Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Café Diabólico [XiuHan / LuMin] por TRB06

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

En este One Shot, MinSeok es muy, MUY inocente.

Las oraciones en cursiva son pensamientos del personaje.

 

Kim MinSeok tiene 17 años y muchos complejos:

 

  •   Pesa más de lo que debería.
  •   Sus mejillas se ven a más de un kilómetro de distancia.
  •   Su estatura es demasiado baja
  •   Wu YiFan ni siquiera sabe que existe.

 

 

Todos los domingos acompaña a sus preciados padres a misa y reza porque todos sus defectos se reinviertan.

 

Una tarde, para ser más específicos un martes, después de salir de clases, MinSeok se detiene en un puesto callejero de libros viejos y rotos. Uno tapa roja llama su atención, se llama: Hechizos para cumplir cualquier deseo. Lo compra con los escasos ahorros que tiene, y obviamente tiene la esperanza de encontrar uno que lo haga más alto y más liviano ¡Ah! y que YiFan le haga caso. Encuentra algo que puede servir, y sigue los pasos:

 

Instrucciones:

 

  1. Coloca tres monedas de menos valor que conozcas en forma triangular; y has lo mismo con monedas de más valor que conozcas.
  2. Con una cinta roja une todos los puntos. Debe de quedar la forma de una estrella.
  3. Entra al espacio que queda en medio de la estrella.
  4. Pide tus deseos.

Sin embargo, no sucede nada. Eso sí, al día siguiente tiene el peor día de su vida:

 

  •   Pierde su billetera.
  •   Todos le recuerdan lo gordo que está.
  •   Llora en el baño, pero a nadie le importa porque es gordo.
  •   Reprueba todos sus exámenes.
  •   Se cruza con un gato negro.

 

Los gatos negros traen mala suerte, piensa, e intenta dejarlo, sin tener una sola gota de piedad por el escuálido animal, pero su corazón bondadoso es más fuerte y decide darle de comer, es así como compra una pequeña caja de leche y se le da al pequeño animal. Mientras observa al gato de mala suerte, un joven se acerca a él gritándole en un idioma que reconoce como mandarín. Silenciando mentalmente todas esas palabras que no entiende (pero que por lo que percibe le está reprendiendo) nota que el chico, cabello castaño claro y facciones perfectas, es increíblemente hermoso, casi comparable con un ángel.

 

–Lo siento –le dice MinSeok cuando advierte que el otro no se calla –No entiendo mandarín. –Ya quisiera él saber el idioma, pues YiFan también es chino.

 

El extraño se queda en silencio, aunque no por mucho, porque segundos después, antes de traducirle todo lo que ha dicho, esboza una sonrisa perversa, y MinSeok presiente que es todo menos un ángel.

 

– ¿Cómo te has atrevido a secuestrar a mi gato? –el impacto de las palabras hacen que la espalda de MinSeok se coloque derecha en menos de un segundo ¿Pero qué está diciendo este idiota? Oh, perdón Dios” – ¿Acaso lo estás envenenando? Tiene una familia que lo está esperando en casa.

 

MinSeok abre la boca muchas veces, intentando contarle la realidad de la situación, pero el otro no deja de parlotear amenazas de ir a denunciarlo a la policía de animales ¿Eso existe? El chico chino es intenso, MinSeok lo supo en cuanto tomó a su mascota y lo besó en su boca.

 

–Si no quieres ir a la cárcel, tendrás que pagar tu condena de otra manera –MinSeok pestañea muchas veces.

 

¿Cárcel? ¿Condena? Podría hacerle frente, pero ¿Y si de verdad existía esa comisaría del animal? Era mejor no correr riesgos.

 

Pobre e inocente MinSeok.

 

– ¿Qué quieres que haga? –Pregunta al dueño del gato negro, de cual ahora estaba seguro eran animales de la mala suerte. Traga duro cuando ve la sonrisa en el rostro demasiado hermoso de aquel chico.

 

–Bien, has escogido bien, no tienes idea la cantidad de años que dan por robar dulces gatitos de otros. Lo que debes hacer, por Dios, ni siquiera es un castigo lo suficientemente fuerte, pero sé que lo harás bien, en fin, deberás trabajar en mi cafetería, para mí, claro está. Seré tu nuevo jefe. Me llamo Lu Han ¿Y tú? Necesito conocer el nombre de mi empleado.

 

MinSeok piensa que esas palabras son ciertas, no era un castigo en lo absoluto, de hecho, parecía algo bueno, tendría un trabajo, y él acababa de perder su billetera y malgastado sus ahorros en un libro inservible.

 

Querido, Dios, perdóname todos mis pecados por favor.

 

–Kim MinSeok.

 

–Bien, Minnie –Los ojos casi se le salen de las cuencas ¿Cómo es que de repente le pone un diminutivo? –Empezarás ahora mismo a menos que quieras que te denuncie, así que andando.

 

***

 

LuHan lo conduce hasta un café muy bonito, con rejas negras, césped verde intenso, decorado con rosales, mesas afuera y adentro, para que el cliente se siente donde más a gusto se encuentre.

 

La cafetería lleva por nombre: Angel. (En inglés)

 

MinSeok piensa, como un fanático del café, que el lugar es hermoso, y se reprocha no haberlo conocido hasta ahora. Si tan sólo fuera menos a la iglesia y saliera más.

 

No. No. Dios, perdóname mis pecados.

 

Sin embargo, apenas ingresan a la cocina, muchos pares de ojos se posan sobre él. Allí trabajan otras tres personas, todos chicos, los cuales se presentan uno a uno.

 

–Oh, carne fresca, que bueno… Oh, perdón, soy Park ChanYeol, mucho gusto –Se presenta el joven más alto y buen mozo de los tres. Algo en sus palabras inquieta a MinSeok ¿Qué era eso de carne fresca? –Soy el que hace los pasteles, ese de ahí –Señala a otro chico alto con cara de nada –es mi novio, se llama SeHun, y habla poco así que no lo intentes. –MinSeok se queda sin palabras.

 

–Hola –Le saluda otro chico, de estatura normal, como la suya, pero dueño de una sonrisa envidiable –Soy JongDae ¿Sabes qué mi novio es el mejor de todos? Se llama JunMyeon y…-Y no paró su perorata incluso cuando Lu Han le pasó un delantal a MinSeok lleno de gatitos y le dijo que era el nuevo lavatrastes.

 

Hasta ahí, todo fue normal, dentro de lo que cabe mencionar. Sin embargo, en cuanto MinSeok se dirige al lavaboy se inclina para lavar las tazas acumuladas, siente unas manos posarse en su cintura. Por un leve segundo cree que lo está imaginando, hasta que…

 

–Tus manos son hermosas, Minnie –Da un salto al notar la voz de Lu Han cerca de su oído ¿Es qué no se había ido? ¿Por qué tenía sus manos sobre su cintura? ¿Eso podía ser calificado como acoso?

 

No, es imposible.

 

MinSeok espera hasta que Lu Han aparta sus manos, y cuando lo hace, sigue con la tarea impuesta: Lavar.

 

Veinte minutos después, MinSeok siente un par de manos posarse sobre su trasero. Sí, sobre su trasero, una mano para cada nalga. Nuevamente, es Lu Han, pero esta vez el comentario es más pasado de tono.

 

–Tienes un muy buen trasero, Minnie. Muy suave y tierno…

 

MinSeok no había dicho nada sobre el diminutivo, ya que hasta el momento, creía que era porque su jefe era alguien muy alegre, pero ahora…

 

Capaz le gusto.

 

–Qué suerte que te he traído aquí y no a la comisaría… -le dice Lu Han. Ante estas palabras, MinSeok escucha un ruido extraño provenir de la boca de ChanYeol ¿Es acaso una risa o un sonido de sorpresa porque le cree un criminal?

 

El día va pasando y MinSeok sigue lavando así como sigue sintiendo las manos de su jefe sobre su cuerpo, a veces sobre los brazos, a veces en el abdomen, pero el sitio favorito de Lu Han parece ser su trasero. A la cafetería parece irle bien, pues no ha parado de lavar ni un minuto. No es hasta las diez que Lu han decide cerrar, y es en ese instante que ChanYeol se le acerca.

 

– ¿Cómo te sientes después de tu primer día? –SeHun se acerca a su novio y apoya su cabeza sobre su hombro. Son una pareja muy extraña, piensa MinSeok.

 

–Cansado, a la cafetería de verdad parece irle bien –A lo lejos, ve como JongDae empieza a caminar hacia ellos, pero está muy ocupado en su teléfono como para prestar atención a su conversación, por lo que entiende, habla con su novio,el tal JunMyeon.

 

–La mayoría son clientes mujeres –Aclara ChanYeol –Nuestro jefe es muy popular, y no es por presumir, pero mi Hunnie también.

 

MinSeok quiere agregar algo, de verdad que sí, pero no sabe qué. Es JongDae quien, después de cortar su llamada telefónica, rompe su burbuja.

 

–Eres increíble, MinSeok –Le comenta el chico que siempre habla de su novio –Eres el primero, aparte de nosotros, especialmente SeHun, que soporta el constante acoso de Lu Han.

 

¿Acoso? ¿Entonces no le gusto a Lu Han? ¿Es acoso? Debo denunciarlo, se la ha pasado todo el día tocándome.

 

–Tengo una duda –Pregunta ChanYeol – ¿Qué fue eso de la comisaría? ¿Lu Han te chantajeó o de verdad hiciste algo malo? –MinSeok recuerda de inmediato el malentendido. Debe aclarar las cosas, no puede quedar como un criminal cuando no lo es.

 

–Todo fue un mal entendido, no robé su gato negro de la mala suerte, pero él no quiso escucharme, y me dijo que si no trabajo aquí me dejaría en manos de la policía de animales. –Se dice a sí mismo que no puede hacer nada, tendrá que resistir el acoso y sus compañeros acaban de alabarlo, así que podría bien acostumbrarse a esto.

 

Los tres empleados quedaron con una perfecta “o” en sus bocas. Entonces, llegó Lu Han, quien no pierde tiempo y posa, una vez más, sus manos sobre el trasero del nuevo empleado, por supuesto que MinSeok no nota que su jefe se encontraba allí desde hace minutos, y que le envió una mirada de advertencia a ChanYeol, JongDae y SeHun para que no se atrevieran a decir ni una palabra sobre la inexistente comisaria de animales.

 

Pobre e inocente MinSeok. No sabía dónde y en manos de quien estaba.

 

Esa noche, MinSeok llega a su casa, y antes de dormir se arrodilla sobre su cama. Reza por lo mismo de siempre: Bajar de peso, crecer un poco más, encontrar su billetera, que YiFan le note, y protección contra Lu Han.

 

***

 

Al día siguiente, las cosas mejoran un poco, pues MinSeok no ha reprobado nada, le han llamado anunciando que han encontrado su billetera, y jura que YiFan le ha mirado en uno de los recreos. Al parecer, Dios ha escuchado sus plegarias, bueno, en parte, ya que su peso y estatura siguen igual, al igual que la grasa en sus mejillas, y las manos resbaladizas de Lu Han están con más y más trabajo, siempre encontrando algún sitio nuevo donde tocarle.

 

Aunque no se siente tan mal, pero aun así, está mal.

 

MinSeok, en una ola de valor, después de que sus pompas fueran acariciadas y sacudidas por su jefe cara de ángel pero en realidad un pequeño demonio, suelta las tazas y cucharas, saca sus guantes de goma, y aspira fuerte. Ha tocado fondo, y se dice que debe poner un stop a los toqueteos de Lu Han.

 

– ¡Renuncio! –Grita.

 

Muchas cosas suceden a la vez: ChanYeol estropea la decoración de su postre. SeHun, bueno, él sigue con su cara inexpresiva. JongDae suelta el teléfono (seguro está hablando con su novio o a alguien de su novio, ya que es lo que siempre hace, hablar de JunMyeon o  con JunMyeon), y Lu Han, él es el que más impactado está, pero no dura ni la mitad de un segundo,  porque enseguida su ceño se frunce.

 

–Está bien –Declara para el asombro de MinSeok, pero los otros tres empleados saben que nada está bien –Espera un segundo que iré a llamar a la comisaría de animales.

 

Y toda ola de valentía que MinSeok pudo haber tenido desaparece. Claro, podría intentar explicar una vez más que todo fue un mal entendido, pero ¿Lu Han le escucharía? ¿Los policías le creerían? ¿Valía la pena arriesgarse?

 

–No, no lo hagas –Dice finalmente –Sólo quiero que dejes de acosarme.

 

– ¿Acosarte? ¿De qué me hablas? –Y allí estaba el Lu Han intenso, aquel que se le dijera lo que se le dijera jamás escucharía – ¿Acaso tratas de incriminarme? Tal vez me equivoqué contigo, tal vez si debí denunciarte, MinSeok.

 

Toda la cocina queda en silencio. Lo único que se escucha es un crujido, proveniente del corazón de MinSeok, porque ¡Vaya! su jefe acaba de decirle MinSeok, no Minnie… ¡Un segundo! ¿Por qué su corazón se rompe por ello? No obstante, no tiene mucho tiempo para pensar una respuesta a su pregunta, pues de pronto, un golpe seco llega a oídos de todos.

 

– ¡Hunnie! –Grita horrorizado ChanYeol, pues SeHun yace en el piso, inconsciente.

 

Para sorpresa de MinSeok, otra persona que también se altera es Lu Han, pero una vez mas no puede pensar el porqué de esos sentimientos extraños dentro de su pecho, ya que su jefe se acerca, le quita el delantal lleno de gatitos, le coloca otro, negro con el logo de la cafetería por delante y una bandeja debajo del brazo.

 

–Eres el nuevo mozo hasta nuevo aviso, MinSeok. ChanYeol, necesitamos llevar a nuestro Hunnie al médico, de inmediato –ChanYeol gruñe ante el nuestro, y MinSeok aprieta los dientes.

 

¿Hunnie?

 

Las horas pasan, y la verdad es que hay mucho trabajo. ChanYeol el día anterior no había exagerado con la cantidad de clientela femenina que llegaba a Angel. Sin embargo, todas, al verlo, se quedan con el ceño fruncido.

 

– ¿Dónde está nuestro Hunnie? ¿Y nuestro bello Hannie? ¿Por qué ponen un bollo como mozo? ¿Es que Hannie se volvió loco?

 

Con cada nuevo “bollo” que recibía, el corazón de MinSeok se hacía trizas. Ponerlo de mozo no fue una buena idea, la gente tenía razón ¿En qué estaba pensando Lu Han al exponerlo ante los clientes? Sehun era alto, lindo, hermoso, demasiado inexpresivo, pero cuando se es tan bello eso no importaba. En cambio,MinSeok era bajo, gordo y horrendo ¿Cómo es que había pensado que el gran Wu YiFan le miraría alguna vez? Ni siquiera Dios le escuchaba completamente.

 

 

Era un milagro que ChanYeol hubiese dejado los postres listos, así la gente no tenía más de que quejarse. Con mucha paciencia, y sin mostrar lo roto que estaba, MinSeok explica a los clientes los sucesos ocurridos.

 

–Lo siento mucho, señorita. Pero el joven SeHun fue llevado al hospital por un desmayo –dice una y otra vez, rezando porque sus lágrimas no cayeran por sus mejillas.

 

Todas dejaban buenos deseos para el hermoso y noble SeHun. JongDae no era de mucha ayuda, después de todo sólo era el barista, y MinSeok le evitaba todo lo que pudiese, porque sentía que sabía todo lo que debía del tal JunMyeon ¡hasta el número de sus zapatillas y tallas de calzoncillos!

 

Y entonces, una voz masculina llega a los oídos de MinSeok. El primer cliente masculino.

 

–Oh, eres Kim MinSeok ¿Verdad? –Reconocería esa voz donde sea –el primero en clases de matemáticas. –YiFan. Pero no estaba solo, a su espalda, otro chico alto, desconocido, con círculos negros alrededor de sus ojos, ingresa de su mano. Y el corazón de MinSeok termina de romperse –No sabía que trabajaras aquí. Mi primo siempre ha tenido gustos extraños, espero no te acose como a todos… Si lo hace, sólo dímelo y le daré su merecido.

 

No importaba que Wu YiFan tuviera novio, allí se estaban cumpliendo casi todas sus plegarias, el chico le conocía, y quería defenderlo. Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Podía decirle que sí, que por favor le salvara de las garras del demonio de Lu Han, pero justo…

 

– ¿¡Qué le estás haciendo a mi Minnie!?

 

…Hablando de roma y mira quien se asoma…

 

Sí, Lu Han estaba allí, abrazando toqueteando y refregando sus manos por donde pudiera sobre MinSeok, y mirando ceñudo a su ¿primo? ¿YiFan y Lu Han eran primos?

 

–No le he hecho nada, solo le ofrecí encargarme de ti, que por lo que veo… -YiFan mira las manos de Lu Han tocar por todas partes –tú sigues igual de pervertido que siempre… -A su espalda, su novio, ya que siguen tomados de las manos, sonríe en forma de saludo y pone los ojos en blanco, como acostumbrado a tales escenas.

 

Lo cierto es que las peleas YiFan vs Lu Han podría durar horas, pero una clienta que ve al dueño del café se acerca corriendo, con una sonrisa demasiado falsa en su rostro. A todo esto, MinSeok ha dejado de llorar, porque…

 

Lu Han ha vuelto a llamarme Minnie, y poner sus manos sobre mi cuerpo… ¿Por qué esto me alegra?

 

Sabe que no debe sentirse tan feliz, debería de estar rezando por ser protegido de aquellas manos pervertidas que acaban de palpar su abdomen sin vergüenza alguna, pero no puede. Y entonces, la burbuja se rompe.

 

– ¡Lu Han, oppa! –Grita una voz femenina chillona y horrenda –Qué bueno que has llegado, todas sabemos que tener a Hunnie enfermo es una desgracia, pero, oppa ¿Cómo se te ocurre poner un bollo gordo de grasa como mozo? –YiFan y su novio estallan de risa ¿No era qué quería defenderlo?

 

MinSeok vuelve a sentir sus lágrimas escocer sus gatunos ojos. Tal vez, debió dejar que la policía de animales le llevara. Tal vez era mejor estar preso, en una celda, solo, al estar allí recibiendo insultos iguales o peores que en la escuela.

 

Dios, ayúdame.

 

–Disculpa –La voz de Lu Han ha cambiado – ¿Cómo era tu nombre? –Le pregunta  a la chica –Es que no lo recuerdo –Las risas se detienen y MinSeok limpia sus lágrimas mientras la cara de la clienta se desfigura.

 

–Lu Han, oppa… ¿Es una broma? Soy yo, Kristal... ¿Oppa, estás bien?

 

–Bien, escucha, Kaistal… sal de mi cafetería y no regreses nunca más, lo mismo para ti, YiFan, y tu panda también. Todos, fuera. JongDae, deja de contarle a la clienta sobre tu novio y saca toda esta gente de aquí –ordena el jefe, sin soltar en ningún momento el brazo de MinSeok.

 

La mirada de Lu Han da miedo, así que todos obedecen sus órdenes de inmediato.

 

***

 

MinSeok se encuentra sentado en medio del salón vacío, pues JongDae se ha encargado de sacar a todos y poner un cartel de cerrado. Lu Han se ha arrodillado frente a MinSeok, y se ha quedado allí, esperando que su más reciente empleado se quede sin lágrimas y palabras.

 

–L-lo s-si-ien-n-to –Solloza el ex lavatrastes y nuevo mozo. Lu Han pone sus manos sobre las rodillas ajenas, y JongDae advierte que eso es extraño, normalmente su jefe las pondría en el pecho o un lugar más íntimo, después de todo, Lu Han es un acosador por excelencia. –T-to-dos me o-odi-ian po-por-q-que soy g-gor-rdo y f-feo… t-tal vez... h-hu-biera s-si-ido m-me-jor es-star t-tras las r-re-ejas…

 

–Basta, Minnie. Todo eso que dices es falso. ¿Qué te odian? La gente que lo hace te tiene envidia, eres la persona más inocente y considerada que existe. ¿Gordo? Minnie, eres el ser más tierno que he conocido ¿Feo? ¿Necesitas lentes? Eres un verdadero ángel. Y ¿De verdad prefieres las rejas antes que a mí?

 

Y mientras Lu Han decía esas palabras, JongDae entiende porque Lu Han había dejado de acosar a SeHun. ¡Oh, por santo Dios! Lu Han ha caído bajo las garras del amor. ¡JunMyeon necesita saberlo! Y así, JongDae se retira para llamar a su novio y contarle absolutamente todo. TODO.  Y quien sabe, tal vez llamar a ChanYeol y decirle que su jefe no volverá a tocar a SeHun. También contarle lo que JunMyeon le ha dicho el día anterior y cuántos kilos ha bajado. Sí, JongDae ama hablar de JunMyeon (por si no había quedado claro)

 

Por otro lado, de regreso al salón donde un lagrimoso MinSeok no podía detener su llanto, y donde se formaba un ambiente de espeso silencio tras…

 

¿Acaso acaba de confesarse? se pregunta MinSeok.

 

–N-no mien-ntas… d-dejaste d-de d-decirme Minnie por MinSeok, y lla-amaste a Sehun Hunnie… -¿Qué estaba pasando con él? ¿Cómo podía recriminar ese tipo de cosas? –Y YiFan me odia… se rió de mí –suelta al final, pensando que su corazón terminaría por hacerse añicos, pero no. Al contrario, no siente nada, de hecho, no deja de pensar en todas las cosas lindas que acaba de decirle Lu Han.

 

Lu Han mantiene sus manos sobre las rodillas del hermoso ex lavatrastes mientras frunce los labios. De pronto, desliza sus manos como por arte de magia, y las coloca en el rostro de MinSeok.

 

–Estaba enojado contigo –Confiesa –Querías irte sin pagar tu condena, y sobre todo, irte para dejarme solo. Prefieres la cárcel antes que a mí, y ¿YiFan? YiFan es un imbécil, cuando se rió en vez de defender a alguien tan hermoso como tú, supe que él tenía el premio al más imbécil de todos. Si no le rompí la cara fue porque… porque… no quería separarme de ti ni un segundo, ni la mitad de un segundo, ni un micro segundo, ni un micro, micro, micro segundo… Minnie, el día que robaste mi gato y quisiste envenenarlo –MinSeok no creía que su jefe siguiera pensando tan mal de él –Fue el mejor día de mi vida. Jamás había conocido a un delincuente tan inocente y hermoso como tú. –una sonrisa un poco fuera de quicio alumbra su rostro. –Me gustas mucho ¿No te das cuenta?

 

MinSeok ha dejado de llorar porque ¡Diablos! ¡Oh, no. Perdón, Dios! No quise decir, es decir, pensar tal palabra. Pero las palabras de su jefe podían ser consideradas una confesión de amor, como en las novelas que su madre tanto critica pero de las que no se pierde un solo capítulo.

 

¿Por qué mi corazón late así? ¿Por qué de repente me siento bonito sólo porque él lo dice?

 

–Yo no robé tu gato, lo encontré. Es negro y de mala suerte, y la verdad estaba muy mal alimentado ¿De verdad lo cuidas? –MinSeok no sabía de dónde sacaba la valentía para de una vez por todas poner fin al mal entendido. Merecía una disculpa, pero, ahora que razona al respecto, sabe que Dios ha reinvertido todos sus deseos.

 

  •   Pesa lo que debería de pesar para gustarle a Lu Han.
  •   Sus mejillas no se ven a más de un kilómetro de distancia, y Lu Han debe acercarse para verlas (Gracias por esto querido Dios)
  •   Su estatura es perfecta, porque Lu Han no es mucho más alto, y ambos se complementan perfectamente.
  •   Wu YiFan sabe que existe. Y se da cuenta que ha perdido tiempo rezando por esto, porque el tipo es un maldito sin sentido alguno a quien le gustan los pandas.

 

Oh, Diosito, gracias por no escuchar mi última plegaria, gracias por no protegerme de LuHan.

 

–Lu Han –dice, interrumpiendo lo que sea su jefe fuera a decirle –gracias por mal interpretar todo, gracias por no llamar a la policía de animales –Y se lanza sobre sus brazos para nunca jamás oír las disculpas de Lu Han sobre haberle amenazado con una mentira tan estúpida, aprovechándose de su inocencia, sólo para llevarlo a su cafetería y conocerlo mejor toquetearle todo el cuerpo.

 

Ese día, cuando regresa a casa, ve el libro de hechizos en el que había gastado todos sus ahorros. Él, en su momento, había pensado que no había funcionado, pero ahora…

 

¿Dios me ha escuchado o ha sido el hechizo?

 

Bueno, jamás va a saberlo a ciencia cierta, pero debe verle el lado bueno, ahora sabe que los gatos negros no son de mala suerte. Y que el café donde trabaja, por más que sea diabólico, es su café diabólico.

 

***

 

Un mes después.

 

MinSeok sigue yendo a misa todos los domingos junto a sus apreciados padres, pero ahora, ya no reza por nada de lo que rezaba antes. No.

 

Querido Dios, te pido, como todos los domingos, que nunca aparezca otro chico que pueda robarse las miradas y las manos de Lu Han.

 

Al salir de misa, en vez en de ir a su casa, corre hasta la cafetería a ver su oficialmente novio Lu Han, del cual ahora sabe muchas más cosas. Lu Han tiene 25 años, es dueño de la cafetería Angel, es hijo único, sus padres viven en China, tiene dos gatos que viven con él arriba de la cafetería, y tiene un primo imbécil llamado YiFan.

 

Siempre, sin excepción alguna, antes de ingresar al local de su novio, espía desde afuera para cerciorarse que Lu Han no acose a nadie. Desde que están juntos sabe que su jefe no toca a nadie que no sea él, pero MinSeok ama espiarlo de todas maneras. Cuando ingresa, es cuando el acosador nato, la parte diabólica de Lu Han, despierta, y es así durante una hora, ya que en el fondo MinSeok ama sentirse deseado de esa manera. Todo eso sucede mientras JongDae le cuenta las novedades a JunMyeon, ChanYeol le sonríe y SeHun, él nada, como siempre, su cara no expresa sentimiento alguno.

 

– ¿Ya estás listo para nuestra cita de domingo, Lu-ge? –Sí, Lu Han ha logrado que MinSeok le diga Lu-ge.

 

ChanYeol se ríe entre dientes por la inocencia de MinSeok, pero le agradece con toda su alma, ya que ahora su Hunnie no es más acosado por el jefe. SeHun, bueno, quién sabe lo que él piensa, y JongDae, él ahora está hablando con una clienta sobre, sí, sobre JunMyeon.

 

–Por supuesto que sí, Minnie de mi alma.

 

En este punto, es donde sus tres empelados se preguntan quién domina a quien. Por un lado, Minnie cae en todas las mentiras de Lu Han, pero Lu Han hace todo lo que Minnie le pide, incluso ha ido un par de veces a misa.

 

Y así, MinSeok y Lu Han salen tomados de las manos a su cita de todos los domingos.

 

–Esta vez, te sigo a ti, Lu-ge –Dice MinSeok.

 

Lu Han, emocionado, empieza a caminar sin rumbo alguno. De vez en cuando, Lu Han se detiene para poder meterle mano a su novio, otras sólo camina observándolo, al menos, hasta que de repente, MinSeok se detiene.

 

– ¿Qué sucede, Minnie?

 

–Aún no tengo como agradecerte el que no me hayas entregado por pensar que robé tu gato. –Dice MinSeok.

 

Lu Han se pregunta si ese es el momento para confesar la verdad, pero por simple impulso o curiosidad, mira lo que su adorable novio observa con tanta nostalgia. Y lo ve, haciendo su boca abrirse de manera que casi de disloca la quijada. Allí, frente a sus ojos, hay un edificio gigante, con un cartel que reza “Comisaría de los animales”

 

-Fin-

 

Notas finales:

Espero les haya gustado.

Muchas gracias por leer <3

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).