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—Twinkle Twinkle— por Otogi Rinkaku Nishimura

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¿Qué podía hacer? Había dictado junto a sus compañeros de banda el final de tantos años, sabía que había sido decidido por todos, de que así, todos podrían seguir caminos diferentes, pero dolía. No era fácil para él decirlo, ‘’Girugamesh se separa luego de 11 años de actividad’’

No supo el por qué fue que termino allí, frente a la puerta de un bar con un nombre tan largo que ni ganas le daban de pronunciarlo. Se había intentado voltear para irse, pero en consecuencia, choco contra el cuerpo de otra persona, haciendo que diera unos pasos hacia atrás, y viendo como un cigarrillo caía de los labios de la persona con la cual había chocado.

Su cuerpo se tensó e hizo una reverencia en disculpa por ello, ¿Y si el hombre estaba enojado, borracho, o lo que sea? ¿Y si le golpeaba por haberle hecho caer su cigarro?

 

—      ¡Lo siento mucho! ¡No lo he visto, por favor, discúlpeme!

—      Ah…No te preocupes, ya lo estaba terminando.

 

La gruesa voz de la otra persona le hizo tener curiosidad, elevando con ello su rostro para verle. Se notaba que era un hombre más grande que él, pero a la vez mantenía unas facciones algo delicadas, aunque masculinas y bien definidas; era el típico hombre que las niñas de secundaría buscarían, después de todo, el sueño de las colegialas era el encontrar un hombre adulto y guapo, y ese tipo sí que era guapo.

Se había mantenido tan metido en sus pensamientos que no noto que los ojos de la persona en quien pensaba se habían fijado en sí mismo, y al reaccionar, no pudo evitar el sentirse completamente avergonzado, intentando murmurar una pequeña disculpa, aunque el hombre dijo unas palabras que le llegaron a sorprender.

 

—      Eres… ¿Satoshi? ¿Vocalista de Girugamesh?

—      Ah… ¿Me conoces?

 

El que alguien le reconociera siempre le había sido algo de sorpresa por muchos años que hayan pasado desde la primera vez, más que nada al siempre mantener un perfil bajo para no llamar la atención.

Fue allí cuando pudo prestar mayor atención al rostro de la persona frente a si, y con ello, le llego una similitud.

Su boca se abrió con sorpresa al igual que sus ojos, señalando con una de sus manos a dicha persona.

 

—      ¡Tú también eres vocalista! ¿Verdad?  —Sabía que había sonado demasiado  entusiasta, y estuvo a punto de disculparse por eso, más se contuvo al escuchar la profunda risa que emitió el ajeno, seguido por un pequeño asentimiento de cabeza.

—      Así es, es un gusto, puedes decirme Haru, soy el vocalista de Scapegoat.

 

No dijeron nada más que ello, terminando la extraña presentación tras un apretón de manos; el vocalista más adulto fue el que hizo la invitación de tomar unos tragos juntos, y así poder hablar para conocerse mejor.

Las horas pasaron entre botellas que se iban vaciando, risas que resonaban en silencio, y preguntas con contestaciones meramente idiotas.

Ambos vocales se sentían muy cómodos uno con el otro, tanto que no se dieron cuenta que se había hecho tarde, tanto que las líneas de metro ya habían cerrado. Fue casi la medianoche cuando se dieron cuenta de ello, y llegaron a un acuerdo, irían a un hotel y cada uno alquilaría una habitación para pasar lo que restaba de la noche.

Tomaron un taxi, y solo fue necesario el mencionar que necesitaban un lugar no muy caro para pasar la noche para que el vehículo se pusiera en marcha.

Cuando el viaje acabo pagaron mitad y mitad el viaje, viendo lo que sería el hotel donde se quedarían.

Un cartel gigante y brillante decía ‘’Twinkle Twinkle, el lugar donde puedes brillar’’ estaba a un costado del lugar, haciendo una llamativa y extraña promoción. Ambos se sintieron extraños, pero al ver cómo la gente entraba y salía prefirieron simplemente ignorar todo, adentrándose al lugar para ir hacia la recepción.

Pudieron ser atendidos a la brevedad por una chica de apariencia bastante joven, de cabellos largos y rubios que le daban un aspecto bastante gentil e inocente, sumando también la sonrisa que esta portaba. Ninguno de los vocalistas pudo emitir palabra alguna al no saber cómo pedir las habitaciones, aunque la recepcionista termino por ser la primera en hablar.

 

—      ¡Buenas noches! Pueden decirme Tae, ¿Les puedo ayudar en algo? —La voz amable de la chica llego a tranquilizar a ambos hombres, siendo el vocalista de Scapegoat el que tomo las próximas palabras.

—      Si, queríamos alquilar dos habitaciones individuales, sería solo por esta noche.

La chica parecía fijarse

en un cuaderno que utilizaba para organizar todo en aquel hotel, y tras unos minutos en silencio se pudo escuchar un suspiro proveniente de ella, seguido de una negativa que dio con su rostro.

 

—      Lo siento mucho, no tengo dos habitaciones individuales. —Ante la información de que no había posibilidad de quedarse allí ambos chicos hicieron una mueca, estando a punto de agradecer de todas formas la atención dada, pero antes de ello, fueron interrumpidos por la voz de la mujer— ¡Aun así! ¡Tengo una habitación compartida! Sera solo por esta noche.

—      Habitación… ¿Compartida? —Tanto el vocal de Girugamesh como el de Scapegoat se miraron entre sí con duda, habían hablado, e incluso tomado juntos, pero era algo muy diferente a compartir habitación; pero el cansancio ya era mucho debido a los efectos que todo el alcohol consumido les provocaba; por lo cual asintieron a la par, y así, mirar de nuevo a la chica que respondía bajo el nombre de Tae.

—      De acuerdo, tomamos la habitación.

 

Una sonrisa de felicidad se instaló en la mujer, quien tras voltearse, agarro una de las llaves pertenecientes a las habitaciones del lugar, ofreciéndole está a los músicos.

Sin inmutarse fue el vocal mayor quien agarro la llave, viendo impresa en una placa que traía el número de la habitación. Dicho vocal le indico al más joven que prefería tomar las escaleras, después de todo, sería el tercer piso, y tomar un ascensor por solo ello le era ridículo al no traer equipaje.

Dicho y hecho, ambos fueron subiendo escalón por escalón, ayudándose entre sí, ya que aunque no fuera tanto, el alcohol les había llegado a marear un poco, y debían el tener el mayor cuidado para no caer.

Después de buscar en su piso; el cual parecía un laberinto, o al menos así lo vieron ellos, pudieron encontrar el dichoso cuarto: ‘’habitación 333’’.  

No supieron bien porque, pero cuando entraron lo hicieron con lentitud, como si esperaran que del cuarto saliera un fantasma, o si una persona saliera para atacarlos y luego venderlos a un tráfico ilegal secreto donde incluso políticos estaban inscriptos. No había duda, debían dejar de ver ese tipo de películas.

Lo primero que llamo la atención de ambos, fue la enorme cama matrimonial que estaba en el centro del lugar.

 

—      Espera… Dormiremos… ¿Juntos?  —Satoshi lucia con un rostro totalmente confundido y también sorprendido; si, había compartido cama con sus demás compañeros cuando tocaba habitación compartida con ello, y había veces donde solo habían camas matrimoniales, pero era totalmente diferente a dormir en una cama así, con alguien que conocía de hace pocas horas.

—      Creo… que sí. —Por su parte, Haru se mantenía lo más neutro posible, aunque por dentro, su cabeza parecía recibir martillazos en la zona de la nuca; por lo tanto, la cama le era lo de menos. No quería dormir de esa forma en como estaba y luego tener una resaca, así que por su parte, pensó en darse una ducha, buscando con la mirada la puerta que daría al cuarto de baño, y al encontrarla fue que camino hacia esta— Iré a darme una ducha…Ordena lo que quieras, o duerme, yo tardare un poco.

 

Cada uno fue entonces por su lado, uno en el baño, escuchándose el sonido del agua caer por la regadera, y el particular sonido que hizo lo que se creía era el cinturón al caer en el suelo. El otro por su parte, se recostó en la cama, sacándose su chaqueta para quedar con una camiseta blanca que acostumbraba a usar, en tanto pensaba en que podría hacer, ya que el cansancio se le había ido.

Los minutos pasaban y nada interesante sucedía, solo el más puro silencio que era interrumpido con profundos tarareos que salían del cuarto de baño, aunque no se llegaban a escuchar muy bien al ser apagados por el sonido del agua.

Ya cansado de ello, el vocalista más joven agarro el teléfono que había a un lado de la cama, marcando el número que estaba anotado al costado para llamar a la recepción, y cuando le atendieron, se limitó a pedir a cuenta una botella de cerveza. Para su suerte, su pedido no tardo demasiado, o al menos, para él no paso mucho.

Fuertes toques en la puerta llegaron a retumbar por la habitación, la cual no supo en que momento quedo en silencio, ni siquiera sabía en qué momento la regadera había dejado de escucharse; aunque lo ignoro totalmente, yendo rumbo a la puerta para poder abrir esta. Frente a si estaba la misma muchacha de la recepción sosteniendo dos botellas de cerveza con solo una de sus manos.

 

—      Pero…Yo pedí solo una…

—      Ah, la otra va de parte de la casa.

 

La amplia sonrisa de la chica le hizo quedarse tranquilo, devolviendo aquel gesto en tanto agarro las botellas con ambas manos.
Solo fueron necesarias unas palabras de agradecimiento para que sin decir nada la chica se fuera, lo cual le dejo algo extrañado.
Cuando cerró la puerta escucho como la del baño se abría, y cuando se fijó, pudo ver al vocalista de Scapegoat saliendo, solo vistiendo su pantalón sin abrochar, y su camisa completamente abierta, incluso pudiendo ver unas pequeñas gotas que se deslizaban desde el cuello de este, pasando por su pecho, hasta llegar a su vientre y terminar por ser absorbida por el borde del bóxer, que llegaba a verse un poco.  Una toalla se pasaba por el húmedo cabello, viendo el rostro sereno del mayor al tener sus ojos cerrados. Se había quedado viendo fijamente a ese hombre, sintiendo sus mejillas ruborizarse un poco, y no sabía porque, se sentía como las colegialas que había pensado anteriormente cuando choco con él.

 

—      Satoshi… ¿Por qué han golpeado la puerta?

La voz profunda le hizo salir de sus pensamientos, incorporándose con rapidez para extenderle una de las cervezas con algo de nerviosismo, aunque termino por sonreír de lado para intentar comportarse con normalidad.

—      Había pedido una cerveza, y nos han dado una de regalo, ¿Quieres?  —El ofrecimiento hizo que el mayor mirara con sorpresa, ¿Aún tenía el poder de seguir bebiendo? Aunque si lo veía bien, parecía más estable que tiempo atrás. Por su parte, le era agradable el beber, más si estaba acompañado, por lo que no dudo en agarrar la botella, dejando que la toalla se quedara en sus hombros para no mojar su ropa por las gotas que caían de su cabello.

—      Gracias; deja que abra tu botella. —El vocal de Girugamesh no supo en que momento, ni de donde, el mayor había sacado unas llaves con un colgante que servía para abrir las botellas, y con un solo movimiento de su mano, quito la tapa de la que tenía en la mano.

—      O-Oh, eso es increíble, muchas gracias.

 

Ante el agradecimiento, el mayor se limitó a sonreír, repitiendo el proceso de destapar la botella de cerveza del más bajo, y tras un pequeño choque entre los envases comenzaron a tomar de nueva cuenta.

Los minutos pasaron, ya sentados en la cama, casi olvidándose que era ya de madrugada, solo se divertían, reían por anécdotas pasadas, hasta que el alcohol se acabó de ambas botellas. A pesar de ello siguieron charlando, sin vergüenza alguna, hasta que un tema en particular salió a relucir de parte del vocal de Girugamesh.

 

—      Haru-san… Usted… ¿Ha estado con otro hombre alguna vez? —La pregunta llego a ser algo que sorprendió incluso a la persona que la formulo, ¿Por qué demonios estaba preguntando eso? ¡Ni siquiera lo había planeado! Ya, la culpa sin duda era del alcohol, por lo que intento disculparse, más fue interrumpido por la voz ronca de su acompañante.

—      Si he estado con otro hombre, y la verdad, no es tan diferente a estar con una mujer… Puedo mostrarte si quieres.

 

Eso si llego a ser una total sorpresa, y como la vez anterior, la sorpresa se la llevaron ambos; Satoshi por las palabras de mayor, y este, debido al haber dicho ello; si, había pensado que el menor era sumamente atractivo, y que hubiera aprovechado al besarlo si se hubiera puesto lo suficiente borracho, pero eso a decir públicamente una invitación a tener sexo le era algo fuera de sí.

La sorpresa luego aumento aún más cuando el más bajo se inclinó hacia el ajeno, juntando ambos pares de labios en un lento beso, aunque poco duro ello, ya que el beso se tornó uno más ansioso, e incluso desesperado.

Dientes mordían y tiraban de los labios del opuesto mientras sus manos intentaban tocar sus pieles, quitando pieza por pieza las molestas ropas.
Un brusco movimiento fue necesario para que el mayor de los dos se pusiera sobre el otro, separándose en ello del beso para guiar sus labios a besar, lamer y morder el pálido cuello del menor, dejando la marca de sus acciones en cada rincón por los cuales sus labios hacia contacto. Incorporándose un poco pudo ver la excelente vista de la persona bajo su cuerpo ya sin ninguna prenda superior, y con el pantalón ya algo bajo, o al menos lo suficiente como para dejar a la vista su bóxer. Por su parte ya su camisa estaba en algún lugar del suelo, aunque conservaba sus pantalones, y a pesar de eso, pudo frotar libremente su pelvis contra la cadera del otro vocal, sacando un pequeño jadeo de ambos labios cuando sus entrepiernas llegaron a rozarse con insistencia.

Haru fue bajando poco a poco por el blanco torso ajeno, deslizando la punta de su lengua por este hasta llegar a una de las tetillas, la cual primeramente lamio para luego atraparla entre sus dientes, mordisqueando y tirando sin ejercer demasiada fuerza para evitar lastimarle.

De los labios del más joven solo salían gemidos y jadeos entremezclados, nunca había sentido todo ello estando con una mujer… Pero es que para ser sincero, cuando estaba con mujeres estas simplemente se tiraban en la cama abriéndose de piernas, y esto era demasiado diferente, el recibir esas atenciones le agradaba demasiado. Escalofríos recorrían su anatomía de arriba abajo, sintiendo como por el gusto su pene iba erectandose, siendo el bóxer ya molesto.

Al parecer, el otro vocal noto ello, y por lo mismo guio una de sus manos a bajar más su prenda interior, dejando así libre su erección, la cual tomo casi al instante para masturbarle con cierta rapidez. Sus dedos se deslizaban de arriba abajo toda su extensión, dando una atención especial cuando llegaba al glande, donde pasaba su dedo pulgar generando algo de presión, sonriendo al notar como el cuerpo que tenía debajo temblaba por ello.

El menor se sentía completamente vulnerable ante aquel hombre y sus acciones, incluso notaba como su cuerpo estaba mucho más sensible de lo normal, tanto, que fue que tardó poco en acabar en la mano del otro vocal, lo cual le avergonzó hasta el punto de que su rostro quedo totalmente rojo, escuchando como el mayor llegaba a reír, e incluso viendo como este acercaba su mano con algo de su semen a su boca, lamiendo este, haciendo que su vergüenza aumentara mucho más; pero luego, pensó en vengarse.

 

—      Haru-san… ¿Me ayuda a terminar de quitarme la ropa? –La petición hecha fue rápidamente acatada, más en ningún momento el más alto freno su risa, o al menos, su sonrisa burlona, realmente disfrutaba lo que estaba haciendo con su cuerpo. Pero poco duro ello en sí, ya que de improvisto el vocal de Girugamesh se volteo, colocándose sobre el cuerpo de su acompañante— Ahora es mi turno, Haru-san.

 

No hubo más palabras de por medio, ya que el mayor estaba expectante de que cosas haría su contrario, sintiendo algo de sorpresa al notar la lengua de este deslizarse por todo su torso, incluso su vientre. Pausados suspiros escaparon de sus labios en tanto veía como el menor comenzaba a lamer su miembro por sobre la ropa interior, siendo ello una gran estimulación, tanta que no pudo evitar que su virilidad se terminara por erectar.

Por su parte, Satoshi estaba que moría de vergüenza, pero realmente quería que su compañero disfrutara tanto como él lo había hecho, y con eso en mente, pudo terminar de quitar las prendas de este para dejarlo desnudo. Sin saber muy bien cómo se procedía en aquella situación decidió simplemente hacer lo que creía correcto, y ello era el agarrar la base del pene ajeno, para luego pasar su lengua por la punta de este, dando tímidas lamidas por este. El sonido de los gemidos que dio el mayor fueron los que le incentivaron a hacer aquello con más entusiasmo, incluso atreviéndose a introducir la mitad de su pene en su boca, moviendo su cabeza en busca de succionar este, siendo cada vez mayor la parte que abarcaba hasta casi llegar a tener casi todo su miembro dentro, haciendo presión con su lengua para darle un mayor gusto.

Por mucho que había comenzado todo con cierto miedo termino gustándole el ejercer ese tipo de atención, succionando el falo que tenía en su boca con total gusto, incluso llegando a presionar sus dientes contra la zona del tronco con el cuidado de no ser demasiado brusco.

Pesados jadeos y roncos gemidos escapaban de los labios del más alto de altura, sujetando con su diestra un puñado del cabello de ajeno, presionando la nuca de este para indicarle un ritmo mayor, joder, sí que se sentía bien, era por lejos la mejor felación que le habían hecho en años, superando incluso a todas las mujeres con las cuales había estado.

Un tirón especialmente fuerte en su cabello hizo que el integrante de Girugamesh dejara de atender la intimidad del adverso, volviendo a colocarse sobre este para poder besarle, dejando que sus lenguas se entrelazaran en una pasional danza, degustando el sabor del contrario mientras sus cuerpos se frotaban con deseo. Ninguno de los dos vocalistas lograba aguantar más estando así, necesitaban sentirse con mayor profundidad. Por lo mismo fue que el mayor logro acomodarse sobre el ajeno como en un inicio, aunque ya sin la ropa, solo sus pieles rozándose entre sí, e incluso su miembro frotándose con insistencia contra las nalgas de su compañero; su intimidad para su suerte ya se encontraba bastante húmeda con saliva por las anteriores acciones pasadas. Sabía que el menor no habría tenido experiencia alguna con otros hombres, y que debía prepararle, pero ya se encontraba demasiado excitado como para frenarse por eso.

Besos iban y venían, disfrutando de sus labios con parsimonia en tanto se acomodaban en lentos movimientos. Entre sus labios se ahogaban pequeños suspiros y jadeos deseosos de más, solo fue necesario un pequeño murmullo del vocal más joven dando su consentimiento para poder dar el paso final.

Fue con cuidado que el mayor de ambos se acomodó mejor, siendo así que pudo ir introduciendo su miembro en la cavidad de su opuesto. Estaba expectante de no producir dolor, y los suspiros y jadeos que escuchaba solo le incentivaban a seguir.

Satoshi por su parte no sabía bien que era lo que sentía, era como si se estuviera sofocando cada que notaba como la persona sobre si se introducía cada vez más en su interior; y cuando noto que ya se encontraba totalmente dentro fue que rodeo con sus piernas las caderas impropias, dando bocanadas de aire al sentirse ya algo agitado, ¿Cómo fue que termino en esa situación? Ni en sus más oscuros pensamientos había imaginado el terminar teniendo sexo con otro hombre, y menos aún ser el pasivo.

Como antes, sus labios se fundieron en un beso, todo con el fin de intentar que el más bajo despejara sus pensamientos y estuviera más cómodo. Al ya sentirse listo para continuar, solo fue necesario un movimiento de su cadera en indicación al otro vocal de que ya podría moverse; y este, sin necesidad de más fue que acato la muda orden.

Los movimientos de cadera no se hicieron esperar, sacando jadeos de ambos labios, aunque se ahogaban ante el beso que aún mantenían. En primera instancia los movimientos eran lentos y pausados, casi con ternura, aunque el ritmo fue aumentando gradualmente ante los pedidos del menor. Tal fue el aumento que en cuestión de minutos ya sus caderas chocaban con rapidez. Los suspiros y jadeos se habían transformado en roncos gemidos de ambas partes; las manos del más pequeño se aferraban a la amplia espalda del contrario, llegando a arañar dicha parte, y las manos de este, se aferraban a la delgada cintura opuesta para tener un mejor apoyo cada que arremetía contra ese cuerpo que sentía como la perdición máxima, clavando la punta de sus dedos en la tersa piel, dejando unas pequeñas marcas.

Ninguno de los dos podía pensar con claridad, solo podían concentrarse en complacerse uno al otro.

Peticiones de parte del más chico de que los movimientos fueran más fuertes llegaron a hacer sonreír al mayor, y este pensó en tomar manos en el asunto.

Con un pequeño movimiento pudo retirar su virilidad del interior ajeno, ganándose por ello un reproche, aunque poco duro, ya que al hacer fuerza con sus brazos pudo voltear a este, dejándole de pecho contra el colchón.

No dijeron nada, simplemente volvieron a gemir al unísono al momento en que Haru volvió a introducirse en el interior de su acompañante, solo que esta vez, hizo un ritmo más fuerte, aprovechando la libertad que la nueva posición le daba.

Un ruido de choque se hizo sentir cuando el más alto golpeo con su mano totalmente abierta una de las nalgas del ajeno, el cual le saco a este un gemido algo más agudo que los anteriores. Los sonidos que la cama hacía poco se escuchaban al ser opacados por los constantes gemidos que salían de ambos pares de labios.

Satoshi no podía aguantar tantas sensaciones abrumadoras, sentía incluso sus ojos humedecerse al no tener otra forma de transmitir su sentir, aunque con una brusca penetración que recibió llego a sentir una oleada aún más grande de placer, haciéndole dar un pequeño grito, queriendo sentir ello de nueva cuenta.

 

—      ¡A-Ahí! ¡P-Por favor, d-de ahí otra vez!

 

Su voz sonaba con total suplica, y para su suerte, no tardo en sentir como su acompañante empujaba sus caderas en bruscas embestidas contra su cuerpo, produciendo que gemidos más fuertes escaparan de sus labios, incluso sacándole pequeños gritos cada que el glande del mayor rozaba contra su próstata.

En ambos cuerpos ya se podía notar una ligera capa de sudor; por un instante Haru se inclinó un poco sin dejar de mover su pelvis, todo con el fin de deslizar la punta de su lengua por la espalda ajena, procurando lamer lo que sería su columna; en respuesta, el otro vocal no pudo evitar el arquear un poco más su espalda, elevando más su trasero en consecuencia.

A vista del más experimentado la imagen que el otro le daba le era sumamente erótica, tanto que no se contuvo de llevar una de sus manos a tomar un puñado del cabello de este, jalando así para que hiciera su rostro hacía atrás.

Ambas personas no podían contener los sonidos que escapaban de sus labios; tanto gemidos, jadeos, e incluso gruñidos llegaban a hacer algo de eco en la habitación, sin importarles el hecho de que pudieran escucharle.

Cada uno sentía un remolino en su vientre con cada movimiento, los cuales por esa misma razón se volvieron más erráticos, fuertes, e incluso más rápidos; pudiéndose escuchar el sonido que producía el chocar de la pelvis del vocal de Scapegoat contra los glúteos del más joven.

Los tirones en su cabello, la mano libre del mayor que clavaba sus dedos en su cintura, y el movimiento rítmico de las embestidas que daban contra su próstata estaban haciendo llegar a Satoshi casi a su perdición, era como tocar el cielo y el infierno en un mismo momento. Solo fue cuestión de aguantar unos minutos más, estremeciéndose cuando pudo llegar al orgasmo, salpicando un poco las sabanas de la cama, aunque era lo que menos le importaba; solo le importaba sentir como aún el pene del ajeno se movía dentro suyo, sintiéndose más sensible aún tras haber eyaculado, dando un pesado jadeo de puro éxtasis.

Haru por su parte intentaba controlar sus movimientos; al momento en que el ajeno llego a su orgasmo, también había apretado un poco sus paredes internas, por lo que ello le produjo una mayor oleada de placer, y ahora sabía que podría concentrarse en su propia satisfacción. Ya con ello fue que utilizo toda la fuerza que su cuerpo le permitía, aunque solo fue cuestión también de pocos minutos para tener el mismo final que el otro vocalista; más al momento en que sintió que no podría aguantar más se retiró con cierta rapidez del cálido interior, pudiendo masturbarse sin quitar la cercanía entre ambos cuerpos, cosa que al eyacular, dejo que su semen se derramara en la baja espalda impropia, y en algunas partes de sus nalgas.

¿Qué podrían decir? Ninguno tenía palabra alguna que saliera de sus labios luego de lo sucedido, en primera, ¿Qué demonios fue lo que sucedió? No era algo común para ninguno el tener sexo con una persona que recién conocía, pero por algo inexplicable, llegaron a disfrutarlo bastante.

Sin dedicarse palabra alguna limpiaron un poco el desorden que habían hecho, notando recién en ese instante el cansancio que ahora portaban.

Parecía como si se ignoraran a la hora de acostarse, dándose la espalda, como si quisieran borrar lo que habían hecho, pero solo era apariencia, ya que en los labios de ambos llegaba a asomarse una pequeña sonrisa, la cual perduro incluso cuando pudieron caer a los brazos de Morfeo.

 

Los sonidos de pasos resonaron por el lobby del hotel, siendo seguido por el sonido de unas llaves caer en el amplio mostrador, llamando la atención de la chica tras este, la cual dio una amplia sonrisa al reconocer a los dos hombres.

 

—      ¡Hola! ¿Pudieron pasar bien la noche? Espero puedan dejarnos su opinión en nuestro libro de quejas y recomendaciones. —Como respuesta solo recibió el más frio silencio, notando como ambos chicos volteaban su rostro, más al rato el mayor de ambos pudo articular algunas palabras.

—      Fue agradable, agradecemos mucho su hospitalidad.

 

No hubo necesidad de más palabras, ya que no tenían nada para decir, ni al cruzar la puerta fue que siquiera se dedicaron alguna mirada, u algo; solo voltearon, y cada uno se fue por su lado, pero… La sonrisa en sus rostros volvió a aparecer, en tanto se fijaban en sus celulares, donde en la pantalla se reflejaba el número del opuesto.

 

Notas finales:

Espero sus comentarios, y si quieren que aparezca algun Jrocker de su gusto, pueden decirme, y los sumare a la lista, si es que no estan ya.(?)


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