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Ramé [Eunhae] por ForeverHunan

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Hace unos meses que se encuentra en Busán.


Y lo odiaba. 


Gente por todos lados, cada una de ellas más descortés que la otra. Es la tercera vez en casi un mes que le vierten un café encima por no mirar por donde andan, a este paso volverá a casa siendo más quemaduras que persona.


Donghae extraña tanto su hogar, extraña el frío seco por el invierno y el calor húmedo por el verano. Extraña poder ver desde su ventana la montaña Yudal cuando quisiera distraer la mente, o ir cerca de la playa a disfrutar de la calma que entregaba ver el mar. ¿Por qué accedió a venir a este estúpido lugar? 


Ah sí, su mamá. 


En vez de ser una persona normal que lidia con la muerte de su esposo, decidió que era mejor para todos (y con todos, se refiere a ella) venirn a Busán para distraer sus mentes. Donghae a veces se pregunta si ella no entenderá que estar en último año y cambiarse de escuela no son cosas que vayan bien juntas. 


  — ¡Hae!   —  La voz de Jade lo exaltó y la observó desde su asiento. Ella se sentó frente al castaño, sonriendo de lado a lado y mirando directamente a los ojos del chico. Hae soltó un pequeño "mh" para que prosiguiera. — Adivina quien vendrá — Soltó en un tono divertido, rio ligeramente mientras ella continuaba mirándolo.  — Anda Hae, adivina. — Hizo un puchero y el castaño rodó los ojos.


  — Mh... ¿tu hermano? — Ella negó con la cabeza.   — ¿tu novio? — Volvió a negar con la cabeza.—  Entonces, ¿quién? — Jade sonrió mientras señalaba con la cabeza a una chica de pelo oscuro sentada al fondo del salón. 


— El hermano de Sora. —  La miró extrañado, "¿a mí que me debería importar ese humano?"


— Y eso tiene importancia ¿por qué...? — 


— Es el chico más guapo que haya pasado por esta institución, Hae. —  Jade rodó los ojos y Hae rió.


— Ya entendí, te lo quieres follar. —  Dijo Hae en un tono un poco más alto de lo habitual para molestarla. Ella inmediatamente enrojeció y puso sus pequeñas manos sobre la boca del castaño mientras los pocos alumnos que habían les miraban con curiosidad.


— ¡Idiota! — Jade lo fulminó con la mirada y el no pudo hacer más que soltar una carcajada. 


— Lo siento, lo siento. Lo quieres conocer, hablar con él, tomarle la mano, decirle te amo y cursilerias de esa clase. —  La rubia le dio un manotazo en el brazo mientras el seguía riendo.


— Si lo pones de esa forma, quizá si es follar lo que quiero. —  Ambos rieron, continuaron hablando hasta que el timbre sonó y la clase comenzó. 


Matemáticas, su perdición.


No es que fuera del todo malo, pero le desagradaba el profesor, además de que jamás había conseguido que le gustaran, por lo que debía estudiar el doble para que le fuera medianamente bien. 


La mañana había pasado rápido, Jade le contó todo lo que sabía acerca del hermano de Sora, ahora sabía que se llamaba Hyukjae, tenía 19 años y según lo que todos sabían era periodista, sin embargo trabajaba en una academia de baile porque eso era su "pasión" o por lo menos así lo había descrito su amiga. También recalcó repetidas veces que era el chico más guapo que había visto en muchísimo tiempo y que de seguro a él también le gustaría.


Sí, le gustaban los chicos. Para Donghae jamás había sido algo tan importante, ni diferente. Sus padres lo habían aceptado tal cual era y lo amaban a pesar de todo. Tiene preciosos recuerdos de su primer noviazgo con un chico y no se arrepentía ni un segundo de nada. Todos en Mokpo seguían siendo igual de lindos con él, incluso si le veían caminar tomado de la mano de un chico, para ellos estaba bien.


Donghae pensó que sería todo lo mismo en Busán. Sin embargo su sorpresa fue para mal cuando conoció a Kyuhyun y Sungmin. Eran unos chicos de su misma clase, novios hace casi un año y sus vidas eran un infierno. Ni en sus sueños más locos pensó que dos chicos, sólo por estar juntos, debiesen comer en el salón en vez de ir a la cafetería porque los tenían "expulsados por maricones", ni mucho menos que los vería llenos de cardenales cada día al entrar a clases. Donghae sentía muchísima pena por ellos, se preguntaba por qué los profesores no hacen nada, aunque su respuesta llegó sola al ver el trato de uno de ellos hacia el par de chicos. No había mucho que hacer y el castaño lo sabía, pero aún así seguía intentando ayudarles, aunque algunas veces significara un ojo morado o su labio partido. 


El final de la jornada escolar llegó y con ella, lo que todas las chicas del instituto estaban esperando, a Hyukjae. Jade tenía tomado a Donghae del brazo siguiendo a Sora por detrás sin que ella lo notara (o al menos, eso creía Jade). Llegaron a la entrada y divisaron un convertible rojo y a su lado, un chico alto, delgado, de cabellos rubios que llevaba puesto unos pantalones entallados en color negro y rasgados, una musculosa en un color rojo vino y una chamarra negra para cubrirse del frío. La mandíbula inferior de Donghae casi cae al piso luego de ver a ese chico. ¿Sora tenía por hermano a un super modelo o algo por el estilo? 


  — Te lo dije, pecesito. — Susurró burlonamente Jade en su oído. — Ah y cierra la boca, te pueden entrar las moscas. — Se volvió a burlar la chica mientras caminaban en dirección contraría a la del convertible. 


Donghae vio como Sora abrazaba efusivamente a su hermano y este le regalaba una sonrisa, lo que le faltaba. Su sonrisa era preciosa, dejaba ver parte de sus encías y su hilera de dientes eran blancos y brillantes cuales perlas. ¿El de verdad era humano? 


Se rió de sí mismo por sus pensamientos. Necesitaba dejar de mirarlo o enloquecería.


Para mala suerte de Donghae, cuando decidió dejar de mirarlo se tropezó. Intentó sostenerse de su amiga pero igualmente cayó al piso junto con él. Todos a su alrededor los quedaron mirando, incluyendo a Sora y su hermano, las mejillas de Donghae enrojecieron ante la mirada del rubio, la cual se conectó con la del castaño por unos segundos. 


  — Debe pensar que soy un idiota — Susurró Hae para su amiga. 


— Si te sirve de consuelo, todo el mundo cree lo mismo. — Comentó divertida mientras se levantaba.  Ambos comenzaron a reír desmesuradamente, sin importarles realmente que les estuvieran mirando.


Quizá Donghae ya no extrañaría tanto Mokpo, pues tiene una entretención visual en Busán.


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