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Contra la gripe. por SoraBlackDragon

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Notas del fanfic:

-Diálogo-

«Pensamientos»

Notas del capitulo:

Un pequeño presente de san Valentín, Cumpleaños, Navidad y todas aquellas fiestas en las que no le regale algo…soy un fracaso como amiga uwu pero sabe que la quiero mucho y hago todo lo que está a mi alcance… o eso intento jeje.

Disfrútenlo~

SBD~

Kaname llegó a la pintoresca casita; la cual, en ese momento, podía pasar por casa embrujada con los relámpagos y ventarrones de la terrible tormenta.

Al entrar se encontró en tinieblas, lo único que llegaba a iluminar su visión eran los relámpagos, y no es que fuera necesario tener luz para ver en aquella oscuridad, sino...

—¿Yuuki? — Llamó a la jovencita, sabía bien lo temerosa que podía ser en esa oscuridad. Retiró su empapada gabardina, así como se descalzó y acomodó todo en su sitio. Fue lo suficientemente prudente para llevar un cambio de ropa. Luego de comprobar el estado de la castaña se cambiaría. —¿Yuuki? — Llamó de nuevo. Se había adentrado al pasillo.

—Cross la llevó al dentista. ¿No te lo dijo? — A pesar de lo ronco de aquella voz, pudo reconocerla. Kiryuu Zero. –Al parecer la lluvia les alcanzó, tardarán en volver.—

Kaname viró hacia Zero. El jovencito, de unos quince años de edad, le miraba con el entrecejo fruncido, algo nada raro, solo que en esta ocasión parecía no ser el causante de ello, pues también notó un rosado coloreando las mejillas.

Kuran sabía que tanto Yuuki, como Zero, tenían cita con el dentista. Lo que le llevo ahí en ese momento fue la llamada de Cross Kaien diciendo que Yuuki se contagió de gripe y que se había visto obligado a dejarle sola en casa. Kaname no lo pensó dos veces y corrió en dirección a la castaña importándole poco la fuerte lluvia y viento contra su inmortal cuerpo.

«Cuídalo bien, Kaname-kun»

En ese instante creyó haber escuchado mal por el ruido de la tormenta al fondo, pero ahora sabía que no. Deliberadamente Kaien le había hablado a él para cuidar del muchacho frente suyo.

—Me voy. — Dijo sin preámbulos, dándole la espalda y comenzando su caminar. Él no tenía ninguna responsabilidad sobre el chico.

—Adelante, no tengo ánimos de soportarte.— Declaró el peli plata.

Un quejido y el estallido de un vaso le siguieron. Kaname viró y observó al muchacho en el suelo. Quizá no tenía ninguna responsabilidad para con Kiryuu, pero Cross confió en él para cuidarle.

Un pesado suspiro le abandonó y masajeó el puente de su nariz. Caminó hasta el muchacho, evadiendo los vidrios. Le tomó en brazos y le llevo a su habitación para recostarlo en la cama. «Está ardiendo...»

Kaname regresó al pasillo y con la facilidad de sus poderes recogió hasta el más minúsculo trozo de lo que fue un vaso; se guio a la cocina y desechó los restos.

Al volver a la habitación de Zero, éste estaba despierto, por lo que le ofreció el vaso con agua que llevaba en una de sus manos.

—Creí te habías ido.— Habló sin ganas, pues sentía como si agujas se incrustaran en su garganta, tomó aquel vaso y dio un trago al agua. No le agradaba fuese él quien le encontrara en tales condiciones, sin embargo su garganta le podía más que su orgullo.

Kaname no contestó, simplemente dejó la bandeja con agua que llevaba en su otra mano en la mesita de noche y humedeció la pequeña toalla que poco antes colgaba de su brazo e hizo ademán de colocarla en la frente del chico, una vez éste se recostó.

—No te atrevas.— Amenazó. Kaname suspiró y dejo caer la toalla mojada en aquel rostro enfadado.

— Limpia el sudor. — Kaname acercó una silla a la cama.—  ¿Ya cenaste? — Preguntó quedándose de pie enseguida de ella.

« ¿Que trae este tipo? » Zero le miró con desconfianza. — Eso iba a hacer cuando me encontré contigo.— Desvió la mirada pasando la toalla por su mejilla.

—Ya veo. Seca el resto de tu cuerpo, debe bajar la fiebre. — Kaname salió del cuarto dejando la puerta entre abierta.

El castaño se paró en el umbral de la cocina, masajeando sus sienes. Le costaba mantenerse al margen de la situación. Jamás creyó que sus conocimientos sobre enfermedades humanas los usaría en alguien que no fuese Yuuki; pero ahí estaba, cuidando de un chico que le odiaba a muerte y que claramente no quería lo hiciera. Suspiró con pesadez por... ¿quinta vez, quizá? y caminó hacia la estufa.

Al destapar la olla que había encima tragó grueso ¿Qué se suponía era eso? Dentro había bolas de materia de dudosa procedencia, bañadas en un líquido verdoso y espeso que burbujeaba. « ¡¿Cross quiere matar al chico?! » Bueno eso explicaría porque le llamo a él y no al cazador del parche. Algo se movió dentro « ¡¿Eso es un pulpo?!» Kaname no lo dudó más, ¡Tenía que deshacerse de eso!

Una vez la olla estuvo reluciente, el vampiro se metió a la nevera buscando ingredientes, así como puso hervir agua.

—No soy un experto, pero algo mejor que esa «cosa» claro que lo puedo hacer. — Remangó su húmeda camisola y comenzó a cocinar.


~°~

La puerta de la habitación se abrió, dejándose ver el apacible Kuran Kaname con un plato de comida caliente. Siquiera pudo dar un paso dentro de la habitación, cuando una almohada salvaje atacó su rostro.

—¡¡ ¿Por qué demonios no tocas la puerta??!! – Kiryuu Zero tenía la pijama por debajo de sus rodillas; sonrojado hasta las orejas, y no por la temperatura de la enfermedad cabe aclarar. Como pidió el chupasangre, secó su sudor y para ello debió retirar su ropa; pero justo cuando se dedicaba a vestirse de nuevo.— ¡¡Entras como burro sin mecate!! –

—¿Perdón? – Kaname atrapó la segunda almohada que voló hacia él, protegiendo el plato de sopa. Al analizar la situación, sonrió socarronamente.— Como si tuvieses algo que yo pueda apreciar. – Arrojó de regreso la almohada con poca fuerza y se adentró a la habitación ante la atenta y furiosa mirada del chico, el cual se cubría con el acojinado proyectil que atrapó en el aire. Colocó el plato sobre la mesa de noche. — Me encargué de que no estuviese muy caliente, así que cómela. — Le dio la espalda, otorgándole un poco de privacidad.

Ya vestido, miró el plato. —Eso no lo preparó Cross.— Lo que llevaba dentro no daba señales de vida, por lo tanto, el loco de Kaien no lo había preparado.

—Lo preparé yo. – Kaname caminó hacia la puerta. – Y si desconfías de que lo haya hecho, debiste haber visto lo que hizo tu «padre».— Miró al muchachito por sobre su hombro y agregó.—  Él si quiere matarte.—

Zero bufó con fastidio en cuanto el Kuran cerró la puerta de su habitación, miró nuevamente la sopa con absoluta desconfianza; sin embargo su estómago reclamó por ello. Hizo una mueca de disgusto y tomó entre sus manos aquel plato; se acomodó en la cama y sopló, tomó una cucharada y olfateó el contenido «Se ve bien y lo que alcanzo a oler…huele bien» pensó. ¿Qué más daba? Tenía hambre y se arriesgaría más si esperaba alimento de Cross.

~o~

—¿Que tanto me ves, Kuran? — Dijo con fastidio ante la insistente mirada sobre él. Kaname entró de nuevo a su habitación para retirar el plato, pero en vez de salir como esperaba, se quedó sentado en la silla al lado de su cama, con los brazos y piernas cruzados.

—Te miro porque no hay nada más que ver, Kiryuu. — Sus borgoñas estaban fijas en aquel rostro coloreado. Zero desvió la mirada ante el comentario.

—¿Entonces por qué no te largas a buscar algo que hacer? Déjame dormir.— Se cubrió con la cobija y se hizo ovillo.

—¿Quieres aliviarte? —Aquella pregunta salió sin siquiera proponérselo, se masticó la lengua por su imprudencia.

—¿Qué clase de pregunta idiota es esa? — Tenía ganas de reír por las palabras del castaño, pero su risa no salió. El vampiro no esperaba menos, estaba claro que el chiquillo se burlaría. Quería darle su lección, aún si la culpa fue suya por preguntar aquello sin pensar.

Kaname se sentó al borde de la cama, alertando a Zero, quien inmediatamente se descubrió y encaró al mayor.

—¿Acaso no sabes que la saliva de vampiro es un buen remedio contra la infección? —

—¿Qué demonios balbuse...?— Zero fue callado por unos tiernos y fríos labios, los cuales rápidamente succionaron los del menor.

El vampiro se encargó de infiltrar su lengua y saborear cada recoveco en la pequeña y cálida cavidad. Si, el sabor de la enfermedad estaba presente, así como el de la sopa que acababa de comer, empero no mermaban el embriagante dulzor propio del joven Kiryuu. Sus rostros se separaron y Zero solo pudo regresar al colchón hecho bulto. No dijo nada, no hizo nada. El silencio reinó y comenzó a incomodar.

—Quizá tu cuerpo no está desarrollado, pero al menos besas bien.— Bromeó y sin esperarlo siquiera, aquel bulto lo empujó fuera de la cama, haciéndole caer de bruces al suelo.

—Eres un idiota.— Dijo una voz amortiguada por la cobija.

Kaname no pudo verlo, pero Zero ahogaba su risa ante la escena que acababa de apreciar por un pequeño hueco. «Pero sin duda serás mí idiota.»

 

~o~

—¡Kaname-kun! ¡Kaname-kun! ¡Es una tragedia! – Kaien Cross revoloteaba por la sala de estar.— Yuuki enfermó de gripe y ahora tengo que llevar a Zero al dentista.— Lloriqueaba.

Kaname observaba la escena del «adulto» desde el marco de la sala, pues apenas llegaba al lugar.

—Me quedaré a cuidarla entonces, puede llevar a Kiryuu-kun con tranquilidad, Cross-san.— Le dijo sonriente.

—Ni lo sueñes, Kuran, tú vienes conmigo.— Zero cruzó la sala de estar y tomó de la manga al castaño. – Volvemos más tarde, Cross.— Se despidió, jaloneando tras él al vampiro.

Y dejando a un confundido Kaien, Zero se llevó a lo que ahora era «suyo».

Notas finales:

Gracias por leer~

Mai-swan~ para esos días en los que mueras de gripa xD (si, se me ocurrió cuando estabas enferma) Así que, por si lo lees en un futuro… que te recuperes pronto~ -3-
PD: Lamento si se me pasó algún error~ si es así haganmelo saber uwu

SBD~


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