Ikebukuro, una ciudad un tanto especial, llena de gente un tanto especial pero entre toda esa gente yacen dos personas un poco más especiales que el resto, ellos son conocidos como los hombres más fuertes de dicha ciudad, ellos son Heiwajima Shizuo conocido por tener una fuerza sobrehumana capaz de lanzar máquinas expendedoras por doquier y arrancar señales de tránsito como si de una flor se tratase y por el otro lado tenemos a Izaya Orihara él no es conocido por tener una gran fuerza física pero si mental ya que es extremadamente inteligente y calculador consiguiendo lo que desee casi solo con pensarlo, siendo el la principal causa de casi todo lo que ocurre en aquella ciudad provocando el temor de todos.
Estos dos chicos tienen algo en común, el odio que sienten el uno por el otro haciendo que la ciudad quede completamente destruida cuando estos dos tienen algún encuentro, así es como siempre había sido hasta que un pequeño percance hizo que las cosas dieran un giro de 360t51; y todo cambiara para estos enemigos naturales...
Era un día común como cualquiera en esta ciudad, rodeada de gente por doquier, bullicios por todos lados y uno que otro desastre ocasionado por las bandas de dicha ciudad, así es como eran todos los días en Ikebukuro, incluso como era de casi todos los días los dos hombres más fuertes se encontraban teniendo una disputa, esta vez un poco más temprano que de costumbre, eran apenas la 07:00 am y ellos ya se estaban lanzando cosas, persiguiéndose por toda la ciudad causando un caos por donde pasaran, todo iba de acuerdo al plan de Izaya: provocar al rubio para que sus amados humanos viesen que no era más que un monstruo.
definitivamente todo iba bien hasta que por accidente el azabache fue a parar en un callejón, Shizuo se acercó lentamente a él para acorralarlo
-Izaaayaaa-kuuun no tienes escapatoria esta vez juro que voy a matarte- decía el rubio acercándose poco a poco al azabache
-vaya Shizu-chan luces realmente enojado, me pregunto que hice esta vez? - dijo con una cara un tanto pensativa haciendo que el rubio solo se enojase mas
-y todavía tienes el maldito descaro de preguntar maldita pul...- Shizuo se detuvo de repente dejando a Izaya un tanto desconcertado
-que ocurre Shizu-cha...- Izaya también se detuvo al notar lo que le ocurría el rubio
-vaya Shizu-chan tienes un gran problema metido en los pantalones- dijo de manera burlona mientras veía la entrepierna del rubio
-cállate maldita pulga como si a ti nunca te hubiese sucedido- dijo el rubio al notar la burla del azabache
-por supuesto que no! yo no soy un pervertido como Shizu-chan jajaja- este no hacía más que burlarse de Shizuo provocando más y más la ira del rubio y también haciendo que este no pudiese decir nada debido a la vergüenza
-bueno Shizu-chan te dejare para que puedas encargarte de tu problemita, aunque te recomendaría que fueses a casa ya que hacerlo aquí es demasiado desagradable- dijo Izaya mientras miraba a Shizuo quien ya se encontraba hincado en el suelo por el dolor de su erección
-alto ahí pulga- grito Shizuo pensando un poco acerca de lo que estaba a punto de decir, pero sin más las palabras salieron de su boca
-qué tal si me ayudas con mi problema Izaya-kun- dijo para luego sentirse un poco incómodo ante sus palabras
-ayudarte? ¡oh! ya entiendo quieres que corte el problema de raíz- dijo Izaya mientras relamía su navaja y sonreía de manera tétrica incluso sus ojo brillaban
Shizuo trago saliva ante las palabras y la mirada del azabache
-maldita pulga en qué diablos estás pensando-
-eso debería preguntarlo yo- dijo el azabache aun mirando al rubio
-bueno creo que es más que claro a lo que me refiero, puedes ayudarme con tus manos, con tu boca o con lo que desees Izaya-kun- dijo el rubio de una forma lasciva mientras miraba de reojo al azabache, solo para después arrepentirse un poco de lo que había dicho
-de que demonios hablas maldito enfermo- dijo Izaya quien ya se encontraba molesto ante la idea del rubio, así que sin pensarlo tomo su navaja y la acerco al cuello del más alto
-mira Shizuo no sé qué demonios te pasa hoy, pero si no te detienes voy a clavarte esto hasta que ya no puedas decir una palabra mas- dijo el azabache con una mirada que asustaría a cualquiera, Shizuo se puso de pie ya que no le agradaba ser visto desde arriba y menos por esa clase de mirada
-oye porque te pones así no se supone que te gusta hacer esto-menciono el rubio de una manera burlona
-a que te refieres? - dijo Izaya de una manera un tanto fría después de todo el rubio lo estaba sacando de sus casillas
-que a que me refiero? hablo de que yo sé que eres toda una put...-Izaya interrumpió al rubio clavándole su navaja en uno de sus brazos mientras lo aniquilaba con la mirada
-maldita bestia......- Izaya bajo la mirada y susurro en lo bajo
-eso es lo que piensas de mí?-
Shizuo se quedó un poco desconcertado ante las palabras de Izaya, es decir por qué a Izaya le importaría lo que el piense de el?
-...-simplemente no supo que contestar estaba completamente arrepentido de lo anterior después de todo frente a el yacía un Izaya que nunca había visto, se veía completamente deshecho
-ya veo así que es lo que piensas...- Izaya aun mantenía la mirada agachada y el rubio pudo notar como sus pequeñas manos temblaban un poco al igual que sus palabras.
Izaya suspiro profundamente
-bueno como sea, nos vemos luego Shizu-chan-diciendo esto se dispuso a irse pero una mano lo detuvo sorprendiéndolo dejando ver su rostro por completo
-qué te pasa Shizu-chan suéltame- dijo este casi en un grito consiguiendo zafarse del agarre del rubio para luego salir corriendo.
Shizuo se quedó completamente helado jamás imagino ver esa expresión en la cara de la pulga solo podía pensar en lo adorable que se veía el azabache con esas pequeñas lagrimas sobre su rostro, era como ver a un niño pequeño, pero comenzó a sentirse culpable, a arrepentirse de todas y cada una de sus palabras
-"qué demonios he hecho? él tiene toda la razón no soy más que una bestia sin cerebro"-
no dejaba de repetirse eso mientras se golpeaba la frente con el puño, después de todo Izaya de verdad parecía un pequeño niño mientras lloraba pero no uno cualquiera, el parecía como si hubiese perdido algo, solo unos segundos fueron necesarios para notar aquello, la mirada en los ojos de Izaya era la de un pequeño que había perdido lo mas importante en su vida... Shizuo no entendía lo que pasaba, porque Izaya tenia esa mirada en su rostro? es lo que se preguntaba
- "sea lo que sea yo fui el causante de aquellas lágrimas y no puedo perdonármelo"-
fue lo último que pensó el rubio antes de partir a su trabajo...