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Strawberry Panic! Flores Caidas por DarkAngelX669

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Área de Mitrae (Después de clases):

 

Una muy cansada pelirroja decide que su hora de descanso finalmente ha llegado, lo cual le parece bastante justo después de un largo día repleto de historia y literatura antigua. Podía sentir su cabeza palpitando de tanto que aprendió ese día, pero más de lo que tiene que llegar a hacer una vez que esté en su habitación. Nagisa se dirige al lugar donde ha dejado sus cosas para ir a casa, en eso deja escapar un papel al suelo, lo recoge y se da cuenta de que no era un papel, sino una carta:

 

Mi quería Nagisa:

 

No nos habíamos visto mucho últimamente y reconozco que en gran parte es mi culpa… me gustaría compensártelo hoy saliendo de la escuela. Por favor reúnete conmigo en el lago que esta entre el invernadero y la biblioteca, me gustaría pasar un tiempo a solas contigo…

 

Att: H. S.

PD: Gracias por las galletas que me enviaste el otro día, estaban deliciosas… vas progresando…

 

Tras leer el contenido de la carta, era obvia su procedencia, y para variar, era la mejor cosa que le había pasado en todo el día.

 

Era cierto que Shizuma no le había dedicado tanto tiempo a Nagisa como lo hubieran querido ambas, y la razón era que cuando se daba la elección de una nueva Etolie, la antigua tenía que adiestrar y guiar apropiadamente a las nuevas Etolie en la colina, ello implica las labores diarias y su rutina, las tradiciones que deben llevar a cabo, las responsabilidades que asumen, entre otras cosas. A parte, las Etolie de la antigua administración (en este caso solo una), deben redactar un informe detallado sobre la situación actual en la que dejan a las tres escuelas y final mente se clausura con una ceremonia de cierre.

 

Todo lo anterior, había dejado a Shizuma casi sin tiempo incluso para dedicarse a sus actividades escolares. Se levantaba más temprano de lo usual y había incluso noches que pasaba sin descansar, todo con el fin de acabar lo antes posible. A pesar de todo y con el tiempo siendo tan tacaño, Shizuma y Nagisa se las habían ingeniado para sacar tiempo de donde no tenían y poder verse en privado. Miyuki había insistido en varias ocasiones ayudar a Shizuma a termina su trabajo, pero esta no acepto ninguna de sus ofertas, pues era su trabajo como Etolie y posiblemente una de las ultimas cosas que haría por Astrea antes de irse, así que quería asegurarse de llevarse todo el crédito.

 

Tras dejar Mitrae, Nagisa se dirigía hacia el lugar que le indicaba la carta. Se sentía un poco nerviosa, pues todavía no se acostumbraba del todo a estar a solas con su adorada Shizuma. Era una sensación que ella sabía, era innecesaria, ya que no tenía nada de qué preocuparse cuando estuviese con ella, pero aun así tenía la costumbre de preguntarse así misma ¿cómo se veía? O ¿qué le diría a Shizuma cuando la viera? A pesar de que a esta última no le importara demasiado siempre y cuando pudiera estar con su amada pelirroja.

 

Nagisa logra llegar al lago pero no ve a Shizuma por ninguna parte, así que se recuesta al lado de un árbol cercano a esperar a la ex Etolie.

 

Nagisa: (Pensando): Creo que debí haberle traído algo, pero que hubiera… - Un ruido en los arbustos interrumpe sus pensamientos, lo que la sobresalta un poco. Justo después logra ver una figura plateada saliendo de ellos –

 

Shizuma: Lamento el retraso cariño – Dice con una radiante sonrisa en el rostro –

 

Nagisa: (Emocionada): ¡Shizuma-sama! No se preocupe, también acabo de llegar – Junta las manos en su regazo. Shizuma toma asiento al lado de Nagisa y se acomoda para acariciar su frente –

 

Shizuma: (Sonriendo): No es necesario que seas tan formal ahora, puedes decirme solo “Shizuma”, ¿si? – Le dice al oído de Nagisa, y esta se sonroja tanto como un tomate, luego se relaja y recuesta la cabeza en el hombro de Shizuma –

 

Nagisa: (Feliz): Como gustes… Shizuma… - Cierra los ojos para sentir el afectuoso calor de la celebridad que tenía al lado –

 

Shizuma: Y bien, ¿Cómo estuvo tu día? – Se sentía feliz de haber encontrado el amor nuevamente en una flor que sabía que no se iba a marchitar, y que esta vez, sería duradero. Era lo que más deseaba en aquel momento, aunque no sabía cómo reaccionaría Nagisa si selo decía de frente, pues tenía planes para con ella a muy largo plazo y no sabía si Nagisa había pensado en lo mismo en tan poco tiempo.

 

Era natural pensar que era tal vez solo ella la que estuviera TAN emocionada por su nueva relación, ya que tenía mucho significado y no sabía si Nagisa pensaba igual en ello. Se veía en planes muy comprometedores con la joven pelirroja, quien con solo 16 años no había experimentado a plenitud su juventud todavía. Por supuesto, los 18 de Shizuma tampoco hacían la diferencia, pero ella está segura de lo que quería y sobre todo de que lo quería con la persona que tenía al lado… Era esa la razón por la que tenía miedo, miedo a que todo lo que había imaginado termine una vez que se gradúe.

 

Nagisa: … y luego la profesora hiso un sexy dance en mitad de la clase, ¡fue estupendo!

 

Shizuma: ¡Espera! ¡¿hiso una qué?! – Pregunta desconcertada –

 

Nagisa: (Rie): Jajajaja solo estaba probando a ver si prestabas atención, parecías un poquito ida así que decidí hacerte una pequeña broma – Shizuma no logró escuchar parte de lo que Nagisa le contaba por estar distraída pensando cosas que quizás nunca irán a pasar –

 

Shizuma: Perdóname preciosa, supongo que estoy cansada – Una mentira blanca nunca le ha hecho mal a nadie. Shizuma baja un poco la mirada reflexionando en que debía enfocarse en el ahora –

 

Nagisa: (Sonrie): No importa, seguro que mi Shizuma ha estado muy ocupada todo el día – Se recuesta en el pecho de la ex Etolie y ambas se quedan así por un rato -  Shizuma… - Dice por fin –

 

Shizuma: ¿Si?

 

Nagisa: Me gustaría… - Las palabras no consiguen salir de su tímida boca, lo cual provoca más a Shizuma – Pasar la noche… contigo… solas tú y… yo… - Nagisa no podía ni verla de frente después de esa atrevida petición - ¿Podemos?

 

El corazón de Shizuma no hacía más que acelerarse en presencia de aquella chica. ¿Cómo decirle “no” a esa cara inocente y tímida, o a esos ojos hermosos que gritaban el deseo que sentían hacia ella? A demás, Shizuma también lo deseaba tanto o incluso más que la misma Nagisa quien proponía esas cosas. La rompecorazones no se puede resistir y en seguida con sus dos manos agarra el rostro de Nagisa y lo acerca al suyo lentamente.

 

Nagisa tenía la misma sensación que le provocó Shizuma la primera vez que se vieron, una total y completa parálisis que experimentaba todo su cuerpo permitiéndole hacer a Shizuma lo que quisiera en ese momento. Poco a poco, ambos rostros se van acercando…

 

Nagisa: (Pensando): ¡Oh no! Esto va muy en serio… si esto sigue así… creo que me voy a desmayar… - Es lo último que logra decir en su mente antes de cerrar los ojos y sentir un cálido beso justo en la frente. Después de eso Nagisa abre los ojos nuevamente y ve a Shizuma con una sonrisa de engaño, casi diciendo “te engañé” a lo cual Nagisa responde haciendo un puchero - ¿Shizuma?

 

Shizuma: (Sonriendo): Tengo un lugar mucho mejor para esto – Rápidamente se acerca al oído de Nagisa – (Susurrando) Pero te advierto… no me voy a detener, así que es mejor que estés segura de esto.

 

Nagisa: Nunca había estado tan segura de algo en mi vida… vamos – Shizuma toma su mano y en seguida la comienza a guiar hacia su habitación –

 

Se hacía de noche en la colina y cada vez más se sentía el frio en el exterior. Una vez llegadas a Ichigo Sha suben al primer piso donde se encuentran los dormitorios de las alumnas de quinto y sexto grado. En ese piso Nagisa se sentía un poco fuera de lugar dado que no había tenido muchas oportunidades de entrar y podía observar algunas de las alumnas compañeras de Shizuma de hablaban de casualidad en el corredor se le quedaban viendo tratándose de familiarizar con la inusual chica que iba tomada de la mano de la que por mucho tiempo fue la máxima autoridad en Astrea.

 

Una vez entran al cuarto de Shizuma, ésta entra después que Nagisa para cerrar la puerta… con seguro. Nagisa recordaba bien la habitación de Shizuma, ya que había estado en ella un día en verano, después de que Shizuma le diera aquel beso bajo el agua. Todo estaba casi igual desde aquella ocasión, su estante, sus libros, y también la foto en donde aparecen Shizuma abrazando a una muy feliz Kaori luego de la elección de su momento. Al ver la foto Nagisa se hacerca para tomar y apreciarla de más de cerca.

 

Nagisa: (Pensando): Sakuragi… Kaori ¿eh?... me pregunto qué clase de persona habrá sido en vida… - Empezaba a dudar un poco sobre todo lo que había sucedido –

Shizuma: Se parecía mucho a ti ¿sabes? – Eso bastó para sorprender a Nagisa, ya que Shizuma prácticamente le leyó el pensamiento y también para calmar un poco su dudoso corazón –

 

Aunque no quisiera admitirlo, Nagisa dudaba demasiado sobre su relación con Shizuma; no porque no la amara, estaba claro que eso no representaba ningún problema de ninguna de las dos partes. Sin embargo, había muchas ocasiones en las que venían a su mente varias preguntas carentes de sentido, pero, por alguna razón, tenían bastante sentido para ella: ¿seré tan buena como lo fue ella?, si hubiera vivido ¿a quién habría elegido Shizuma? Nagisa sabía que no tenía caso el cuestionarse esas cosas a estas alturas, pero…

 

Nagisa: Shizuma… dime una cosa… - Ella tenía que saber muchas cosas sobre la antigua relación de su pareja, pero sabía que las respuestas que obtendría serían limitadas dado lo delicado del tema y del miedo a preguntar… y habría preguntas que Nagisa jamás se atrevería a formular, ni con años de confianza que tuviera con Shizuma –

 

Shizuma: ¿Qué pasa mi vida?  - El ver la cara de la pelirroja mientras observa la foto de su difunto y viejo amor, hace que, por rara vez, le ex Etolie sienta miedo, real miedo de lo que pueda preguntarle la persona que más ama justo ahora –

 

Nagisa: De verdad… ¿está bien así? ¿Que Kaori-san permanezca como un recuerdo y yo esté aquí contigo? – La mirada de Nagisa reflejaba calma, pero una observadora persona podría darse cuenta que le temblaban las manos, y no era por el frio –

 

 


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