Era un día de común para Leviciento (Para los amigos era Levi) el cual era un chico de cabello oscuro como la noche, ojos color plomo y piel como la porcelana, no más de 1.60, limpiaba la casa de arriba abajo sin dejar ningún lugar con rastro de suciedad ya que junto merlina (como solía decirle a su escoba favorita) no se le escapaba ni el más mínimo rincón , al parecer ese día solo tardo 3 horas, así que decidió tomar una taza de té y observar la ventana, en eso recordó a su mamá que solía hacerlo mismo después de terminar una buena tarea, y se le escapo una leve sonrisa que nadie notaria ya que a pesar de ser un chico muy apuesto siempre tenía el ceño fruncido o serio y una mirada que no mostraba nada, salió de sus pensamientos cuando alguien toco a la puerta y escucho los gritos de su padrastro para que abriera de una buena vez.
- ¿Qué carajos quieres? -Dijo Levi al abrir la puerta
El hombre bajo un poco la mirada ya que al parecer la voz que escucho era del chico enfrente de él que solo lo miraba con una ceja levantada y brazos cruzados
-D-disculpé, vengo del reino para entregar esto-Dijo el joven cartero con un poco de miedo, ya que a pesar de la apariencia del chico enfrente de él provocaba un gran escalofrió –hasta luego.
El hombre salió corriendo del lugar, Levi solo observo el sobre donde se encontraba la invitación del reino a un evento, así que subió a entregárselo a su padrastro, ya que tenía que salir a buscar nuevos utensilios de limpieza y provisiones, toco la puerta esperando una respuesta
- ¡Pasa! -Se escuche de tras de la puerta, así que entro en ella claro en posición de guardia ya que el ser que se encontraba dentro había intentado varias cosas con el chico, el cual logró escapar dándole un fuerte golpe en las partes nobles
-Vengo a entregarle esto, así que me largo- dijo Levi sin demostrar que tenía miedo de ese ser
-Espera a dónde vas te he dicho que solo puedes salir los jueves, y creo que no es hoy-Dijo su padrastro tomándolo de la cintura, pero el chico sin ningún esfuerzo se liberó del agarre.
-Maldito viejo, le he dicho que no me toque con sus sucias manos y sobre todo no le estoy pidiendo permiso, así que saldré y punto-Dijo Levi con una postura firme y rostro con expresión de desagrado.
-Al parecer, sigues siendo un maleducado mi pequeño, pero a pesar de eso me gustas-Dijo su padrastro con una enorme sonrisa, la cual le dio un leve temblor a Levi, pero actuó como si nada y salió de la habitación para ir al pueblo
Camino directo a la tienda de sus únicos amigos Farlan e Isabel, crecieron juntos desde pequeños y fueron los únicos niños que no huían de el al verlo sino lo contrario así que a pesar de no demostrarles una sonrisa él, los quería como sus hermanos.
-Onii-chan, viniste-Dijo Isabel muy alegre a la vez que abrazaba a Levi
-Tsk te eh dicho que no me toques, sin antes tener las manos limpias-Dijo Levi apartando a Isabel de el
- ¡EHHHH! Onii-chan porque eres tan cruel T-T-Dijo Isabel a la vez que se separaba de el
-Vamos Levi solo esta alegre de verte, es raro verte un martes-Dijo Farlan mientras caminaba así ellos
-Tsk bueno y eso que no veo la diferencia de eso, además tenía que salir ese estúpido viejo y sus hijas no me dejan tener algo de paz-Dijo Levi con el gesto fruncido
-Bueno te he dicho que vengas a vivir con nosotros-Dijo Farlan con una sonrisa
-Ya te dije por que no puedo, a pesar de odiar ese lugar estoy destinado a no poder escapar, si no fuera uno de los hombres ricos del pueblo y jefe militar, sería fácil desaparecer de su pervertida vista-Se notaba poco animo en sus palabras por lo que Farlan le dio una pequeña palmada para no dejar que se deprima solo
Así paso un rato con ellos para después despedirse y comprar lo que necesitaba, decidió regresar por el camino largo, a pocos metros de su casa había un bello parque iluminado por los faros y la luz de la luna se veía realmente como un cuento, algo en su instinto le decía que pasara un rato en ese sitio por lo que no tardo en entrar se acercó a la fuente y observo su reflejo en el agua cristalina al ver su rostro solo sonrió pero como mencione antes esa sonrisa pocos la verían, el simple hecho de verse le recordaba a su madre la cual era como el solo que ella tenía el cabello largo y no un corte militar y en su rostro siempre se reflejaba una gran sonrisa, salió de su trance cuando sintió la presencia de alguien detrás de él, cuando sintió una mano en su hombro de reojo vio a un encapuchado no dudo en aplicar una de sus famosas llaves, provocando que la persona callera de forma brutal en el suelo.
-Auch!!! ¿Por qué hiciste eso? -al momento de la caída dejó al descubierto a un muchacho joven de piel acanelada, con unos ojos grandes color verde, cabello color café como chocolate
-Tsk… No te dijeron que no debes llegar por la espalda mocoso- Se cruzó de brazos mientras el pobre chico se levantaba como pudo
-Lo siento, pero es que estaba buscando algo cuando me perdí, solo quería pedirle ayuda-Se sobaba la espalda al parecer si fue dura la caída
- ¿Y me viste cara de policía, o que madre? - Su postura no cambiaba
-No- Rio de forma nerviosa- solo, e como lo digo
-Solo escúpelo mocoso, crees que tengo todo el maldito tiempo para soportar idioteces de un niñato como tú- Se estaba desesperando, bueno no tenía tanta paciencia, pero esta vez fue más rápido
-Bueno, yo me acerque por que vi su sonrisa nunca había visto esa expresión y pues quería saber quién era esa persona, pero no espere recibir una llave-Dijo nervioso el oji verde, pero eso no borraba su gran sonrisa
-Bueno yo me largo, espero y regreses a tu casa-Aunque Levi pareciera malo, era muy noble de corazón
-Espere-Sostuvo su manga con miedo, solo esperaba otra llave, pero no pasó nada por lo que abrió los ojos sorprendido- eh bueno me gustaría saber cuál es su nombre si no se molesta, yo soy Eren
-Mi nombre es Leviciento, pero es más corto si solo dices Levi, ahora suéltame
El joven soltó el agarre y sin más el peli negro se alejó dejando al chico repitiendo en susurros su nombre, el parque no estaba tan lejos de su casa por lo que no tardo más 15 minutos, pero al entrar su peor pesadilla lo esperaba y sin esperar fue tomado por la cintura y lo acerco a su cuerpo
- ¿Dónde te habías metido? Papá estaba preocupado- Su voz recorrió con un escalofrío el cuerpo del oji plateado, cual solo se separó de forma brusca
-Que te importa, viejo pervertido, además usted no es mi padre así que me voy a mi habitación – Se alejó de forma apresurada, cerrando con llave, el hombre al escuchar el cierre solo amplio la sonrisa luego decir
-Pronto serás mío, mi pequeño y ya veremos – Soltó una gran risa la cual retumbo en la parte baja de la gran casa- Pero bueno es momento que vaya a buscar mi encargo.