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Miéntele. por Raven Rotten

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Notas del capitulo:

Buenas, este es un three-shot y esta inspirado en la canción Mientele de Los Bunkers. son las 05:37 y no he dormido nada. kjhgfghj léanlo y disfruten

Se encontraba en posición india sobre la cama blanca, con su pelo suelto y mojado, el Malboro en la boca, humeante. Y sólo con la toalla blanca puesta, ya que las noches de verano en California no eran suficientemente frescas como para abrigarse más.

 

–¿Te gusta lo que ves? – Preguntó su compañero.

 

Claro que le gustaba lo que veía, no tenía nada debajo de esa bata y no la tenía bien cerrada. Además, las piernas las tenía abiertas; una flexionada que se movía de izquierda a derecha y la otra estirada, con el pie casi tocándole la rodilla.

 

–Sabes que no es fácil seducirme... – Dijo con su característica rudeza. Queriéndolo molestar. – Y menos si estás tan tapado... – Le retó.

 

–Oh, cariño. – Usó un tono meloso y falsamente triste. – Sabes que me gustan los retos...

 

El menor se acercó a él, abrió sus piernas y las puso a cada lado de la cadera de su amante, sentándose sobre ese cómodo huequito que dejaba la posición india.

 

–Eres intimidante hasta en la cama... – Dijo el de pelo corto, quitándole el Malboro de la boca para fumarlo él también. – Pero hasta en la cama a quien no puedes intimidar... – Se acercó a su oído. – Es a mí, Itachi. – Le pasó la lengua por el lóbulo perforado.

 

–Aún puedo intentarlo...– Sonrió de lado, pasando sus manos por las caucásicas piernas hasta llegar a la cadera, levantándole un poco la bata. Se acercó a su cuello. – Sasuke… – Susurró, pasando su lengua desde el cuello hasta la oreja.

 

–Quiero ver cómo lo haces. – Itachi le quitó el cigarro y lo apagó en su lengua. Puso ese característico ceño de mafioso malhumorado, tiró al menor a la cama, pegando lo más que pudo sus caderas.

 

Tomó las muñecas de su amante y las puso arriba de su cabeza, reduciendo la distancia entre sus cuerpos.

 

–Mmmm… – Gimió el más joven con una sonrisa en los labios. Itachi había hecho un movimiento exquisito con las caderas.

 

El mayor pasó sus manos por los suaves hombros, bajando poco a poco la bata, mientras pasaba su boca por el pecho. Dejaba una línea de saliva de la clavícula hasta el ombligo, el cual lamió. Si algo le dejaba en claro los casi dos años que llevaban teniendo sexo, era que uno de los mayores puntos G del menor era su ombligo, con tan sólo acariciarlo con un dedo, podía llegar a excitarlo. Y le encantaba tirar de su piercing que permanecía ahí.

 

–No, no, no, no... – Repetía el más joven, arqueando la espalda. - Para, maldita sea...

 

Sasuke empezaba a adormilarse, era demasiada su excitación. Y eso no le gustaba.

 

Bajó sus manos presurosas, tomó la cara de Itachi y lo acercó a su rostro.

 

–Bésame, mierda. – El mayor no lo dudó y le devoró la boca, mordiéndole los labios, a lo que Sasuke se separó. – No me dejes marcas... – Itachi ni se inmutó y le atacó los labios nuevamente, mordiéndolo con fuerza. – Ngg... Me duele... – El más joven parecía querer hacerse el difícil en vez de estar enojado realmente.

 

Cuando Itachi se separó, sonrió de lado al ver como sus dientes habían quedado perfectamente marcados en el labio inferior del menor.

 

Sasuke tocó sus labios, luego se dio la vuelta y tomo su móvil para ver en la pantalla la marca rojiza.

 

–Perro miserable. – Gruñó mirándolo por encima de su hombro.

 

Itachi rió divertido. Se acercó a su hombro y lo besó.

 

–No me des besos... – Dijo Sasuke, enojado. - Ya no estoy de humor para seguir... – Se levantó de la cama, quedándose parado a dos pasos de la cama, mientras se arreglaba la bata bajo a la atenta mirada de Itachi.

 

A Sasuke poco le importaba si el otro estaba enojado, hizo algo que no le gustaba y eso no se lo iba a perdonar fácilmente.

 

Los cabellos de su nuca fueron agarrados y tirados hacia atrás, mientras que su cintura era agarrada posesivamente.

 

–No importa si estas de humor o no... – Murmuró Itachi. – De los dos modos, saldrás cojeando de aquí... – Dijo, abriéndole la boca a Sasuke, mientras este le miraba y se dejaba sumisamente. – ¿Entiendes? – Metió dos dedos en la boca de Sasuke, tocándole la lengua.

 

El menor frunció un poco el entre cejo y empezó a chupar los dedos del mayor, llenándolos de saliva caliente. Itachi rió, al ver lo fácil que era controlarlo.

 

El peli-largo sacó sus dedos y agarró la pierna de Sasuke, la hizo lo más arriba que pudo. Fue descendiendo su mano por la lampiña pierna, hasta llegar a la nalga.

 

–Trata de mantenerte de pie… – Le dijo al oído. Metió los dos dedos en el agujero, haciendo presión en la carne del interior caliente de Sasuke.

 

–Ahh… – Gimió el otro, sintiendo los aventureros dedos de su amante dentro de él.

 

Sasuke no quería seguir estando así, bajo las garras de placer de Itachi, siempre siendo tan bueno en la cama.

 

–Ya basta. – Dijo Sasuke. – Deja ya la dilatación.... sabes que poco la necesito... – Jadeó, rodeándole el cuello al más alto.

 

Itachi, dejando de lado su inmutable rostro, sonrió de lado. Lanzó a Sasuke al colchón, poniéndose arriba de él, acariciándole la pierna.

 

–Veamos que tanto puede soportar ese orgullo tuyo… – Susurró Itachi, a lo que el menor rió.

 

–Haz todo lo necesario para derribar ese muro… – Se pasó la lengua por los labios esperando a que Itachi hiciera lo que tanto les gustaba a ambos.

 

El mayor levantó la pierna de Sasuke y le besó el gemelo. Dejó la blanca pierna sobre su hombro, mientras pasaba su mano por el pecho descubierto de Sasuke.

 

–Parece que te diviertes. – Dijo Sasuke, tomando la mano de Itachi para llevarla hacia su boca y empezar a lamerle los dedos.

 

–Por supuesto. – Itachi acercó sus rostros. – Eres alguien realmente entretenido en la cama…

 

Sasuke rió, dejando de lado su mano para besarle los labios morbosamente.

 

–Hazlo rápido. – Dictó Sasuke, haciendo hacia arriba la parte baja de su bata.

 

Itachi lamió sus labios, bajando la pierna de Sasuke de su hombro para poder abrírselas mejor. Se sacó la toalla y la lanzo hacia alguna parte del blanco dormitorio, tomó las caderas de su amante y las levantó levemente para poder dejar su entrada más accesible a su miembro.

 

–Espera, espera. – Alcanzó a decir Sasuke. - ¿Y el condón?

 

–Se acabaron desde la última vez. – Respondió Itachi. El menor pareció dudar. – Tranquilo, después de todo, eres estéril, ¿No? – Dijo, sin esperar a que su compañero respondiera, en un pestañeo ya había arremetido contra la cadera de Sasuke, adentrándose hasta las entrañas.

 

–¡¡Ahh!! Maldito desconsiderado… - Sasuke apretó los ojos. – Eso me dolió… – Una lágrima cayó de su ojo derecho, lágrima que fue lamida por Itachi.

 

–No llores, baby…- Le susurró el mayor al oído.

 

–No estoy llorando. – Se apresuró a decir. – Muévete, muévete maldición…

 

Itachi puso sus manos a cada lado de la cabeza del menor y comenzó un rápido vaivén, golpeando fuerte las nalgas de Sasuke.

 

–¡Ahh…! Itachi… Itachi… mmm… – Gimió Sasuke, arqueando su espalda.

 

El menor mordió sus labios, mientras miraba a Itachi. No pasaron ni segundos para que el mayor chupara el cuello del otro y encontrara fácilmente su próstata.

 

–¡¡Itachi!! Ahh, ahh… ¡Hijo de puta, como follas! – Gritó Sasuke, agarrándole los cabellos de la nuca al mayor, quien no paraba de succionarle el cuello.

 

Al final, Itachi dejó embetunado de saliva el cuello de su amante. Sasuke pasó su mano por su cuello, mojándose los dedos, sonrió y llevó sus dedos húmedos a su boca para lamerlos.

 

–Maldita perra erótica. – Maldijo Itachi, excitándose más al ver tan morbosa escena. Golpeó más fuerte sus caderas, yendo cada vez más adentro de Sasuke.

 

–¡¡Mmm!! Ngg… – A Sasuke se le prendieron las mejillas. Mantenía aun sus dedos en la boca, así que su saliva caía por los pequeños huecos de su boca, mojándole las mejillas rojas.

 

Itachi cada vez usaba más fuerza en las embestidas y a Sasuke se le empezaban a acalambrar las caderas y las piernas por lo bruto que estaba siendo su amante, y hasta empezaba a dolerle un poco el interior de su ano.

 

Ambos dieron la vuelta, cambiando de posición dejando a Itachi apoyado en sus codos y a Sasuke sentado con las piernas abiertas, mientras movía sus caderas de adelante a atrás, sin dejar de chupar sus dedos.

 

–Mmm, Sasuke… – Soltó Itachi tirando su cabeza hacia atrás, pasando su mano por su frente para soportar tanto placer.

 

Sasuke sacó los dedos de su boca y lo pasó por los marcados abdominales del hombre abajo suyo, riendo. Lentamente, fue desamarrando la cuerda de su bata para dejar su cuerpo a la vista, aunque claro, no se sacó la bata por completo, sino que sólo la dejo media puesta, con las mangas aún puestas. Sabía que Itachi tenía cierto fetiche con estar medio vestido, le encantaba que tuviera una prenda de ropa, o los zapatos puestos, unas medias, la camisa puesta, los pantalones a medio poner, nunca lo desnudaba.

 

–Ahh, Itachi… – Sasuke empezaba salivar y sentirse extasiado.

 

Itachi lo tomo de la cintura y le empezó a besar los pezones, pegando el plano estomago de Sasuke en su pecho. Al mismo tiempo, metía un dedo en el perforado ombligo del menor, tirando del pedacito de metal.

 

–Mmm… No tires tan fuerte… – Susurró Sasuke en un puchero. – Duele después…

 

Itachi adoraba cuando Sasuke se hacía pasar por un niñito, era encantador. Fue acostando al menor en la cama lentamente, sin dejar de mover las caderas.

 

–Itachi… Itachi… Itachi… – Decía entre delirios el menor, disfrutando el como el miembro de su amante le acariciaba por dentro y su mano tocaba su sensible ombligo.

 

Se besaron incansablemente, sus cuerpos sudaban, estaban cansados y ya casi no podían más.

 

–Sasuke, estás estrecho. – Dijo Itachi en su oído.

 

Itachi dio fuertes embestidas, tocando insistentemente la próstata de Sasuke, haciéndolo gritar como un condenado.

 

–¡Ahh, Itachi! – Gimió fuerte el menor, arqueando su espalda y derramándose en su vientre.

 

El mayor se hundió lo más que pudo en el interior de su amante y ahí dejó toda su esencia.

 

–Mmm, está caliente… – Se quejó el menor, respirando dificultosamente. – Nunca lo había sentido ahí...

 

Era verdad, Itachi jamás se había corrido en su interior, ya que siempre estaban usando condón. Pero, al parecer, eso habia hecho más placentero el sexo.

 

Ambos se habían recostado sobre la cama, tapándose con la delgada sábana blanca, mientras se miraban.

 

–¿Te incómoda que me haya corrido dentro? – Preguntó de repente Itachi, alzando una ceja.

 

–No, no la verdad. – Respondió Sasuke. – Hasta fue más excitante. – Dijo, sonriendo. Abrazó a Itachi por el torso.

 

–Bien. – Espetó el mayor, con esa típica voz arrogante que le caracterizaba. – Porque empezaré a dejar el condón desde hoy.

 

–Está bien. – Dijo Sasuke, apoyando su cabeza en el pecho del peli-largo. – Con tal de que me folles.

 

Itachi le miró, se estaba quedando dormido en su pecho. Le pareció raro, pero no dijo nada al no incomodarle tanto.

 

Por lo general, Sasuke no se quedaba la noche durmiendo a su lado, sino que descansaba un poco mientras hablaban, luego se vestía y se largaba a su casa con el estúpido de su esposo.

 

A su cuñado se le veían los cuernos a kilómetros. Era tan pendejo, y como lo odiaba, le caía tan mal, pero lo soportaba por Sasuke decía que "lo amaba", y él, como buen hermano mayor, le consentía todos los caprichos.

 

Y era tan tonto, que había ignorado el hecho de que Sasuke era un ser sexualmente insaciable.

 

Rió, era increíble que su sadismo haya hecho que quisiera tener como amante a Sasuke. Y que Sasuke ni lo dudara en aceptar, al no tener a nadie que lo satisficiera.

 

Él, el jefe de la mafia Uchiha, el más rico de la zona, el más deseado entre las mujeres, mantenía una relación de puro sexo con su hermano ya casado de 25 años.

 

No le importaba que fuera su hermano, de todos modos, ambos sabían que sólo se querían para sexo.

 

________________________

 

Cuando Sasuke abrió los ojos, se sorprendió al ver el rostro de hermano cerca de él. Dormía tranquilamente, con el cabello cayéndole por la cara.

 

–Maldición. – Espetó Sasuke. – Se le va a enredar el cabello...

 

Recordó lo de anoche y de inmediato tocó su labio para comprobar si la mordedura seguía ahí. Efectivamente, seguía ahí.

 

Rápidamente acercó su cara a la de Itachi y mordió fuerte su mejilla.

 

–Agh. – Escuchó el quejido de Itachi. – Sasuke. – Le reprendió.

 

Sasuke siguió mordiéndole la mejilla, tan fuerte como lo había mordido él anoche. Al final, se vio obligado a parar cuando Itachi lo acorraló contra la cama.

 

–Me la debías. – Dijo caprichoso.

 

Itachi gruñó y le besó la boca obscenamente, Sasuke sólo pudo gemir por eso.

 

Se hundieron en el húmedo beso por unos minutos, hasta que a ambos le empezaban arder los labios y tuvieron que separarse para que no le sangraran. Itachi fue bajando lentamente hacia el cuello, dando pequeños besitos en la piel del menor.

 

–No, Itachi. – Le detuvo Sasuke, tomándolo por los hombros. – No podemos hacerlo otra vez, tengo que irme a casa...

 

Itachi gruñó.

 

–Orochimaru se preocupará. – Dijo y recibió otro gruñido de parte de su hermano. – Nunca me quedo a dormir...

 

Itachi se posicionó entre las piernas del menor, le abrazó y ocultó su rostro en su cuello.

 

–No seas mimado, Itachi. – Reprendió Sasuke, tomándole el cabello suelto para desarmar los nudos.

 

–¿Disculpa? – Itachi levantó su cabeza, para quedar a pocos centímetros del rostro de Sasuke. – Aquí el mimado eres, y siempre serás, tú.

 

Sasuke terminó por amarrar el laceo cabello de Itachi en una coleta baja con una liga que tenía en la muñeca.

 

–Venga, Itachi, ¿Qué le voy a decir a Orochimaru? – Preguntó el menor, poniendo un mechón negro detrás de la oreja perforada de Itachi.

 

–Miéntele. – Le respondió Itachi. – No le digas lo que hiciste ayer, cuando me viniste a ver.

 

Itachi se atrevió a darle un beso en los labios, un beso muy delicado y suave. Al separarse, pestañeó y decidió levantarse de la cama.

 

–Oye, oye, oye. – Detuvo Sasuke su andar. Itachi le miró mientras se ponía los pantalones. – ¿Y ese beso?

 

Itachi le dio la espalda, abrochándose el cinturón del pantalón negro.

 

–Sólo fue un beso. – Respondió sacando la caja de cigarros del pantalón, para sacar uno y prenderlo en la boca. – Nos hemos besado peor. – Se excusó, caminando para buscar su camisa.

 

–Ya, pero...– Sasuke decidió callarse. Se levantó de la cama y fue a buscar su ropa al baño.

 

Cuando llegó ahí, vio que su camisa cayó a la tina de agua.

 

–Maldición. – No se podría poner la polera. – ¡Itachi! – Llamó, saliendo del baño.

 

–¿Qué pasa? – Preguntó.

 

–Préstame una camisa. – Pidió.

 

Itachi terminó de abotonarse la camisa blanca.

 

–Claro, busca en el armario. – Dijo Itachi, sentándose en la cama para ponerse los zapatos.

 

Sasuke abrió el armario buscando una camisa en especial. Sacó casi todas las prendas de ropa del armario, no encontraba la maldita camisa.

 

Itachi arregló las mangas de su camisa, mientras observaba como Sasuke tiraba su ropa por todos lados.

 

–Camisas de vestir por todos lados. – Refunfuñó bajo el menor, tirando y tirando camisas.

 

El mayor rió por eso y tomo una prenda blanca que estaba en la cama.

 

–¿Buscabas esto? – Preguntó, mostrándole la tan preciada camisa.

 

Sasuke la iba a tomar, pero Itachi la alejó.

 

–Dame algo a cambio. – Dijo Itachi, alejándose de su hermano.

 

Sasuke se le acercó y trato de agarrar la camisa, lo intentó varias veces más, hasta que se arto. Odiaba que Itachi se aprovechara por ser más alto.

 

–¿¡Qué es lo que quieres!? – Preguntó Sasuke, cruzándose de brazos. – Dímelo rápido.

 

Itachi sonrió.

 

–Dame un beso. – Itachi le agarró por la cintura.

 

El mayor acercó sus bocas, rozando sus narices, le besó suavemente los labios entreabiertos y se separó de inmediato, aún sin soltarle de la cintura. Se miraron, como si de repente el rostro del otro fuera una joya digna de admirar.

 

No solían besarse, no sino era mientras tenían sexo y los que se daban eran como si se quisieran comer la boca. Y era Itachi el que prefería no besarlo. Que ahora se atreviera a besarlo, lo hacía dudar de su salud mental y, aun así, tomó su rostro y volvió a besarle los labios a Itachi.

 

El más alto dejó caer la camisa al suelo y rodeó la cintura desnuda de Sasuke con ambos brazos, besándose suavemente, provocando sonidos húmedos entre sus labios.

 

Cayeron a la cama, abrazándose como si fueran a arrancarlos de los brazos del otro.

 

Itachi no quiso separarse de los labios del otro y no tenía en mente el bajar a su cuello y lamerlo. Lo único que quería de repente era besarle la boca al menor, estrecharle ese menudo cuerpo, olerle el cabello.

 

Después de unos minutos, se separaron lentamente y se volvieron a mirar los rostros. Sasuke tocó la mejilla de su hermano, tenía la marca de sus dientes en ella, estaba muy rojiza e iba a amoratarse durante el día. De igual forma, Itachi pasó su dedo índice por el labio del menor, tocando la marca violeta de sus dientes.

 

Quizás Sasuke querría irse ya a su casa con su marido, dedujo Itachi. Se levantó de encima de su hermano y tomó la camisa del suelo, la sacudió y la miró.

 

Sasuke se levantó y quedó a su lado, se atrevió a apoyar su cabeza en el hombro de su hermano.

 

- Me gusta la camiseta. – Susurró Sasuke, mirando la camisa.

 

Era una camisa de color blanco degastado, era bastante vieja, Itachi la había comprado cuando tenía 17 años una vez que había ido a Los Angeles. Decía, con grandes letras rojas “Sick sad World” con un ojo en medio, cualquier imbécil que hubiese vivido en los noventas reconocería ese logo.

 

- Lo sé… - Respondió en un susurro también, volteándose hacía Sasuke. – Levanta los brazos. – Dijo y el otro obedeció de inmediato.

 

Itachi pasó la camiseta por los brazos hasta sus hombros y de ahí por sus costados, aprovechando para tocar su cintura y descansar sus manos en sus caderas. No pudo evitar que sus manos se metieran debajo de la camisa y tocara la piel de sus caderas.

 

- ¿Quieres otro beso antes de que me vaya? – Preguntó Sasuke, posando sus manos encima de las del otro.

 

- Si, lo quiero. – Respondió.

 

Sasuke rodeó su cuello y le besó. El otro, lo tomó por las caderas y lo levantó del suelo, disfrutando de los labios del otro.

 

 

 

 

___________________

 

 

 

 

Sasuke caminó junto a su hermano por las calles, ambos iban con un cigarro en la boca, sin hablarse ni un poco y de nada en absoluto.

 

Al llegar al bar, se encontraron con los hombres de Itachi sentados en una gran mesa, con un mantel blanquísimo.

 

A la derecha de Pain estaba Orochimaru, quien estaba con una cara de asustado total, ¿Y cómo no? Si todos los presentes en esa mesa tenían más de tres pistolas, a parte de las que tenían en la mesa.

 

- Cuñado. – Habló Itachi, riendo, fingiendo ser feliz de ver a su cuñado. – Tenía ganas de verte, amigo mío.

 

Itachi se sentó en la cabesilla de la mesa. En el acto, Kisame sacó un habano de una caja, entregándoselo y Deidara de inmediato se lo encendió en cuanto el peli negro lo había puesto en su boca.

 

Sasuke caminó donde su marido y le dio un beso en los labios.

 

- ¿Qué te pasó en los labios? – Preguntó Orochimaru, viendo la marca de dientes.

 

Sasuke sonrió.

 

- ¿No lo recuerdas, amor? Tú me mordiste el otro día. – Le respondió.

 

A lo lejos, Itachi y sus hombres sonreían al escuchar la mentira salir de los labios de Sasuke.

 

Orochimaru puso un ceño triste.

 

- Lo siento. – Dijo el mayor.

 

- No importa. – Rió Sasuke. – Estuviste estupendo ese día… - Le susurró en el oído.

 

El mayor se sonrojó.

 

- ¡Vaya, Orochimaru, eres un animal! – Itachi rió y sus hombres igual. – Pero trata bien a mi hermanito, sino… - Chasqueó los dedos y Deidara y Kisame, sus hombres de más confianza, sacaron unos martillos. – Terminaras con los dedos hechos añicos. – Sonrió más ampliamente.

 

El cara de serpiente asintió rápidamente, se levantó y, tomando la mano de Sasuke, hizo ademan de irse.

 

- ¡Adieu, mon ami! – Gritó Itachi, haciendo que su hermano y cuñado se voltearan. – Dire des mensonges, mon amour… - Le dijo a Sasuke, mientras este sonreía. Ambos sabían que Orochimaru no sabia nada de francés.

 

Si algo sabía hacer Itachi aparte de ser el mandamás de casi de toda la mafia, era a mentir a los demás, sin ser descubierto nunca.

 

Y él, cómo su hermano y antigua mano derecha, sabía perfectamente como mentir igual que Itachi.

         

Notas finales:

          Eso es todo por ahora. Se despide: El Cuervo Podrido.


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