así…justo así, mátame con ternura Grimmjow.

Nos besamos con hambre y un exceso de pasión que arrasa con nuestros sentidos. -¿Vas a ser un buen chico no es así?

-Sí, sí…carajo sí. Seré tu buen chico. Lo prometo.

-Sí que lo serás. Y tendrás que hacer lo que yo te pida Ichigo, no quiero que termines como él.

-Ni yo quiero tener que cortarte la maldita cabeza si me mientes.

Ambos nos sonreímos mientras yo nuevamente me lo llevo hacia el interior de la cabaña. -Voy a encerrarte, no volverás a ver a nadie que no sea yo y nunca más te dejaré ir.

-Bien por mí…

Entro cerrando las puertas a mi espalda y recordando cierto mito que alguna vez leí cuando era joven yal parecer no comprendía el amor. Según la mitología griega, los seres humanos fueron creados originalmente con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras. Ante el temor de su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar sus vidas en busca de sus otras mitades. Y parece ser… que por fin encontré la mía.

 

*Usted tiene 48 llamadas perdidas y 26 mensajes nuevos: “Grimmjow habla la mamá de Ulquiorra otra vez, Grimmjow él no aparece, ¿Está contigo? ¿Sabes algo de él? ¡Grimmjow la policía dijo que pudo haber sido un secuestro! ¡Grimmjow por qué no contestas! Grimmjow…¿Qué le hiciste?”

Notas finales:

Se van a ir al infierno conmigo si les gustó, ok no :3 Ya hablando de la historia, todo se resume a que así como Grimmjow no quería estar sólo, Ichigo necesitaba a alguien a quién amar a la fuerza, se encontraron y parece ser que ninguno de los dos quiso volver a separarse. Unirse fue desatar su locura juntos. Ichigo tenía razón cuando le dijo a Grimmjow que le gustaba precisamente porque son iguales, y si que lo son, están locos :’v <3 Ichigo solo quería sentirse amado ¿No? ¿Nadie? Jaja.

Lo sé, otra vez se la hice a Urahara con Ichigo JAJAJA ¡No puedo evitarlo! >u< Pero en serio siento no haber advertido sobre la muerte de dos personajes ¿secundarios/terciarios? Pero si lo hubiera hecho se habría cortado la intriga y el misterio D:

Por cierto gracias a los que aparte de a mi, siempre ponen mis fics en sus favoritos, los comparten, recomiendan y esas cosas. De corazón gracias, significa mucho para mí <3

En fin, gracias por leer. Nos leemos en los comentarios y en mis demás Fics, para los que esperan Azul Intenso, Pantera y blah. Si creen en los milagros, crean que dos pasaran esta semana. ¡Los amo a morir! ¡Nos vemos! :3 <3


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