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Un pequeño rubio caminaba de un lado a otro indeciso, sus ojos celestes reflejaban nerviosismo.
Tenía una pequeña cajita roja adornada con un moño blanco en sus manos. Aquel era un regalo que había hecho con sus propias manitas con un poco de ayuda de su hermana mayor, pues aún tenía sólo 6 años.
Miró al niño rubio de ojos anaranjados que jugaba con unos muñecos de superhéroes, se encontraba solo pues sus amigos ya se habían ido a sus casas, después de todo ya era la hora de la salida.
Respiró y tomó valor, caminó hacia aquel niño y con sus mejillas rojas le extendió el regalo, el otro lo miró con confusión.
—¿Qué es eso? —preguntó levantándose.
—Es un regalo de Navidad... para ti —explicó el de coleta avergonzado, los orbes anaranjados se iluminaron.
—¡Muchas gracias, Len! —expresó tomando su presente con una gran sonrisa y un ligero rubor en sus mejillas, el Kagamine se puso rojo hasta las orejas.
—De... De nada, Lui —balbuceó rascándose la nuca, el Hibiki tenía la intención de abrirlo, pero una maestra le interrumpió.
—¡Lui! ¡Llegaron por ti! —anunció desde afuera de las instalaciones.
—¡Ya voy! —respondió el pequeño mencionado para luego dirigirse a su amigo— Muchas gracias por el regalo —y dicho esto le dio un beso en la mejilla para después irse corriendo por sus cosas. Len, por su parte, se sintió en las nubes.
—De nada —susurró sonrojado y con una gran sonrisa, viendo como el niño que le gustaba salía de la escuela.
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