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Después de la oscuridad, hay luz por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Holi~

Bueno yo sólo pasaba por aquí XD

Cualquier duda pueden contactarme en facebook como Krat Fics ^^

Notas del capitulo:

Holi~

Bueno estaba escuchando una ópera, algunas canciones románticas y de todo aquello salió esto... quién sabe porqué XD

Espero que lo disfruten

 

Karaoke en un local alejado del centro de la ciudad. Uno en donde la privacidad les brindaba la oportunidad de dejar su voz salir sin importarle lo desafinado que estuviera, o lo mucho que les costaba pronunciar algunas palabras pues el alcohol en su sangre seguía aumentando. Las latas de cerveza se estaban regando de la única mesa de centro en ese espacio reducido, la cabina era suya en exclusividad. Las dichosas latas cayeron con un movimiento, aunque no se preocuparon puesto que estaban vacías y poco antes habían formado una linda figura en forma de corazón, que hicieron por puro juego. Se miraban mientras cantaban “The power of Love” intentando sonar lo más dulce que pudieran, pero terminaban riéndose pues ni siquiera podían cantar algo en su idioma natal y ahora estaban tratando de leer las letras de esa canción en inglés. Eran un desastre pero… les valía una mierda lo que los demás pensaran, porque ellos en ese momento estaban tan felices con ese simple hecho, que… el resto del mundo dejó de existir

 

 

-¡una más Asahi-san! ¡Una más! – pedía el más pequeño, cuyos cabellos castaños oscuros estaban ya desordenados perdiendo el peinado totalmente hacia atrás, que llevaba hasta hace pocas horas. Un mechón de cabello más claro, casi rubio destellaba en la parte de en frente de su mata desordenada, le daba un toque rebelde

-esta vez una que podamos cantar – se reía divertido con las mejillas rojas por el alcohol. Su cabello largo finamente sujeto en una coleta alta se había ido al infierno y ahora solo quedaban mechones desordenados de color castaño – Yuu… te ves lindo así

-vete a la mierda – decía con rudeza mientras volvía a acomodarse en la silla y terminaba de quitarse la corbata del costoso traje negro que portaba – selecciona la canción y…

-lo decía en serio – se reía divertido al ver que el otro fruncía su ceño y hacia un leve puchero – la desordenada ropa te queda perfecto… fácil de arrancar

-ja – lanzó una risita nasal, burlona, bajita – atrévete

-no me retes Yuu – bufó fingiendo enfado – podría hacerlo y terminar con esto

-idiota – susurró apenas mientras se acomodaba los cabellos y pateaba la lata que estaba en la mesa – eres muy idiota, Asahi

-deberíamos estar matándonos entre nosotros – el más alto susurró con melancolía, pero el alcohol en su cuerpo el impedía siquiera pegarse a la seriedad del caso – yo debería… estar…

-con tu jefe y yo con el mío – Yuu completó la frase como tantas otras veces y chasqueó la lengua – maldita sea… ¿por qué demonios tuvimos que terminar así?

-porque cuando nos conocimos no sabíamos… nada

-quiero volver a la preparatoria – dijo con tristeza – las peleas, las clases, los regaños porque me quedaba dormido

-almorzar juntos – sonrió divertido tomando otra lata y bebiendo el resto de esa sustancia agria y ahora caliente – ir al club, tener partidos amistosos, ir al torneo… Dios, como anhelo todo eso

-Asahi – susurró mientras veía al techo – no llores

-ya no lo hago – reía bajito mientras lanzaba a un lado la chaqueta de su traje azulado – ya no puedo hacerlo

-¿cómo terminamos así? – repitió en susurros mientras la canción ya estaba sonando, otra tonada en inglés de la que no le importaba saber el nombre – ¿cuándo nos torcimos?

-yo desde… que mi madre murió – el más alto susurró recordando aquel suceso, doloroso como ninguna otra cosa hasta el momento – estaba solo, con una hermana que ahora ni veo y supongo que ella no me quiere ver… sin dinero, sin padre porque quién sabe la razón por la que decidió morirse después. Los médicos dijeron que era depresión, yo creo que fue cobardía… las cosas son raras Yuu

-¿tu jefe te encontró? – lo había escuchado con atención y decidió seguirle la plática, al menos esta vez porque casi no hablaban de su pasado

-si – contestó sin ganas – mi jefe me dio la mano cuando estaba desesperado y me condenó al infierno. ¿Sabes qué es lo peor?… que no me arrepiento de nada Noya

-yo hice una estupidez – sonrió recordando aquello – al menos Asahi, tú lo hiciste por el bien ajeno… yo solo golpeé al hombre equivocado porque me intentó robar en el lugar equivocado – suspiró pesadamente y jugó con las latas en ese suelo asqueroso de ese lugar, que dios sabe hasta cuándo iba a funcionar ilegalmente

-que deprimente – susurró el más alto y corpulento – que estúpido. Todo esto es una mierda

-hubiese querido estar contigo cuando las cosas eran simples Asahi

-y yo hubiese querido confesarme antes de mi último año. Ahora ya…

-¿quieres otra ronda de bebidas? – sonrió el más joven cortando todo el deprimente discurso y se levantó de golpe aunque tambaleó pues el mundo le dio vueltas – yo pago, maldita sea

-salir es riesgoso

-no tengo nada que perder – susurró divertido – excepto… mi posición junto al jefe de sector 15… bueno, me importa poco

-vamos entonces –

 

 

Dos solteros caminando por las oscuras calles, buscando un maldito bar donde desbordar su sed por olvidar todo. En eso se convirtieron después de tantas cosas que la vida les lanzó a la cara con demasiada fuerza. Encontraron un local medio decente, tal vez no tanto como para alguien de estatus pero poco les importó e ingresaron. Les sirvieron lo que pedían sin rechistar, el lugar estaba vacío y ellos simplemente jugaban con cada bebida que estaba en su poder. La regaban cuando el vaso se les escapaba de las manos, reían haciendo competencias, se retaban a beber de dos vasos a la vez, saboreaban los bocaditos salados que acompañaban todo y gritaba eufóricos. Vociferaban que la vida les valía un comino mientras cantaban una canción que se inventaron en el trayecto hacia el lugar

 

 

-señor, debe pagar e irse. Ya no pueden quedarse – eso decía un grandote guardia que no sabía en donde se había metido. Sólo seguía órdenes de su jefe, así se ganaba la vida

-ignóralo Asahi – decía el más pequeño mientras mantenía el equilibrio sobre un solo pie encima de la mesa

-vete, trae otra maldita ronda y cállate – le dijo al fortachón y éste, enfadado, gruñó antes de agarrar la camisa del castaño y acercarlo hacia si

-repítelo y romperé esa carita

-esa debería ser mi amenaza, gorila de mierda – si sus compañeros escolares lo vieran jamás lo reconocerían en esa faceta alcoholizada

-como me…

-calladito te ves más bonito – Asahi sonrió mientras el frio metal, que su mano sostenía, se posaba en medio de la frente de aquel tipo – vamos, deja mi camisa… gorila

-espere… que… no, yo no… no dispare – el hombre estaba ya pálido al sentir esa arma en su frente, no esperó una afrenta como esa. El metal brillaba, estaba frío, mostraba la peligrosidad de la situación y la risa del más pequeño de esos castaños salía a flote justo antes de que cayera al suelo por la pérdida de equilibrio

-repite lo que dijiste – amenazó

-que no dispare

-¿ah? Pensé que escuche mal – decía Asahi apartándose, aunque sin dejar de apuntarle – cumple con lo que te dije o…

-Asahi-san, esa no es forma de hacerlo – se quejaba el recién levantado Yuu y se acerca – se hace así – carraspeó su garganta y sacó el arma guardada en algún “porti armi” como le llamaba de cariño a esa cosa negra que usaba para portar su más querida amiga actualmente – ME TRAES LO QUE PEDÍ… O TE VUELO LOS SESOS – un solo disparo después de la amenaza destruyó algún adorno de cristal de aquel lugar – ¡cómo en las películas!

-suena bien – decía el mayor. Aunque los trabajadores estaban en pánico y el grandote guardia ya hasta se había arrodillado para pedir clemencia. Asahi disparó también, rompiendo una lámpara y haciendo la penumbra más insistente – ahora… ¡se callan porque no tienen idea de con quien se meten!

-un yakuza – susurró el gorila cuando por el movimiento de las cosas, la camisa del más alto se abrió mostrando la clara muestra de aquello. Un tatuaje oscuro en forma de águila estaba impregnada en la piel ajena, al menos la cabeza se veía pues la tela cubría lo demás – señor perdone… nosotros no

-sí, si… solo cumple con el pedido – bufó con furia pues odiaba que sus tatuajes les mostrara a los demás el poderío de su infortunio

 

 

Nishinoya se reía como poseso, diciendo una y otra vez que jamás hubiese pensado que ese corazón de cristal pudiera convertirse en corazón de hierro, frio y sin alma. Aunque tampoco estaba en posición para decir algo, después de todo en su cuerpo había evidencias parecidas a las de su compañero de borrachera. Para Yuu esos años de desgracia significó que las risas se borraron de su vida, las ocurrencias y lo demás murió desde el día en que tuvo que cumplir una orden horrenda para servicio de su familia. A ambos, el primer disparo letal les quitó a ambos la inocencia de aquellos días juveniles. Ahora con sus casi treinta años… estaban  muertos en vida o al menos podridos de tal forma que ni el mejor baño de burbujas le quitaba el asqueroso aroma a sangre de inocentes, o no tanto, pero en fin… sangre de personas

La vida no fue fácil para ninguno. Por motivos diferentes terminaron en donde ahora, o al menos en esa mañana se hallaban, a lado de su respectivo aniki, cumpliendo órdenes en favor de la familia yakuza que los guiaba. Pero desde hace como un año que se veían, siempre a escondidas. Era una ironía tan cómica el hecho de que pasaron de ser compañeros de equipo en la preparatoria, a ser enemigos yakuzas en sus veinte y… pareja desde hace un periodo prudente de tiempo. Ahora eran amantes y de los más raros que en esa vida podría darse, porque ni siquiera se acordaban cómo demonios empezaron aquello. Solo mentalizaban que en una mañana despertaron uno junto al otro sin recordar nada, el sabor a ron y tequila, el aroma de rosas rojas que dios sabe de donde salieron, junto con el perfume de… algo raro como una esencia y desnudos en una cama tamaño matrimonial en un hotel barato que… les reclamó por destruir un jarrón en el pasillo. Típica escena incoherente de las comedias románticas, o eso quisieron pensar. La resaca en esa ocasión solo les obligó a recostarse y quedarse allí mientras charlaban de lo poco que se acordaban, poco para no decir nada, porque tenían orgullo y no querían admitir que a pesar de los años de festejos, el alcohol en grandes cantidades les afectaba aun

Ese suceso fue el inicio, porque en esa misma mañana donde se encontraron en la misma cama, con evidencia de haberse perdido en la lujuria, se confesaron un amor mutuo y… si, se vieron tentados a hacer un “remember” de algo que no recordaban. En esa habitación se habían amado físicamente hasta el cansancio olvidando los efectos adversos de la bebida en su cuerpo, porque quisieran o no, ambos tenían un amor platónico que jamás se concretó y esa era la oportunidad perfecta para hacerlo. Ignoraron la horrenda situación, se ahorraron explicaciones y solo siguieron en lo suyo. Se vieron un par de veces más sin importarles nada, se acostaron las veces que hicieron falta para conocer el cuerpo ajeno y disfrutar de los orgasmos que los llevaban al paraíso. Un mes después se necesitaban constantemente, pero trataron de terminar con aquello porque la piel de ambos tenía la condena de muerte del otro. Eran de familias distintas y como si fuera poco, enemigas a muerte. Se prometieron no verse más y… tan solo cinco días después se revolcaban en un acto pecaminoso de nuevo, en una cabaña en las orillas de la playa en pleno abril cuando el frio aún no se iba del todo

Desbordaba la pasión que en su época juvenil se aguantaron, mitigaron, contuvieron. Así eran ellos y no se arrepentían de nada, porque mayor era su satisfacción. Era como jugar a Romeo y Julieta, un amor prohibido que en cualquier momento les traería la muerte más dolorosa posible y aún seguían de esa forma. Ese mismo día habían tenido que acabar con los compañeros del contrario en una afrenta que casi les mata. Tal vez ver a la parca casi de frente los llevó a aquello, a mandarse un mensaje para pactar una reunión en un distrito diferente a su zona natural de operaciones. Se habían abrazado en un callejón desolado, solo abrazados como verificando que seguían vivos, así como si su compañero estaba a su lado y nada era un sueño. Verificaban que aún seguían jugando con el destino, que aún seguían siendo humanos, que aún podían sentir algo tan puro e infinito como un amor incondicional. Era  la trama que desembocaría en una tragedia, en eso pensaban y seguramente quien supiera su historia pensaría lo mismo

Cuando acabaron con ese maldito bar, se fueron dejando un caótico escenario de desorden y suciedad basada en licor regado. Estaban simplemente matando sus penas, temores y desgracias, ahogando todo en la bebida. Tenían miedo aunque en sus años de servicio habían sido obligados a ocultarlo, ha ignorarlo, pero ahora solo lo afloraban en actos como ese. Tenían miedo de que uno de esos días murieren por separado, a causa de una bala con su nombre, por una bala de un enemigo, o por una bala de parte de la policía que los cazaba como a ganado, por alguna cosa como esa. Se detuvieron en un callejón y en silencio suspiraron mientras apretaban sus manos, con dificultad y sin ver sus movimientos juntaban sus dedos. No querían decir nada, porque si lo hacían sería el inicio de una despedida, eso les dictaba el razonamiento

 

 

-Yuu – susurró sintiendo ese dolor agudo recorrerle desde el pecho al resto de su cuerpo

-Asahi… por favor no digas nada – su voz se quebró a la mitad de la frase y es que el estrés le estaba matando

-Yuu escúchame

-no quiero terminar

-no era eso lo que iba a decir – Asahi susurró pues a su mente aturdida llegó algo – ¿por qué no completamos la historia?

-¿a qué te refieres?

-Romeo y Julieta

-¿morirnos juntos? ¿O algo así?

-no – sonrió porque ni siquiera recordaba el final de esa obra teatral, aunque no le importaba eso – ven conmigo Yuu

-¿a dónde? ¿Al cementerio? ¿Un suicidio doble? – una lágrima se le escapó porque las miles de tonterías en su vida le sacaban factura ahora. EL karma tal vez le estaba persiguiendo para apuñalarlo

-vámonos de aquí – sonrió divertido – completemos la historia y démosle un final diferente

-estás loco Asahi, nos cazarán como a animales y nos torturarán hasta la muerte

-vámonos Yuu

-Asahi – susurró mientras sentía su cuerpo temblar por el frio – moriremos… nos matarán por traidores

- Yuu… no quiero volver a perderte

-eres tan cursi como siempre

-lo sé – sonrió forzadamente pues pensar en la furia de su jefe le causaba escalofríos – ¿eso es un sí?

 

 

El más pequeño no dijo nada más, solo tomó la mano del mayor entre la suya elevándola hasta poder ver las callosidades ocasionadas por las duras tareas. La mordió causándole una herida que sangró y ofreció la suya después, para que el otro hiciera lo mismo. Con ese agresivo acto se casaron, un enlace para toda la vida, un rito ceremonial. Fue muy raro pero para ellos significaba mucho, porque de esa forma la sangre que salía de una marca imborrable en su piel se juntaba y se mezclaba. Era un matrimonio, era una promesa, era un “si”. Se besaron con la mayor de las dulzuras, solo unos segundos antes de mirar a la casa que estaba a pocos metros de ellos.

Esa casa donde dormían dos personas, a las que ni siquiera les preguntaron el nombre, solo sabían que eran la siguiente presa de uno de sus jefes. Dos disparos mientras ese par dormía, dos vidas extinguidas con simpleza. Asahi y Noya no sabían en qué momento el alcohol se fue de sus sistemas, solo actuaron sin siquiera pensarlo bien porque estaban desesperados. Tenían dos cuerpos, dos balas en las frentes de los difuntos, arrojaron sus armas junto a ese par, se despojaron de joyas y las pusieron a los cuerpos inertes. Se cortaron un par de mechones de cabello y los dejaron sobre los cabellos de los desconocidos. Se hirieron y colocaron sangre en ciertos lugares, destruyeron algunas cosas simulando una pelea, rompieron botellas de licor y provocaron un cortocircuito que con el licor se encendió con rapidez. Se miraron y juntaron sus frentes, antes de en silencio salir del lugar, sin siquiera verificar que esos cuerpos se destruyeran. Poco les importaba, hasta había sido tonto de cierta forma, era un cliché policiaco o algo así.

Un auto, tomaron un auto en medio de una calle, un robo más en esa zona no cambiaría nada. Se fueron de allí y solo se detuvieron en una carretera desolada, sacaron todo lo valioso del auto y se fueron. En ese punto ya ni pensaban bien. Era de madrugada cuando caminaban por el bosque junto a la carretera, se quitaron los guantes que usaron hasta ese punto y los tiraron en algún riachuelo. Entrelazaron sus manos, sus dedos, y caminaron sin parar, sólo cargando algunas cosas de valor con las que… sacarían algo de dinero y seria su inicio

 

 

 

Un año Siete meses después

 

 

 

Cantaban de nuevo esa melodía en inglés, aunque después de años practicando ya podían pronunciarla con claridad. The power of love. Lo hacían coordinados mientras caminaban de aquí para allá en el jardín, pues eran los organizadores de esa tarde de parrillada con los vecinos. La vida era buena y eso los hacia sonreír, porque a pesar de toda la mugre de los años pasados terminaron en su actual hogar, como una pareja establecida en una ciudad normal, con vecinos normales, con trabajos normales, con destinos normales. Cumpliendo la idea más loca que tuvieron en sus cortas vidas, ni tan cortas, pero si borraban los años de errores… sí, parecía corta, muy corta

Se habían ido del país, a la zona donde mejor les pareció y con los primeros boletos disponibles para un avión en la madrugada. Sonaría cliché pero se mudaron a China, después de todo sus rasgos étnicos se parecían, se confundirían bien con los habitantes. Desecharon la idea de hacerse campesinos porque no tenían idea de qué o cómo era eso y se establecieron en una ciudad común. De las que no llamaban mucho su atención, pero que era acogedora y que viajando unas tres horas les permitía llegar al mar, porque en el mar era la vida más sabrosa.

Con los bolsillos vacíos se asentaron en una casa disponible y se pasaron como un mes pensando en lo que harían, subsistiendo de trabajos por horas y demás. Primero fabricaron nuevas identidades, documentos nuevos esenciales, aunque conservaron sus nombres, porque les encantaba. Como mera broma hacia su antiguo compañero en Karasuno, tomaron el apellido “Tanaka” como suyo, porque los Tanaka eran tan comunes en Japón que nadie sospecharía que eran los fugitivos de las dos principales familias yakuzas de ese país. Además que fue el primer apellido que se les vino a la mente cuando hablaban con quién les haría un historial nuevo en ese país, el que decía que eran hijos de extranjeros y ya. Nada complejo… excepto por sus empleos, porque para ser sinceros no tenían estudios ni nada, su talento natural eran los deportes pero de eso no podían vivir, al menos no si querían seguir ocultos y vivos, así que después de miles de intentos fallidos quedaron donde estaban.

Eran un par de organizadores-anfitriones de bodas, al estilo moderno. La verdad cuando empezaron no tenían ni la más mínima idea de qué o cómo era organizar una boda, aunque el internet ayudó mucho, pero como fuera, ahora… hasta les iba bien. Parecería raro, demasiado raro, pero no fue casualidad, simplemente conocieron a alguien y aceptaron ser socios fundadores de ese negocio extraño. En esos momentos allí estaban, en esa parrillada donde uno de los invitados era su siguiente cliente. Era muy extraño organizar bodas y jamás pensar en una propia, tal vez porque cuando llegaron a China decidieron mostrarse como casados en toda ley y se suponía que su boda ya había sido realizada en un año anterior… como en el 2000. Lo que importaba es que supuestamente llevaban como ocho años casados y ya. Todos se creyeron el cuento y tampoco era como si fueran a soltar la lengua sobre alguna cosa de su pasado

 

 

-quiero otro – esa voz pequeña era de una de las niñas en aquella reunión y Asahi sonrió

-claro pequeña, toma – decía colocándole la carne asada en el plato – pero come tus verduras también –

-gracias, lo haré

-se te dan bien los niños Asahi-san, eres increíble – Yuu llegaba con los cortes crudos que serían asados

-no digas eso – se sonrojaba levemente ante el halago y es que… hace tiempo que volvieron a retomar esa personalidad que los definía en la adolescencia. Fue duro, demasiado duro abandonar la pesadilla de esos años, pero cuando ya estaban lejos, descubrieron que su verdadera esencia estaba escondida en lo profundo de sus almas. Como si lo vivido solo hubiese sido una broma, hasta se sentían más jóvenes en ocasiones – solo me gustan

-pues que bueno, porque tendremos uno en algunos meses – decía de lo más normal, sin cambiar de tono y siempre manteniendo esa ligera sonrisa en conjunto con la mirada brillante

-jaja… no lo creo

-pues ve pensando en el nombre – sonrió Yuu antes de alejarse para hablar con su cliente. Tenía que ir detallando algunas cosas que iba a poner en la recepción, como las flores que…

-¿ES EN SERIO? – Asahi tardó en procesarlo pero sí, al final acabó por gritarlo  con todas sus fuerzas

-¿qué le sucede, Tanaka-san? – y Asahi olvidó reírse cuando le llamaban así, porque le recordaba a cierto compañero altanero que… ¡ESE NO ERA EL ASUNTO!

-Yuu… acabas de decir que…

-si Asahi-san, seremos padres… ahora pon atención al fuego. Todo se está incendiando – decía apuntando a algo y el lío empezaba. Fuego, gritos, espasmos, risas, más gritos y un extintor

-¡FELICIDADES! – gritaron algunas, otros tan impresionados como el futuro padre, se quedaban boqueando algo desconocido… y los restantes pagaban el fuego, claro, o se quedarían sin comida

 

 

Pánico, eso describía el estado de Asahi después de que el desastre con el asado terminó. Algunas de las mujeres y donceles presentes se reían por la reacción exagerada del castaño más alto, pero era normal porque las cosas fueron dichas repentinamente. Todo el mundo caminaba con esa simple declaración y para Yuu era divertido acercarse a un Asahi en shock y darle un casto beso que lo trajera a la realidad. Nunca pensó pasar por eso, porque siendo sinceros pensaba que se iba a morir con una bala en medio de la frente, pero de alguna forma allí estaba, con una vida tranquila, trabajo estable, como esposo al amor platónico de sus años mozos y con un hijo creciendo en su pancita aun plana. Esperaba que fuera niña porque ya había pensado en un nombre. Jia, simple pero bonito, así que definitivamente iba a tener una hija, sana y feliz, porque en ese país estaban en paz

Divertido era molestar a Asahi en las noches para que le pusieran atención. Yuu tenía cambios normales, aunque algunas veces notorios en demasía, mucho mas cuando a sexo se refería, pues su apetito se fue al carajo desde el inicio de aquello. Al castaño más bajito solo le gustaban los mimos inocentes, sin dobles intensiones y que lo mimaran en exceso. Asahi se frustraba a veces, pero con una sonrisa sincera solo disfrutaba de la dicha de ser padre, pues uno de esos sueños que en la preparatoria consideraba tontos se estaba llevando a cabo, una familia con Yuu. Hasta podía sonar muy cursi para un ex yakuza, pero era así y estaba eternamente agradecido con la vida

 

 

-wow se mueve como sanguijuela – se quejaba Yuu cuando sentado en medio del césped escuchaba a los invitados que brindaban por la pareja que se casaba en esa ocasión

-esa no es una buena palabra – se reía Asahi sentándose junto a Yuu sin importarle que estuviera usando un traje, mucho menos que fuera blanco. Abrazó a su pareja por la espalda y le dio un beso en la mejilla

-¿cómo lo dirías tú? – permanecía frotándose la pequeña bolita de cuatro, casi cinco meses, que tenía por pancita – waa… ahí está otra vez – tomaba las manos de Asahi con apuro y las colocaba en donde su pequeño retoño se movía

-no sé…. ¿Cachorro? – se reía mientras en sus palmas sentía los movimientos

-aun nos abemos si es macho – jugaba con su pareja que acariciaba donde el movimiento se daba

-como sea, será nuestro regalo

-Asahi… estamos soñando, ¿verdad?

-no

-qué bueno, porque no quiero que acabe

-no pienses en eso Yuu

-ayer lo pensé – suspiró pesadamente, mordiéndose el labio ligeramente – no tenemos nuestras manos limpias, ni el pasado de color blanco – decía mirando al cielo y escuchando los aplausos lejanos

-eso no importa, porque estamos por aquí. Felices, seguros… juntos

-tengo miedo

-igual que yo – susurró pero le besó la mejilla de su pequeño esposo – pero si llega el momento ya sabemos qué hacer

-huir de nuevo – sonrió divertido, ya tenían hasta el plan de escape listo para cualquier momento – te amo Asahi

-te amo también, Yuu – sonrió

-me empalagaré – se reía el castaño menor pues decirse aquello era muy raro, casi no lo decían, al menos no cuando estaban en situaciones normales, en la intimidad matrimonial  era otra cosa

-deberíamos casarnos de verdad – Asahi dejó de sentir el movimiento del pequeño ser que llevaba sus genes y de su amado para poner atención a su alrededor – planeamos bodas y no hemos tenido una para nosotros

-no me hace falta – decía mientras sacaba un chocolate de su bolsillo. Lo había puesto a propósito porque se le antojaba un dulce y derretido chocolate – solo me basta tenerte a ti

-Ahora el cursi eres tú – se reía bajito

-es el embarazo Asahi

-Yuu… vivamos felices

-eso hacemos

-más felices

-eso haremos… y tráeme un pedazo grande de pastel

-como gustes

 

 

Sus risas solo fueron escuchadas por los recién casados que se habían acercado para agradecerles la maravillosa recepción y ceremonia. Asahi y Yuu se miraron un momento antes de levantarse y seguir, porque aún les faltaba trabajo por hacer. Sonriendo, con las manos entrelazadas, despidiendo el amor de cualquier par de recién casados… pues ellos aprendieron a disfrutar de pequeños momentos. Porque después de la oscuridad, para ellos solo había luz… esperaban que fuera eterno

 

Notas finales:

¿review?

¿y qué hace Krat aquí si aun no termina de responder reviews ni actualizar fics?.... pues no sé, solo sé que estaba viendo mi fondo de pantalla de esta parejita hermosa que es mi OTP y me dije ¿por qué no has hecho m-preg con ellos? Pues miren, esto salió de tanto caos XD. Además la imagen que veía era a este par como vándalos, altaneros o algo así XD

Me salí de sus personalidades y medio volví a ellas jajajja fue divertido. Mira que intenté hacer humor, aunque no sé si salió XD

Bueno, espero que hayan disfrutado de esta historia chiquita pero hecha con cariño ^^

Nos veremos en otra oportunidad~~

Besitos 


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